“¿QUÉ OBRA(S) HACE LA IGLESIA

 DE LA CUAL USTED ES MIEMBRO?

 

INTRODUCCIÓN.

         A. Al decir “la obra de la iglesia” esto deja el tema algo obscuro e indefinido. Mejor  hablar de la obra de la iglesia de la cual uno es miembro.

         B. ¿Cuál es, precisamente, la obra de la iglesia de Cristo de la cual usted es miembro? ¿Puede  especificarla?

         C. Desde luego, la iglesia (congregación) existe para adorar a Dios (Efes. 3:21) pero la obra (función, misión), de la iglesia incluye el evangelismo, la benevolencia (limitada) y la edificación.

         C. La congregación obra por medio de la ofrenda (1 Cor.16:1, 2) y es muy importante que se reconozca que el dinero OBRA. Tiene fuerza. La ofrenda obra, proveyendo un sitio de reunión para la adoración a Dios. La ofrenda obra, sosteniendo al evangelista en la obra local y en campos nuevos. La ofrenda obra, supliendo la necesidad de hermanos pobres. La ofrenda obra para la edificación de la congregación, comprando himnarios, Biblias y materiales de estudio, etc.

 

I. ¿QUÉ DICE LA BIBLIA ACERCA DE LA OBRA DE CADA IGLESIA?

                A. En su epístola “a la iglesia de Dios que está en Corinto”  Pablo dice (1 Cor. 15:58), “Así que hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”. “La obra del Señor” incluye la obra de cada miembro, y también la obra de la congregación a través de la ofrenda.

         B. 2 Cor. 9:8, “Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra”. Pablo dice esto en el contexto de la obra de benevolencia de la congregación de Corinto.

         C. Efesios 4:11,12, “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo”. La “obra del ministerio” es la obra individual de los miembros y también la obra de la congregación en conjunto.

      D. 1 Tesal. 1:3, “Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: … Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros,… acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo ….”

      La obra principal de esa iglesia se describe en el versículo 8: “… partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor, no sólo en Macedonia y Acaya, sino que también en todo lugar vuestra fe en Dios se ha extendido…”

 

II. EVANGELIZAR LOCALMENTE Y EN CAMPOS NUEVOS ES LA OBRA PRINCIPAL DE CADA IGLESIA.

         A. 1 Tim. 3:15, “Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte, 15 para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte (sostén) de la verdad”.

                   1. La Gran Comisión de los apóstoles es la Gran Comisión de la iglesia: “Id, y haced discípulos a todas las naciones” (Mateo 28:19).

                    2. Estos textos se aplican a CADA iglesia. TODA iglesia de Cristo debe ser “columna y baluarte de la verdad” y de ella la palabra debe ser divulgada “en todo lugar”. No hay texto alguno que enseñe que solamente las iglesias grandes y ricas son “columna y baluarte de la verdad”.

                   2. Filipenses 2:15, 16, “seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; sosteniendo firmemente la palabra de vida”.  La iglesia debe sostener la palabra  firmemente y predicarla a los perdidos de su área y también “en todo lugar” (por ejemplo, Filipos ayudó a Pablo cuando predicó en Tesalónica, Fil. 4:15, 16). De esta manera la iglesia es luminar en el mundo. Esta exhortación no se refiere únicamente a la vida consagrada y el servicio individual de los miembros sino también a la participación de la iglesia (en sentido congregacional) en evangelizar (1:5; 4:15, 16) por medio de la ofrenda.

         B. Hermosa cadena: Primero la iglesia de Filipos envió salario a Pablo para predicar en Tesalónica y luego en turno Pablo dice los tesalonicenses (1 Tesal. 1:8), “partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor… en Macedonia y Acaya … y en todo lugar…”. Estas iglesias son ejemplos ideales que toda congregación debe imitar.

         C. Ninguna iglesia está exenta de la obligación y el privilegio de evangelizar no solamente en su área sino también en campos nuevos. Toda congregación debe tener sincero interés en el evangelismo mundial.

                      1. Filipenses 4:15, 16, “Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros solos; 16 pues aun a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades”.

             2. La obra de evangelizar es la obra de iglesias grandes y pequeñas. Ninguna iglesia está exenta de esta responsabilidad. 2 Cor. 8:4 dice que las iglesias de Macedonia (incluyendo Filipos) estaban en “profunda pobreza” pero participaron en la obra del evangelismo y benevolencia.

