La Segunda Venida de Cristo
Antes de ascender al cielo Jesús prometió volver. "Voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y cuando me vaya y os prepare lugar, vendré otra vez, y os llevaré conmigo, para que donde yo esté, vosotros también estéis" (Juan 14:1-3). Los ángeles prometieron a los apóstoles que Jesús volvería. "Después de decir esto, Jesús fue elevado a la vista de ellos, y una nube lo ocultó de sus ojos. Mientras miraban fijamente cómo se iba al cielo, se pusieron junto a ellos dos varones vestidos de blanco, y les dijeron: Galileos, ¿por qué quedáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido llevado de vosotros al cielo, volverá del mismo modo en que lo habéis visto ir al cielo" (Hechos 1:9-11).
No habrá "rapto secreto" como algunos suponen, sino que Jesús volverá visiblemente ("del mismo modo en que lo habéis visto ir al cielo"). "Mirad que viene con las nubes; y todo ojo lo verá" (Apocalipsis 1:7).
¿No dice la Biblia que los santos serán arrebatados? Sí, pero no será un rapto secreto. El texto dice, "Porque el mismo Señor descenderá del cielo con aclamación, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los que vivamos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes, a recibir al Señor en el aire. Y así estaremos siempre con el Señor" (1 Tesalonicenses 4:17, 18). En este texto no hay nada de "rapto secreto".
Tampoco dice Pablo que los justos resucitarán y que mil años después resucitarán los malos, sino que los muertos resucitarán antes del arrebatamiento de los vivos. Jesús dijo, "Vendrá la hora, cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz. Y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida, mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación" (Juan 5:28, 29). Todos los muertos resucitarán al mismo tiempo cuando Cristo venga.
Con respecto a la resurrección del cuerpo el apóstol Pablo dice, "Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción. Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder. Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual" (1 Corintios 15:42-44).
Cuando Cristo venga, la tierra será quemada. "Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas" (2 Pedro 3:10). Este lenguaje no es figurativo sino literal, porque en ese mismo texto Pedro habló del diluvio y dijo que la tierra "pereció anegado en agua", y que "los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos". Como el agua del diluvio era agua literal, así también el fuego que quemará la tierra será fuego literal.
"Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros... dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles... irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna" (Mateo 25:31-46).
Al Estudio Anterior: La constancia de Cristo y su reino | Al Siguiente Estudio: Jesús confirma la historia del Antiguo Testamento |