Colosenses 1

 

1:1 Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, -- Siendo apóstol de Jesucristo Pablo tenía el derecho de enseñarles y exhortarles y de exponer los errores que algunos enseñaban.

          -- y el hermano Timoteo -- Hech. 16:1-4; 1 Cor. 4:16, 17; 16:10; Fil. 2:19, 20; 1 Tes. 3:1-6. Timoteo se incluye en las salutaciones de Pablo en varias cartas (1, 2 Tes.; 2 Cor., Filip., Filemón).

1:2 a los santos -- Al oír la palabra santos muchos piensan en excelencia de carácter -- y, desde luego, debe haber excelencia de carácter en los santos --, pero la idea básica del término es que se han apartado del mundo y se han dedicado al Señor (MRW).

          -- y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas: -- En todas sus cartas Pablo emplea la expresión en Cristo, pero recibe énfasis especial en esta carta cuyo propósito es la exaltación de Cristo. Los que permanecen en Cristo no serán seducidos por las "filosofías y huecas sutilezas" de los falsos maestros (2:8, 19).

          Pablo siempre daba gracias por "los santos y fieles hermanos". Nosotros también debemos siempre regocijarnos y dar gracias a Dios por la piedad de nuestros santos y fieles hermanos.

          -- Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

 

1:3 Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, -- Al igual que la expresión en Cristo, la expresión Padre de nuestro Señor Jesucristo tiene significado especial en esta carta que exalta a Cristo.

 

1:4, 5 habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos (2:1, 2; 3:14; Filemón 5, Efes. 1:15), a causa de la esperanza (1:23, 27; Efes. 1:18; 2:12; Rom. 8:23, 24; 15:13; 1 Ped. 1:21; 3:15; la esperanza de la herencia celestial es la base de nuestra perseverancia ahora, 1:12; 3:24; Fil. 3:8-16; Heb. 6:17-20, MRW. Véase la combinación de fe, amor y esperanza en 1 Tes. 1:3 y en 1 Cor. 13:13.) que os está guardada (reservada, LBLA) en los cielos (esta expresión nos hace ver que la esperanza de este texto es la esperanza objetiva, "la meta que se tiene delante" (ATR). De esta manera Pablo habla de la seguridad de la esperanza. Para muchas actividades, sea de negocio o de vacaciones, etc., es necesario tener una reservación (tener algo guardado o reservado de antemano; el cristiano tiene una reservación celestial), de la cual ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio, -- "como lo habéis aprendido de Epafras" (1:7); "si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro" (1:23); "Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él" (2:6).

          Pablo enfatiza el evangelio puro que ellos habían oído antes de oír las "filosofías y huecas sutilezas". Deberían perseverar en el evangelio puro, pues ahora había llegado un evangelio no verdadero (falso). Compárese Gál. 1:6-9.

 

1:6 que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, (El evangelio puro es el evangelio universal, Mat. 28:19; Hech. 1:8; así pues había llegado a esa área también; véase 1:23) y lleva fruto (Pablo describe este fruto en Gál. 5:22, 23; "aumentará los frutos de vuestra justicia", 2 Cor. 9:10; "para tener también entre vosotros algún fruto" Rom. 1:13; el fruto de la obediencia al evangelio y de la nueva vida del cristiano, 3:12-24. "Por sus frutos los conoceréis", Mat. 7:16. El evangelio puro había llevado buenos frutos en todas partes del mundo, como también entre los colosenses y, de esa manera, manifestaba que era la verdad. El fruto que lleva el hueco engaño de la filosofía humana, como la que se enseñaba en Colosas, llevaba fruto corrupto; "el árbol malo da frutos malos", Mat. 7:17).

          -- y crece también en vosotros, -- Los falsos maestros querían que los colosenses "crecieran" y que llegaran a ser muy "sabios" en el conocimiento de la filosofía humana.

          -- desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad, -- 1:7; 2:6, etc.

 

1:7 - 9 como lo habéis aprendido de Epafras, nuestro consiervo amado, que es un fiel ministro de Cristo para vosotros, (4:12, 13; Filemón 23) quien también nos ha declarado vuestro amor en el Espíritu. Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, -- 1 Cor. 2:11-14; Efes. 1:17-19; 1 Jn. 2:20; 5:20. Los gnósticos ("los que conocen") pretendían poseer un conocimiento perfecto, muy elevado que era para los elegidos (los iniciados en los misterios), pero los hermanos colosenses podían ser llenos del conocimiento verdadero. La palabra llenos es una palabra clave en esta carta, pues los falsos le empleaban para convencer a los colosenses que para estar llenos del conocimiento tendrían que iniciarse en los misterios que ellos enseñaban, pero Pablo refuta esta idea diciendo que para estar verdaderamente llenos del conocimiento, deberían aprender toda la voluntad de Dios (Hech. 20:20, 27). Epafras rogaba "encarecidamente por vosotros en sus oraciones, para que estéis firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere" (4:12; véase Efes. 3:19). Los colosenses no necesitaban los misterios de los herejes, porque el evangelio mismo es adecuado para perfeccionarnos en Cristo.

