Los ojos del entendimiento, Efes. 1:17, 18
Introducción. Alumbrar los ojos ¿para saber (ver) qué?
A. La esperanza de la vida eterna, Tito 1:2.
B. Las riquezas de su gloria y poder.
I. Deseo de ver lo invisible
A. Ex. 33:18, "Te ruego que me muestres tu gloria".
B. Sal. 17:15, "En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza".
C. Mt. 5:8, "Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios".
D. Jn. 14:8, "Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?"
E. El error básico de la idolatría: tener un dios visible.
II. Vemos lo invisible por fe.
A. Nosotros podemos ver lo invisible.
B. Heb. 11:7, Noé vio el diluvio ("cosas que aún no se veían").
C. Heb. 11:13, Abraham vio de lejos "lo prometido" (eventos del futuro lejano).
D. Heb. 11:26, 27, Moisés vio al Invisible.
III. La fe está basada en la palabra de Dios.
A. Rom. 10:17; Col. 1:5, la fe viene por oír la palabra.
B. ¿Cómo crecemos en fe? Oír, leer la palabra con reverencia.
C. Reconocer que es la verdad de Dios, 1 Tes. 2:13.
D. Meditar sobre cosas espirituales: el hogar celestial, Isa. 6:1-4; 2 Cor. 12:1-4; Apoc. 21:1-4.
E. Orar, Sal. 19:7-14; Ef. 1:15-18.
F. Adorar fielmente con los santos, Heb. 10:24, 25; Col. 3:16.
Conclusión.
A. 2 Rey 6:17, "que abras sus ojos para que vea".
B. 2 Cor. 4:18, ver las cosas que no se ven.
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