Contender por la fe

I. ¿Qué es “la fe”?

      A. No es la creencia de uno, Heb. 11:6. No es la fe subjetiva, sino la fe objetiva.

      B. Es la una sola fe, Efes. 4:5, que fue dada, Judas 3; es decir, revelada, Gál. 3:25; que es predicada, Gál. 1:23; que es obedecida, Hech. 6:7; Rom. 6:17. Es la doctrina de Cristo y sus apóstoles (2 Jn. 9; Hech. 2:42; 1 Jn. 4:6), el evangelio, la verdad, la palabra, el camino, el Nuevo Testamento.

      C. No es la ley de Moisés (ni alguna parte de ella): p. ej., la circuncisión, el diezmo, el sábado, instrumentos de música.

      D. No consiste de los mandamientos (doctrinas, tradiciones) de los hombres, Mat 15:9; Col 2:22, 23, nombres humanos, oficios eclesiásticos, los sacramentos, el bautismo de infantes, la mujer en el púlpito, etc.

      E. No consiste de las opiniones de los hombres, Rom. 14:1. Estas cuestiones no son como el bautismo, la cena del Señor y otras doctrinas que están claramente reveladas por medio de una declaración explícita, un ejemplo apostólico aprobado, o una inferencia necesaria. Por eso NO CONTENDER por ellas.

      F. Pero la música instrumental en el culto, instituciones de las iglesias, centralización de fondos de varias iglesias en una, el divorcio (no por fornicación) y segundas nupcias (matrimonio adúltero), ropa deshonesta y prácticas mundanas, error en cuanto a la Deidad de Cristo (que no poseía o no usaba sus atributos divinos), error en cuanto a los días de Gén. 1, no son opiniones. No conviene aplicar Rom.  14 a tales prácticas.

      G. De la “fe” objetiva Pablo habla en 2 Tim. 1:13, “Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste”. “Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios” (1 Ped. 4:11).

II. Contender por la fe … porque muchos se apartan.

      A. Judaizantes, Hech. 15:1, 5; querían que la iglesia fuera otra secta de los judíos (que los cristianos gentiles llegaran a ser judíos); Gál. 1:6-9; 2:5, Ante esa herejía el apóstol Pablo defendió nuestra libertad.

      B. Algunos ancianos de las iglesias se apartan, Hech. 20:29-31 (“de vosotros mismos”).

      C. Algunos se apartan prohibiendo casarse, mandando abstenerse de alimentos, 1 Tim. 4:1. Véase también Col. 2:22, 23, “duro trato del cuerpo”, ascetismo, vida monástica.

      D. Algunos se apartan enseñando errores acerca de la resurrección, 1 Cor. 15:12, no hay resurrección; 2 Tim. 2:18, ya pasó.

      E. Algunos decían que Cristo no había venido en carne, 1 Jn. 4:1-4. ¿Por qué? “el cuerpo (siendo materia) es pecaminoso”.

      F. Algunos se apartan enseñando errores acerca de la Deidad: p. ej., los “Sólo Jesús” dicen que Cristo es el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; los testigos del Atalaya dicen que Cristo es “un dios”; algunos hermanos leen Fil. 2:7 y enseñan que Cristo se despojó a sí mismo de sus atributos divinos o que no los usaba, que no tenía poder inherente, que no perdonaba pecados por su propia autoridad, que pudo haber fallado en su misión, etc. Recúerdese que ¡Jesús nunca era solamente hombre! ; otros se apartan de la fe enseñando que los días de Gén. 1 eran “edades geológicas” de millones de años.

      G. Algunos se apartan, volviendo al calvinismo enseñando que la salvación es por “fe sola”, que el bautismo no es esencial para la salvación, que cualquier énfasis sobre las obras es puro “legalismo”, etc.

      H. Algunos se apartan enseñando errores respecto a la naturaleza y obra de la iglesia, cambiando su organización (no autonomía sino centralización) y su  obra (no espiritual sino social). Muchos hermanos ahora no promueven el evangelio puro, sino “el evangelio social”. Hay  “misioneros médicos”, clínicas; asilos para niños; y toda clase de diversión.

      I. Algunos se apartan enseñando errores con respecto al matrimonio, divorcio y segundas nupcias (véase el sermón en este libro de los errores sobre este tema).

      J. Algunos han adoptado una “nueva hermenéutica” (rechazando ejemplos e inferencias), para promover más “unidad”, pero su propósito es rechazar la autoridad bíblica.

III. Contender como Cristo y los apóstoles.

      A. Mat. 21, 22 Cristo discutió con los judíos acerca de la autoridad, los tributos romanos, y la resurrección. “Oyendo esto la gente, se admiraba de su doctrina”.

      B. Luc. 10:26, “¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?”

      C. Mat. 22:29, “Erráis, ignorando las Escrituras”.

      D. Mar. 2:25, “¿Nunca leísteis lo que David hizo … ?”

      E. Luc. 13:17, “Al decir él estas cosas, se avergonzaban todos sus adversarios”.

      F. Hech. 4, 5 vemos el denuedo de Pedro y Juan.

      G. Hech. 6, 7 A Esteban le costó la vida contender por la fe.

Conclusión.

      A. Hay mucha hostilidad contra la fe, el evangelio original.

      B. Digamos pues, “Estoy puesto para la defensa del evangelio” (Fil. 1:16).

      C. ¿Cómo será la iglesia de la cual usted es miembro en otros 10, 20 años?

      D. En muchas partes aun de este país no se encuentra una congregación libre de enseñanzas erróneas.

      E. ¡Qué privilegio tan grande tienen los que son miembros de iglesias fieles!

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