Mateo 5:43-48, Amar a los enemigos


Introducción.

          A. La gente ya sabía y usaba la palabra, "amar", pero su concepto del amor era muy limitado. Jesús da un significado nuevo a la palabra.

          B. Sin duda el pueblo quedó asom­brado por esta enseñanza, tan distinta de lo que los escribas y fariseos enseñaban (Mat. 5:20).

I. Mateo 5:43 -- "Oísteis que fue dicho: amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo".

          A. La ley de Moisés dijo, "Amarás a tu prójimo" (Lev. 19:18), pero no dijo, "Aborrecerás a tu enemigo".

          B. ¿Por qué, pues, tenían tanto odio los judíos? Había varios factores significantes que contribuyeron a la actitud de los is­raelitas hacia otras naciones:

                   1. Los israelitas fueron mandados a destruir sin misericordia a los cananeos y todo objeto de culto de ellos, Ex. 23:20-33; 34:11-16; Num. 31; Deut. 7:1-5,16; 23:3-36.

                   2. Se les prohibió formar alianzas con ellos (Ex. 34:12-16). Esto indica claramente que nunca podía haber paz entre Israel y las naciones paganas. Era necesario esto para separarlos y evitar que Israel fuera contaminada por sus abominaciones.

                   3. Los ejércitos de Israel fueron usa­dos como instrumentos de la ira de Dios para castigar a otras naciones (Ex. 31).

                   4. Aun los hombres más piadosos hablaban continuamente de estas cosas. Hay muchos textos (por ejemplo, en los Salmos) que hablan de aborrecer a los enemigos (y, desde luego, los Salmos eran inspirados por el Espíritu Santo). Véanse Sal. 18; 35; 55:8-15; 59; 69:18-27; 137:7-9; 139:21,22.

                   5. Por lo tanto, la actitud nacional era una de aborrecimiento hacia los enemigos. Esta dispensación (la ley de Moisés) tenía un propósito muy especial en el plan de Dios, pero era provisional. Estaba acabándose ese período, y Jesús estaba corrigiendo el problema de abo­rrecer a sus enemigos. Al momento de oír esta enseñanza, los discípulos debían cambiar su actitud hacia todos los enemi­gos, no obstante lo que hubiera sido su relación con ellos en el pasado.

                   6. Una consecuencia innecesaria del separatismo de los judíos era un concepto vanidoso de ser mucho más piadosos que otros hombres (Luc. 18:9-14), concepto que les hizo despreciar y aborrecer a otros.

          C.      Los Samaritanos. "Judíos y samari­tanos no se tratan entre sí" (Jn. 4:9), porque éstos no eran verdaderos judíos, sino una raza mezclada. Cuando Jeroboam se rebeló contra Roboam, llevó a diez tribus en la división, y formaron el reino del norte, llamado Israel. La ciudad de Samaria llegó a ser la capital de esta nación rebelde que se apartó de la ley de Moisés.

                   1. El pueblo de Israel se mezclaba (se casaba) con los gentiles. Por eso, los judíos los despreciaban y no tenían nada que ver con ellos.

                   2. El espíritu vengativo de Jacobo y de Juan (Luc. 9:51-56) era típico de la ac­titud de los judíos hacia los samaritanos.

          D.      Los Romanos. Los judíos aborrecían a los romanos porque estos eran conquis­tadores de su tierra y exigían impuestos.

          E. Los publicanos eran cobradores de los impuestos romanos, y por esta causa eran despreciados y odiados por el pueblo. Se consideraban traidores.

          F. Por lo tanto, si en la actualidad se cree que es difícil amar a los enemigos, re­cuérdese el problema de los judíos.

II. Mateo 5:44 -- "Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen".

          A. ¿Debemos amar a los enemigos como amamos a los seres queridos?

                   1. A muchos les parece difícil amar a los enemigos, por no entender la palabra "amar". El amor por los seres queridos es un amor emocional, un afecto fuerte.

                   2. El amor mandado por Jesús es de la mente y de la voluntad, y no es como el amor entre novios, un amor que "nace" en ellos por la mucha atracción que existe. Se enamoran y se aman porque se agradan el uno al otro. El hombre se enamora de una mujer que le gusta, le agrada.

                   3. Pero el amor mandado por Jesús, amor de la mente y de la voluntad, busca el bienestar de la persona amada.

          B. Este amor significa "buena voluntad". El comentario de William Barclay explica este amor en una forma muy interesante.

                   1. Significa buena voluntad. Es pura bondad y benevolencia hacia otros, una bondad que no termina, no se acaba.

                   2. Es decir, no hay nada que los hombres puedan hacer para destruirlo. ¡Es invencible! Con esta actitud, esta buena voluntad invencible, no es difícil obedecer los mandamientos de Jesús, que para los hombres carnales parecen im­posibles y absurdos.

