Gálatas 5:22, “El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe (fidelidad), mansedumbre,
templanza (dominio propio)”.
Idea errónea: “débil”, “no puede defenderse”.
Más bien, es el resultado de dos cosas:
(1) fuerza, poder y (2) humildad, no
egoísta
El manso es fuerte pero tierno, apacible
No indiferente hacia pecado
No indiferente hacia la injusticia.
No tolerante del pecado.
Capaz de sentir indignación justa.
Como Jesús
Marcos 3:5, “mirándolos ... con enojo”
Mateo 21:12, “echó fuera a todos los que vendían y
compraban en el templo” .
El manso “no se irrita”, 1 Cor. 13:5
Gálatas 5:26, “No irritándonos unos a otros” … pero
al mismo tiempo no ser tan fácilmente irritados o provocados.
Efesios 4:2, “con toda humildad y mansedumbre,
soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor”.
Esta es una gran deficiencia
Hermanos que no quieren soportarse unos a otros.
ALGUNOS NO QUIEREN PAZ … PREFIEREN PROBLEMAS
Dos características de estos: (1) fácilmente irritados; (2)
difícilmente reconciliados.
¡La mansedumbre resuelve los dos problemas! Mata el egoísmo.
Cuando irritados, provocados, tener espíritu afable y apacible.
Jesús era manso
Mateo 11:29, “Soy manso y humilde de corazón”.
1 Ped 2:23, “cuando le maldecían, no respondía con
maldición; cuando padecía, no amenazaba”
Luc. 23:34, “Padre, perdónalos, porque no saben lo que
hacen.”
2 Corintios 10:1, “Yo Pablo os ruego por la mansedumbre y
ternura de Cristo”.
Esteban y Pablo eran mansos
Hechos 7:60, “Y puesto de rodillas, clamó a gran voz:
Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho
esto, durmió”.
2 Timoteo 4:16, “En mi primera defensa ninguno estuvo a
mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en
cuenta”.
Moisés era manso
Números 12:3, “Y aquel varón Moisés era muy manso,
más que todos los hombres que había sobre la tierra”.
Sumamente fuerte, valiente, un gran líder del pueblo de Israel.
Pero era manso -- por eso, soportaba sus quejas y debilidades.
Mansedumbre no es timidez
El hombre manso se puede enojar... cuando debe ….. de la
manera correcta ….. para el tiempo necesario …..
Como caballo domado
Los antiguos usaban esta palabra del caballo salvaje cuando es
domado.
Todavía tiene su fuerza, pero ahora es manso y útil para el
hombre.
Textos que enseñan la mansedumbre
Para evangelistas:
1 Timoteo 6:11, “Mas tú, oh hombre de Dios, huye de
estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la
paciencia, la mansedumbre”.
Para todos:
Tito 3:1, 2, “Recuérdales que se sujeten a los
gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a
toda buena obra. Que a nadie difamen, que no sean pendencieros,
sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los
hombres”.
Necesaria para aprender:
Santiago 1:21, “Por lo cual, desechando toda
inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la
palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas”.
Salmos 25:9, “Encaminará a los humildes por el juicio, y
enseñará a los mansos su carrera”.
Necesaria para corregir:
Gálatas 6:1
“Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros
que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre,
considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado”.
¡Palabras que suavizan!
Anima, No Desanima
“Corrección” mal hecha provoca desaliento, depresión, más
rebeldía.
Corrección bien hecha puede animar, convencer, llevar al
arrepentimiento.
La mansedumbre evita que la corrección sea deprimente; es decir,
tal corrección no produce desesperación, sino esperanza.
“Con mansedumbre corrija”
2 Timoteo 2:24, 25, “Porque el siervo del Señor no
debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para
enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se
oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para
conocer la verdad”.
Tono de voz, manera de hablar
Mansedumbre usada de personas, cosas que suavizan …
Palabras que “suavizan” al hombre enojado, resentido.
Como ungüento para la herida.
Gentileza, para calmar, tranquilizar.
Actitud correcta cuando discutimos
Necesaria para responder
1 Pedro 3:15, “sino santificad a Dios el Señor en
vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar
defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande
razón de la esperanza que hay en vosotros”.
El ornamento más importante
1 Ped. 3:4, “Vuestro atavío no sea el externo de peinados
ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el
interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un
espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de
Dios”.
Los mansos heredarán la tierra
Mateo 5:5, “Bienaventurados los mansos, porque ellos
recibirán la tierra por heredad”.
No dice que la heredarán “cuando Cristo venga” … sino que ¡ahora
mismo reciben las más grandes, las más ricas bendiciones de
la tierra!
Todo es vuestro
1 Corintios 3:21, “Así que, ninguno se gloríe en los
hombres; porque todo es vuestro: 22 sea Pablo, sea Apolos, sea
Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo
presente, sea lo por venir, todo es vuestro, 23 y vosotros de
Cristo, y Cristo de Dios”.
Debe penetrar la vida entera
Santiago 3:13, “¿Quién es sabio y entendido entre
vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia
mansedumbre. 14 Pero si tenéis celos amargos y contención en
vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad”.