"Razón de la esperanza", 1 Ped. 3:15

I. La esperanza del cristiano.

          A. Pedro habla de mucho sufrimiento en el tiempo presente, 1  Ped. 1:6, "ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas". Es necesario seguir el ejemplo de Jesús en esto ("Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas",

1  Ped. 2:21-23).

          B. Pero esperamos "una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos", 1 Ped. 1:4.

          C. Esperamos la resurrección de los muertos, Jn. 5:28, 29; 1 Cor. 15:52. Los apóstoles predicaron la resurrección como la esperanza de Israel, Hech. 23:6; 26:6-8; 28:20, y es la esperanza nuestra.

          D. Los vivos esperamos la transformación del cuerpo, 1 Cor. 15:51.

          E. Esperamos la vida eterna, Mat. 25:34, 46. La palabra esperanza significa deseo y expectación, Rom. 8:24. Es la "confianza que se tiene de recibir una cosa" (Larousse).

II. Algunos no entienden la esperanza del cristiano.

          A. El cristiano debe sujetarse al gobierno para callar la ignorancia de los hombres insensatos, 1 Ped. 2:15.

          B. Algunos murmuran de cristianos como de malhechores; algunos calumnian la buena conducta de los cristianos, 1 Ped. 3:16.

          C. "A éstos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan", 1 Ped. 4:4.

III. Es necesario, pues, estar siempre preparados para presentar defensa ante los del mundo, 1 Ped. 3:15.

          A. El cristiano debe tener conocimiento amplio del evangelio porque, de otro modo, no está preparado para presentar defensa de él. 2 Tim. 3:15-17; Efes. 5:17.

          B. El cristiano debe tener convicción fuerte. 2 Tim. 1:12, "yo sé"; 2 Cor. 5:1, "sabemos"; Heb. 11:3, "por la fe entendemos"; Efes. 4:14, no ser como "niños fluctuantes".

          C. El cristiano debe tener su propia vida en orden. De otro modo no está preparado para presentar defensa del evangelio. Mat. 7:2-4; Rom. 2.21; 1 Tim. 4:12, 16.

                   1. Explicar nuestra esperanza es explicar nuestra propia vida. Los del mundo no preguntarán acerca de nuestra esperanza si ellos no pueden observar que en verdad tenemos esperanza. (No parece que los miembros mundanos tienen esperanza).

                   2. Por eso, Pedro nos exhorta como santos y como peregrinos, 1 Ped. 1:15-17; 2:11.

          D. "Presentar defensa con mansedumbre y reverencia". El cristiano debe estar bien preparado en conocimiento, en convicción, en su vida personal, y entonces con toda humildad debe tratar de convencer a otros. "Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres", Fil. 4:5.

Al Estudio Anterior: Refutar a Los Incrédulos
Sermones Index
Al Siguiente Estudio: Conversión, Rom. 6