“Esto es mi sangre del nuevo pacto”
Mat 26:28
I. Jesús dijo esto al instituir la cena del Señor.
A. Al enseñar acerca de la cena del Señor y al
participar de ella, nos conviene enfatizar este pensamiento.
1. Se basa en
Exodo 24:8, “Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo,
y dijo: He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros”.
2. Heb. 9:22
dice que “sin derramamiento de sangre no hay remisión” de pecados, y
sin la remisión de pecados es imposible que el hombre pueda
acercarse a Dios; es decir, no habría pacto con Dios.
3. Era
necesario el derramamiento de la sangre del Hijo de Dios para
efectuar la reconciliación del hombre con Dios.
4. El
derramar sangre de estos textos no se refiere simplemente a la
muerte, sino a la muerte sacrificial.
B. Un pacto es un asunto de vida y muerte; por lo
tanto, es sellado con sangre.
C. Dos pactos han sido sellados con sangre, Ex
24:8; Mat. 26:28
II. Un pacto es un convenio o contrato, un acuerdo.
A. Deut 4:13, “Y él os anunció su
pacto, el cual os mandó poner por obra; los diez mandamientos, y los
escribió en dos tablas de piedras”; 4:23, “no os olvidéis del pacto
de Jehová vuestro Dios, que él estableció con vosotros”.
B. Dios hizo pacto con Abraham, Gén 12:1-3; Hech
3:25, prometiéndole que en su simiente (Cristo, Gál. 3:16) todas las
naciones serían benditas (Gál. 3:26-28).
C. Dios hizo pacto con su pueblo, Israel. Dijo,
Seréis mi pueblo, seré vuestro Dios, Lev. 26:11, 12; Jer 11:1-4.
Este pensamiento es el punto clave del pacto entre Dios y su pueblo.
D. Los sacrificios de la ley de Moisés tuvieron
su significado en Cristo.
III. Vendría nuevo pacto, Jer 31:31-34; Heb 8:10-12; Isa 53:10-12
A. El Nuevo Pacto que hace
posible una nueva relación con Dios, fue ratificado por la sangre de
Cristo, Heb. 10:29; 13:20. Tenemos nueva relación con Dios 2 Cor
6:14-18; 2 Ped 1:4
B. La cena del Señor no es un sacrificio, sino un
acto conmemorativo. 1 Cor. 11:24, “Haced esto en memoria de mí”.
C. Tenemos pacto con Cristo, no con Satanás, 1
Cor 10:16-21.
D. Al participar de la cena del Señor confirmamos
nuestro pacto con Dios. Olvidar este pacto es comer indignamente, 1
Cor 11:26-29.