EL DOMINIO PROPIO
Introducción.
A. 2 Pedro 1:6,
“vosotros
también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a
la virtud, conocimiento; 6 al
conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la
paciencia, piedad…”
B.
Hech
24:25, “Pero
al disertar Pablo acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio
venidero, Félix se espantó, y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te
llamaré.
C. Tito 1:7, 8, “Es necesario que el obispo sea …
dueño de sí mismo”.
E. Comúnmente la expresión “dominio propio” se usa
solamente en sentido negativo de abstenerse del pecado, pero también incluye el
controlar la vida en sentido positivo, obedeciendo a Dios, llevando el fruto de
justicia sirviendo al Señor y haciendo buenas obras.
F. El primer paso del “dominio propio” se encuentra
en Mateo 16:24, “Entonces
Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí
mismo, y tome su cruz, y sígame”.
G. Al hacer
esto uno obedece al evangelio: Oír el evangelio, creer en Dios, creer en
Cristo, arrepentirse de sus pecados y ser bautizado (sumergido) en el nombre del
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Mateo
28:19) para el perdón de sus pecados (Hechos
2:38). De esta manera nace otra vez (Juan
3:5). Se despoja de la vida pasada y anda en vida nueva (Romanos
6:3, 4; Efesios 4:22-32).
I. AL
PRACTICAR EL DOMINO PECADO SE EVITA EL PECADO.
A.
Concepto
común: es “humano” pecar y que el hombre tiene que pecar por haber nacido con la
supuesta “naturaleza pecaminosa”. Esta es mentira del diablo, enseñada por
Agustín-Lutero-Calvino, como excusa para pecar y no ser responsable ante Dios
por su pecado.
B. Pero 1 Juan 2:1 dice, “Hijitos
míos, estas cosas os escribo para que no pequéis…”.
Salmo 119:11 dice, “En
mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti”. Dios no dice que el
hombre tiene que pecar; más bien, le dice, “no pequéis”.
C. El cristiano no debe ser siervo de su cuerpo,
sino amo y maestro de su cuerpo y dominarlo para ocuparlo en el servicio de
Cristo. Romanos 6:12, 13, “No
reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en
sus concupiscencias; 13 ni
tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad…”.
Gálatas 5:24,
“Pero
los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos”.
1 Corintios
6:19,20, “¿O
ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en
vosotros, el
cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
20 Porque habéis sido comprados por precio;
glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son
de Dios”.
II. EJEMPLOS
PRÁCTICOS DEL DOMINIO PROPIO
1.
El hambre (apetito) es el
deseo normal del cuerpo para que sea sostenido con alimento, pero el cristiano
debe controlar su apetito. El comer con exceso es la causa de muy serios
problemas físicos (alta presión, diabetes, etc.). El cristiano debe recordar
siempre que su cuerpo pertenece a Cristo (1 Corintios 6:19, 20). 1 Corintios
15:32, “Si
los muertos no resucitan, comamos y bebamos, porque mañana moriremos”. Para
incrédulos el bien máximo es comer y beber (satisfacer el vientre).
Filipenses 3:19, “el fin de los
cuales será perdición, cuyo dios es el vientre”.
Tito 1:12, “Los cretenses, siempre
mentirosos, malas bestias, glotones ociosos”.
Deut. 21:20, “y
dirán a los ancianos de la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no
obedece a nuestra voz; es glotón y borracho. Entonces todos
los hombres de su ciudad lo apedrearán, y morirá…”
2. El sueño
es deseo normal del cuerpo pero en esto también debe haber dominio propio.
Proverbios
6:9-11, “Perezoso,
¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?
10 Un poco de sueño,
un poco de dormitar, Y cruzar por un poco las manos para reposo;
11 Así vendrá tu
necesidad como caminante, Y tu pobreza como hombre armado”.
20:13, “No
ames el sueño, para que no te empobrezcas; Abre tus ojos, y te saciarás de pan”.
23:21, “Porque el bebedor y el
comilón empobrecerán, Y el sueño hará vestir vestidos rotos”.
