I. Gálatas 6:1, “Hermanos, si alguno
fuere sorprendido en alguna falta (transgresión), vosotros que sois
espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre,
considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado”.
A. “Sorprendido”. “Ser atrapado en una falta, Gá
6:1, donde el significado no es el de detectar a la persona en el
acto mismo, sino que esta persona sea sorprendida por el pecado, al
no estar vigilante” (Diccionario Vine). Mat. 26:41; 1 Cor. 16:13;
Efes. 5:15; 1 Ped. 5:8.
B. “vosotros que sois espirituales”. Gál. 5:22,
“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza (dominio propio)”.
Efes.5:18, “sed llenos del Espíritu”.
1. Los
espirituales son los únicos que están calificados para exhortar y
restaurar al hermano que ha pecado pero, desde luego, todo miembro
debe ser espiritual.
2. Si los que
no son espirituales intentan restaurar al hermano que ha pecado sólo
provocarán resentimiento y endurecimiento.
3. Si hay
hermanos no espirituales, ¿qué son? Carnales. 1 Cor. 3:3; Gál.
5:19-21. Si hay hermanos que no son espirituales sino carnales,
entonces ellos también deben ser corregidos y restaurados.
C. “restauradle”.
1. El tiempo
de este verbo es el presente continuo, indicando paciencia y
perseverancia en el proceso.
2. La
restauración no se logra con tres o cuatro palabras (“espero que
vuelva”, “lo extrañamos”), sino que requiere tiempo y esfuerzo.
D. “con espíritu de mansedumbre”, fuerza con
ternura, fuerte pero también amable, afable.
1. Jesús era
manso, Mat. 11:29. Tenía mucha compasión, Mat. 9:36.
2. Pablo era
manso. 1 Tes. 2:7, “fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza
que cuida con ternura a sus propios hijos. 11 así como también
sabéis de qué modo, como el padre a sus hijos, exhortábamos y
consolábamos a cada uno de vosotros”. 2 Cor. 11:29, “29 ¿Quién
enferma, y yo no enfermo? ¿A quién se le hace tropezar, y yo no me
indigno?”
3. Si no
tenemos mansedumbre, si no somos capaces de ser tiernos y afables,
no nos conviene participar en la restauración del hermano pecador.
E. ¿Qué significa el v. 2? “Sobrellevad los unos
las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo”.
1. Significa
tratar de entender el problema y ayudarle en su prueba o tentación.
2. 1 Cor.
12:25, “que los miembros todos se preocupen los unos por los otros.
26 De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen
con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se
gozan”.
3. ¿Nos
preocupa cuando algún hermano es infiel? ¿O pensamos, “Es cosa suya
y de todos modos debe ser fiel”? Como que no hay nada que explicar.
Nada de darle consejo hermanable. Nada de expresar simpatía y
compasión por su dificultad.
4. Si no
tomamos muy en serio el significado de la palabra “hermano”, si no
tratamos a los miembros de la iglesia como hermanos, debemos dejar
de pronunciar la palabra. Es pura hipocresía hacerlo.
F. ¿Y el v. 3? “Porque el que se cree ser algo,
no siendo nada, a sí mismo se engaña”.
¿Quién será éste? Es el hermano que piensa que es muy bueno, muy
fuerte, y no puede caer para necesitar la compasión de sus hermanos.
Por eso, es de corazón duro y frío, impaciente con hermanos débiles.
II. 1 Tesalonicenses 5:14,
“También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que
alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que
seáis pacientes para con todos”.
A. ¿Hacemos esto con el hermano débil, el hermano
descarriado?
B. ¿Qué hemos hecho para alentar al hermano
desanimado? ¿Qué hemos hecho para sostener al hermano débil? ¿Hemos
sido pacientes con él?
C. Si no, ¿qué hemos hecho para obedecer estos
textos?
III. Hebreos 12:12, “Por lo
cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas. 13 y
haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se
salga del camino, sino que sea sanado”.