          Nosotros también debemos orar por nuestros hermanos, pidiendo que sean "llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual".

 

1:10 para que andéis como es digno del Señor (Efes. 4:1; 2 Tes. 1:5; Fil. 1:27; para andar de esta manera es indispensable que sigamos el evangelio verdadero y no ser llevados por doctrinas falsas), agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra (Jn. 15:1-8), y creciendo en el conocimiento de Dios; -- Pablo siempre conecta la doctrina con la conducta. El fruto de la doctrina falsa es corrupto, pues produce el ritualismo (2:16), el ascetismo (2:20-23), y aun el libertinaje (Apoc. 2:14), pero el fruto del evangelio puro es la santidad.

 

1:11 fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; -- "en mucha paciencia ... en longanimidad" (2 Cor. 6:4-6); "tú has seguido mi ... longanimidad ... paciencia" (2 Tim. 3:10); "tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia (longanimidad) a los profetas ... Habéis oído de la paciencia de Job" (Sant. 5:10, 11).

          "Deseaba que ellos fueran fortalecidos para poder cumplir con su deber, para enfrentarse a la tentación; y para soportar las varias pruebas de la vida" (AB).

 

1:12 con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos (nos ha capacitado, LBLA; véase 2 Cor. 3:6, "competentes") para participar de la herencia de los santos en luz; -- Los judaizantes y los gnósticos negaban que con tan sólo el evangelio los cristianos fueran aptos o capacitados para participar de la herencia de los santos en luz. "Esto no necesariamente se limita a la gloria futura. Los hijos de Dios andan en luz en la tierra. Véanse Jn. 3:21; 11:9; 12:36; Efes. 5:8; 1 Tes. 5:5; 1 Jn. 1:7; 2:10" (MRV).

          Es necesario capacitarse para participar en los deportes o en actividades académicas; así también lo es en cuanto a participar de la herencia de los santos en luz. No todos pueden hacerlo porque es necesario ser aptos o capaces para hacerlo.

1:13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, -- Dios había librado a su pueblo del poder de Egipto, de Babilonia y de Asiria, y los judíos esperaban que Dios les librara del yugo de Roma, pero Cristo trajo otra clase de libertad, pues nos ha librado de la potestad de las tinieblas. Ya no estamos bajo el poder del mundo (2:8, 20; 3:2).

          Según la herejía gnóstica, Cristo no vino para sufrir y morir en la cruz por los pecados del mundo, y no resucitó de entre los muertos, sino que sólo vino para librar el espíritu que está encarcelado en el cuerpo malo. Pablo dice, sin embargo, "¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios" (1 Cor. 6:19, 20). Pablo no habló del cuerpo como la cárcel del alma, sino como el templo de Dios.

          -- y trasladado al reino de su amado Hijo (del Hijo de su amor), -- Esto ocurrió cuando fueron bautizados (2:12, 20; 3:1; compárense Hech. 2:47; 1 Cor. 12:13). Muchos religiosos menosprecian la importancia del bautismo, pero compárense Mar. 16:16; Hech. 2:38; 22:16; Rom. 6:3, 4; 1 Ped. 3:21.

          Nunca dejemos de dar gracias a Dios por la gran bendición de estar en el reino de su amado Hijo. Verdaderamente hemos sido rescatados, pues la vida en el mundo de pecado, de error y de toda clase de tinieblas es una miseria continua. El alma está en gran peligro, porque los que no mueren en Cristo no pueden estar con Cristo. Además, aparte de evitar el castigo eterno, nuestra vida aquí en la tierra está muy bendecida porque andamos en luz y tenemos un gozo en el alma que nunca encontramos en el mundo.

          El verbo trasladar (methistemi) ocurre cinco veces en el Nuevo Testamento: Luc. 16:4 ("cuando se me quite de la mayordomía, me reciban en sus casas"); Hech. 13:22 ("Quitado éste Error! Reference source not found., les levantó por rey a David"); Hech. 19:26 (Pablo "ha apartado a muchas gentes con persuasión, diciendo que no son dioses los que se hacen con las manos"); 1 Cor. 13:2 ("y si tuviese toda la fe, de tal manera que  trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy").

          Muchas razas o naciones han sido trasladadas o trasplantadas de un lugar a otro. Los israelitas fueron trasladados de Canaán a Egipto, de Egipto a Canaán (la tierra prometida), de la tierra prometida a Asiria y Babilonia y, después de setenta años, el remanente en Babilonia fue trasladado otra vez a su propia tierra.

