El evangelista

2 Tim. 4:5

Introducción.

I. Requisitos para los evangelistas.

            A. Ser fieles. Hech. 16:1, “Después llegó a Derbe y a Listra; y he aquí, había allí cierto discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer judía creyente, pero de padre griego;  2  y daban buen testimonio de él los hermanos que estaban en Listra y en Iconio.  3  Quiso Pablo que éste fuese con él”. Obviamente el primer requisito es que sea fiel. Véanse Hech. 6:3-5 (Esteban, Felipe); Hech. 11:24, Bernabé.

            B. 1 Tim. 4:12, “Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza”. Tito 2:7, “presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad,  8  palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros”.

            C. 1 Tim. 1:19, “manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos”.

            D. 1 Tes. 2:2, “pues habiendo antes padecido y sido ultrajados en Filipos, como sabéis, tuvimos denuedo en nuestro Dios para anunciaros el evangelio de Dios en medio de gran oposición. 3  Porque nuestra exhortación no procedió de error ni de impureza, ni fue por engaño,  4  sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones.  5  Porque nunca usamos de palabras lisonjeras, como sabéis, ni encubrimos avaricia; Dios es testigo;  6  ni buscamos gloria de los hombres; ni de vosotros, ni de otros”. Denuedo. Convicción. Nada de engaño. Valentía. No agradar a los hombres. Nada de adular.

            E. 1 Tes. 2:7, “Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos … 11  así como también sabéis de qué modo, como el padre a sus hijos, exhortábamos y consolábamos a cada uno de vosotros”.

            F. Mat. 10:28, “Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno”.

II. La obra de evangelista.

            A. ¿Cuál es la obra de evangelista? Esta pregunta es muy importante para jóvenes fieles que tengan el deseo de ser evangelistas. En estas tres cartas a Timoteo y Tito, como también en otras cartas, Pablo explica esta obra. En Hechos de los Apóstoles Lucas la describe en detalle al narrar la historia de las actividades de Pablo y sus compañeros.

            B. El evangelista debe:       

                        1. Anunciar el evangelio, Hech. 13:32.

                        2. Enseñar, 1 Tim. 4:13.

                        3. Hablar con denuedo, Hech. 9:29; 13:46.

                        4. Exhortar, Hech. 2:40; 11:23; 1 Tim. 4:13.

                        5. Amonestar, Col. 1:28; 1 Tes. 5:14.

                        6. Rogar, 2 Cor. 5:20; Efes. 4:1.

                        7. Disputar, Hech. 9:29.

                        8. Contender, Judas 3 (pero recuérdese Rom. 14:1).

                        9. Discutir, Hech. 17:2, 17; 18:19.

                        10. Responder, 1 Cor. 9:3; Fil. 1:16.

                        11. Redargüir, 2 Tim. 4:2; Mat. 18:15.

                        12. Convencer, Tito 1:9.

                        13. Tapar bocas, Tito 1:13.

                        14. Mandar, 1 Tim. 1:3.

                        15. Desechar, 2 Tim. 2:23; Tito 3:10.

                        16. Anunciar todo el consejo de Dios, Hech. 20:20, 27.

            C. También debe entrenar obreros. 2 Tim. 2:2, “Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros”.

            D. Tito 1:5, “Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos (y diáconos, 1 Tim. 3:8-13) en cada ciudad”. Desde luego, esto requiere mucha enseñanza sobre los requisitos para ancianos y diáconos (1 Tim. 3; Tito 1). 1 Tim. 5:19, “Contra un anciano no admitas acusación sino con dos o tres testigos. 20  A los que persisten en pecar, repréndelos delante de todos, para que los demás también teman”.

            E. 2 Tim. 1:13, “Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús.  14  Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros”. El evangelista tiene que ser “conservador”. Tiene que retener, guardar, conservar el patrón bíblico en todas las cosas.

            F. 2 Tim. 3:5, “a éstos evita”; Tito 3:10, “Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo”.

III. Resultados de esta obra.

            A. Convence y convierte, como se ve en los Hechos en los casos de conversión.

            B. Edifica, anima, confirma, Hech. 14:22.

            C. Trastorna las obras de Satanás, Hech. 17:6; 19:9.

                        1. La predicación sobre la santidad perturba a los mundanos.

                        2. La predicación sobre la ofrenda perturba a los avaros.

                        3. La predicación sobre la modestia perturba a las mujeres que están resueltas a siempre seguir la moda.

                        4. La predicación sobre la asistencia perturba a los indiferentes.

                        5. La predicación sobre la naturaleza y obra de la iglesia perturba a los hermanos liberales (institucionales).

                        6. La predicación sobre el divorcio y segundas nupcias perturba a los que están mal en su matrimonio.

Conclusión. El evangelista fiel hará todo lo posible por cumplir su ministerio.

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