Hechos 11
11:1 -- Oyeron los apóstoles y los hermanos que estaban en Judea, que también los gentiles habían recibido la palabra de Dios. -- "Las noticias de Cesarea se difundieron como un incendio forestal entre los cristianos judíos. El caso de los samaritanos era diferente, porque eran medio judíos, aunque odiados. Pero aquí se trataba de verdaderos romanos" (ATR). La iglesia de Jerusalén no tuvo nada que ver con la conversión de los primeros gentiles. No envió a Pedro a la casa de Cornelio. Por lo tanto, la noticia de la conversión de los gentiles les inquietaba.
11:2 -- Y cuando Pedro subió a Jerusalén, disputaban con él los que eran de la circuncisión (cristianos judíos), -- De esto vemos lo muy significativo del evento registrado en el capítulo anterior. La conducta de Pedro les extrañaba mucho y disputaban con él. Obviamente estos hermanos no creían que Pedro era el Papa de la iglesia, porque en lugar de someterse a él, demandaban una explicación de lo que había hecho.
11:3 -- diciendo: ¿Por qué has entrado en casa de hombres incircuncisos, y has comido con ellos? -- 10:13, 14. No preguntaron, ¿Por qué has predicado a los gentiles? ni ¿por qué has bautizado a los gentiles? sino ¿por qué has comido con ellos? como si esto hubiera sido el pecado imperdonable. Sin duda disputarían con Pedro acerca de otras cosas, pero lo primero es primero: ¿por qué has comido con ellos?
11:4 -- Entonces comenzó Pedro a contarles por orden lo sucedido, diciendo: -- Obsérvese cómo Pedro explica toda la experiencia como la acción de Dios: vers. 5, 7, 9, 10, 11, 12, 13, 15, 16 y 17 (Ash). ¿Por qué comió con gentiles? ¿pensarían estos hermanos que de repente se le ocurrió a Pedro comer con gentiles? Lo hizo para obedecer un mandamiento explícito de Dios. Hubiera sido muy difícil que los hermanos siguieran disputando con él sobre el asunto, porque obviamente al hacerlo habrían discutido con Dios mismo. La defensa de Pedro era el simple relato, paso por paso, de lo que sucedió, porque estos hechos hablaban por sí solos. A Jesús "le pedían señal del cielo" (Luc. 11:16). Si estos hermanos judíos que disputaban con Pedro querían señal del cielo, es lo que Pedro y sus seis compañeros habían visto en la casa de Cornelio.
11:5-14 -- Estaba yo en la ciudad de Jope orando, y vi en éxtasis una visión; algo semejante a un gran lienzo que descendía, que por las cuatro puntas era bajado del cielo y venía hasta mí. Cuando fijé en él los ojos, consideré y vi cuadrúpedos terrestres, y fieras (este detalle agregado a 10:12), y reptiles, y aves del cielo. Y oí una voz que me decía: Levántate, Pedro, mata y come. Y dije: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda entró jamás en mi boca. Entonces la voz me respondió del cielo por segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común. Y esto se hizo tres veces, y volvió todo a ser llevado arriba al cielo. Y he aquí, luego (en aquel momento, LBLA; (agregado al relato de 10:17) llegaron tres hombres a la casa donde yo estaba, enviados a mí desde Cesarea. Y el Espíritu me dijo que fuese con ellos sin dudar (sin hacer ninguna distinción, LBLA, margen). -- En el ver. 2 Lucas dice que los hermanos judíos disputaban (diekrinonto) con él. Ahora Pedro les explica que el Señor le dijo que fuera con los gentiles sin dudar (sin hacer ninguna distinción, LBLA, margen), diakrinanta, una forma del mismo verbo traducido disputaban. Así pues, Pedro comió con los gentiles sin hacer lo que en ese momento estaban haciendo los hermanos judíos.
