El reino profetizado por Isaías

Introducción:

      A. Juan 12:41, "Isaías dijo esto cuando vio su gloria, y habló acerca de él". Isaías se refiere a Cristo varias veces; por ejemplo, Isa. 7:14; 9:6; 11:1; cap. 53.

      B. El Nuevo Testamento cita a Isaías unas 58 veces.

      C. Debemos apreciar el reino de Cristo como lo apreció Isaías. Algunas de las más bonitas descripciones del reino se hallan en el libro de Isaías. Este profeta nos ayuda mucho a entender y a apreciar el reino.

      D. Las profecías de Isaías nos hacen ver lo que el evangelio del reino puede hacer con nuestras vidas. Hay varios textos en este libro que nos ayudan a entender el verdadero sig­nificado de la conversión y de la naturaleza de la iglesia verdadera.

I. Isaías 2:2-4, Reinado universal del Mesías.

      A. "Acontecerá en lo postrero de los tiem­pos"

      1. El tiempo del Mesías. Hech. 2:16, 17, Dice Pedro que lo que ocurría en ese día de Pentecostés fue profetizado por Joel cuando habló de "los postreros días". Los eventos de ese día marcaron el principio del cumplimiento de la profecía de Joel.

      2. Heb. 1:1, 2, "en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo". La expresión "postreros días" se refiere, pues, al tiempo de Cristo y su reino.

      B. "Monte de la casa de Jehová".

      1. "Monte" significa reino, gobierno. "Confirmado" significa que tenía fundamento sólido, porque fue fundado sobre Cristo (Mat. 16:18; 1 Cor. 3:11; Heb. 12:28).

      2. "Casa de Jehová" se refiere a su reino, que es también su iglesia. 1 Tim. 3:15, "la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente".

      C. "Cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados".

      1. El reino de Cristo (su iglesia) es la orga­nización más prominente, más importante en el mundo. Es mucho más importante que cualquier gobierno humano.

      2. Es mucho más importante que las insti­tuciones humanas, aunque sean religiosas y es­tablecidas por cristianos. Pero lamentable­mente hay hermanos que estiman en gran manera sus instituciones. Se tolera la crítica a la iglesia pero no se tolera la crítica a las es­cuelas, orfanatorios, etc.

      D. "Correrán a él todas las naciones".

      1. El reino de Cristo es universal. Es para todas las naciones (gentiles).

      2. Véanse Mateo 28:18-20; Marcos 16:15,16; Hechos 10; 11:18.

      E. "Nos enseñará sus caminos, y ca­minaremos por sus sendas".

      1. No podemos andar en su camino sin aprender su enseñanza.

      2. Muchos profesan seguir a Cristo sin aprender de El.

      3. Léanse con cuidado los siguientes textos: Mat. 11:28-30; Juan 6:44,45; Mateo 28:19, 20.

      F. "De Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová". Sion es Jerusalén. Son iguales estas dos frases. Hech. 2 registra el cumplimiento de esta profecía cuando, por primera vez, el evangelio del Cristo resucitado se proclamó. Jesús dijo a los apóstoles, "me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra".

      G. "Juzgará entre las naciones, y repren­derá a muchos pueblos".

      1. Cristo es el Juez Supremo. El evangelio de Jesús nos enseña, reprende y corrige (Juan 16:8).

      2. En esta forma -- y no por medio de ar­mas militares -- Jesús gana súbditos para Su reino. Los de Su reino son voluntarios, ganados por el evangelio de paz. Véase 2 Cor. 10:4,5.

      H. "Y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra". Compárese Isa. 60:18.

      1. El reino de Cristo es espiritual, Juan 18:36.

      2. Cristo es llamado "Príncipe de paz", Isa. 9:6.

      3. El evangelio es llamado "el evangelio de paz", Efes. 6:15.

      4. La armadura del soldado cristiano es es­piritual, Efes. 6:10-19.

      5. El evangelio destruye las enemistades de los hombres y establece paz entre el hombre y Dios, y también entre los hombres mismos.

      6. Este texto tiene su cumplimiento en la reconciliación de los judíos y gentiles en un mismo cuerpo (Efes. 2:16; 3:6; 4:4).

      Hay una sola casa (un reino, una iglesia, un solo cuerpo), y los convertidos de toda nación y de toda raza debemos vivir en paz en esa casa como hermanos en Cristo.

II. Isaías 11:1-10.

      A. Una descripción del reino de Cristo (la iglesia de Cristo).

      1. El cumplimiento de este texto es el mismo que ya estudiamos bajo Isaías 2:1-4.

      2. Esta profecía se cita erróneamente con referencia a un supuesto reino milenario, siendo esto desconocido por la Biblia.

      B. Los ver. 6-9 enseñan que habrá paz, tranquilidad y seguridad para los que aceptan a Cristo.

      1. No tiene nada que ver con gobiernos civiles.

      2. No tiene nada que ver con los incrédu­los.

      C. Este texto nos hace ver lo que el evan­gelio puede hacer con nuestras vidas. Nos puede transformar al igual que un desierto árido puede ser transformado en tierra produc­tiva.

      D. En los gobiernos humanos (como en el reino animal) los fuertes oprimen a los débiles.

      1. Pero el ministerio de Cristo y de su igle­sia se describe en Isa. 42:1-4 y en Mat. 12:18-21, "La caña cascada no quebrará, y el pábilo (la mecha) que humea no apagará". Estos tex­tos describen la atención tierna de Jesús hacia los pobres, los enfermos, y los afligidos de este mundo. Véase Mat. 11:28-30.