          Varias tribus de indios del estado (departamento) de Florida fueron trasladadas al "Territorio indio" que llegó a ser el estado (departamento) que se llama Oklahoma (tierra colorada). Pero aunque a veces muchas personas obedecen al Señor al mismo tiempo (Hech. 2:41), no se trasladan al reino de Cristo en grupos (naciones, razas, tribus, etc.) sino uno por uno.

          Obsérvese que según este texto (1:13) sin duda alguna el reino de Cristo existía cuando Pablo escribió esta carta. Juan el bautista y Jesús anunciaban que el reino se había acercado (Mat. 3:2; 4:17); Jesús dijo, "que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que hayan visto el reino de Dios venido con poder" (Mar. 9:1); después de morir Jesús, José de Arimatea "esperaba el reino de Dios" (Luc. 23:51); después de su resurrección Jesús dijo a los apóstoles, "quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto" (Luc. 24:49); esta promesa se repite justamente antes de su ascensión: "recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra" (Hech. 1:8). El cumplimiento de estas promesas se ve en Hech. 2:1-4, en el día de Pentecostés, cuando vino el Espíritu Santo sobre los apóstoles y comenzaron a predicar el evangelio. Los que obedecieron al evangelio (Hech. 2:37, 38) nacieron del agua y del Espíritu (Jn. 3:5) para entrar en el reino. Desde aquel día en adelante el Nuevo Testamento habla del reino como ya existente (Hech. 8:12).

 

1:14 en quien tenemos redención por su sangre (Rom. 3:24), el perdón de pecados. -- "Fuera de Cristo no hay nada; en El hay vida eterna. Fuera de El, hay condenación; en El hay redención. Fuera de Cristo hay culpa; en El hay perdón y salvación" (JBC). Los gnósticos no querían oír del perdón de pecados. Despreciaban esta redención y sólo hablaban de la liberación del espíritu del cuerpo "malo", pero Pablo afirma claramente que la redención es el perdón de pecados; es decir, cuando Dios nos perdona, nos redime o rescata del poder (dominio) de Satanás.

 

1:15 El es la imagen ("Imagen es más que semejanza que puede ser superficial e incidental. Implica que existe un prototipo, e incorpora la esencial realidad de su prototipo", MRV) del Dios invisible, -- "A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer" (Jn. 1:18).

          En esta carta a los colosenses Pablo exalta a Cristo. Proclama su grandeza y su preeminencia sobre toda la creación. Los gnósticos despreciaban a Cristo, diciendo que El era una de las emanaciones del Ser Supremo, pero Pablo refuta esa herejía: "agradó al Padre que en él habitase toda plenitud ... en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad" (1:19; 2:9). "Cristo, el cual es la imagen de Dios" (2 Cor. 4:4). "Existiendo en la forma de Dios" (Fil. 2:6); al llegar a ser hombre no dejó de existir en la forma de Dios. (La Biblia de las Américas comete un error al traducir el participio hupárkon "existía", pues debe ser "existiendo", porque eternamente existe en la forma de Dios). "El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia" (Heb. 1:3). Cristo es Dios revelado; por eso, Jesús dijo a Tomás, "Si me conocieseis, también a mi Padre conocerías" (Jn. 14:7), y dijo a Felipe, "El que me ha visto a mí, ha visto al Padre" (Jn. 14:9). "En Cristo el invisible Dios llegó a ser visible" (GH).

          Como Dios es eterno, el Hijo es eterno. Como Dios es todopoderoso, el Hijo es todopoderoso (Apoc. 1:8, 17). Como Dios es omnisciente, Cristo es omnisciente. En fin, siendo Dios, Cristo posee todos los atributos de Dios, y los tenía cuando estuvo en la tierra.

          -- el primogénito de toda creación. -- Cristo ocupa la posición de primogénito o principal o Señor, "Porque en él fueron creadas todas las cosas ... y él es antes de todas las cosas ... y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia ... para que en todo tenga la preeminencia" (1:15-18). Cuando la palabra primogénito se usa con respecto a los nacidos físicamente quiere decir el primer nacido. Puesto que en la Biblia el primogénito era el hijo principal, éste heredaba al padre y, por eso, si su padre era rey, heredaba el trono; si su padre era el Sumo Sacerdote, llegaba a ser el Sumo Sacerdote, etc. A causa de la grandeza (preeminencia) asociada con la primogenitura, el término primogénito llegó a significar principal, el equivalente de señor. Por eso, Cristo es el "primogénito (Señor) entre muchos hermanos" (Rom. 8:29); es "el primogénito (Señor) de los muertos" (Apoc. 1:5).