         D. De esa manera por medio del evangelismo personal de los cristianos (Hechos 8:4; 11:19) y la obra de la iglesia a través de la ofrenda sosteniendo a los evangelistas (1 Cor. 9:14; 2 Cor. 11:8, 9; Fil. 4:15, 16) el evangelio fue predicado a todo el  mundo antes de morir Pablo (Col. 1:13; Rom. 10:18). ¿Cómo se compara la obra de las iglesias de Cristo de la actualidad con aquellas iglesias de Cristo del primero siglo?

         E. Rom. 10:14, 15, “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? 15 ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados?” Son “enviados” por las ofrendas de las iglesias.

 

III. LA OBRA DE BENEVOLENCIA ES LA OBRA DE CADA IGLESIA.

         A. Iglesia de Antioquía de Siria. Hechos 11:28-30, “Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu, que vendría una gran hambre en toda la tierra habitada; la cual sucedió en tiempo de Claudio. 29 Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía, determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban en Judea; 30 lo cual en efecto hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo”.

         B. 1 Cor. 16:1, 2, “En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas”.

         1. Pablo instruye a la iglesia de Corinto “de la manera que ordené en las iglesias de Galacia”.

         2. Por lo tanto, este texto no se refiere solamente a la iglesia de Corinto.  Obviamente es ejemplo para toda iglesia de Cristo.

      C. 2 Cor. 8:1-4, “Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado a las iglesias de Macedonia; que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad. Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas, pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este servicio para los santos”.

         1. A pesar de su “profunda pobreza” las iglesias de Macedonia enviaron ayuda a “los pobres de entre los santos de Jerusalén” (Rom. 15:26).

         2. Hay mucha especulación sobre las razones de la pobreza de los hermanos de Jerusalén (hambre, persecución, etc.) pero la Biblia no nos dice la causa.

         3. Pero bien sabemos que hay “pobres … entre los santos” en muchos lugares todo el tiempo. Juan 12:8, “a los pobres siempre los tendréis con vosotros”.

      D. Según el patrón bíblico la benevolencia no se usa para ganar almas. La iglesia que gane miembros repartiendo alimento y ropa tendrá que seguir repartiendo alimento y ropa para retenerlos. Eso no es el plan bíblico. El evangelio es el poder de Dios para salvar (Rom. 1:16).

      E. Sin embargo, al convertir gente en países pobres siempre habrá hermanos pobres. La indiferencia hacia los tales es indiferencia hacia el evangelismo también. Es muy posible que la verdadera explicación del descuido de hermanos pobres de parte de muchas iglesias de Cristo se pueda atribuir a su actitud fría e indiferente hacia el evangelismo mundial (Mateo 28:19).

      F. La Biblia enseña clara y enfáticamente que una de las funciones (obras) de cada congregación es el “ministerio” a “los pobres que hay entre los santos” en otros lugares (Rom. 15:26). Los hermanos que afirmen que los hermanos pobres de Jerusalén eran víctimas de una gran hambre y que desde entonces no habido hambres de esa clase y por eso los que son pobres ahora no se pueden comparar con aquellos de Jerusalén. ¡Esta es una excusa inexcusable!

      G. Tengamos mucho cuidado de nuestra actitud hacia hermanos pobres porque Cristo se identifica con ellos. Mat. 25:40, al hablar de sus discípulos necesitados y enfermos, Jesús nos dice que si ministramos a ellos, “en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños a mío lo hicisteis”. Si somos indiferentes hacia los hermanos pobres, somos indiferentes hacia Cristo mismo.

      H. Recordemos un texto más: Prov. 21:13, Sea individuo o sea iglesia, “El que cierra su oído al clamor del pobre, también él clamará, y no será oído”.

 

IV. LA TERCERA FUNCIÓN DE LA IGLESIA ES LA EDIFICACIÓN.

       A. ¿No es la edificación la primera función de la iglesia? La predicación y los estudios bíblicos seguramente edifican pero el cuerpo espiritual (la iglesia) necesita ejercicio para la verdadera edificación. ¿Crece bien el niño si solamente come y come y no es activo? Muchas iglesias reciben buena enseñanza (alimento espiritual) pero ¿cuál es su obra? Pregunto otra vez, ¿Cuál es la obra de la iglesia de la cual usted es miembro?