          C. Amar lo no amable. Considérese el amor de Dios (ver. 45; Luc. 6:35; Rom. 5:8). Así debe ser nuestro amor para con todos, aun para los enemigos. Debemos amar a los que no merecen nuestro amor. Debemos amar a los que no son amables, porque es lo que Dios hace. No es amor de sentimiento sino de acción, de con­ducta, como expresión de un espíritu bueno y compasivo. Luc. 6:35, "El es be­nigno para con los ingratos y malos".

          D. Debemos bendecir al enemigo, como lo hizo Jesús, 1 Ped. 2:23. No debemos usar lenguaje abusivo (5:22), sino más bien palabras de cortesía, amistad y ama­bilidad. El habla nuestra no debe ser con­trolada por las malas circunstancias cau­sadas por el enemigo, sino por Dios. 1 Cor. 13:4-7 dice que "el amor es sufrido, es benigno, el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irri­ta, no guarda rencor; no se goza de la in­justicia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta".

          E. El amor hace bien. En esto se ve la definición de la palabra "amar". El ver­dadero amor no se ve en palabras, sino en hechos (Sant. 2:16; 1 Jn. 3:18). Como Jesús dice (Luc. 6:27,35), "Amad a vues­tros enemigos, haced bien a los que os aborrecen". Esta es la expresión de buena voluntad que sinceramente desea el bienes­tar de otros, aun el de los enemigos. David era ejemplo de volver bien por mal (1 Sam. 24:10; 26:9). El buen samaritano es un ejemplo hermoso de esto, y es el héroe de la parábola de Jesús (Luc. 10:25-37).

          F.      No podemos seguir odiando a otros si oramos por ellos. Al orar por otros los lle­vamos delante del trono de Dios, y seguramente no nos atrevemos a odiar a nadie en la presencia de Dios. Es el medio seguro de acabar con la amargura y los re­sentimientos. Nuestro Señor Jesucristo oró por sus enemigos aun cuando moría por ellos en la cruz (Luc. 23:34). Esteban lo imitó (Hech. 7:60). Pablo demostró el mismo espíritu (2 Tim. 4:16).

III. Mateo 5:45 -- "Para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre ma­los y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos".

          A. Es obvio que la expresión "para que seáis" expresa condición o requisito; es de­cir, para ser hijos de Dios tenemos que hacer algo. Tenemos que hacer lo que Jesús enseña en el ver. 44: bendecir al enemigo, hacerle bien y orar por él. Si no hacemos esto, no podemos ser hijos de Dios. En estos versos vemos, pues, otro aspecto importante del "Plan de Sal­vación". Si omitimos esta enseñanza, este requisito, no predicamos todo el consejo de Dios. Lamentablemente este requisito no recibe la atención que merece.

          B. ¿Somos hijos de Dios?. Es fácil suponer que habiendo sido bautizados en Cristo, llegamos a ser hijos de Dios, y que ocupamos una relación más o menos se­gura con Dios (con tal que asistamos fiel­mente a los servicios, y evitemos los vi­cios), pero la palabra "hijos" se usa para "aquellos que manifiestan ciertas cualidades de carácter", y el carácter se in­dica por la palabra que acompaña la pa­labra "hijos". Por ejemplo, Mar. 3:17, "hijos del trueno" (hombres como trueno, tempestuosos); Luc. 10:6 "hijos de paz" (hombres pacíficos, receptivos); Hech. 4:36, "hijo de consolación" o de ex­hortación, con talento para animar); etc. "Hijos de Dios" significa, pues, personas que tienen el carácter de Dios, que son imitadores de Dios. ¿Qué hace Dios? El bendice tanto a los malos como a los buenos. ¿Queremos ser hijos de Dios? Que hagamos lo mismo.

          C. Dios hace que el sol salga sobre todos; envía la lluvia a todos. Véanse Sal. 145:15,16; Hech. 14:17; 17:25,28. ¿Se niega Dios a proveer para aquellos que le aborrecen? Claro que no. Por lo tanto, si queremos ser "hijos de Dios" (imitadores de Dios), debemos hablar bien y hacer bien a los que nos maltratan, y orar por ellos. Con esta gran bondad Dios derrite los corazones fríos de hombres perversos para llevarlos al arrepentimiento (Rom. 2:4). ¡Qué hagamos lo mismo!

IV. Mateo 5:46,47 -- "Porque Si Amáis A Los Que Os Aman, ¿Qué Recompensa Tendréis? ¿No Hacen También Lo Mismo Los Publicanos? Y Si Saludáis A Vuestros Hermanos Solamente, ¿Qué Hacéis De Más? ¿No Hacen También Así Los Gen­tiles?"

          A. Según Lucas 6:32,33, Jesús dice "pecadores" en lugar de "publicanos" y "gentiles". Es obvio que se refiere a los pecadores en general, pero Mateo escribe para los judíos y especifica los dos grupos más aborrecidos por los judíos. Despre­ciaban en gran manera a los publicanos porque éstos recaudaban los impuestos para los romanos. Los peores de los hom­bres (los criminales más perversos) se saludan el uno al otro. "¿Qué hacéis de más?"

