Algunos hermanos enseñan que Cristo, el Verbo, “fue hecho carne” (Jn. 1: 14) en el sentido de ocupar un cuerpo con espíritu humano, espíritu finito como el nuestro, creado por Dios. La Biblia no enseña tal cosa.
Cristo era una sola Persona. Si hubiera tenido dos espíritus habría sido dos personas. Para hablar de El tendríamos que decir “Ellos” y no “El”. No era necesario que El tuviera espíritu humano. El nunca dijo “mis espíritus”, sino “mi espíritu” (Mar. 8:12). Al morir sobre la cruz dijo, “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Luc. 23:46). No dijo, “encomiendo mis espíritus”. Escuché a un hermano de renombre decir en el púlpito que Jesús entregó “su espíritu humano”. Entonces ¿el otro? ¿Qué pasó con su otro “espíritu”? ¿Cuál de los dos espíritus fue al Hades? No, Jesús no tuvo dos espíritus. El, siendo Espíritu, vino al mundo y “fue hecho carne”, “me preparaste cuerpo” (Heb. 10:5) (no dice “me preparaste espíritu”).
El hombre fue hecho a la imagen de Dios (Gén. 1:26); por eso, es espíritu. Es linaje de Dios (Hech. 17:29), su espíritu vuelve a Dios (Ecles. 12:7), Dios es el Padre de nuestros espíritus (Heb. 12:9), etc.; por eso, el hombre es un ser espiritual, creado por Cristo (Jn. 1:3). Entonces no era nada difícil que Cristo (Espíritu) hiciera el papel del hombre (un ser espiritual, creado por Cristo y creado a la imagen de Dios). Cristo llegó a ser hombre en todo sentido, pero no dejó de ser Dios. Era Emanuel, Dios con nosotros (hombre). Era hombre todos los días, pero era Dios todos los días. Al mismo tiempo hizo el papel de Dios y el papel de hombre.
Algunos dicen que al enfatizar tanto los atributos divinos de Cristo, hemos negado la humanidad de Cristo, y ellos han ido al extremo de afirmar que Cristo tuvo “un espíritu humano”. Dicen esto en base a que Cristo vino a ser hombre y citan 1 Tes. 5:23 y W. E. Vine que dice que el hombre está compuesto de “espíritu, alma y cuerpo”. Desde luego, esto es cierto, y Cristo vino a ser verdadero hombre, pero según la doctrina de estos hermanos, Cristo estaba compuesto de alma, cuerpo y DOS espíritus. Para enfatizar la humanidad de Cristo, hablan mucho acerca de Heb. 2:14-17; 4:15 que afirma que El fue hecho SEMEJANTE a nosotros, y decimos que sí, esto es cierto, pero si fue semejante a nosotros, ¿tenemos dos espíritus nosotros?
Conviene siempre decir que, sin dejar de ser Dios, (y desde luego, no hay Dios sin los atributos de Dios), Cristo llegó a ser hombre, todo lo que es “hombre”. Esto lo demostró repetidas veces, como también repetidas veces demostró sus atributos divinos. No había ningún conflicto entre los dos. No habría división entre nosotros si todos dijéramos simplemente lo que la Biblia dice.
Cristo es Dios y por El fueron creadas todas las cosas, incluyendo el hombre. Lo que hay en el espíritu del hombre siempre ha estado en Cristo, pues el hombre fue hecho a la imagen de Dios. Desde la eternidad Cristo ha poseído todas las características del espíritu del hombre. Todas las características de nuestro espíritu vienen de Cristo nuestro Creador. Por lo tanto, cuando El nació de María, El ya poseía los atributos o cualidades que hay en el espíritu del hombre. Sería absurdo afirmar que El tuviera que crear un espíritu humano para sí mismo. Puesto que desde la eternidad Cristo ha poseído todas las características del espíritu del hombre, no fue nada difícil que desempeñara el papel del hombre. Si Cristo no hubiera poseído todas las características del espíritu del hombre, habría sido imposible crear al hombre a su imagen.
Este punto es muy importante: si Cristo hubiera tenido que tener otro espíritu, un espíritu “humano” (o sea, otro espíritu, otro aparte de El mismo quien es Espíritu divino), habría sido necesario que ese espíritu fuera CREADO. El espíritu mío no existió antes de existir yo. Mi espíritu existe porque yo existo. Así también, si Cristo hubiera tenido que poseer otro espíritu, un espíritu humano, entonces ese espíritu habría tenido que ser creado, como el mío tuvo que ser creado. La Biblia dice que un cuerpo fue preparado para Cristo (Heb. 10:5), pero no dice que un espíritu fue preparado para el.
Además, el espíritu no muere. Ahora tengo un espíritu que no existió antes de existir yo, y es un espíritu que existirá para siempre, pues nunca muere. Así también Cristo, si un espíritu humano hubiera sido creado para El, entonces ese espíritu todavía existiría, porque no podría morir. Por lo tanto, si Cristo hubiera sido dos personas aquí en la tierra, entonces El seguiría siendo dos personas en el cielo.
Lamentablemente estos hermanos están haciendo el mismo argumento que hacen los que tergiversan Fil. 2:7 en cuanto a la tentación de Jesús. Ambos usan mal Heb. 4:15 para enseñar que Jesús no fue tentado sólo con respecto a las flaquezas y deseos humanos, sino como es tentado el hombre carnal y pecaminoso. Dicen que de otro modo El no sería nuestro ejemplo. Pero aunque estos hermanos aceptan la definición de “hombre” por Vine, no quieren la definición de “tentación” por el mismo Vine, porque éste explica ampliamente que la palabra “tentar” no significa sólo el ser tentado en el sentido de ser “seducido” (Sant. 1:14), sino en el de ser probado. El Antiguo Testamento habla mucho de cómo Dios fue “tentado” (probado) por Israel. Así también varios textos dicen que Jesús fue tentado (probado) por los fariseos. Pero es muy incorrecto decir que Jesús fue tentado en el sentido de Sant. 1:14; 1 Jn. 2:15, 16, etc., porque estos textos no se refieren solamente a las debilidades y deseos normales (hambre, sed, sueño, flaquezas), sino a los deseos “de este mundo” (como los deseos de Mar. 7:20, 21).
Tengamos mucho cuidado con tales doctrinas. Ahora en Estados Unidos Satanás anda suelto como un león rugiente devorando a los mismos hermanos “conservadores”, causando división y mucha desavenencia entre hermanos e iglesias. Debemos decir sólo lo que la Biblia dice acerca de Cristo. El lenguaje bíblico es seguro. La Biblia NO DICE que Cristo se despojó a sí mismo de sus atributos divinos (ni del uso de ellos), y NO DICE que El tuvo dos espíritus y NO DICE que El fue tentado en el sentido de Sant. 1:14, y los que enseñan estas cosas enseñan error.
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