Levítico 13

 

Introducción:

      A. La lepra causa la descomposición del cuerpo, no solamente de la piel sino de los miembros. Se describe como la "muerte viviente".

      B. Los leprosos fueron tratados como si fueran muertos:

          1. 13:45, "Y el leproso en quien hu­biere llaga llevará vestidos rasgados y su cabeza descubierta ..." Compárese 10:6. Eran señales de duelo por los muertos.

          2. Núm. 12:12, "No quede ella (María) ahora como el que nace muerto, que al salir del vientre de su madre, tiene ya medio consumida su carne".

          3. Ezeq. 24:16, 17, "Hijo de hombre, he aquí que yo te quito de golpe el deleite de tus ojos; no endeches, ni llores, ni co­rran tus lágrimas. Reprime el suspirar, no hagas luto de mortuorios; ata tu turbante sobre ti, y pon tus zapatos en tus pies, y no te cubras con rebozo, ni comas pan de enlutados".

      C. Varios textos en el Nuevo Testa­mento dicen que Cristo "limpió" leprosos (Mateo 8:1-4; 10:8; 11:5). Lo que los le­prosos necesitaban más era la limpieza. Por causa de la lepra quedaban excluidos de la comunión con Dios. Es cierto que Jesús los sanó; dice Luc. 5:13, "Y al ins­tante la lepra se fue de él", pero en este mismo texto nótese lo que el leproso dijo: "Señor, si quieres, puedes limpiarme". Jesús le dijo: "Sé limpio". Luego al sa­narle Jesús le dijo: "muéstrate al sacer­dote, y ofrece por tu purificación, según mandó Moisés, para testimonio a ellos"; es decir, aún después de sanarle Jesús le en­vió al sacerdote para ser pronunciado limpio (solamente el sacerdote pudo ha­cerlo) para poder ser restaurado a su fa­milia y al pueblo de Dios.

      D. La lepra fue castigo de Dios en oca­siones:

          1. María, Núm. 12:10.

          2. Giesi, 2 Reyes 5:27.

          3. Uzías, 2 Crón. 26:21.

      13:2, 3 -- "Cuando el hombre tuviere en la piel de su cuerpo hinchazón, o erupción, o mancha blanca, y hubiere en la piel de su cuerpo como llaga de lepra ... si el pelo en la llaga se ha vuelto blanco, y pareciere la llaga más profunda que la piel de la carne, llaga de lepra es".

      A. Las características sobresalientes de la lepra: 1) - mancha blanca, 2) - el pelo en la llaga se ha vuelto blanco, 3) - y pareciere la llaga más profunda que la piel de la carne.

      B. Se compara con la nieve en Ex. 4:6; Núm. 12:10 y 2 Reyes 5:27.

      C. El término hebreo ("Tsara'ath") fue más amplio que nuestra palabra "lepra", como se nota en los vers. 18-37.

      D. El sacerdote no era doctor; no cu­raba la lepra. Tenía que examinar la gente y "declarar" (ver. 3) a alguno inmundo si tenía la lepra.

          1. Esto demuestra que la lepra no es demasiado contagiosa; la razón de apartar al leproso no era por eso, sino porque la lepra contaminaba. El que lo tocara quedaba inmundo.

          2. Sin embargo, la separación de los leprosos sí tiene razón higiénica y sani­taria.

          3. Pero el énfasis en la ley de Moisés era religioso, y la función del sacerdote era función religiosa (y no de médico). Le tocó al sacerdote "declarar" la persona "inmunda" o "limpia" y, por lo tanto, que podía acercarse a Dios o que no podía.

      E. El sacerdote podía "mirar" sola­mente; Jesús pudo "limpiar". La ley des­cubría el pecado; Jesús cubrió el pecado.

 

      13:4-6 -- "encerrará al llagado por siete días ... le volverá a encerrar por otros siete días".

      A. No obstante lo inconveniente de la detención de alguno, si había posibilidad de que tuviera lepra, era encerrado. Posi­blemente no la tuviera, pero el des­cubrimiento de la lepra requería examen tras examen, semana tras semana, lo cual indicaba lo difícil de estar seguro de no tenerla.

      B. La responsabilidad del sacerdote era grande. Si en dado caso él se equivocaba, declarando que el hombre limpio estaba inmundo, el inocente sufría, pero si se equivocaba declarando que el hombre in­mundo estaba limpio, esto podía resultar en contaminar a muchos, los cuales pro­bablemente llegarían a acercarse a Dios en su inmundicia. Por lo tanto, el sacer­dote tenía que usar mucho cuidado, y no podía hacer acepción de personas.