       B. Ese ejercicio incluye la obra de evangelización y la obra de benevolencia.

       C. Efes. 4:11, 12, Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo”.

       1. Por lo tanto, si no hay “obra del ministerio” (evangelismo y benevolencia)  no hay edificación verdadera. El cuerpo necesita el “ejercicio” de estas dos obras indispensables para crecer (edificarse).

          2. Sin el ejercicio el cuerpo no crece (no se edifica) como debe.

 

V. OBSERVEMOS LA PALABRA “MINISTERIO” (SERVICIO).

       A. La palabra “ministerio” traduce la palabra diaconía y se usa extensivamente en el Nuevo Testamento: del ministerio apostólico (Hech. 1:25); del servicio de los miembros (Rom.12:7), etc.

          B. Por lo tanto, la obra de la iglesia de evangelizar es un ministerio (2 Cor. 5:18), etc. Esta obra incluye todo esfuerzo de los miembros (obra personal) y también la obra colectiva de la iglesia a través de la ofrenda, para la obra local o para participar en la obra de evangelizar “en Macedonia y en Acaya y en todo lugar”.

          1. Por ejemplo, Fil. 4:15, 16, “Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros solos; 16 pues aun a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades”.

       2. Esto significa que es la obra (el servicio, el ministerio) de la iglesia local el enviar dinero a un evangelista en otro campo.

          C. También el enviar ayuda a una iglesia para “los pobres de entre los santos” es un “ministerio” (servicio, obra) de la iglesia local.

          1. Rom. 15:25, 26, “Mas ahora voy a Jerusalén para ministrar a los santos. 26 Porque (las iglesias de) Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una ofrenda para los pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén”.

       2. 2 Cor. 8:1-4, “Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado a las iglesias de Macedonia; que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad. Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas, pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este servicio para los santos”.

                    3. Hechos 11:27-29, “En aquellos días unos profetas descendieron de Jerusalén a Antioquía. 28 Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu, que vendría una gran hambre en toda la tierra habitada; la cual sucedió en tiempo de Claudio. 29 Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía, determinaron enviar socorro (koinonía, ministerio) a los hermanos que habitaban en Judea…” Pablo habla de dinero  (socorro) pero dice “ministerio”. El dinero enviado de la ofrenda de una iglesia a otra iglesia para los “pobres que hay entre los santos” es “ministerio” – es la OBRA de la iglesia.

                    4. 2 Cor. 9:13, “pues por la experiencia de esta ministración (diaconía) glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución (koinonía, comunión) para ellos y para todos”. Es interesante observar que Pablo no habla solamente del dinero sino del “ministerio” y la “comunión” con los hermanos ayudados. (Los hermanos institucionales usan mal este texto enseñando que la ofrenda es para ayudar a todos, a los cristianos y también a los incrédulos, pero la palabra “contribución” es “comunión”. ¿Los cristianos tienen comunión con los incrédulos?)

                    5. Observamos en estos textos que es correcto decir que el enviar dinero a otra iglesia para ayudar “a los pobres que hay entre los santos” es el ministerio, o sea, la obra de cada iglesia local.

 

VI. OBSERVEMOS LA PALABRA “PARTICIPAR” (COMUNIÓN) EN ESTOS TEXTOS.

       A. 2 Cor. 8:4, “pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar (koinonía, tener comunión) en este servicio para los santos”.

       B. El enviar dinero de la ofrenda de una iglesia a otra iglesia para “los pobres que hay entre los santos” es tener comunión con ellos. Es lo que el Señor quiere, que haya comunión entre sus hijos pobres y los que les puedan ayudar.

       C. Lamentablemente parece que este concepto no les interesa a muchas iglesias. No conocen a “los pobres que hay entre los santos” en varios lugares y no los quieren conocer. Son tratados como “los más pequeños” de los discípulos de Cristo, los desconocidos, los insignificantes, los despreciados (como los publicanos y pecadores que procuraban a Cristo). Pero recuerde bien Mat. 25:40 “en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”.

       D. Cristo sí tiene mucho interés en los pobres y mayormente en sus discípulos pobres (Mat. 25:34-46) y Él espera que su iglesia les muestre ese mismo amor. A veces al observar la indiferencia de mis hermanos hacia los pobres me pregunto si en realidad los consideran como sus “hermanos”. (Tal vez sería más correcto decir medio-hermanos o aun mejor hermanastros).