-- fueron también conmigo estos seis hermanos, y entramos en casa de un varón, quien nos contó cómo había visto en su casa un ángel, que se puso en pie y le dijo: Envía hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro; él te hablará palabras por las cuales serás salvo tú, y toda tu casa. -- Aquí Pedro agrega "y toda tu casa" (esto no se encuentra en el capítulo anterior, pero Lucas sí dijo que Cornelio "era temeroso de Dios con toda su casa", 10:2). Dice Barnes que "es evidente de 10:48 que la familia también recibió la ordenanza de bautismo, y fue recibida en la iglesia". Siendo presbiteriano Barnes creía en el bautizo infantil y que la palabra "casa" seguramente incluía infantes, pero recuérdese que Hech. 16 habla de conversión del carcelero y su casa: "Le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa", y cuando el carcelero "se bautizó él con todos los suyos", "se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios" (16:30-34). Los bautizados habían oído y creído el evangelio. (¿Qué dice Barnes sobre Hech. 16:34? Dice que no sabemos si los de la casa del carcelero creyeron antes o después del bautismo, y que parece que el bautismo fue llevado a cabo debido a la fe de la cabeza de la familia. ¡Le convenía leer los versículos 31-34 otra vez!)
Por eso, Cornelio dijo, "Ahora, pues, todos nosotros estamos aquí en la presencia de Dios, para oir todo lo que Dios te ha mandado" (10:33). Estos dos capítulos hablan de mucha intervención celestial, pero estos textos (10:33; 11:14) revelan claramente la necesidad de oír el evangelio y obedecerlo.
11:15 -- Y cuando comencé a hablar, (otro detalle suplido por Pedro) cayó el Espíritu Santo sobre ellos también, como sobre nosotros al principio. -- El "principio" era el día de Pentecostés (2:1-4), el principio de la predicación del evangelio en su plenitud, el principio de la predicación de los apóstoles bajo la gran comisión (Mat. 28:19, 20), el principio de la dispensación cristiana, y el principio de la iglesia. Los apóstoles fueron bautizados con el Espíritu Santo el día de Pentecostés ("al principio"), y ahora, unos ocho o diez años después, Cornelio y su casa son bautizados con el Espíritu Santo. Si otros hubieran sido bautizados con el Espíritu Santo después de Pentecostés, Pedro habría comparado el caso de Cornelio con ellos, pero tuvo que volver a Pentecostés para encontrar un caso semejante. También esto demuestra que el bautismo de Cornelio y su casa con el Espíritu Santo no tuvo el propósito de salvarles, porque de ser así Pedro lo hubiera comparado con otro caso de conversión.
11:16 -- Entonces me acordé de lo dicho por el Señor, cuando dijo: Juan ciertamente bautizó en agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo. -- 1:5, 8; 2:1-4. Estos dos casos del bautismo con el Espíritu Santo son los únicos registrados por Lucas.
11:17 -- Si Dios, pues, les concedió también el mismo don que a nosotros que hemos creído en el Señor Jesucristo, -- Indiscutiblemente, pues, la experiencia de Cornelio era igual a la experiencia de los apóstoles el día de Pentecostés, porque Pedro dice que fue "el mismo don". El caso de Cornelio no era como el de los samaritanos cuando llegaron Pedro y Juan para imponer las manos para impartirles el Espíritu Santo, sino que Dios les concedió "el mismo don que a nosotros". Esta es la conclusión ineludible de la serie de cosas dirigidas por Dios.
-- ¿quién era yo que pudiese estorbar a Dios? -- Puesto que Cornelio y su casa fueron bautizados con el Espíritu Santo, ¿cómo podía yo seguir diciendo que ellos eran inmundos? Si Dios los aceptó, entonces yo tuve que aceptarlos. Este relato contestó muy bien la pregunta hecha por los hermanos judíos y no solamente Pedro, sino también los hermanos judíos deberían preguntarse, ¿quiénes somos nosotros para que estorbemos a Dios?
11:18 -- Entonces, oídas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida! -- ¡Qué maravillosa revelación para estos hermanos judíos! A partir de este momento iban a reconocer que el evangelio es para todos, que los hombres de todas las naciones pueden ser hermanos, miembros del mismo cuerpo, y que verdaderamente la iglesia de Cristo es el reino universal del Mesías.