      C. Es de igual importancia hoy en día descubrir el pecado porque éste nos con­tamina y separa de Dios. Nos urge des­cubrir y limpiar toda mancha (Efes. 5:27). ¿No debe la iglesia tener la misma dili­gencia para descubrir y corregir el pecado al igual que el sacerdote levítico la tenía con respecto a la lepra?

 

      13:7 -- "Pero si se extendiere la erupción en la piel después que él se mostró al sacer­dote para ser limpio, deberá mostrarse otra vez al sacerdote".

      A. Debía hacerlo voluntariamente. Era necesaria la cooperación de todos para evitar la contaminación.

      B. Asimismo todo miembro de la igle­sia debe ser sincero en descubrir y corregir el pecado en su vida, para salvar su alma y para no contaminar la iglesia (1 Cor. 5:6).

 

      13:11 -- "no le encerrará, porque es in­mundo". Cuando aparecían las caracterís­ticas de la lepra, la persona se declaraba "inmunda", porque en este caso no había duda alguna.

 

      13:12, 13 -- "cubierto todo su cuerpo". En ciertos casos la lepra se acababa sola; cubre el cuerpo entero -- "toda la piel del llagado desde la cabeza hasta sus pies" -- y deja de ser activa. Cuando sucedía esto, la persona era declarada limpia, porque la lepra había secado y no había "carne viva" (ver. 14). "Mas el día que apareciera en él la carne viva, será inmundo", porque esto indicaba que la lepra había vuelto a ser activa.

 

      13:18-28 -- Esta sección trata acerca de otras condiciones de la piel que podían terminar siendo lepra. Se había de exami­nar tal condición en la misma manera ya prescrita, buscando los mismos síntomas. Nótese el ver. 22: "Y si se fuere exten­diendo por la piel"; se refiere a otro factor sospechoso y la conclusión sería que "es llaga" (lepra). La cuarentena duraría por una semana (vers. 26-28).

 

      13:29-37 -- La lepra en la cabeza o barba. En este caso la cuarentena podía durar por dos semanas. Al terminar la primera semana, "le hará que se rasure pero no rasurará el lugar afectado" (ver. 33), si no daba evidencia de haberse ex­tendido.

 

      13:39 -- "es empeine ... está limpia la per­sona". Otra vez se ve lo importante del es­crutinio del sacerdote quien tenía que es­tudiar detenidamente cada caso.

 

      13:40, 41 -- "Y el hombre, cuando se le cayere el cabello ...", otra situación sospe­chosa. El hombre podía ser "calvo, pero limpio".

 

      13:45 -- "Y el leproso en quien hubiere llaga llevará vestidos rasgados y su cabeza descubierta, y embozado pregonará: ¡Inmundo! ¡Inmundo!"

      A. Cuando el sacerdote lo había declarado inmundo, el afligido también estaba obligado a declararse a sí mismo inmundo. Debía pregonar "¡Inmundo!" para advertir a todo el mundo y se evitara todo contacto con él.

      B. "Vestidos rasgados ... cabeza descu­bierta ... embozado" eran señales de luto. Véase la Introducción al cap. 13. Otro texto sobre el asunto, aunque éste no trata acerca de la lepra, es Lam. 4:15.

      C. ¿Cómo nos parecería si todo pecador tuviera que gritar "¡Inmundo!"? Los leprosos tenían que reconocer que eran leprosos, pero ¿cuántos pecadores reconocen que son pecadores? Actual­mente el pecado ni siquiera se clasifica como pecado, porque no ofende a la ma­yoría de la gente. Si nadie se baña, nadie huele.

 

      13:47-59 -- La palabra traducida "lepra" es la palabra hebrea tsara'ath. Las des­cripciones de lo que se llama "lepra" en los capítulos 13 y 14 incluyen cosas que serían designados ahora por otros nombres. La palabra hebrea es una palabra más amplia que nuestra palabra "lepra". Dice 13:55, "es corrosión penetrante" y probable­mente se refiere al moho, hongo parásito, etc.

 

 

Al Estudio Anterior: Notas sobre Levítico - Capítulo 12
Comentarios Index
Al Siguiente Estudio: Notas sobre Levítico - Capítulo 14