       E. Cada congregación debe obedecer la instrucción de 1 Cor. 5. Los miembros deben apartarse de miembros infieles e incorregibles. “Con los tales ni aun comáis” (1 Cor. 5:11). Pero si una congregación rechaza la petición de ayudar de la ofrenda a una iglesia necesitada como Jerusalén para los pobres entre su número, en realidad tal iglesia rehúsa tener comunión con aquellos hermanos. ¿Cuál es peor, apartarse de ellos o simplemente rehusar tener comunión con ellos?

       F. Hay miembros que quieren ser más activos en la obra del Señor. Aquí está una oportunidad: comunicarse con hermanos pobres para animarles.

 

VII. ENTONCES ¿CUÁL ES LA OBRA DE LA CONGREGACIÓN DE LA CUAL USTED ES MIEMBRO?

       A. Nos reunimos para la adoración a Dios. Excelente, pero ¿esto es la OBRA de la iglesia?

       B. Nos reunimos para predicar y enseñar la Palabra. Excelente, pero ¿es esto la OBRA de la iglesia?

       C. ¿Qué más? De vez en cuando invitamos a los familiares y amigos a los servicios y tenemos estudios en los hogares. Excelente. ¿Y se puede decir de la iglesia de la cual usted es miembro que “partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor en Macedonia y en Acaya y en todo lugar”? ¿O solamente nos interesa la conversión de los de nuestra área?

       D. Una de las excusas comunes de iglesias que no hacen la obra del evangelismo y la benevolencia fuera de su localidad es que “Tenemos muchos gastos locales, sobre todo el sitio de reunión y a veces hay miembros necesitados”. ¿Y las iglesias pobres de Macedonia que enviaron ayuda para “los pobres de entre los santos” de Jerusalén no tenían gastos locales?

 

VIII. PARECE QUE ALGUNOS PIENSAN QUE LA AYUDA ENVIADA A LOS POBRES QUE HABÍA ENTRE LOS SANTOS EN JERUSALÉN FUE AYUDA “DE UNA SOLA VEZ” Y QUE NO ES EJEMPLO PARA NOSOTROS.

       A. Según eso Hechos 20:7 habla de participar de la cena el primer día de la semana pero si 1 Cor. 16:1, 2 no es ejemplo para nosotros tampoco lo es Hech.20:7.

       B. Además si podemos eliminar el propósito de la ofrenda en 1 Cor. 16:1, 2, podemos eliminar la ofrenda misma.

 

CONCLUSIÓN.

       A. Si una congregación quiere estar enferma (1 Cor. 11:30) y morir (Apoc. 3:1), aquí está la receta: ser egoísta y pensar solamente en sí misma, aplicando la ofrenda exclusivamente a los “gastos locales”.

       B. Si una congregación quiere crecer tanto en número como espiritualmente, que recuerde su función divina, el propósito de su existencia, que debe ser “columna y baluarte de la verdad” (1 Tim. 3:15) y que  sea como la iglesia de Tesalónica, “a partir de vosotros ha resonado la palabra del Señor no sólo en Macedonia y Acaya, sino que en todo lugar la fe de vosotros en Dios se ha extendido” (1 Tesal. 1:8). La iglesia viva y activa hace la obra del Señor enviando parte de la ofrenda a competentes evangelistas en campos difíciles, y otra parte de la ofrenda a las iglesias donde haya “pobres entre los santos” (Rom. 15:26). “Pero entonces ¿qué de los gastos locales? No se preocupe por ellos, pues no hay peligro que estos se omitan; más bien, lo que queda excluida de muchas iglesias de Cristo es la obra del evangelismo y benevolencia.

       C. El “ministerio” y la “comunión” que se realizan en llevar a cabo la verdadera función de la iglesia  acaba con el egoísmo y llena de vida y vitalidad a cualquier iglesia de Cristo.

       D. Una iglesia que hace su obra (evangelismo, benevolencia, edificación) es una iglesia feliz y contenta. Es una iglesia llena de gozo y buena voluntad. Observe las palabras “gozo” y “regocijo” en la carta a los filipenses y observe también que esta iglesia se destaca por comunión (participación) con Pablo en el evangelio (Fil. 1:5; 4:15, 16) y era una de las iglesias de Macedonia que con gran sacrificio enviaron fondos a los hermanos pobres de Jerusalén (2 Cor. 8:4).

       E. El requisito inicial  para que una iglesia haga la obra asignada a ella por el Espíritu Santo se encuentra en 2 Cor. 8:5. Estos macedonios que “con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas” “a sí mismos se dieron primeramente al Señor”.