Temblar - A La Palabra De Dios
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Isa. 66:2, “miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra”. Significa un temor reverente como motivo controlador de la vida.
Pocos respetan la palabra de Dios. Poco tiemblan a su palabra. Esto es porque no son pobres y humildes de espíritu.
El temor de Dios es el principio de todo conocimiento:
-- Prov. 1:7, “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová”. Sin el temor de Dios, el hombre no está capacitado para aprovechar la instrucción.
-- Sal. 25:12, “¿Quién es el hombre que teme a Jehová? El le enseñará el camino que ha de escoger. 13 Gozará él de bienestar, Y su descendencia heredará la tierra. 14 La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, Y a ellos hará conocer su pacto”. El temblar a su palabra nos hace conocer la voluntad de Dios.
-- Prov. 16:6, “con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal”. Pero no hay frenos para los que no temen la palabra de Dios.
-- 2 Cor. 7:1, “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”. Los que no quieren completar la santidad no temen a Dios.
Aun Los Demonios Tiemblan
Sant. 2:19, “Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan”. ¿Por qué? Porque sabían que Jesús era Dios y que les iba a castigar.
Mateo 8:29, “Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?”
Félix Temblaba
Hechos 24:25, “Pero al disertar Pablo acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se espantó (atemorizado, LBLA) y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré”.
Una versión inglesa dice que “temblaba”; otra dice que estaba “aterrorizado”.
Hechos 22:9, “Y los que estaban conmigo vieron a la verdad la luz, y se espantaron”. Pero Félix se espantó oyendo la palabra predicada.
Reconoció que tendría que dar cuenta a Dios, pero que sepamos no obedeció.
Temer A Dios Y Guardar Sus Mandamientos
Ecles. 12:13, “El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. 14 Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala”.
2 Cor. 5:10, “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. 11 Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres”.
Hebreos 12:28, “Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; 29 porque nuestro Dios es fuego consumidor”.
El Oír La Palabra De Dios Nos Debe Motivar A Ser Obedientes
Hechos 7:32, “Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob. Y Moisés, temblando, no se atrevía a mirar”. Movido por el temor de Dios, Moisés era un siervo fiel de Dios.
Éxodo 19:16, “Aconteció que al tercer día, cuando vino la mañana, vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte; y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento”.
Éxodo 20:18, “Todo el pueblo observaba el estruendo y los relámpagos, y el sonido de la bocina, y el monte que humeaba; y viéndolo el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos. 19 Y dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable Dios con nosotros, para que no muramos. 20 Y Moisés respondió al pueblo: No temáis; porque para probaros vino Dios, y para que su temor esté delante de vosotros, para que no pequéis”.
Éxodo 24:3, “Y Moisés vino y contó al pueblo todas las palabras de Jehová, y todas las leyes; y todo el pueblo respondió a una voz, y dijo: Haremos todas las palabras que Jehová ha dicho”.
Hechos 2:43, “Y sobrevino temor a toda persona”. Una característica dominante de la iglesia primitiva era el temor de Dios. Temblaban a su palabra.
Esto les motivaba a agradar a Dios y no a los hombres.
Les motivaba a predicar la palabra en medio de persecuciones.
Hechos 5:11, “Y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas cosas”. El temor de Dios nos motiva a practicar la disciplina en la iglesia.
Hechos 9:6, “El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga?” El temor le motivaba a ser obediente al evangelio y a servir al Señor como apóstol.
Hechos 9:31, “Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo”. El temor de Dios les motivaba a ser fieles y activos en la obra y a sufrir todo por Cristo.
Hechos 10:2, Cornelio era “temeroso de Dios”; por eso, aunque era hombre moralmente bueno, justo, dadivoso y aun oraba, él obedeció al evangelio.
Hechos 10:35, “en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia”.
Filipenses 2:12, “Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor”.
Es obvio que el temor de Dios nos debe motivar a obedecer a Dios.
Nadie debe decir que teme a Dios si no es obediente, pues aun los demonios creen y aun tiemblan.
La Palabra De Dios Merece El Respeto Y La Reverencia
Rom. 1:16, “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree”.
Hebreos 4:12, “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”.
Isaías 55:10, “así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”.
Juan 12:48, “El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero”.
Para Que Produzca La Fe Obediente
Rom. 10:17, “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”.
Hebreos 4:2, “pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron”.
2 Cor. 2:15, “Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; 16 a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida”.
Pero No Debemos Alejarnos De El Sino Acercarnos A El
Salmo 25:14, “La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, Y a ellos hará conocer su pacto”.
Temblar a su palabra significa respeto, reverencia, un sano temor de desagradarle y no cumplir su voluntad.
Rom. 8:15, “Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!”
No hay conflicto entre el amor a Dios y el temer a Dios:
-- Los hijos deben amar a sus padres, pero también deben temerles.
-- Efes. 5:33, “y la mujer respete (Lit. tema, LBLA) a su marido”.
Salmo 34:9, “Temed a Jehová, vosotros sus santos, Pues nada falta a los que le temen”. Dios es muy bondadoso para con los que le temen.
Salmo 85:9, “Cercana está su salvación a los que le temen”.
Salmo 103:13, “Como el padre se compadece de los hijos, Se compadece Jehová de los que le temen. 14 Porque él conoce nuestra condición; Se acuerda de que somos polvo”.
Salmo 147:11, “cumplirá el deseo de los que le temen”; es decir, oirá su oración.
Conclusión
1 Ped. 1:17, “Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación”.
Mateo 10:28, “Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno” No seamos temerosos de los hombres, ni siquiera de los que matan el cuerpo.
Hebreos 13:6, “de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre”.
No temamos, pues, lo que el hombre puede hacer.
Pero los que temen a Dios recibirán gran recompensa … reciben honor y riquezas … reciben misericordia … son ricamente bendecidos … alegran a Dios … sus oraciones son oídas.
Por lo tanto, debemos mostrar nuestro temor de Dios:
-- estudiando y aprendiendo su palabra
-- mostrando todo respeto y temor hacia su palabra
-- dejando todo pecado y error
-- limpiándonos de toda inmundicia en el temor de Dios
-- ocupándonos en nuestra salvación con temor y temblor.
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