1 Tim. 2:11-15
I. La mujer aprenda en silencio (calladamente, LBLA, v. 11; quietness, ASV (tranquilidad, silencio).
A. Silencio, h, V. 2, reposadamente; 1 Tes. 4:11, “procuréis tener tranquilidad”; esuchia
2 Tes. 3:12, “trabajando sosegadamente”; Hech. 22:2, “guardaron más silencio”. Dice 1 Ped. 3:4 que la mujer debe tener “un espíritu afable y apacible (quieto, sereno)”.
B. Algunos hermanos citan este texto para probar que la mujer no debe participar en las clases bíblicas, pero Pablo explica “el silencio de la mujer” en el v. 12: “Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio”.
C. También citan 1 Cor. 14:34, “vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice. 35 Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación”. Pero no sólo eso, sino que también los varones callaron en esa asamblea a menos que les tocara “hablar” públicamente (véanse los ver. 27-31).
1. Se trata de la reunión de “toda la iglesia” (v. 23, “Si, pues, toda la iglesia se reúne en un solo lugar”).
2. V. 27, “Si habla alguno en lengua extraña” si “toda la iglesia se reúne en un solo lugar”.
3. V. 29, “los profetas hablen dos o tres”. Obviamente este hablar se refiere al discurso público, delante de toda la iglesia.
4. V. 34, “vuestras mujeres callen en las congregaciones (asambleas); porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas”.
II. Con toda sujeción.
A. “Esta sujeción debida no toca la cuestión de su estado espiritual delante de Dios. Este es otro punto. En cuanto al valor de su alma, y su salvación eterna, ella es igual al hombre (Gál. 3:28; 1 Ped. 3:7)” (BHR).
B. Hupotagei, 3:4, “que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad”; 2 Cor. 9:13, “glorifican a Dios por la obediencia (sujeción) que profesáis al evangelio de Cristo”; Gál. 2:5, “ni por un momento accedimos a someternos”.
C. 1 Cor. 11:3, “Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo”. El varón de este texto no es sólo el marido, pues “Cristo es la cabeza de todo varón”, y no sólo de los maridos.
D. Efes. 5:22-24, la sujeción de la mujer a su marido.
E. Tito 2:4, “que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, 5 a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada”.
III. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio.
A. No permito. Pablo no simplemente da su opinión, sino que habla con autoridad apostólica. 1 Cor. 14:37, “Si alguno se cree profeta, o espiritual, reconozca que lo que os escribo son mandamientos del Señor”.
B. Algunos creen que Pablo, siendo soltero, tenía actitud discriminatoria hacia mujeres. Se hace esta acusación necia contra Pablo porque no se quiere aceptar esta enseñanza. Pablo no tenía prejuicio. Los que tienen prejuicio son los que rechazan la doctrina de Pablo sin estudiarla a fondo o sin la disposición de sujetarse a la voluntad de Dios.
C. También se afirma que los textos que tratan de la sujeción de la mujer tenían que ver con problemas culturales. Se dice que eran problemas del primer siglo en ciertas áreas como Corinto y Efeso. Es otra salida necia.
D. Algunos aun se atreven a hacer comparaciones entre la mujer del primer siglo y la mujer moderna con el fin de sacar la conclusión de que la mujer moderna es más educada y capacitada y que, por eso, no tiene que estar en sujeción. Tal actitud refleja la soberbia del pensamiento moderno.
IV. Porque Adán fue formado primero … y Adán no fue engañado.
A. La mujer fue creada después del hombre y fue creada para ser “ayuda idónea” para el hombre. Por eso, él debe dirigir y ella debe seguir. Cuando, pues, la mujer ejerce autoridad sobre el hombre ella actúa contra la naturaleza.
B. Eva fue engañada por la serpiente y, por eso, el pecado entró primero a través de la mujer. En lugar de seguir a su marido ella tomó la delantera e incurrió en transgresión.
V. ¿La mujer no puede enseñar a nadie, nunca?
A. Tito 2:3, “Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; 4 que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijo”.
B. 1 Ped. 3:15, “estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros”. ¿Este mandamiento no es para la mujer?
C. Hech. 18:26, “Y (Apolos) comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios”. Tanto Priscila como Aquila enseñaron a Apolos.
C. Hech. 8:4, “Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio”. ¿Dice “solamente los varones”?
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