A. Desde luego, los pastores (ancianos) son los
más responsables en cuanto a restaurar a los descarriados Luc.
15:4-7.
B. Heb. 13:17 dice que ellos “velan por vuestras
almas como quienes han de dar cuenta”.
C. Pero aunque una congregación todavía no tenga
ancianos, la iglesia (y mayormente los varones) deben tener corazón
de pastor.
D. Ningún hermano está calificado para ser
anciano si no tiene corazón de pastor.
E. El bienestar espiritual de todos los miembros
debe ser el asunto principal a tratar en la junta de los varones.
IV. ¿No conviene usar la vara?
A. 2
Cor. 4:21, sí, para los “envanecidos” (v. 18), pero eso no es el
problema con muchos hermanos que se desaniman y no asisten a los
servicios fielmente. Los “envanecidos” negaban el apostolado de
Pablo, rechazaban su autoridad.
B. Primero se aplican las exhortaciones de Gál.
6:1-3; 1 Tes. 5:14, etc. con la esperanza de que produzca el
arrepentimiento y la restauración.
C. Se usa la vara, el castigo severo, solamente
con los incorregibles.
V. Dos tendencias peligrosas.
A.
“Acechar” al hermano débil.
1. Como los
judíos acechaban a Jesús. Mar. 3:2, “Y le acechaban … a fin de poder
acusarle”.
2. ¿Así
hacemos con los hermanos débiles? ¿Los acechamos para ver si faltan?
¿Y hasta allí nada más? ¿Con esto obedecemos Gál. 6:1-3; 1 Tes.
5:14; Heb. 12:12, 13?
B. Si faltan algunas veces, se comienza a hablar
de “cortar comunión”, “excomulgar”.
1. El hermano
que haya dejado de asistir a los servicios ya suspendió (cortó) la
comunión con la iglesia.
2. Ya no
participa con la iglesia en orar, cantar, estudiar la Biblia, tomar
la cena y ofrendar, ni mucho menos en la obra de la iglesia.
3. En tal
caso los espirituales (todos los espirituales) deben hacer todo lo
posible por restaurarle con espíritu de mansedumbre, siempre
recordando que también los más fuertes son capaces de ser tentados y
caer.
4. Este
esfuerzo significa usar la palabra de Dios para enseñar, exhortar,
reprender, animar. No es simplemente decir dos o tres palabras como
“Ojalá que vuelva” o “le extrañamos”, etc. Requiere una exhortación
amplia y adecuada usando textos bíblicos; él ya no está oyendo la
Palabra y, por eso, debemos leerle algunos textos apropiados.
5. Los que no
hacen esto indican que no son espirituales. Esta falta indica que no
hay amor por el hermano. No les interesa su salvación. En tal caso
la palabra “hermano” no significa nada, es palabra hueca y en
realidad es hipocresía decir “hermano” si no estamos preocupados por
su salvación.
VI. Pero ¿qué hacer si hermanos espirituales, con espíritu de
mansedumbre no logran la restauración del hermano infiel?
A. Si
él causa “divisiones y tropiezos” (Rom. 16:17), es “perverso” (1
Cor. 5:13), anda “desordenadamente” (2 Tes. 3:6), o “no obedece a lo
que decimos por medio de esta carta” (2 Tes. 3:14), es necesario
obedecer las instrucciones del Espíritu Santo con respecto a los
tales.
B. Rom. 16:17, “Mas os ruego, hermanos, que os
fijéis (nombrarlo, identificarlo) en los que causan divisiones y
tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y
que os apartéis de ellos”. Es necesario tomar este paso porque de
otro modo completamente destruirán la iglesia.
C. 1 Cor. 5:4, “En el nombre de nuestro Señor
Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro
Señor Jesucristo, 5 el tal sea entregado a Satanás para destrucción
de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor
Jesús…. 11 con el tal ni aun comáis”. Esto se hace para salvar su
alma, pero también porque “un poco de levadura leuda toda la masa”
(1 Cor. 5:6).