          Este término se usa de Cristo como el primogénito de María (Mat. 1:25), pero en este texto en Colosenses (1:15) no tiene nada que ver con su nacimiento, sino con su preeminencia por encima de toda la creación (1:18). El término se usa aquí como se usa en Sal. 89:27; hablando de David Dios dice, "Yo también le pondré por primogénito, el más excelso de los reyes de la tierra". Hablando de Israel "Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito" (hijo elegido honrado y favorecido, Ex. 4:22). David no era el hijo primogénito, sino que Dios lo puso por primogénito, es decir, "el más excelso de los reyes de la tierra". No tiene que ver con su origen físico, sino con su posición de grandeza y exaltación.

          Heb. 1:6 dice, "Cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de Dios". En este texto es muy obvio que la designación primogénito tiene que ver con su grandeza, pues agrega, "Adórenle todos los ángeles de Dios". Tiene que ver con su Deidad, porque solamente a Dios se puede adorar (Mat. 4:10).

          Los testigos del Atalaya, sin embargo, persisten en blasfemar a Cristo, insistiendo en que primogénito significa que Cristo fue creado por Dios. Para ellos Cristo es solamente una criatura, una cosa creada.

 

1:16 Porque en él  (no sólo por sino en El; Rom. 12:5; 16:3, 7, 9, 11; 1 Cor. 1:30; 4:15) fueron creadas todas las cosas ("quedan creadas. La permanencia del universo, así, reside muchísimo más en Cristo que en la gravedad. El universo es Cristocéntrico", ATR), las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades (2:10, 15; Rom. 8:38; 1 Cor. 15:24; Efes. 1:21; 3:10; 6:12); todo fue creado por medio de él y para él. -- Esta afirmación refuta el concepto gnóstico de que la creación se realizó por medio de una sucesión de emanaciones de Dios, y que Cristo era solamente una de ellas. "Estos seres angélicos de los cuales los falsos maestros hablan ... son meras criaturas que, habiendo sido creadas por Cristo, están sujetas a El" (GH).

          "Este texto se dirige hacia el culto a los ángeles de los colosenses; mostrando que mientras que ellos estaban discutiendo los varios grados de ángeles que llenan el espacio entre Dios y los hombres, y dependiendo de ellos como el medio de comunión con Dios, habían rebajado a Cristo quien está arriba de todos ellos, y es el único mediador. Compárese Heb. 1:5-14, donde las ideas del Hijo como Creador y como Señor de los ángeles están combinadas" (MRV). Pablo afirma enfáticamente que ningún principado o potestad -- de cualquier clase -- tiene poder aparte de Cristo, el Creador.

          En algunas ediciones inglesas de la llamada "Biblia" del Atalaya (en español, La Traducción del Nuevo Mundo) se ha colocado la palabra otras cinco veces en los versículos 16-20. En otras ediciones la agrega entre corchetes. "Porque en él fueron creadas todas las otras cosas, etc." Hacen esto porque enseñan que Cristo mismo fue creado; es decir, dicen que Dios creó a Cristo y entonces Cristo creó "todas las otras cosas". Los "testigos" afirman, pues, que Cristo es una cosa, una criatura, que fue creado por Dios. Ellos trabajan arduamente, tocando puertas a tiempo y fuera de tiempo, soportando trabajos, insultos y persecuciones pero ¿con qué propósito? Con el propósito de amontonar blasfemia sobre blasfemia contra Cristo, negando su Deidad y proclamando que El es sólo una criatura. Aunque digan que El es "un dios" o "un arcángel", para ellos Cristo es, en fin de cuentas, un ser creado. En un futuro no muy lejano ellos estarán delante de Cristo como el Juez del mundo para dar cuenta de sus blasfemias.

          La "biblia" de los testigos del Atalaya hace que Pablo diga lo opuesto de lo que en realidad dice. Sólo Dios puede crear (Gén. 1:1; Isa. 44:24, "Yo Jehová, que lo hago todo, que extiendo solo los cielos, que extiendo la tierra por mí mismo"); pero Cristo es el Creador. Por eso, Cristo es Dios (2:9, "en él habita la plenitud de la Deidad corporalmente"). La Traducción del Nuevo Mundo contradice este texto, como también 1 Cor. 8:6; Heb. 2:10; y Jn. 1:3. "Pero el manifiesto propósito de los “Testigos de Jehová” de tergiversar la Palabra de Dios según su conveniencia, llega al colmo cuando en su libro «Qué ha hecho la religión para la humanidad?» transcriben estos mismos textos sin separar con corchetes las palabras añadidas, para hacer así creer al confiado lector que se trata de una traducción directa y exacta de la Sagrada Escritura auténtica" (Proceso a la “biblia” de los Testigos de Jehová, por Eugenio Danyans, página 69).