          B. Jesús condena el espíritu de exclu­sivismo, el espíritu que causa partidos aun entre hermanos. Este espíritu se denuncia en las cartas de Pablo (1 Cor. 3:1-3; Gál. 5:20, etc.). El que solamente saluda a los suyos es carnal y egoísta. Saluda para ser saludado. Alaba para ser alabado. Cristo denuncia este espíritu y nos enseña a bus­car y saludar a los que necesitan nuestra compasión y ayuda, en lugar de buscar a los que nos agradan y complacen.

          C.      El ejemplo de Jesús. Otra vez la en­señanza de Jesús se ve claramente en el ejemplo que El nos ha dejado. Véanse Luc. 5:27-32; 7:36-50; 14:12-14; 15:1, 2; Jn. 4:1-42.


          D. ¿Qué hacéis de más? Dios ha hecho más por nosotros que por otros, porque nos ha salvado, y nos ha bendecido con toda bendición en Cristo (Efes. 1:3). Nos da todas las cosas (Rom. 8:32). Por lo tanto, El espera más de nosotros. ¿Por qué esperamos la recompensa de Dios si tenemos la actitud de gente mundana al saludar solamente a los nuestros? (El "saludar" de aquel entonces no era sim­plemente decir, "Buenos días" y tal vez es­trechar manos, sino que se abrazaban, se besaban en cada mejilla, preguntaban por la familia, etc. Era expresión significante de amistad y cariño. Por ejemplo, Luc. 10:4, "y a nadie saludéis por el camino", porque su misión era urgente y el saludar a la gente requería mucho tiempo. Para nosotros la palabra "saludar" debe indicar una expresión cordial, según las costumbres de la gente, de amistad y de buena voluntad).

V. Mateo    5:48 -- "Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto".

          A. La expresión, "Sed, pues", indica una conclusión a los versículos anteriores.

          B. "Perfectos". En este texto la palabra "perfectos" no significa "sin pecado", sino que debemos ser perfectos en amor, como Dios es perfecto en amor. El amor de Dios es perfecto o completo, porque es universal. No es deficiente porque no es parcial. El no ama solamente a los que le aman, sino que El "hace salir su sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos e injustos". El amor nuestro debe ser completo, como lo es el amor de Dios.

Preguntas sobre Mateo 5:43-48

          1. ¿Decía la ley de Moisés, "aborrecerás a tu enemigo"?

          2. La actitud nacional de los judíos era una de aborrecimiento hacia sus enemigos. Estúdiense los siguientes textos y sus implicaciones con respecto al problema:

                   -- Ex. 23:20-33; Deut. 7:1-5, fueron mandados a destruirlos.

                   -- Ex. 34:12-16, se les prohibió formar alianzas con ellos.

                   -- Ex. 31, eran instrumentos de la ira de Dios para castigarlos.

                   -- Sal. 69:18-27 pide el castigo de Dios sobre los enemigos.

          3. ¿Por qué odiaban los judíos a los samaritanos?

          4. ¿Por qué odiaban los judíos a los publicanos?

          5. Cuando la gente oyó la palabra "amar" en la enseñanza de Jesús, ¿ya la entendían en el sentido en que El la usaba?

          6. ¿Debemos amar a los enemigos como amamos a los seres queridos? Explíquese su respuesta. (¿Debe una persona "enamorarse" de sus enemigos?)

          7. ¿Es este amor una expresión del sentimiento emocional o de buena voluntad?

          8. En el ver. 44 el mandamiento de amar a los enemigos se expresa en tres acciones. ¿Cuáles son?

          9. Dice Lucas (dos veces, 6:27, 35), "Amad, pues, a vuestros enemigos, y _____________ ________".

          10. Este amor se ha designado por un autor como "la invencible buena voluntad". ¿Por qué se llama "invencible"?

          11. ¿Cómo demostró David esta clase de amor? 1 Sam. 24:10; 26:9.

          12. ¿Cómo demostró Jesús esta clase de amor? 1 Ped. 2:23.

          13. ¿Cómo demostró el buen samaritano esta clase de amor? Luc. 10:25-37.

          14. Nómbrense ejemplos de los que oraban por sus enemigos.

          15. ¿Puede una persona orar sinceramente por su enemigo si le aborrece?

          16. ¿Qué significa la expresión, "para que seáis hijos de vuestro Padre"? (Compárese el uso de "hijos" en Mar. 3:17; Luc. 10:6; Hech. 4:36, etc.).

          17. Nómbrense los requisitos mencionados en este texto para ser hijos de Dios.

          18. ¿Cómo demuestra Dios su amor hacia sus enemigos?

          19. "Dios es benigno para con los _____________ y ____________" (Luc. 6:35).

          20. ¿Qué efecto tiene el amor (la bondad) de Dios sobre los hombres? Rom. 2:4.

          21. ¿Qué tenemos que hacer para hacer más que los publicanos y los gentiles?

          22. ¿Qué recompensa recibimos si saludamos solamente a los que nos aman?

          23. ¿Qué dice Pablo acerca del espíritu partidario? 1 Cor. 3:1-3.

          24. ¿En qué sentido debemos ser "perfectos" como Dios es perfecto?


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