Santiago
5:14-18
Introducción:
A. Sant. 1:6, "pida con fe, no dudando nada".
B. Sant. 2:14, "¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y
no tiene obras?"
C. Sant. 4:2, 3, "pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.
Pedís,
y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros
deleites".
D. Es importante recordar estos textos antes de estudiar Sant.
5:14-18,
texto que enfatiza la eficacia de la oración de fe.
I. "Está alguno enfermo entre vosotros?"
A. El ejemplo en este texto de la oración eficacia es la oración por
los
enfermos.
B. Se trata de la enfermedad física. Algunos enseñan que Santiago
habla
de la enfermedad espiritual, pero esta no es la
interpretación más
natural.
1. El siguiente versículo dice, "y si hubiere cometido
pecados, le
serán perdonados". Esto sí sería
enfermedad espiritual, pero hay
distinción entre la palabra "enfermo"
y "si hubiere cometido
pecados".
2. La enseñanza del texto es para alguno que está enfermo;
para éste
Santiago da instrucciones, como
también para los ancianos.
3. Entonces, como pensamiento adicional Santiago agrega, "y
si
hubiere cometido pecados ..."
4. El ver. 13 habla de "aflicción"; el ver. 14 habla de una
aflicción
específica, la enfermedad.
II. "Llame a los ancianos de la iglesia".
A. Desde luego, el enfermo y su familia deben orar, pidiendo que
Dios
le dé su salud.
B. Pero el punto principal del texto es que la oración de fe de
un justo
logra mucho en su obra.
C. Por lo tanto, "llame a los ancianos". Hech. 14:23; 20:17, 28-30;
1 Ped. 5:1-3.
1. ¿Por qué llamar a los ancianos? Ver. 16, "La
oración eficaz del
justo puede mucho". Los ancianos son
hermanos maduros,
espirituales que la iglesia misma
escoge para ser sus pastores.
Tales hermanos son "justos" porque
practican la justicia
(1 Jn. 2:29; 3:7). Dios oye a los
tales (1 Jn. 3:22; 5:14).
2. No dice "llame al pastor", ni "al ministro", ni "al
sacerdote, ni "a la
curandera".
III. "Y oren por él".
A. El punto principal -- el punto de énfasis -- en este texto es que
la
oración del justo logra mucho en su obra.
B. Recuérdese que muchos no reciben porque no piden, Sant. 4:2.
1. Mateo 7:7-11, "Pedid, y se os dará; buscad, y
hallaréis, llamad, y
se os abrirá".
2. Luc. 11:5-13; 18:1-7. Debemos orar y no desmayar.
3. Los enfermos están en peligro de desmayar y no aprovechar
esta
gran bendición.
IV. "Ungiéndole con aceite en el nombre del Señor".
A. El aceite del olivo tiene propiedades medicinales muy excelentes.
Aun
ahora se usa pero en aquellos tiempos se usaba extensamente.
Se
tomaba internamente y se aplicaba externamente.
1. Isaías 1:6, "... no están curadas, ni vendadas, ni
suavizadas con
aceite".
2. Lucas 10:34, "vendó sus heridas, echándoles aceite
y vino", los
dos remedios más comunes en aquel
tiempo.
B. Los dos medios de curar son (1) orar y (2) aprovechar los
remedios
disponibles. Así fue en el primer siglo, y así es hoy en día.
1. Los dos medios son de Dios. Toda la ciencia médica es de
Dios.
Toda sanidad es de Dios. Todos los
remedios, todas las medicinas,
todo el conocimiento médico son de
Dios. Toda persona que sana
de alguna enfermedad recibe su
sanidad de Dios.
2. Sant. 1:17, "Toda buena dádiva y todo don
perfecto desciende de
lo alto, del Padre de las luces, en
el cual no hay mudanza,
ni sombra de variación".
C. Algunos creen que el aceite se aplicaba en conexión con el
milagro de
sanar, basándose en Mar. 6:13. Este punto será
estudiado después en
este estudio.
D. La Iglesia Católica Romana usa este versículo para justificar la
"Extrema Unción".
