Sé fiel hasta que Cristo venga

1 Tim. 6:13-16

I.  El mandamiento

            A. 1:5, el “mandamiento” parece ser la comisión general entregada a Timoteo (2 Tim. 4:5, “cumple tu ministerio”. Compárese 2 Tim. 1:13,14, “Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús.  14  Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros”.

            B. Pablo le rogó que se quedara en Efeso para que mandara a algunos que no enseñen diferente doctrina (1:3).

            C. Dijo que el propósito de “este mandamiento” (comisión, encargo) “es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida”; es decir, Timoteo mismo debería poseer estas virtudes, y debería enseñar, exhortar, reprender, etc. para producirlas en otros.

            D. 1 Tim. 1:18, 19, “Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia,  19  manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe alguno”.

            E. En los capítulos 2 y 3, da instrucciones sobre el orar, sobre el atavío y el papel de la mujer, y los requisitos para ancianos y diáconos.

            F. En el cap. 4, después de explicar que algunos apostatarían enseñando doctrinas diferentes (doctrinas de demonios), prohibiendo el matrimonio y mandando abstenerse de alimentos, le dice que, “Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido”. El resto del capítulo se dedica a la exhortación a Timoteo acerca de su carácter, su conducta y su ministerio.

            G. En el capítulo 5 Pablo escribe sobre los deberes hacia otros: los ancianos, los jóvenes, las viudas y, por último, sobre los ancianos (obispos) de la iglesia.

            H. En este capítulo (6) exhorta  los esclavos, habla de los que toman la piedad como fuente de ganancia y luego explica que la piedad con contentamiento es la fuente verdadera de ganancia, y al hablar del contentamiento nos da una advertencia solemne sobre la avaricia. Concluye esta exhortación diciendo a Timoteo, “Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas … Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna …”

II. “Te mando … que guardes el mandamiento – 6:20

            A. Podría significar guardar “el mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles” (2 Ped. 3:2).

                        1. La expresión “guardar el mandamiento”, quiere decir practicar y predicar efectivamente toda la sana doctrina (Hech. 20:20, 27), mandar a otros maestros que no enseñen diferente doctrina (guardar este tesoro porque había lobos rapaces, ladrones espirituales), e instar a las iglesias que la practiquen.

                        2. En la segunda carta exhorta a Timoteo a retenerla (cap. 1), enseñarla (cap. 2), perseverar en ella (cap. 3) y predicarla (cap. 4).

            A. Delante de Dios, -- no simplemente delante de los hermanos.

                        1. que da vida a todas las cosas,

            B. Y (delante) de Jesucristo,

                        1. Que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, -- véase el estudio anterior sobre la buena confesión.

III. V. 14  que guardes el mandamiento sin mácula 3:2; 5:7; Efes. 5:26, 27; Sant. 1:27.

ni reprensión, -- 3:2; Fil. 2:15, 16

       A. Hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo,  --

                        1. La segunda venida de Cristo. Ya había hablado de la primera venida en 3:16; véase 2 Tim. 1:10. Tito 2:11-13 habla de las dos venidas.

                        2. 1 Cor. 11:26, “Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga”.

                        3. ¿Por qué no dijo “o hasta que te mueras”? Es lo mismo, pues es el fin del mundo para uno que muera.

            B. En 2 Timoteo la fidelidad hasta que Cristo venga es un pensamiento sobresaliente: 1:8; 2:12, 13:3:12; 4:16. Véase Apoc. 2:10.

IV. V. 15  la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores, -- 1:17, “Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén”. Ahora sigue otra doxología (una fórmula de alabanza en honor de Dios) como en 1:17. La primera tuvo que ver con la primera venida de Cristo, y esta, más amplia, tiene que ver con su segunda venida.

            A. Estos términos también se usan de Cristo, Apoc. 17:14; 19:16. Si Cristo tiene “toda autoridad” (Mat. 28:18), es Soberano. Véase 1 Cor. 15:25-28.

            B. En realidad este es otro texto que muestra que Padre, Hijo y Espíritu Santo son uno.      

V. V. 16  el único (es decir, Dios, Padre, Hijo, Espíritu Santo) que tiene inmortalidad, --

            A. 4:10, “el Dios vivo” (1 Tes. 1:9, 10). Eternamente tiene vida en sí (Dan. 4:34), no la recibió. Jn. 5:21, “Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida”; Jn. 5:26, “Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo”.

            B. 6:13, “da vida a todas las cosas”. Para expresarlo de manera positiva y absoluta, El es vida y da vida, pero la palabra usada por Pablo expresa el lado negativo: sin muerte.

            C. La palabra “inmortalidad”, que sólo aparece aquí y en 1 Cor. 15:53, 54.

            D. ¿En qué sentido hemos de entender que Dios es “el único que tiene inmortalidad”.

                        1. “Este pasaje ha sido torcido para negar que el hombre tiene espíritu inmortal. Son materialistas quienes lo niegan. Pero el espíritu en el hombre Dios lo pone allí (Zac. 12:1), pues es el Padre de los espíritus (Heb. 12:9). El hombre, siendo un ser creado, no es esencialmente inmortal (Dios sí lo es), pero Dios, quien es el único que posee la inmortalidad, pone en el hombre un espíritu que nunca dejará de existir, o en la presencia eterna de Dios, o separado de Dios eternamente (Mat. 25:46).” (BHR).

                        2. El pensamiento correcto es, pues, que Dios es la única fuente de la inmortalidad.

A nosotros se nos da la inmortalidad, pero nadie la dio a Dios. Sal. 36:9, “Porque contigo está el manantial de la vida”.

VI.  Que habita en luz inaccesible;

            A. Pablo se refiere a la luz eterna, no la luz que fue creada para nuestro universo (Gén. 1).

 Ex. 34:29-35.

            B. Mat. 17:2

            C. Hech. 9:8; 22:11.

            D. 1 Jn. 1:5; Jn. 8:12

            E. Apoc. 21:23, 24; 22:5 No habrá necesidad del sol en el hogar celestial

            F. A quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, -- Ex. 33:20; Jn. 1:18; 6:46; 1 Jn. 4:22. Dios es invisible. 1:17; Col. 1:15; Heb. 11:27.

VIII. Al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén. 1:17; Rom. 11:23-26

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