      2. 1 Tes. 5:14, "También os rogamos, her­manos, que amonestéis a los ociosos, que alen­téis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos". Heb. 12:12,13, "Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas; y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado".

      E. Rom. 15:12 cita el v. 10 y lo aplica a la conversión de los gentiles. La iglesia es el un cuerpo compuesto de judíos y gentiles.

      1. Dejarán la hostilidad unos para con otros.

      2. Ilustrado en Isa. 11:6-8, "Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia domés­tica andarán juntos, y un niño los pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja. Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora".

      3. Los Testigos contra Jehová (para no con­cederles el nombre que presumen usar) citan este hermoso texto y enseñan que habrá cumplimiento literal de esta profecía aquí en la tierra y que las fieras serán domadas en un paraíso glorioso. Pero la tierra será quemada (2 Ped. 3:10), y cuando suceda esto, los que niegan la deidad de Cristo serán echados al lago de fuego. No habrá ningún paraíso para los tales ni en la tierra ni en el cielo.

      4. En el Nuevo Testamento algunos hom­bres son comparados a animales: Mateo 3:7, "generación de víboras" (23:33, "¡Serpientes!"); 7:15, "lobos rapaces" (Hech. 20:29, 30); Luc 13:32 "aquella zorra"; Fil. 3:2, "Guardaos de los perros". Hech. 7:54, los judíos "crujían los dientes contra" Esteban. Gál. 5:15 "pero si os mordéis y os coméis unos a otros".

      F. Pero los que nacen otra vez -- los que se convierten de corazón a Cristo -- ya no son así. Gál. 5:16-26; Efes. 4:22-32; Col. 3:5-14. Al ser convertidos dejamos las obras de la carne, la malicia, la envidia, el enojo y las pasiones car­nales que nos dominaban antes. El evangelio es el poder de Dios para salvación. Tiene poder para cambiarnos. El evangelio cambia nuestra actitud y nuestro carácter, para que seamos transformados a la semejanza de Cristo (2 Cor. 3:18).

      G. Sal. 32:9, "No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, que han de ser sujetados con cabestro y con freno, porque si no, no se acercan a ti".

III. Isaías 35.

      A. Imagínese un desierto (como el de Ara­bia, por ejemplo) con la arena seca y caliente, sin plantas, sin flores, sin producción alguna; solamente con cientos de kilómetros cuadrados de terreno estéril, con miles de hectáreas cuadradas de terreno sin valor alguno porque no hay agua, pues el clima no es propicio para la vegetación. Esta descripción nos muestra un cuadro de soledad y tristeza. Así es la vida sin Cristo.

      B. Pero al llegar el reino de Cristo, el de­sierto cambia completamente. Ahora hay llu­via, hay riego y la tierra sí puede producir. Ahora hay muchas hectáreas cuadradas de trigo y maíz. Hay flores, matas y muchos ár­boles de sombra y de fruta. Es el efecto bueno del evangelio en nuestras vidas. Este cambio ilustra la transformación que se manifiesta en la vida de los que obedecen al evangelio y son trasladados al reino de Cristo. Es un cambio espiritual. Lo desolado ahora es productivo. La vida del cristiano tiene ahora un propósito siendo útil para Dios.

      C. Este cambio es efectuado por el conocimiento de la palabra. Isa. 11:9, "la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar". Isa. 2:3, "nos enseñará sus caminos".

      1. Lo inútil y lo estéril de la vida de los hombres es causado por la ignorancia de la palabra de Dios (o por la rebelión hacia ella).

      2. Al predicar la palabra abrimos "en el de­sierto estanques de aguas, y manantiales de aguas en tierra seca" (Isa. 41:18).

      D. Juan 7:37-39, este texto se cumplió comenzando con Hech. 2.

¡Qué contraste entre los "ríos de agua viva" y las "cisternas rotas que no retienen agua" (religiones falsas), Jer. 2:18.

      E. Isa. 35:10, "y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido". El gozo es la nota dominante del evangelio (Hech. 8:39; 16:34; Fil. 4:4). Isa. 61:1-3 (Luc. 4:18,19), Cristo nos da "gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado".

Conclusión:

      A. Isaías habló mucho acerca del reino de Cristo. En este estudio hemos examinado algu­nas citas de esta profecía para ver el reino a través de los ojos del profeta.

      B. El reino de Cristo es glorioso. Efes. 5:27, Pablo habla de "una iglesia gloriosa" sin man­cha ni arruga. Es un gran honor ser miembro de la iglesia del Señor.

      C. Para ser ciudadano en este reino se necesita el conocimiento. Es necesario oir el evangelio (las buenas nuevas del reino). Es lo que Felipe predicó a los samaritanos (Hech. 8:12). Es necesario nacer otra vez, nacer del agua y del Espíritu (Juan. 3:3,5). El nacimiento espiritual significa la conversión verdadera, en la cual nos despojamos de la vida pasada (el "viejo hombre") para vestirnos de Cristo. El agua del nuevo nacimiento es el bautismo (Mar. 16:16; Hech. 2:38; Rom. 6:4) .

      D. La vida nueva de la nueva criatura en Cristo (2 Cor. 5:17) es como el desierto cam­biado en campo fructífero y florido.

      E. La invitación es para todos. "Y el Es­píritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera tome del agua de la vida gratuitamente" (Apoc. 22:17).

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