Pero lamentablemente el problema todavía no se había resuelto, porque veremos en el cap. 15:1, 5, que algunos afirmaban que los hermanos gentiles no solamente deberían obedecer al evangelio de Cristo, sino también deberían ser circuncidados y guardar la ley de Moisés.
-- ha dado Dios arrepentimiento para vida! -- Desde luego, Dios no da el arrepentimiento aparte de la voluntad humana, pero El ha hecho posible la salvación por medio de Cristo y esto, en turno, da al hombre la oportunidad de arrepentirse para recibir el perdón de pecados. El hombre merece el castigo por causa de sus pecados, pero Dios nos "ha dado arrepentimiento para vida".
"En esta sección de la historia tenemos un ejemplo notable de una de las maneras en que los apóstoles fueron guiados a toda verdad, según la promesa del Señor en Juan 16:13. Por virtud de su inspiración, no sabía Pedro que los incircuncisos serían admitidos al bautismo; tampoco los otros apóstoles, después que Pedro hubo bautizado a algunos incircuncisos, sabían por virtud de su inspiración que él había hecho bien. Hubiera sido natural que el Espíritu Santo hubiese iluminado internamente su comprensión en este tópico lo mismo que en otros, pero El escogió un método diferente en vez de ese. Por visiones dirigidas al sentido de la vista, por una voz dirigida a su oído, por recados que se le enviaron por mandato de un ángel, cosas todas reforzadas por sólo una orden del Espíritu Santo, Pedro fue guiado a esta verdad nueva; y por el relato oral que él mismo dio a sus hermanos, éstos fueron llevados a la misma luz. Se convencieron, cierto, por los mismos hechos que Pedro, con la única diferencia de que a éste le llegaron por la observación directa, y a los otros por las palabras de Pedro que se lo contó. Precisamente por este medio llega el poder de todos los hechos de la Escritura a la mente y corazón de las gentes de hoy día, y así obra el Espíritu Santo en nosotros mediante la Palabra". (McGarvey).
11:19 -- Ahora bien, los que habían sido esparcidos a causa de la persecución que hubo con motivo de Esteban (8:1-3), pasaron hasta Fenicia (15:3; 21:7; 27:3), Chipre (13:4-12) y Antioquía (11:19-30; 13:1-14:28), no hablando a nadie la palabra, sino sólo a los judíos. -- La persecución contra la iglesia no destruyó la obra de Cristo, sino que la promovía. Fil. 1:12-14; 4:22.
11:20 -- Pero había entre ellos unos varones de Chipre y de Cirene (2:10; 6:9; 13:1), los cuales, cuando entraron en Antioquía (de Siria), hablaron también a los griegos, anunciando el evangelio del Señor Jesús. -- Sin duda la noticia de la conversión de Cornelio les animó a predicar a los griegos de Antioquía.
11:21 -- Y la mano del Señor (Ex. 9:3; Isa. 59:1; Luc. 1:66; Hech. 4:28, 30; 13:11) estaba con ellos, -- "La mano del Señor" bendice y también castiga: Cuando esta expresión es seguida de la preposición meta (como en este texto), indica bendición; si es seguida de epi (como en 13:11), indica castigo. En este caso "la mano del Señor" bendecía los esfuerzos de los hermanos de Chipre y de Cirene que abrían campo entre los griegos.
-- y gran número creyó y se convirtió al Señor. -- 14:15; 15:3, 19; 26:18, 20; 1 Tes. 1:9). Lucas no dice que gran número fueron salvos por creer solamente, sino que gran número creyó y se convirtió al Señor. Pedro había dicho (3:19), "Arrepentíos y convertíos". En estos textos se puede observar que hay algo que hacer después de creer y aun después de arrepentirse. Estos textos corresponden a Hechos 2:38, "Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados".
11:22 -- Llegó la noticia de estas cosas a oídos de la iglesia que estaba en Jerusalén; y enviaron a Bernabé (4:36, 37; 9:27) que fuese hasta Antioquía. -- (compárese 8:14, "Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan"). Bernabé era natural de Chipre (que estaba cerca de Antioquía) y tenía talento para exhortar; por eso, los hermanos de Jerusalén creían que él era el más indicado para confirmar a los hermanos nuevos de Antioquía.
