El hombre es cabeza de la mujer

 
 


1 Cor. 11:3

I. El texto. “Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo hombre, y el hombre es la cabeza de la mujer, y Dios es la cabeza de Cristo” (3:23; 15:27, 28; Fil. 2:5-11).
– Cabeza… cabeza… cabeza… Cadena de autoridad. Subordinación según el gobierno divino.
       A. “Cristo es la cabeza de todo hombre”, 15:27; Mat. 28:18; Efes. 1:20-22. Debe ser respetado, honrado, obedecido.
       -- Antes de decir al hombre que él es la cabeza de la mujer Pablo le recuerda que él también tiene Cabeza, Cristo. El hombre no es un ser “independiente”.
       -- Tener autoridad puede producir la tiranía.      
       B. “el hombre es la cabeza de la mujer”. Desviarse de este orden divino produce desorden.
       -- Los que promueven el feminismo dicen que la palabra “cabeza” significa “fuente”; es decir, que el hombre es la “fuente, el origen” de la mujer, pero esta definición niega la Deidad de Cristo (que Dios es la “fuente o el origen” de Cristo).
       -- “Cabeza” significa “autoridad” pero implica la dirección en todo sentido. 1 Tim. 5:8, ¿proveer qué? ¿Solamente alimento, abrigo, techo?
       C. Este arreglo es el plan perfecto para la mujer. Para su bienestar, felicidad. Las Escrituras honran a la mujer.
       -- La mujer cristiana no puede acercarse a Dios si no respeta este orden divino. No es opcional.
       -- La mujer que rechace este orden es tan desobediente como la persona que no respeta la autoridad de Cristo.
       -- Según el feminismo la mujer debe ser masculina, ser como el hombre porque él es independiente, pero esto no es cierto. El también tiene Cabeza y tiene que estar sumiso.
       -- No tiene nada que ver con “inferioridad” ni con “humillación”.
       -- Gál. 3:28, “Ya no hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús”. En cuanto a la salvación y bendiciones espirituales todos somos iguales, pero este texto no contradice 1 Cor. 11:3; Efes. 5:22.

II. ¿Por qué se rechaza este orden?
       A. Hay mujeres que tienen espíritu independiente. No quieren estar sujetas a nadie.
       -- No aceptan la enseñanza de 1 Tim. 2:12.
-- Creen que era cuestión de la cultura de aquella época o que Pablo, siendo soltero, tenía prejuicio contra la mujer.
       -- No aceptan 1 Tim. 5:14; Tito 2:4, 5. No les gusta el papel de ama de casa,
       B. Muchas mujeres no se someten a este orden porque sus maridos son crueles y abusivos, Col. 3:19.
       -- Tal mujer debe estar segura que ella misma no está provocando el abuso. Hay mujeres que tienen bocas descontroladas y vuelven locos a sus maridos.
       -- Recuerden Prov. 21:9, “Mejor es vivir en un rincón de la azotea que compartir una casa con una mujer rencillosa”. V. 19, “Mejor es vivir en una tierra desierta que con una mujer rencillosa e iracunda”. 27:15, “Gotera continua en un día de lluvia y mujer rencillosa son semejantes”. ¿Cómo le afecta una gotera continua? Le saca de las casillas.
       -- Y a veces el marido no sube a la azotea…o no va a una tierra desierta…
más bien, le da cachetada o peor a su mujer.
       C. Una de las causas principales del abuso es la tomada. ¿Qué hace el alcohol? Le da valentía pero ¿por qué? Suprime la conciencia. Suprime las inhibiciones.
       D. Otra causa son las frustraciones del trabajo o negocio. El hombre llega a casa bien provocado, irritado, y no le convenía golpear al patrón, mayordomo o cliente, pero no tiene tanto temor de la mujer.

III. Si la mujer se separa del marido abusivo, debe recordar
       Rom. 7:2, 3; 1 Cor. 7:10, 11, todavía está “ligada” a su
       marido.
       A. No debe dejar de amarlo. La Biblia no dice que ella puede dejar de amarlo cuando es abusivo. Recuerde la definición bíblica de “amor” (buena voluntad, busca su bienestar, vuelve bien por mal, etc.).
       -- Por eso, deberían siempre anhelar y buscar la reconciliación.
       -- Desde luego, él debe mostrar fruto de arrepentimiento, dejando de ser abusivo.
       B. El asunto del “abuso” es muy delicado, porque también se habla mucho de la “crueldad mental” y se dice que este abuso es igual al abuso físico y que si no se separa de él se vuelve loca, pero ¿quién puede definir la “crueldad mental” y juzgar sus efectos? Para muchas mujeres la sujeción al marido es “crueldad mental”.

Conclusión:
       A. Este estudio no tiene que ver con consejos humanos, sino del mandamiento de Dios y el orden establecido por Dios.
       B. Hay que dejar de lado todas las opiniones de feministas y sus simpatizadores y reconocer que la Biblia enseña que el hombre es la cabeza de la mujer como Cristo es la Cabeza de la iglesia.
       C. La mujer no debe inventar excusas y rodeos para no aceptar y obedecer la voluntad de Dios. La sujeción de la mujer no sólo agrada a Dios, sino que también es para el bienestar de la mujer y de la familia.

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