          Los de El Atalaya dicen, "No obstante que no hay principio de Dios (Elohim), o Jehová, sí hubo principio del habla o la palabra; y fue Dios quien comenzó o produjo o principió a aquel quien es llamado La Palabra o El Verbo... Recordando que la palabra ‘dios’ de acuerdo con el hebreo significa ‘poderoso’ o ‘uno que está antes que (otros)’, y recordando el poder del Hijo y su posición con referencia al resto de la creación, fácilmente se deduce que el Hijo de Dios, el Verbo, era y es ‘un dios’ (El), o ‘poderoso’, preeminente sobre otras criaturas, mientras que Jehová, el Creador del Verbo, es el Dios (Elohim), sin principio y ‘desde la eternidad’” (La verdad os hará libres, páginas 45, 46). Estos falsos maestros, al igual que los gnósticos, no dejan de blasfemar contra Cristo. Dicen que Dios produjo o principió al Verbo y que El era "un dios". Ellos son politeístas, pues "adoran" a dos dioses.

          Después de haber leído las palabras blasfemas de los testigos, léanse otra vez con cuidado las palabras de Pablo: "Porque en él fueron creadas todas las cosas". Si Cristo mismo hubiera sido creado, Pablo no podría haber dicho que en El fueron creadas todas las cosas, pues El no podía haberse creado a sí mismo.

 

1:17 Y él (no era, sino) es (para Dios no hay tiempo pasado o tiempo futuro, porque eternamente vive en el tiempo presente) antes de todas las cosas (por eso, es eterno: Jn. 1:1, 2, 10; 8:58, "antes que Abraham fuese, yo soy"; 17:54; Fil. 2:6, 7; Miqueas 5:2; Heb. 1:8-12; Apoc. 22:13), -- Pablo no dice que Cristo "fue engendrado antes de todas las cosas", sino que El es antes de todas las cosas. Para el Atalaya Cristo mismo es una "cosa" (un ser creado); según esto, pues, El es antes de sí mismo. Tal filosofía hueca es pura locura e insensatez.

          En sus cartas Pablo emplea tales términos como "principado y autoridad y poder y señorío" (Efes. 1:21). Los gnósticos daban un lugar muy prominente a los varios grados de ángeles (como seres intermediaros) y aun les daban culto (2:18), pero sean ángeles fieles o rebeldes, sean espíritus buenos o malos, todos están sujetos a Cristo y "cuando introduce al Primogénito al mundo, dice: Adórenles todos los ángeles de Dios" (Heb. 1:6). "Lejos de ser uno de ellos, él los creó" (WB).

          -- y todas las cosas en él subsisten; -- Heb. 1:3. "La filosofía gnóstica, que afirma que la materia es mala y que fue creada por un eón remoto, queda así barrida de un plumazo. El Hijo del amor de Dios es el Creador y Sustentador del universo, que no es de sí malo" (ATR). El universo (kosmos) está dirigido y controlado por la mente de Cristo y, por eso, está sumamente ordenado (la palabra kosmos significa orden). Todas las leyes "naturales" (leyes de la naturaleza) son, en realidad, las leyes de Cristo por medio de las cuales El sustenta y gobierna el universo. "Hay una cohesión maravillosa en el universo ... La gravedad y otras leyes de la física regulan los cuerpos celestiales con un orden tremendo. Nadie realmente sabe por qué la gravedad funciona, excepto que el poder supremo lo decreta. Hay una interdependencia entre las criaturas naturales que en cuanto a su origen desafía las explicaciones naturalistas" (WF). Sin el control y dirección de Cristo, el universo estaría desordenado y arruinado.

 

1:18 y él es la cabeza del cuerpo (1:24; 1 Cor. 12:12,27; Rom. 12:5; Efes. 1:22; 4:2, 15; 5:30) que es la iglesia, -- "Jesús es el primero asimismo en el reino espiritual, así como en la naturaleza (versículos 18-20)" (ATR). La iglesia es su organismo por el cual obra y lleva a cabo su propósito en el mundo. El cuerpo recibe dirección de la cabeza, obedece sus instrucciones. La iglesia no manda, sino que recibe y obedece los mandamientos de su cabeza. Esta verdad sencilla condena todos los concilios, convenciones, sínodos, etc. establecidos por los religiosos para hacer leyes, establecer prácticas y ordenar el culto de la iglesia.

          -- él que es el principio (arche, prioridad), -- "He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio (arche; "el origen o la fuente", LBLA, margen) de la creación de Dios" (Apoc. 3:14); es decir, El es el Principio en el sentido de ser el Principiador (Originador, Creador) de la creación de Dios (Jn. 1:3; Heb. 1:2.

          -- el primogénito de entre los muertos (Apoc. 1:5), para que en todo (entre todos) tenga la preeminencia; -- La palabra primogénito equivale a Señor. Cristo es el Señor de los muertos como también de los vivos (Rom. 14:9).

