Lucas 15

Introducción.

A.    Luc. 5:30-32 y Luc. 15:1, 2 intro­ducen las tres parábolas del capítulo 15. Dios ama al pecador, Rom. 2:4.

B.     Se acercaban a Jesús los pecadores, y se alejaban de El los escribas y fariseos. Se escandalizaron porque Jesús recibió a los pecadores y comió con ellos.

C.    Según los fariseos, los pecadores perdidos estaban sin valor alguno, pero para Cristo (Dios) éstos tienen mucho valor. Vale la pena salvarles. El valor de^. alguna persona o cosa depende de que haya quien la estime.

D.    El valor de alguna persona o cosa no se destruye cuando se pierde. Al con­trario, nuestro aprecio por tal persona u objeto aumenta cuando se pierde. Por lo tanto, estas tres parábolas demuestran claramente que Dios ama y estima a los perdidos.

I. La Oveja Perdida. Luc. 15:4-7.

A.        Es una ilustración apropiada, porque "Todos nosotros nos descarriamos como ovejas" (Isa. 53:6).

B.        Los judíos sabían que la oveja tiene valor. Jesús les hace ver que si la oveja tiene valor, ¿cuánto más valor tiene el hombre?

C.        Los judíos sabían que se busca una oveja perdida. Por lo tanto, cuánto más se debe buscar al hombre perdido.

D.        Esta clase de lógica o razonamiento se clasifica como "el razonar desde lo menor a lo mayor". Si los judíos en-tendieron y aceptaron lo que Jesús les dijo acerca de las ovejas perdidas, les convenía aceptar lo que les dijo acerca de los hom­bres perdidos. El evangelio es razonable y lógico, y los hombres que están dispuestos a razonar verán que deben aceptar los caminos de Dios. Si los judíos entendieron las parábolas y aceptaron que Jesús les decía la verdad, entonces les convenía en-tender y aceptar la lección que les enseñó acerca del valor del hombre perdido, y de la necesidad de rescatarlo.

E.        Otro ejemplo de esta clase de lógica se ve en Luc. 11:11-13. Si los hombres malos saben dar buenas cosas a sus hijos, cuánto más el Buen Dios sabrá dar buenas cosas a sus hijos.

F.        La búsqueda. Este es uno de los pun­tos principales de la parábola; el pastor busca la oveja perdida hasta hallarla. Es precisamente lo que Jesús hacía cuando recibió a los pecadores y comía con ellos. Luc. 19:10; Sant. 5:19, 20.

G.        El gozo. Este es el clímax de la parábola. Como el pastor de la parábola reúne a sus amigos y vecinos para 9ue se regocijaran con él, así también habrá gozo en el cielo cuando un pecador se arre­piente. Los fariseos no se regocijaban cuando algún pecador se arrepentía, pero los ángeles sí.

II. La Moneda Perdida, Luc. 15:8-10.

A.   La mujer creía que su dinero tenía mucho valor. Como ella apreciaba su dinero, así Dios aprecia al pecador.

B.   La mujer estaba muy preocupada cuando perdió una moneda. Así también Dios está preocupado cuando el hombre se pierde. 1 Tim. 2:4; 2 Ped. 3:9.

C.   La mujer buscó la moneda perdida, y Cristo busca a los pecadores.

D.   Cuando la mujer encuentra la mo­neda perdida, reúne a sus amigas y vecinas para que se regocijen con ella. Cuando al­gún pecador es hallado, los ángeles se re­gocijan.

E.   Si los judíos pudieron entender que una moneda tiene valor, que debe bus­carse, y que debe haber regocijo cuando se encuentre, entonces deberían entender que el alma de cualquier hombre tiene valor, que cuando se pierde, conviene buscarla y cuando se encuentre, debe haber mucho gozo.

III. El Hijo Pródigo. (El Valor Va Aumen­tando: Ya No Habla De Oveja Ni De Mo­neda, Sino De Cierto Hijo Perdido).

A. Jesús habla de cien ovejas y una perdida; entonces habla de diez monedas, y una perdida; por último habla de dos hijos, y uno perdido.