1. Este es el
plan de salvación para tal hermano.
2. Este plan
de Dios debe ser llevado a cabo por todo miembro de la congregación.
Es acción congregacional y es acción individual porque todo miembro
debe dejar de asociarse con él hasta que se arrepienta.
D. 2 Tes. 3:6, “Pero os ordenamos, hermanos, en
el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo
hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que
recibisteis de nosotros. 14 Si alguno no obedece a lo que decimos
por medio de esta carta, a ése señaladlo, y no os juntéis con él,
para que se avergüence. 15 Mas no lo tengáis por enemigo, sino
amonestadle como a hermano”.
E. Estos textos dicen, “os apartéis” de él, “no
os juntéis con él”. Esto incluye toda actividad social. No tener
compañía con él, no asociarse con él, para que se avergüence, 2 Tes.
3:14.
“Con el tal ni aun comáis” (1 Cor. 5:11).
1. Este comer
no se refiere a la cena del Señor sino a la comida ordinaria, la que
sí se puede comer con mundanos, v. 10. Desde luego, no comemos la
cena del Señor con mundanos.
2. La palabra
“comunión” (koinonía) se usa de: La cena del Señor (1 Cor. 10:16),
la ofrenda para santos necesitados (Hech. 2:44;4:32; 1 Cor.16:1,2;
Heb. 13:16), comunión en el evangelio (Fil. 1:5; 4:15, 16), sufrir
juntos por Cristo, etc.
3. Hechos
2:46, “y partiendo el pan en las casas, comían juntos (partiendo el
pan, LBLA) con alegría y sencillez de corazón”. Comían juntos, no
koinonía sino metalambano, palabra que no se traduce “comunión”.
4. La palabra
usada en Hechos 2:46 (metalambano) se usa en Hech. 27:35, “Y
habiendo dicho esto, tomó el pan y dio gracias a Dios en presencia
de todos, y partiéndolo, comenzó a comer”. Estos no eran hermanos
sino soldados y marineros (nada religiosos).
Desde luego, hermanos comen juntos, trabajan juntos en algún
negocio, participan juntos en deportes, viajan juntos, etc., pero la
palabra koinonía no se usa de tales actividades.
Alguien dirá, “¿para que citar el griego? Cualquiera puede leer esta
explicación en español (por ejemplo, en el Diccionario Vine). Es muy
importante saber cómo se usan tales términos en diferentes textos.
F. Siempre existe el peligro de que ciertos
miembros crean que saben mejor que Dios cómo rescatar al hermano.
Creen que sería mejor seguir asociándose con él, incluyéndolo en los
convivios, o sea, asociarse más con él para animarle en lugar de
parar toda asociación con él. Pero recuérdese que este es el plan de
salvación enseñado por Dios para salvarle (1 Cor. 5:5, “para
destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo).
G. Antes de apartarse de algún hermano, el asunto
debe ser tratado ante toda la iglesia porque todo miembro debe estar
bien enterado del asunto. El hermano que presida, después de
explicar bien el caso, debe preguntar si hay comentarios, dudas, más
información, y sobre todo si hay objeciones a este paso solemne.
Todo miembro debe apoyar esta acción, porque si algún miembro no
apoya esta orden divina, obra en contra de la restauración y
salvación del hermano.
Conclusión:
A.
Este estudio toca a nosotros todos. ¿No somos espirituales todos?
Entonces debemos estudiar con cuidado lo que el Espíritu Santo nos
dice en Gál. 6:1-3; 1 Tes. 5:14; Heb. 12:12, 13; 1 Cor. 12:25, etc.
B. Debemos hacer esto antes de hablar de
“apartarse” y “no os juntéis”.
C. Sant. 5:19, 20, “Hermanos, si alguno de entre
vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver, 20
sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino,
salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados”.
D. Judas 22, “A algunos que dudan, convencedlos.
23 A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened
misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su
carne”.
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