1. Pero el sacerdote unge los cinco sentidos del moribundo
para
absolver sus pecados. Santiago habla
de sanar, no de morir.
2. El ungimiento de este texto no es para el alma, sino para
el cuerpo.
E. Muchos pentecosteses desprecian la ciencia médica, y dependen
solamente de la oración, pero éstos no oran conforme a la
voluntad
de Dios, ignorando que todas las bendiciones que recibimos de
la
ciencia médica es por la providencia de Dios.
IV. "Y la oración de fe salvará al enfermo."
A. Tiene que ser "oración de fe". Dice Sant. 1:6, 7, "Pero
pida con fe,
no dudando nada; porque el que duda es semejante a la
onda del
mar, que es arrastrada por el viento y echada de una
parte a otra.
No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa
alguna del
Señor".
B. La palabra "salvará" debe ser "sanará". Así dice la Versión
Moderna.
La Biblia de las Américas dice "restaurará".
1. Esta palabra aparece en Marcos 6:56, "todos los
que le tocaban
quedaban sanos", y en
Hech. 14:9, "tenía fe para ser sanado".
2. La palabra "sanará" es la más correcta, porque la palabra "enfermo"
debe entenderse en sentido ordinario.
V. "Y el Señor lo levantará".
A. Algunos creen que los ancianos -- con dones de sanidades, 1
Cor.
12:9 -- efectuaban sanidades milagrosas. Muchos
hermanos poseían
los dones milagrosos en el primer siglo y fue posible
que algunos
ancianos los hubieran poseído.
B. Esta expresión ("el Señor lo levantará") parece ser una promesa o
garantía de que el enfermo sanaría sin faltar. Tal
pensamiento parece
dar apoyo a la idea de sanidades milagrosas.
1. Pero esta promesa no es incondicional.
2. En primer lugar siempre debemos pedir que se haga la
voluntad del
Señor y no la nuestra.
3. Además, la última parte del ver. 15 dice, "y si
hubiere cometido
pecados, le serán perdonados".
Entendemos que esto es
condicional, porque el Señor perdona
a la persona penitente que
confiesa sus ofensas (ver.
16).
4. Así también, la promesa de que "el Señor lo levantará"
debe
entenderse a la luz de todas las
otras promesas de Dios en cuanto
a cómo oye y contesta las oraciones
de los santos.
5. Recuérdese que había hermanos enfermos aun en aquellos
días en
que existían los dones de sanidades. 1
Tim. 5:23; 2 Tim. 4:10.
6. Si la expresión "el Señor lo levantará" hubiera sido una garantía
absoluta e incondicional , entonces todos los hermanos que
llamaron
a los ancianos para que oraran por ellos, pudieran haber
vivido para
siempre aquí en la tierra.
C. Es necesario recordar también que el Señor no dio los dones
para
sanar a todos los hermanos, sino para confirmar la
palabra, Mar.
16:20; Hech. 14:3; Heb. 2:3.
D. Hay muchos ejemplos claros y entendibles de los dones poseídos
por
los apóstoles, evangelistas y otros, pero no hay
evidencia alguna de
que los ancianos tuvieran dones para
sanar enfermos.
E. Por lo tanto, aunque se pueda admitir la posibilidad de curación
milagrosa efectuada por los ancianos, no se puede afirmar con
toda
certeza que este texto lo enseña.
VI. "Y si hubiere cometido pecados le serán perdonados".
A. En varios textos el pecado y la enfermedad están relacionados.
Mar.
2:5; Juan 5:14; 1 Cor. 11:30.
B. Pero recuérdese lo que Jesús dice en Luc. 13:1-5; Jn. 9:1-3.
No se
puede afirmar que toda enfermedad o toda tragedia se debe al
pecado.
C. Muchos consideran su salud espiritual cuando están enfermos.
1. En muchos casos la enfermedad es causada por el pecado, o
por lo
menos por negligencia.
2. También la enfermedad nos hace más conscientes de lo
frágil de la
vida, Sant. 4:13-17.