La Perfección

Introducción.

A.    "Oramos por vuestra perfección ... perfeccionaos", 2 Cor. 13:9, 11. La palabra "perfección" en este texto traduce la palabra KATARTISIS, "un ajustamiento, se uti­liza figuradamente en sentido ético en 2 Co 13:9, 'perfección', implicando un pro-ceso conducente a una consumación ... completar ... perfeccionar".

B.     La palabra "perfección" en varios textos es traducción de la palabra TELIOS. "Significa habiendo llegado a su fin (TELOS), acabado, completo, perfecto. Se utiliza (I) de personas, (a) primariamente, de desarrollo físico y, luego, en sentido ético, totalmente desarrollado, maduro, 1 Co 2:6, 'que han alcanzado madurez'; 14:20, 'maduros'; Ef 4:13, 'perfecto'; Fil 3:15, 'perfectos'; Col 1:28, 'perfecto'; 4:12, 'perfectos; He 5:14, 'que han alcanzado madurez'.

C.    1 Cor. 13:10, "mas cuando venga lo perfecto (TELEION), entonces lo que es en parte se acabará'". En este texto la palabra significa "completo"; se refiere a la re­velación completa (el Nuevo Testamento). Lo "completo" se contrasta con lo que es "en parte", la revelación incom­pleta.

I. Perfectos O Maduros En El Conocimiento.

A.    Heb. 5:11, los "tardos para oír" no llegarán a la madurez (la perfección) del conocimiento.

B.     Heb. 5:12, "tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido".

C.    Heb. 5:13, 14, los que requieren leche son niños; el alimento sólido es para los maduros (perfectos).

D.    Heb. 6:1-6, por lo tanto, "vamos adelante a la perfección", pues de otro modo caeremos.

E. La falta de madurez con respecto al conocimiento entre los miembros de la iglesia es una causa de muchos problemas.

II. Perfectos En La Convicción.

A.     Efes. 4:11-14, los apóstoles, los pro­fetas, los evangelistas y los pastores y maestros sirven para "perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo ... para que ya no seamos niños fluctuantes". Los niños fluctuantes son los que no tienen convicción; son llevados por "todo viento de doctrina" que los hombres enseñen.

B.     2 Cor. 4:13, "Creí, por lo cual hablé"; 2 Cor. 5:1, "sabemos". 2 Tim. 1:12, "yo sé a quién he creído". En muchos textos vemos la fuerte convicción del apóstol Pablo.

C.     En la primera carta de Juan la pa-labra "sabemos" aparece trece veces, indi­cando la convicción y la confianza del hijo de Dios.

III. Perfectos En La Santidad.

A.       2 Cor. 6:14 - 7:1, "No os unáis en yugo desigual con los incrédulos"; es decir, no tener comunión con ellos. "Salid ... apartaos ... limpiémonos de toda contami­nación ... perfeccionando la santidad en el temor de Dios".

B.        Efes. 4:22-32, "despojaos del viejo hombre ... vestíos del nuevo hombre".

C.       1 Ped. 1:15-17, "Sed santos, porque yo soy santo"; 2:11, "os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma".

D.       1 Tim. 2:9, "que las mujeres se atavíen de ropa decorosa".

E.        Fil. 4:8, pensar en "todo lo que es verdadero ... honesto ... justo ... puro ... amable ... de buen nombre".

IV. Perfectos En Amor.

A. Mat. 5:44-48, "Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto". ¿En qué sentido? Con el amor perfecto (completo), no amando solamente a los que nos aman, sino también a los enemigos. Dios ama a todos; su amor es perfecto (completo).

B.        1 Jn. 4:12, "su amor se ha perfec­cionado en nosotros" si nos amamos unos a otros. 1 Jn. 3:15-18 explica cómo debe­mos amar los unos a los otros; véanse también Sant. 2:14-16; Mat. 25:35-40.

C.       1 Jn. 4:18, "el perfecto amor echa fuera el temor", porque el corazón está asegurado, 1 Jn. 3:19.

V. Perfectos En Unidad.

A.       Jn. 17:23, "que sean perfectos en unidad".

B.        1 Cor. 1:10, "estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer", en lugar de estar dividi­dos (vers. 11, 12; 3:1-3; 6:1-8).

C.       2 Tim. 2:24, "el siervo del Señor no debe ser contencioso"; los predicadores y maestros deben promover la unidad en lugar de promover la disensión; ideben contender por la fe sin ser contenciosos!

D.       Rom. 14:1-3, algunos destruyen la unidad, promoviendo sus opiniones.

E.        Rom. 15:14, "estáis llenos de bon­dad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros". Este texto describe a los her­manos maduros.

VI. Perfecto En Las Pruebas.

A.       Sant. 1:2-4, "tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna". San­tiago usa varios términos para dar énfasis a este pensamiento.

B.        Rom. 5:3-5, "la tribulación produce paciencia ... prueba ... esperanza".

C.       2 Cor. 12:7-10, "mi poder se perfec­ciona en la debilidad ... cuando soy débil, entonces soy fuerte". La palabra "débil" se refiere a las tribulaciones mencionadas en el ver. 10.

VII. Perfeccionar La Fe En Las Obras.

A.    Sant. 2:22-24, "la fe se perfeccionó por las obras". No hay ningún texto que desacredite las obras enseñadas por el evangelio. Cuando Pablo dice que no so­mos salvos por las obras (Efes. 2:8, 9; 2 Tina. 1:9, 10; Tito 3:4, 5), él no habla de las obras enseñadas por el evangelio (las obras que los cristianos deben practicar), sino que él habla de las que la gente hace en su esfuerzo de justificarse aparte del evangelio. Obsérvese este pensamiento en Tito 3:5, "nos salvó, no por obras de justi­cia que nosotros hubiéramos hechos, sino por su misericordia ..."; es obvio que Pablo habla de "obras de justicia" en las cuales la gente confía para salvarse aparte de obe­decer al evangelio.

B.     Sant. 2:26, "la fe sin obras está muerta".

Conclusión. Hagamos todo lo posible por ser maduros, completos, perfectos en to­das estas cosas. Dios no requiere lo im­posible; por lo tanto, podemos y debemos alcanzar esta madurez. No es cuestión de ser "perfecto" en el sentido de no pecar nunca (1 Jn. 1:8, 9), sino que es cuestión de crecer y ser maduros en lugar de seguir siendo niños toda la vida.

 

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