 

1:19 por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, -- "Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad" (2:9). "Para los gnósticos, Jesucristo no era en manera alguna único. Hemos visto cómo postulaban toda una serie de emanaciones entre el mundo y Dios. Insistían en que Jesús era sólo una de esas emanaciones: uno de tantos intermediarios entre Dios y los hombres. Podía estar colocado muy alto en la serie, hasta podía ser el más alto, pero de ninguna manera único, sino sólo de la serie, uno de tantos. Pablo refuta esto insistiendo en que en Jesucristo habita toda plenitud (Colosenses 1:19); en él está la plenitud de la Deidad en forma corporal (Colosenses 2:9) ... no es una revelación parcial de Dios, sino absolutamente único y que en él se encuentra la totalidad de Dios, la plenitud divina" (WB).

 

1:20 y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz. -- Todos los hombres han pecado (Rom. 3:23) y, por eso, están alejados de Dios (Isa. 59:1, 2). ¿Cómo podría Dios ser justo si justificara al pecador? (Rom. 3:26). Sólo por medio del sacrificio de Cristo como propiciación por nosotros (1 Jn. 1:7; 2:1, 2). Cristo derramó "la sangre de su cruz" para ser la propiciación por los pecados del hombre y, por lo tanto, Dios nos puede perdonar y recibir (2 Cor. 5:18-19. De esta manera "por medio de" Cristo Dios ha reconciliado a los que obedecen al evangelio.

 

1:21 Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, (Efes. 2:11, 12) haciendo malas obras (3:5-9; Rom. 1:18-32; Gál. 5:19-21), -- De esta manera el Espíritu Santo describe a todos los hombres de todo país y de toda época. En el vasto mundo no hay hombres inocentes entre los que no conocen a Dios (GH); más bien, por buenos y nobles que parezcan algunos, en realidad todos son "extraños y enemigos" de Dios y, por eso, alejados de El (Efes. 2:12), necesitados, por eso, del evangelio de la salvación. ¿Cuál es la única solución para esta situación? Mat. 28:19.

          -- ahora os ha reconciliado -- No por medio de los misterios gnósticos, no por medio de la filosofía humana, sino sólo por medio del evangelio de Cristo.

 

1:22 en su cuerpo de carne (que, según los gnósticos, era completamente malo), por medio de la muerte, (como sacrificio sin defecto (Ex. 12:5; Lev. 1:3; 21:17; 22:21; Deut. 15:21); para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él; -- como la esposa ataviada para su marido, (Efes. 5:25-27; Apoc. 19:7, 8).

 

1:23 si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe (2:6, 7; 1 Cor. 15:58), y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, -- pues había mucho peligro de que algunos de ellos se dejaran llevar por "la filosofía y huecas sutilezas" de los falsos maestros (2:8, 17). Pero ¿por qué hablar de "si en verdad permanecéis" y de "sin moveros" si es imposible caer de la gracia. Si la Biblia enseña la "Perseverancia de los santos" (la imposibilidad de la apostasía) según los credos calvinistas, entonces estas palabras de Pablo no tienen sentido.

          -- el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; -- 1:6; Mat. 28:19; Mar. 16:15; Hech. 1:8; Hechos capítulos 13-28; Rom. 10:18; Mat. 24:14 dice que el evangelio había de ser predicado "a todas las naciones" antes del "fin" (la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C.). El evangelio fue predicado en toda la creación en el primer siglo antes del año 63 d.C. (cuando esta carta fue escrita) sin las muchas ventajas que tenemos ahora: p. ej., medios de comunicación excelentes, tales como el teléfono, el telégrafo, la radio, la televisión, la computadora, como también medios excelentes de transportación, tales como el automóvil (y autopistas), el avión, y hasta el vehículo espacial. ¿Cómo se explica la evangelización del mundo en el primer siglo? La respuesta es fácil: los cristianos tenían celo de Dios, eran fervientes en espíritu, y amaban las almas perdidas. "Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio" (Hech. 8:4); hoy en día los cristianos viajan mucho, van "por todas partes", pero ¿para anunciar el evangelio? o ¿solamente para visitar otros pueblos, estados y países para pasearse y divertirse?

          Col. 1:23 y Rom. 10:18 declaran que el evangelio fue predicado a todas las naciones en el primer siglo y para cumplir esta tarea ni los apóstoles ni los otros evangelistas establecieron "iglesias patrocinadoras" u otras sociedades misioneras. La iglesia de Cristo es la única organización establecida por la sabiduría divina para evangelizar al mundo. Todas las demás han sido establecidas por la sabiduría humana.

          Algunos hermanos creen -- y han afirmado -- que no es posible que la Gran Comisión (Mat. 28:19; Mar. 16:15) se lleve a cabo en nuestro tiempo sin la "cooperación" de las iglesias. Lo que practican no es la cooperación, sino la centralización, pues se establece una "iglesia patrocinadora" (una iglesia central) y se invita a todas las iglesias de Cristo a enviarle fondos, para que sus "ancianos" ("ancianos patrocinadores") se encarguen de la obra de las iglesias que contribuyan con su esfuerzo.