11:23 -- Este, cuando llegó, y vio la gracia de Dios, se regocijó, y exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor. -- Al ver la gracia, ¿qué vio? Vio una iglesia de Cristo ya establecida en Antioquía. La gracia de Dios salva a la gente por medio de la predicación del evangelio y establece iglesias de Cristo (Rom. 16:16).
11:24 -- Porque era varón bueno (muchos de los que predican no son buenos, sino carnales), y lleno del Espíritu Santo (Rom. 8:14; Gál. 5:22, 23; Efes. 5:18) y de fe (no dependía de su propia fuerza, sino que tenía plena confianza en Dios, en Cristo, y en el evangelio).
-- Y una gran multitud fue agregada al Señor. -- El fruto normal de ese clase de vida. ¿Hasta cuándo aprenderá la iglesia que el crecimiento no depende tanto de la llamada "obra personal", ni de campañas, ni de la repartición de literatura, sino primero y sobre todo de la vida buena y consagrada de los miembros, comenzando con el predicador. Lucas no dice que Bernabé era "varón elocuente, poderoso en las Escrituras" como Apolos (18:24), sino que "era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe". Esto no quiere decir que Bernabé no era elocuente, ni tampoco que Apolos no era varón bueno, pero Lucas enfatiza las cualidades sobresalientes de estos obreros de Cristo.
Sin duda Pablo y Pedro tenían talentos que Bernabé no poseía, pero éste hermano hacía grandes cosas por el Señor al utilizar su talento para exhortar y consolar, y este trabajo siempre ha sido y siempre será de suma importancia. ¿Por qué convertir a la gente y dejar que mueran? La palabra confirmar es mencionada en los siguientes textos: 14:22; 15:32, 41; 16:5; 18:23; Rom. 16:25; 1 Cor. 1:8; 2 Cor. 1:21; Col. 2:7; 1 Tes. 3:2; 2 Ped. 1:12.
El hermano Boles comenta que debe observarse la prominencia dada al Señor en estos versículos: en el ver. 20, Cristo se llama el "Señor Jesús"; el ver. 21 habla de "la mano del Señor" y que los creyentes se convirtieron al Señor; Bernabé exhortó a todos a que permaneciesen fieles al Señor, y que "una gran multitud fue agregada al Señor".
11:25 -- Después fue Bernabé a Tarso para buscar a Saulo; y hallándole, le trajo a Antioquía. -- Bernabé necesita ayuda porque la obra era mucha, y no solamente conocía a Pablo (9:27), sino que, sin duda, sabía que el Señor le había dicho (9:15, 16) que iba a llevar su nombre en presencia de los gentiles. Entonces, ¿quién mejor que Pablo podría ayudarle con los gentiles de Antioquía?
11:26 -- Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, -- Pablo "se detuvo allí (en Corinto) un año y seis meses" (18:11) y estuvo tres años con los efesios (20:31), pero aquí Lucas dice "todo un año" porque Pablo, Bernabé y sus compañeros trabajaron muy poco tiempo en algunas ciudades.
-- y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía. -- ¿Les dieron este nombre sus enemigos? Algunos creen que sí, pero aunque se usaban los términos galileos (2:7) y nazarenos (24:5) con desprecio, el nombre cristiano no es nombre de reproche, sino de honor (26:28; 1 Ped. 4:16).
11:27 -- En aquellos días unos profetas descendieron de Jerusalén a Antioquía. -- Profetas eran hombres inspirados. En este texto el profeta Agabo predice el futuro, pero algunos textos indican que la obra del profeta era revelar la voluntad de Dios para edificar a la iglesia (Rom. 12:6; 1 Cor. 11:4, 5; 12:10, 28; 13:2, 8; 14:3, 5, 24).
11:28 -- Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu, que vendría una gran hambre en toda la tierra habitada; la cual sucedió en tiempo de Claudio. -- Lucas escribe después del evento y de esta manera podía decir que la profecía se cumplió.
11:29 -- Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía, -- "Según haya prosperado" (1 Cor. 16:2); "Porque si primero hay la voluntad dispuesta, será acepta según lo que uno tiene, no según lo que no tiene" (2 Cor. 8:12).
-- determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban en Judea; -- Los hermanos de Antioquía eran hermanos gentiles que habían recibido una bendición espiritual de sus hermanos judíos, pues estos les habían enseñado el evangelio. Después, Pablo dijo acerca de otra ofrenda, "Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una ofrenda para los pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén. Pues les pareció bueno, y son deudores a ellos; porque si los gentiles han sido hechos participantes de sus bienes espirituales, deben también ellos ministrarles de los materiales" (Rom. 15:25-27). Probablemente los hermanos de Antioquía tuvieron esta actitud para con los hermanos necesitados de Judea.
11:30 -- lo cual en efecto hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo. -- Esta ayuda fue dada para los hermanos que habitaban en Judea y fue enviada a los ancianos. Se escogían ancianos en cada iglesia (14:23); por eso, "los ancianos" mencionados aquí por Lucas eran los ancianos de las iglesias de Judea (1 Tes. 2:14). "Lo cual en efecto hicieron" enfatiza que esto es precisamente lo que hicieron.
A mediados del siglo presente algunas iglesias de Cristo optaron por convertirse en "iglesias patrocinadoras" y centralizaron los fondos de muchas iglesias para hacer obra evangelística y benévola. Cuando comenzaron esta práctica no consideraron la necesidad de seguir el patrón bíblico, pero cuando otros hermanos insistían en que la "iglesia patrocinadora" no es bíblica, entonces los inventores de este plan comenzaron a buscar textos que tal vez los apoyaran.
Hech. 11:27-30 fue uno de esos textos y su argumento fue que el dinero enviado por Antioquía fue dejado en manos de los ancianos de Jerusalén los cuales se encargaron de repartirlo entre las iglesias de Judea. Argumentan así basándose en 12:25, "Y Bernabé y Saulo, cumplido su servicio, volvieron de Jerusalén". Nos dicen que el hecho de que volvieron de Jerusalén prueba que el dinero fue entregado a los ancianos de la iglesia de Jerusalén, pero ¿dice Hechos 12:25 que Pablo y Bernabé fueron solamente a Jerusalén? No lo dice y no lo implica. Hermanos de Estados Unidos que predican en América Latina frecuentemente regresan desde la capital de esos países, habiendo predicado en varias ciudades del país.
Otro argumento usado para defender la iglesia patrocinadora es Gál. 1:22, Pablo dice, "no era conocido de vista a las iglesias de Judea". Se dice que esto prueba que Pablo y Bernabé no visitaron las iglesias de Judea cuando entregaron el dinero de Antioquía, porque no era conocido de vista a los hermanos de Judea. Es muy fácil trazar la cronología de Gál. 1, como también las visitas de Pablo a Jerusalén. Una lectura superficial de estos textos nos hace ver que Gál. 1:22 no corresponde a Hechos 11:27-30 sino a Hech. 9:26-28 (su primera visita a Jerusalén después de su conversión).
En Hech. 26:20 Pablo dice que él había anunciado el evangelio "por toda la tierra de Judea". ¿Cuándo? Cuando él y Bernabé llevaron el dinero a los hermanos de Judea, entregándolo en manos de los ancianos de esas iglesias. En las otras visitas de Pablo a Jerusalén (9:26; 15:2; 21:17) no había tiempo ni oportunidad para predicar en toda Judea, pero en la visita de 11:27-30 había tiempo y oportunidad para hacerlo.
Es interesante leer lo que dice J. W. McGarvey sobre este texto. Aunque él promovió la sociedad misionera que dividió la iglesia a fines del siglo pasado, acerca de este viaje él dice, "Parece que Pablo y Bernabé no entraron en la ciudad (de Jerusalén) sino hasta que su misión entre las iglesias de Judea se hubiera llevado a cabo, y entonces su estancia debiera de haber sido muy breve, por causa del peligro inminente" (comentario sobre 15:4). De esta manera vemos que uno de los campeones de la sociedad misionera (que es la madre de la iglesia patrocinadora) destruye uno de los argumentos favoritos de nuestros hermanos innovadores.
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