Los pecados de Sodoma
"He aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso. Y se llenaron de soberbia, e hicieron abominación delante de mí, y cuando lo vi las quité. Ezequiel 16:49, 50.
En este capítulo el profeta compara la maldad de Israel con la de Sodoma. Nos da información adicional a lo que aprendemos en Gén. 18 y 19. Estos capítulos en Génesis revelan la destrucción de Sodoma y la causa de ella: "Por cuanto el clamor contra Sodoma y Gomorra se aumenta más y más, y el pecado de ellos se ha agravado en extremo, descenderé ahora, y veré si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mí; y si no, lo sabré" (Gén. 18:20, 21). En el siguiente capítulo (19:24, 25) vemos que "Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos; y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra". Se dan suficientes detalles en este mismo capítulo para que se vea el por qué de la ira de Dios.
Pero el texto bajo consideración (Ezeq. 16:49, 50) nos informa más acerca de Sodoma. El texto habla de:
I. La soberbia.
A. Prov. 6:16, "Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete abomina su alma: Los ojos altivos...". La primera cosa en esta lista de cosas aborrecidas por Dios es la soberbia, los ojos altivos.
B. 1 Juan 2:16, "Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo".
C. 1 Tim. 6:3, 4, "Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas..."
D. Prov. 16:18, "Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu".
E. La soberbia se manifiesta en muchas formas; Sodoma no tuvo ningún respeto ni por Dios ni por los hombres. Los que aman al mundo buscan satisfacer los apetitos carnales solamente. Los falsos maestros no aman la verdad del evangelio, sino que buscan seguidores, fama y ganancia material.
F. La soberbia "fue la maldad de Sodoma" y es la maldad de muchos ahora; es cosa aborrecida por Dios.
II. Saciedad de pan.
A. Lucas 12:16-21, "La heredad de un hombre rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo donde guardar mis frutos? Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años: repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios" Esta parábola demuestra el peligro de la "saciedad de pan".
B. 1 Timoteo 6:7-10, "porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores".
C. Deut. 6:10-12, "Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob que te daría, en ciudades grandes y buenas que tú no edificaste, y casas llenas de todo bien, que tú no llenaste, y cisternas cavadas que tú no cavaste, viñas y olivares que no plantaste, y luego que comas y te sacies, cuídate de no olvidarte de Jehová, que te sacó de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre".
D. Prov. 30:7-9, "Dos cosas te he demandado; no me las niegues antes que muera: vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; no me des pobreza ni riquezas; manténme del pan necesario; no sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios".
E. La "prosperidad" (saciedad de pan) es una tentación del diablo; es otro factor en la maldad de Sodoma que causó su destrucción.
III. Abundancia de ociosidad.
A. Amós 6:1-6, "¡Ay de los reposados en Sion, y de los confiados en el monte de Samaria, los notables y principales entre las naciones, a los cuales acude la casa de Israel! ... oh vosotros que dilatáis el día malo, y acercáis la silla de iniquidad. Duermen en camas de marfil, y reposan sobre sus lechos; y comen los corderos del rebaño, y los novillos de en medio del engordadero; gorjean al son de la flauta, e inventan instrumentos musicales, como David; beben vino en tazones, y se ungen con los ungüentos más preciosos; y no se afligen por el quebrantamiento de José". El profeta Amós predicaba y profetizaba unos cuantos años antes de la caída de la nación de Israel (el reino del norte). La saciedad de pan y la "abundancia de ociosidad" contribuyeron grandemente a su ruina.
La persona o la iglesia ociosa presenta a Satanás gran oportunidad en su contra.
B. 1 y 2 Tesalonicenses. Estas dos cartas enseñan que la ociosidad es pecado.
1. 1 Tes. 2:9, "Porque os acordáis, hermanos, de nuestro trabajo y fatiga; cómo trabajando de noche y de día, para no ser gravosos a ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de Dios". Aunque el obrero es digno de su salario (1 Tim. 5:18), y el que predica el evangelio debe vivir del evangelio (1 Cor. 9:14), el apóstol Pablo trabajaba con sus manos en Tesalónica (como también en Corinto y Efeso) para dar un buen ejemplo a los hermanos.
2. En la segunda carta (2 Tes. 3:6-15), Pablo requiere que los hermanos ociosos sean disciplinados: "Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros. Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos; pues nosotros no anduvimos desordenadamente entre vosotros, ni comimos de balde el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros; no porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos un ejemplo para que nos imitaseis. Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno. A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan. Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer bien. Si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a ése señaladlo, y no os juntéis con él, para que se avergüence. Mas no lo tengáis por enemigo, sino amonestadle como a hermano".
C. 1 Timoteo 5:13, "Y también aprenden a ser ociosas (las viudas jóvenes), andando de casa en casa; y no solamente ociosas, sino también chismosas y entremetidas, hablando lo que no debieran".
D. Prov. 11:13, "El que anda en chismes descubre el secreto: mas el de espíritu fiel lo guarda todo". 18:8, "Las palabras del chismoso son como bocados suaves, y penetran hasta las entrañas".
IV. No fortaleció la mano del afligido y del menesteroso.
A. Lev. 19:9, 10, "Cuando siegues la mies de tu tierra, no segarás hasta el último rincón de ella, ni espigarás tu tierra segada. Y no rebuscarás tu viña, ni recogerás el fruto caído de tu viña; para el pobre y para el extranjero lo dejarás. Yo Jehová vuestro Dios". Véase también Deut. 24:19-22.
B. Mateo 25:41-46, "Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también ellos le responderán diciendo Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. E irán estos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna".
C. Sant. 1:27, "La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo". Véanse también 2:5; 14-26.
D. Lucas 20:46, 47, "Guardaos de los escribas ... que devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones; éstos recibirán mayor condenación".
V. Hicieron abominación delante de mi.
A. Gén. 19:5, "Y llamaron a Lot, y le dijeron: ¿Dónde están los varones que vinieron a ti esta noche? Sácalos, para que los conozcamos".
B. Rom. 1:27, "Y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío".
C. Judas 7, 8, "como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno. No obstante, de la misma manera también estos soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores". En este texto vemos que el rechazamiento de la autoridad es abominación ante los ojos de Dios, igual que la iniquidad sensual de Sodoma.
Conclusión:
El propósito del profeta es comparar el pecado y descuido de Judá con la iniquidad de Sodoma. En verdad, el caso de Judá era más serio, porque, habiendo recibido tan grandes favores de Dios, más se requería de ellos. Eran más responsables. Dios esperaba más de ellos. Su gracia, sus favores, eran grandes y los privilegios de Judá innumerables.
Como Judá había de recordar el ejemplo de Sodoma, así también nosotros debemos recordar el ejemplo de los dos (Judá y Sodoma).
"Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?" Heb. 2:2,3.
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