          Los "ancianos patrocinadores" escogen predicadores y otro personal que serán sostenidos por estos fondos centralizados bajo su dirección, organizan "campañas" de evangelización, programas de radio y televisión, la distribución de literatura, y muchos otros proyectos semejantes.

          Pero Pablo dice (1 Tim. 3:15) que la iglesia misma es "columna y baluarte de la verdad". Acerca de la iglesia de Tesalónica Pablo dice, "Porque partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor" (1 Tes. 1:8), y de la iglesia de Roma dice, "vuestra fe se divulga por todo el mundo" (Rom. 1:8).

          La iglesia local debe ayudar a los evangelistas según su capacidad, pues Pablo dice a los filipenses, "aun a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades" (Fil. 4:16). Dos o más iglesias cooperaban para sostener a Pablo, pues recibió salario de iglesias para predicar en Corinto (2 Cor. 11:8). Entonces, ¿pueden las iglesias cooperar ahora en la obra de evangelización? Claro que sí, porque dos o más iglesias pueden enviar a cierto predicador para que él pueda dedicarse a la obra, pero las iglesias no deben enviar dinero a una "iglesia central" ("iglesia patrocinadora"), para que ésta se encargue de supervisar la obra y administrar los fondos de muchas iglesias. Esta práctica se basa en el plan de las iglesias sectarias.

          Las iglesias de Cristo del primer siglo no tenían "misioneros médicos". Los apóstoles y otros evangelistas del primer siglo siguieron el patrón divino, simplemente predicando el evangelio a la gente. No sanaban enfermos como medio de evangelización, sino para confirmar el evangelio (Mar. 16:20; Hech. 14:3; Heb. 2:3, 4). Los "misioneros médicos" promueven otro "evangelio", un "evangelio" diferente; es decir, promueven el "evangelio social", que ofrece alimentos, ropa, atención médica y otros beneficios, diciendo que están sirviendo al "hombre entero" (no sólo el alma, sino el cuerpo también). Cristo, sin embargo, no ha autorizado el "evangelio social". Cada cristiano ayuda al prójimo según pueda (Gál. 6:10), pero la obra de la iglesia local es la edificación, el evangelismo y la benevolencia para santos necesitados.

          En cuanto a la evangelización del mundo en nuestra época, el principal problema es la indiferencia de muchos en la iglesia (Apoc. 3:15, 16).

          -- del cual yo Pablo fui hecho ministro. -- Hech. 26:16-18.

 

1:24 Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, (¡gozo en el sufrimiento!) y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia; -- Nadie participa de los sufrimientos de Cristo por los pecados del mundo, pero ineludiblemente los discípulos de Cristo participan de los sufrimientos de Cristo en el sentido de sufrir por su Nombre (por su Causa) (Mat. 5:10-12; Hech. 14:22; Rom. 8:17; 2 Tim. 2:12; 3:12). Pablo quería ser como Cristo. Quería imitarlo en todo (1 Cor. 11:1). El sufrió muchas de las mismas aflicciones que Cristo sufrió, y estaba dispuesto a llenar la medida del sufrimiento que le había sido asignada. "Yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre" (Hech. 9:16). "Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios" (Hech. 20:24).

 

1:25 de la cual fui hecho ministro, según la administración (o mayordomía, la administración de los bienes de otro) de Dios que me fue dada para con vosotros (para beneficio vuestro, LBLA), para que anuncie cumplidamente (a fin de llevar a cabo la predicación de, LBLA) la palabra de Dios, -- Desde Hechos capítulo 13 hasta el fin del libro Lucas describe el ministerio de Pablo. Comenzó en Antioquía de Siria, hizo tres largos viajes y entonces el viaje hasta Roma. Como él dijo en Rom. 15:19, "Desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo". En la misma carta (1:14, 15) dice, "A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor. Así que, en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma". Pablo recibió su comisión directamente del cielo y este pensamiento siempre estaba con él: "Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio" (1 Cor. 9:16).

          Nunca podremos pagar la deuda que tenemos con los hermanos fieles de años pasados que han predicado el evangelio en nuestros países. Al contemplar el trabajo de los pioneros que trajeron el evangelio a los estados (departamentos) donde vivieron mis abuelos y mis padres, mi corazón se llena de gratitud por la gracia y bondad de Dios. Mi abuelo paterno (John Partain) oyó y aprendió el evangelio en el estado de Arkansas, lo cual él enseñó a sus hijos y también a mi abuelo materno. Cuando yo tuve tres años de edad, mi familia se mudó a un pueblo llamado Stigler, en el estado de Oklahoma, y mi padre fue a la oficina de correo y preguntó si había en ese pueblo una Iglesia Cristiana (en aquel tiempo él no sabía la diferencia entre la Iglesia Cristiana y la iglesia de Cristo), y le dijeron que había una iglesia de Cristo. Así, pues, por la providencia de Dios comenzamos a asistir a una pequeña iglesia de Cristo, y cuando tuve cinco años de edad, mis padres fueron bautizados (lo recuerdo bien), y asistimos fielmente. Nunca puedo pagar lo que debo a los que enseñaron a mi abuelo, nunca puedo pagar lo que debo a mis padres y otros cristianos que me enseñaron el buen camino. "Deudor soy".

