No hay incrédulos muertos
El mundo está lleno de incrédulos vivos pero no hay incrédulos muertos, porque en el momento en que mueran todos se convencen que Dios vive y juzga.
Jesucristo abre las cortinas y nos permite ver a un señor que murió en pecado y nos dice que "en el Hades alzó los ojos, estando en tormentos" (Lucas 16:23). Los que rechazan a Cristo y lo que El dice acerca del castigo dicen que este texto no es literal sino figurativo. ¡Cómo quisieran los muertos que su sufrimiento fuera figurativo!
"Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen" (Apocalipsis 14:13). ¿Esto no es literal? ¿Los que mueren en Cristo no tienen reposo? Si el castigo de los infieles no es literal, entonces el reposo de los fieles tampoco es literal.
Así son todos los que mueren en sus pecados. En este momento están sufriendo ("estoy atormentado en esta llama", Lucas 16:24) y les gustaría que alguien volviera de entre los muertos para advertir a sus familiares "a fin de que no vengan ellos a este lugar de tormento" (Lucas 16:27, 28).
El apóstol Pablo dice que toda rodilla se doblará delante del Señor Jesús y que toda lengua confesará que El es el Señor, "para gloria de Dios Padre" (Filipenses 2:10, 11). En este momento todos los muertos -- ¡todos! -- saben y confiesan que hay un Dios Vivo y que Jesucristo es el Señor. Ya no son incrédulos. Todos los muertos creen en Dios y en Cristo.
Entre los muertos no hay evolucionistas. Aquí en este mundo en las escuelas desde el kindergarten hasta la universidad se enseña que el hombre es un animal educado, producto de la evolución, pero al morir el evolucionista inmediatamente sabe que ha creído y enseñado una mentira. ¡Cómo les gustaría a los que eran evolucionistas volver a denunciar esa mentira!
Entre los muertos no hay humanistas. Entre los vivos el humanismo (el hombre es su propio dios) es la religión más popular. En la escuela pública la moralidad bíblica ha sido sustituida por las enseñanzas depravadas del humanismo, pero al morir el profesor del humanismo lo renuncia antes de que sea elogiado por algún "Reverendo". Al morir cree en el Único Dios Vivo.
Cuando el hombre enfrenta el juicio de Dios, cuando se da cuenta que Aquel Día ha llegado, su corazón se llena de terror. "Decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?" (Apocalipsis 6:14-17). ¿Estos son incrédulos? En Aquel Día ¿cuántos incrédulos habrá? Ninguno.
Parece que muchos piensan que aunque mueran en sus pecados, estarán sepultados con elogios y flores y que estarán inconscientes en la tumba por 10.000 años y que durante ese lapso de tiempo toda su maldad será olvidada. La Biblia dice que al morir los discípulos de Cristo duermen (Juan 11:11, Lázaro; Hechos 7:60, Esteban). Esto indica el reposo, el descanso, de los fieles. Pero hay otra descripción de los que mueren en pecados: "allí será el lloro y el crujir de dientes" (Mateo 24:51).
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