Militar la buena milicia

1 Tim. 1:18-20

Introducción.

            A. “Este mandamiento te encargo”. ¿Cuál? El del ver. 3-5.

            B. Pablo había dejado a Timoteo en Efeso para que mandara a algunos que no enseñaran diferente doctrina. A través de estas dos cartas a Timoteo y la carta a Tito Pablo habla de la apostasía de algunos. También habla de persecuciones venideras.

            C. 1:5, “Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida”, pero algunos habían desechado esto y naufragaron en cuanto a la fe.

                        1. Dos ejemplos: Himeneo, 2 Tim. 2:17, 18; Alejandro.

                        2. Los entregó a Satanás, 1 Cor. 5:5, para que aprendieran a no blasfemar. Compárese 2 Tes. 3:14.

            D. Timoteo había de militar la buena milicia “conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti” (4:14). Había profetas en la iglesia (Hech. 11:27, 28; 21:10; 13:1; 15:32).

            E. Otros “compañeros de  milicia”: Arquipo (Filem. 2); Epafrodito (Fil. 2:25).

I. Para ser soldado de Cristo es necesario alistarse o enrolarse.

            A. Antes de alistarse es necesario calcular gastos. Luc. 14:25-33. No conviene fijarse solamente en los uniformes militares, en los soldados con banda marchando en un desfile, o en el aplauso de la gente; más bien, se debe pensar en el campo de batalla con sus privaciones y sufrimiento, heridos y muertos. 2 Tim. 2:3.

            B. Aunque había profecías acerca de Timoteo como evangelista, él tuvo que alistarse. Hech. 16:1-4. Había obedecido al evangelio de Cristo, y estaba dispuesto a ser evangelista.

            C. No hay servicio involuntario en el ejército del Señor. Está compuesto solamente de voluntarios. Mat. 11:28; Apoc. 22:17.

II. Para ser buen soldado de Cristo es necesario estar armado, Efes. 6:10-19.

            A. 6:10, “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.  11  Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.  12  Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.  13  Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes”. 

                        1. V. 14,  Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, {6.14:-Is. 11. 5.}

                        2. V. 14, y vestidos con la coraza de justicia, {6.14:-Is. 59. 17.} 

                        3. V. 15,  y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. {6.15:-Is. 52. 7.} 

                        4. V. 16,  Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.

                        5. V. 17,  Y tomad el yelmo de la salvación, Isa. 59:17; 1 Tes. 5:8.

                        6. V. 17, Tomar la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; 

                        7. V. 18,  orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu,

                        8. V. 18, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos.

            B. Las armas del soldado de Cristo no son carnales, sino espirituales, 2 Cor. 10:3-5.

III. Para ser buen soldado de Cristo es necesario el entrenamiento e instrucción.

            A. Para usar la espada del Espíritu, 2 Tim. 4:2,3; 1 Ped. 3:15.

            B. Heb. 5:14, “pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal”.

IV. Para ser buen soldado de Cristo es necesario obedecer órdenes.

            A. “El primer entrenamiento que recibe un soldado está destinado a hacerle obedecer las órdenes instintivamente y sin cuestionar. Puede llegar el momento en que esta obediencia rápida e instintiva salve su vida, y la de otros. En un sentido es cierto que no es parte del deber de un soldado ‘conocer las razones’. Envuelto como se ve en el medio de la batalla, no puede ver la totalidad de la situación. Debe dejar las decisiones al comandante que ve todo el campo de batalla. El primer deber de un cristiano es obedecer la voz de Dios, y aceptarla aunque no pueda comprenderla” (WB). Como Noé y Abraham (Gén. 6, 22).

            B. 2 Jn. 9, “Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo”.

            C. Hech. 2:42, “Perseveraban en la doctrina de los apóstoles”.

V. “Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida”, 2 Tim. 2:4.

            A. El soldado de Cristo está en servicio activo, siempre comprometido en una campaña y debe militar de todo corazón “a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado”.

            B. Esto significa que el cristiano (y sobre todo el evangelista) debe concentrarse como fiel soldado en el servicio de Cristo.

            C. Sant. 1:8; 4:8, No debe ser soldado “de doble ánimo”.

            D. Mat. 6:24, “No podéis servir a dos señores”.

            E. Desde luego, Pablo no está diciendo que el evangelista no debe ganarse la vida en el trabajo secular, pues él mismo lo hizo, pero su corazón no estaba en su trabajo secular sino en la milicia espiritual. Pablo no prohíbe el empleo secular sino el enredarse en cualquier actividad de esta vida. La palabra enredar quiere decir, “prender con red, tender redes para cazar”. Véase 2 Ped. 2:20.

            F. 1 Cor. 7:29-32, no dejar que ninguna actividad o relación de esta vida impida o estorbe nuestro servicio para Cristo.

            G. Otra figura que ilustra esta lección es que los cristianos son peregrinos, 1 Ped. 2:17.

VI. El soldado de Cristo está dispuesto a sufrir y sacrificarse por el Señor.

            A. 2 Tim. 1:8, “Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios”.

            B. 2 Tim. 2:3, “Tú, pues, sufre penalidades (trabajos, fatigas) como buen soldado de Jesucristo”. V. 9, “en el cual sufro penalidades, hasta prisiones a modo de malhechor; mas la palabra de Dios no está presa”.

            C. Rom. 12:1, “presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo”.

VII. En todo el soldado de Cristo es fiel.

            A. El soldado bien sabe que alistarse en el ejército, tiene que ser fiel hasta la muerte. No debe retirarse de la batalla para salvar la vida.

            B. Apoc. 2:10, “No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida”.

VIII. El soldado de Cristo debe pelear con valentía.

            A. 2 Tim. 1:7, 8, “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.  8  Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios”.

            B. 1 Cor. 16:10  “Y si llega Timoteo, mirad que esté con vosotros con tranquilidad (sin temor, LBLA), porque él hace la obra del Señor así como yo”.

            C. Los apóstoles hablaron la palabra con denuedo (con confianza o valor; confiada y abiertamente), Hech. 4:13, 31; 13:46; 14:3; 19:8.

            D. 1 Cor. 16:13, “Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos”.

Conclusión:

            A. El soldado de Cristo pelea para ganar la victoria, 1 Cor. 9:24-26.

            B. “He peleado la buena batalla”, 2 Tim. 4:7, 8.

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