Introducción:
A. La palabra “amor” se usa mucho – pero ¿qué
significa?
B. Si no es práctico,
no existe. Es conocido solamente por sus acciones.
C. Por ejemplo, 1 Corintios
13:4-7; Heb. 10:24 “amor … buenas obras”; Gál. 5:6, “fe que obra por
amor”.
I. Amor conocido por lo que no hace. Fil. 2:14,
“Hacedlo todo sin murmuraciones y contiendas”; Sant. 4:11; 5:9.
A. No tenemos que decir algo
acerca de toda cosa que algún hermano (a) diga o haga. Mat. 7:1, “No
juzguéis …”
B. No estamos obligados a
expresar nuestra desaprobación. A veces el silencio es
dorado. O respuesta evasiva.
C. No “programar” el corazón
con pensamientos negativos hacia los hermanos en la fe.
D. ¿El pecado? Sí, hay
mandamientos que nos dicen qué debemos hacer con el pecado, pero eso
no es murmurar, quejarse.
II. Cómo tratar a los hermanos débiles.
A. 1 Tes. 5:14, “alentéis a los de poco
ánimo, sostengáis a los débiles … seáis pacientes para con todos”.
B. Cuidado en las
convivencias. Comer, cantar, estudiar la Biblia – en lugar de
“conversar” acerca de los hermanos (criticarlos, despreciarlos,
quejarnos).
III. Cómo tratar al hermano que caiga. Gál. 6:1, “si alguno
es sorprendido en alguna falta (5:19-21, pero no “malas sospechas”,
1 Tim. 6:4) … restauradlo …”
A. Estar listo, dispuesto a
perdonar aun antes de que el hermano caiga. Tener un “depósito” de
perdón disponible.
B. ¿Quién debe hacerlo?
“vosotros que sois espirituales” (5:22, 23), no culpables de alguna
de las faltas de 5:19-21.
C. “con espíritu de
mansedumbre”. Mat. 5:5; 11:29; fuerza con gentileza, ternura
“mirándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado”, 6:3, “se
cree que es algo, no siendo nada”; Rom. 12:3.
D. El “restaurado” tiene que
probarse (fruto de arrepentimiento), pero debe ser recibido con amor
no fingido.
E. “Sobrellevad los unos las
cargas de los otros” – ayudarle a aceptar su pecado, arrepentirse,
confesarlo, vencerlo.
IV. Cómo tratar al hermano fuerte. Gál. 2:11; Hech. 15:36-40.
No enemigos, no hubo campaña de destrucción mutua.
A. No despreciarlos, sino
honrarlos, respetarlos. Son líderes. Orar por ellos. Los
necesitamos.
B. Son futuros ancianos. ¿Cómo
producir o desarrollar ancianos si no respetamos a los hermanos
fuertes?
C. Satanás quiere que
debilitemos a los miembros más fuertes. Al hacerlo debilitamos la
iglesia misma.
D. Cuando haya ancianos, no
serán perfectos, completamente arriba de toda crítica o queja.
E. Pero una iglesia sumisa a
sus líderes es una iglesia fuerte y la que desprecia a sus líderes
es iglesia débil.
Muchos americanos criticaban al presidente Ronald Reagan más que al
Sr. Gorbachev y el comunismo.
F. Miembros deben apoyar a sus
líderes, ahora la junta de varones, mañana (Dios mediante) a sus
ancianos.
V. Cómo tratar a los quebrantados de corazón. Lucas 4:18.
Enfermedad incurable, muerte, mujer e hijos abandonados, hijos
infieles, hija soltera embarazada. Sal. 34:18
A. No necesitan críticas sino
apoyo, compasión, Rom. 12:15; 1 Cor. 12:26.
B. Tratarlos normalmente, no
hay que concentrarnos en la causa de su pena, sólo mostrar el amor y
apoyo.
C. Raramente se debe mencionar
el problema. Esto podría abrir heridas. Sólo mostrar amor fraternal.
D. No tenemos que “analizar”
todo problema que hermanos sufren, como lo hicieron los “amigos” de
Job.
VI. Cómo tratar a los que tienen características que irritan,
molestan. Gén. 13:8, “no haya contienda entre nosotros, porque
somos hermanos”.
A. Tratar de aprender lo que
causa la irritación. Podemos cambiar. Gál. 5:26, “No irritándonos
unos a otros”.
B. No hablar demasiado de
problemas personales. Otros simpatizan, pero no son tan interesados
en ellos como uno.
VII. Cómo tratar a los que nos maltratan. Mat. 5:39-44; Rom.
12:14, 19-21. ¿No puede hacerlo? Vaya al Calvario, aprender de
Jesús.
A. Escarnecido, escupido,
azotado, clavado a la cruz … pero ¿qué dijo? “Padre, perdónales …”
B. No volver mal por mal.
Bendecir, orar, hacer bien … No actuar como enemigo, sino como
hermano.
No dejar que mi felicidad dependa de lo que otros digan o hagan --
ser infeliz porque otros quieren que yo sea infeliz. Salmo 119:165
“Mucha paz … aman tu ley …”
Probablemente esto sea el colmo, el máximo, la cumbre, lo más
difícil, en el desarrollo del carácter: amar a los que nos
maltratan, como Jesús enseña.
C. Si alguien nos maltrata,
algo en él no funciona bien (como un auto), pero no “tirarlo”, sino
“restaurarlo”.
D. ¿Mejor que dos estén mal o
nada más uno? El enemigo está mal, si uno vuelve mal por mal,
también está mal.
E. Salmo 119:165, “Mucha paz
tienen los que aman tu ley, y nada los hace tropezar”.
Conclusión:
Efes. 4:30, “no entristezcáis al Espíritu Santo”. ¿Cómo? Lea el
contexto. Vea los v. 31, 32.
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