La historia de la Biblia

      "En el principio..." Vuelva con nosotros a ese punto. No hay mundo, ni universo, ni vida física, ni sustancia física ni tiempo. La eternidad no tiene principio ni fin. ¿Qué existía? ¿Cómo llegó a existir todo lo que conocemos? ¿Qué significa todo esto?

      Había tres Seres en existencia quienes son tan eternos como la eternidad misma: E1 Padre, el Verbo y el Espíritu Santo. Estos Seres separados son, sin embargo, uno en propósito, en justicia y en Deidad. Todos ellos abarcan todo lo que es la Deidad.

   La creación

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      En algún punto -‑ no tenemos idea en cuanto a cuándo ni por qué -- seres celestiales inferiores fueron creados. Leemos de innumerables huestes de ángeles (Apocalipsis 5:11), de serafines (Isaías 6:2), de querubines (Gén. 3:24) y de otras criaturas celestiales alrededor del trono de Dios (Apoc.4). En algún momento de tiempo, algunos de estos seres celestiales pecaron (2 Pedro 2:4). Otra vez, ignoramos las razones. Tales asuntos son las cosas secretas que pertenecen a Dios (Deut. 29:29). Un lugar de castigo, más terrible de lo que podemos comprender, fue preparado para aquellos seres malvados (Mat. 25:41). “Los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio” (2 Pedro 2:4). Estos seres celestiales son más poderosos que el hombre, pero ellos, como todo ser creado, son muy inferiores a Dios el Creador.

      "En el principio” Dios habló, y el universo físico llegó a existir. Luego E1 comenzó a poner vida en la tierra. Primero vino la vida vegetal; luego peces, aves y animales de tierra. E1 proceso de la creación no estaba todavía completo, porque no había vida que pudiera comprender o compartir un compañerismo con Dios. Así que el hombre fue creado. "Hagamos al hombre a nuestra imagen..." (Gén. 1:26). E1 hombre es como Dios, porque el hombre puede razonar, y é1 tiene un alma dentro que nunca dejará de existir, una esencia que es espiritual.

      Dios puso a Adán y Eva en un huerto de belleza muy superior a la que pudiéramos encontrar hoy. La tierra estaba nueva y no contaminada. Toda planta deseable estaba allí. No había espinas o cardos; no había dolor ni pesar; no había ansiedad o temor. Adán y Eva tenían acceso al árbol de la vida para que no tuvieran que morir. Lo mejor de todo, tenían compañerismo con Dios mismo (Gén. 3:8).

      Pero Dios no quería una criatura que fuera su compañero, simplemente porque no había nada más que é1 pudiera hacer. En tal caso, el hombre no hubiera sido más que un robot programado para adorar a Dios, e incapaz de otra cosa. Así que, Dios dio al hombre un mandamiento. A Adán y Eva se les prohibió comer el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal.

      Había comida en abundancia; así que el hambre no provocó el comer del fruto prohibido. E1 huerto del Edén era tan grande que cuatro ríos lo cruzaban; así que no hubo razón para que la tentación estuviera constantemente ante sus ojos. Pero la humanidad es débil. Cuando la serpiente tentó a Eva, ella fue seducida y comió del fruto prohibido. Ella lo dio a Adán y el comió también.

      Ahora ellos conocían la vergüenza, la culpa y el miedo. Dios impuso sobre cada parte culpable una maldición. E1 dolor, la tristeza, problemas, espinas, muerte, separación del árbol de la vida, y lo peor de todo, la separación del compañerismo con Dios.

      E1 pecado de ellos no fue sorpresa para Dios. E1 sabía antes de la creación que el hombre sería débil y se había preparado para la caída del hombre. Dios ya había planeado como el hombre podía ser salvado (Efesios 3:10‑11). Adán y Eva renunciaron a la oportunidad para la completa felicidad en esta tierra. Dios comenzó el largo proceso de desarrollar su plan de cómo el hombre podría vivir para siempre con E1, con tal que el hombre aceptara sus términos.

 

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