 

1:26 el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, -- Al hablar del misterio Pablo se refiere al plan de Dios de salvar a todos -- tanto a los gentiles como a los judíos -- por medio del evangelio de Cristo (véase Efes. 3:3-5). No era misterio en el sentido místico, misterioso o difícil de entender, sino simplemente por no haber sido revelado. Los gnósticos se gloriaban de sus misterios que solamente ellos (los elegidos) podían entender, pero el verdadero misterio está al alcance de todo el mundo porque se ha revelado a todos.

 

1:27 a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas (2:2; esta es una palabra favorita de Pablo: Rom. 2:4; 9:23; 11:33; Efes. 1:18; 2:7; 3:8, 16; Fil. 4:19) de la gloria de este misterio entre los gentiles; -- De la manera más elocuente Pablo escribe estas palabras y frases para enfatizar la grandeza del evangelio universal.

          -- que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria, -- La única esperanza de gloria. Sólo por medio de Cristo puede el hombre participar de la gloria de Dios. "Cristo Jesús, como El vivió aquí en la tierra, es el perfecto patrón de la vida apropiada para alcanzar y gozar de esa gloria con Dios. Cristo en nosotros nos hace como Cristo en la vida, como El en la fidelidad a Dios y su voluntad. Como El en estimar la humildad, el amor, la buena voluntad y la bondad hacia el hombre. Como El en buscar la felicidad por medio de la abnegación de sí para hacer felices a otros ... Como El en practicar los principios que moraban en su propio pecho" (DL).

          "El secreto más glorioso de la historia ahora (está) revelado: ¡Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria! (1) Glorioso poder para llevar una vida piadosa. (2) Glorioso poder para obrar victoriosamente. (3) Glorioso gozo disponible. (4) Gloriosa paz para el alma. (5) Glorioso consuelo en (tiempo de) problemas. (6) Gloriosa victoria sobre la muerte. (7) Gloriosa vida eterna con Dios" (WF).

          Hay ocho expresiones en el Nuevo Testamento que se refieren al estado de salvación: "(1) Cristo en vosotros; (2) vosotros estáis en Cristo; (3) Dios está en vosotros; (4) vosotros estáis en Dios; (5) el Espíritu Santo está en vosotros; (6) vosotros estáis en el Espíritu Santo; (7) la mente de Cristo está en vosotros; (8) la palabra de Cristo está en vosotros" (JBC).

 

1:28 a quien anunciamos (Hech. 20:20, 26, 27), amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre; -- Para que Cristo esté en nosotros (1:27), tenemos que estar "en Cristo" (1:28; Gál. 3:26, 27).

          Obsérvese el énfasis sobre todo hombre. Los gnósticos se jactaban del "conocimiento" y los privilegios y honores que sólo pertenecían a los elegidos. Para Cristo cada individuo era importante: la mujer samaritana, Nicodemo, el paralítico, el que nació ciego, etc.

          Este texto (1:28) claramente expresa la meta del apóstol Pablo, y debe ser la meta de todo evangelista: "presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre". Para llevar a cabo esta obra tiene que (1) ser un buen ejemplo, 1 Tim. 4:12; Hech. 20:28); y (2) tiene que enseñar todo el consejo de Dios (Hech. 20:20, 26, 27); "que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina ... sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio" (2 Tim. 4:2-5).

          ¿Puede el cristiano ser perfecto? La Biblia lo requiere: 2 Cor. 13:9, 11; Heb. 5:11-14 (perfecto o maduro en el conocimiento); Mat. 5:48 (sed perfectos, no amando sólo a los que nos aman, sino a los que nos aborrecen; este es un amor completo o perfecto como el amor del Padre); Jn. 17:23; 1 Cor. 1:10 (perfeccionados en la unidad); 2 Cor. 7:1 (perfeccionados en la santidad); Sant. 2:23 (la fe perfeccionada en las obras).

 

1:29 para lo cual también trabajo, luchando (esforzándome, LBLA, 1 Tim. 4:10) según la potencia de él, -- "Por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios" (1 Tim. 4:10); "He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe" (2 Tim. 4:7).

          -- la cual actúa poderosamente en mí. -- 1:11; "Fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza" (Efes. 6:10); "todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Fil. 4:13). Cristo siempre le ayudaba (Hech. 23:11; 27:23, 24; Rom. 15:18, 19).

 

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