B. En las parábolas de la oveja y la moneda se enfatiza la búsqueda, pero en esta tercera parábola vemos una buena ilustración de cómo el pecador se aleja del Padre, cómo pasa su vida en la "tierra le­jana", y cómo regresa a su hogar.

C. Un Padre Generoso. El padre del pródigo es hombre muy bondadoso y ge­neroso.

1. Así es Dios, Hech. 14:17; 17:28; siempre ha bendecido muy ricamente aun a los practican la idolatría. Los peores criminales reciben su vida y todo su sus­tento de la mano de Dios todos los días.

2.    El padre permitió que su hijo saliera, y le repartió su herencia. Nadie es forzado a permanecer en la casa de Padre. Los que quieren ir al mundo pueden ha­cerlo. Dios respeta la voluntad del hom­bre.

3.    Es interesante observar que el hijo nunca critica al padre. No tenía causa para criticarlo, porque nunca le maltrató. El hijo pidió su herencia, y el padre se la dio.

4.    Un detalle sumamente importante en esta parábola -- que seguramente in­dica algo importante para el pecador -- es que el hijo pródigo siempre sabía que podía regresar a su padre.

5.    A mi juicio es imperativo que todo predicador tenga presente esta verdad, para convencer a cualquier pecador que la puerta está abierta, que Dios lo ama y an­hela su regreso. Todo pecador será bien recibido en la casa del Padre con tal que vuelva sinceramente arrepentido y sumiso a la voluntad de Dios.

6.    La predicación de esta verdad es muy importante para evitar que el pecador se sienta desesperado, creyendo que ya no puede volver al Padre. Todos debemos recordar que nuestro Padre es sumamente bondadoso y está dispuesto a perdonar.

D. ¿Cuándo volvió el pródigo? Cuando reconoció la consecuencias de haberse alejado de su padre, y que no había satisfacción duradera en los placeres de la tierra lejana. Volvió cuando llegó esas "gran hambre" y cuando ya estaba fasti­diado de los cerdos. Volvió cuando en su memoria podía ver claramente que el pan que sustenta estaba en la casa del padre y no en la tierra lejana. Volvió cuando reconoció que era tontería perecer de ham­bre en la tierra lejana cuando habrá abundancia de pan en la casa del padre.

E. ¿No le dolió dejar los amigos? ¿Cuáles? ¿Dónde estuvieron sus amigos ya que él convive con los cerdos? ¿Qué tanto consuelo nos ofrece los "amigos" del mundo cuando nos sentimos tan deses­perados? "Nadie le daba". Esto nos da a entender que sus "amigos" solamente querían malgastar su herencia.

F. ¿Qué paso con el sueño dorado que el joven tenía cuando contemplaba su via­je a la tierra lejana? ¿Qué pasó con las promesas de Satanás de una tierra llena de tanta alegría? Satanás promete mucho, pero luego paga con "las algarrobas que" comen los cerdos.

1.     Esta parábola pinta perfectamente la vida del hombre sin Dios (Efes. 2:12). Es una vida de miseria perpetua, porque sin Dios no hay nadie que le pueda ayudar a solucionar los problemas de la vida. Es una vida de andar (tropezar) en las tinieblas.

2.     La única esperanza para tal per­sona es que vuelva en sí, reconozca su error, y regrese a al casa del Padre.

G. El hijo pródigo salió de la casa del padre diciendo "Dame", pero vuelve di­ciendo "Perdóname". El salió de su casa diciendo "No la voluntad tuya sino la mía sea hecha", pero vuelve diciendo "No la voluntad mía sino la tuya sea hecha".

H. ¿Fue en vano su esperanza? De ninguna manera. Su confianza de que el padre lo recibiría estaba bien fundada. Así también el Padre recibe al pródigo; le viste de la ropa de la salvación (Isa. 61:10); Gál. 3:27).

I. Pero el cuadro hermoso del retorno del pródigo queda manchado por la acti­tud del hermano mayor quien representa a los fariseos y escribas. Hay gozo en el cielo cuando los perdidos vuelven a Dios, pero los fariseos y escribas murmuran contra ellos.