3. El dominio propio requiere control sobre la pereza.
Proverbios 12:27, “El
indolente ni aun asará lo que ha cazado; Pero haber precioso del hombre es la
diligencia”. 13:4, “El alma del
perezoso desea, y nada alcanza; Mas el alma de los diligentes será prosperada”.
19:24, “El
perezoso mete su mano en el plato, Y ni aun a su boca la llevará”.
26:14, “Como
la puerta gira sobre sus quicios, Así el perezoso se vuelve en su cama”.
4. Dominio propio sobre el deseo
sexual. 1 Corintios 7:1-5, “En
cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno le sería al hombre no tocar
mujer; 2 pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su
propia mujer, y cada una tenga su propio marido. 3 El marido
cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido.
4 La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el
marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la
mujer. 5 No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún
tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y
volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra
incontinencia”. El deseo sexual se satisface en el matrimonio.
7:9, “ pero
si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse
quemando”. 6:18, “Huid de la
fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo;
mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca”.
Hebreos 13:4, “ Honroso sea en todos el
matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros
los juzgará Dios”.
5. Dominio
propio sobre
la mente,
Mateo
22:37-39, “Jesús
le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con
toda tu mente. 38 Este
es el primero y grande mandamiento. 39 Y
el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
Mateo 5:28, “Pero
yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con
ella en su corazón”. Y, desde luego, el dominio propio requiere que no haya
envidia, enojo, malicia, etc. en el corazón (Gálatas 5:19-21).
6. Dominio
propio sobre
las
emociones, 1 Corintios 7:29-32, no dar rienda suelta a ellas: “Pero
esto digo, hermanos: que el tiempo es corto; resta, pues, que los que tienen
esposa sean como si no la tuviesen; 30 y
los que lloran, como si no llorasen; y los que se alegran, como si no se
alegrasen; y los que compran, como si no poseyesen;
31 y los que disfrutan de este mundo,
como si no lo disfrutasen; porque la apariencia de este mundo se pasa.
32 Quisiera, pues,
que estuvieseis sin congoja”.
7. Dominio
sobre el carácter. Efesios 4:22-32, “En
cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que
está viciado conforme a los deseos engañosos,
23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente,
24 y vestíos
del nuevo hombre, creado
según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
25 Por lo cual, desechando la mentira,
hablad verdad cada uno con su prójimo; porque
somos miembros los unos de los otros. 26 Airaos,
pero no pequéis; no
se ponga el sol sobre vuestro enojo, 27 ni
deis lugar al diablo. 28 El
que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno,
para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.
29 Ninguna palabra
corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria
edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.
30 Y no contristéis al Espíritu Santo de
Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.
31 Quítense de
vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.
32 Antes sed
benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios
también os perdonó a vosotros en Cristo”. Con algunos la actitud parece ser que
“No puedo cambiar, así soy yo, así somos en mi familia”. A los tales la palabra
que corresponde es “arrepiéntase pues” para no perecer para siempre.
8. Dominio
propio sobre el
deseo de riquezas, Lucas
12:15, “Y
les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no
consiste en la abundancia de los bienes que posee”.
Colosenses 3:5, “Haced
morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones
desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría”.
1 Tim 6:9,10, “Pero
gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento;7 porque
nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así
que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. 9 Porque
los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias
necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición;
10 porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual
codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos
dolores”.
9. Dominio
propio sobre la lengua.
Mateo 12:34-37,
“¡Generación
de víboras! ¿Cómo
podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla
la boca. 35 El
hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo,
del mal tesoro saca malas cosas. 36 Pero
yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán
cuenta en el día del juicio. 37 Porque
por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado”.
Efesios 4:29, “Ninguna
palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la
necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes”. La lengua debe ser
usada para enseñar la palabra, para reprender el pecado y para exhortar y
animar.
10. Dominio
propio sobre el afán y la ansiedad. Filipenses 4:6-7, “Por
nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en
toda oración y ruego, con acción de gracias. 7 Y
la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y
vuestros pensamientos en Cristo Jesús”.
Mateo 6:25, “No os afanéis por vuestra vida…”
III. EL LADO POSITIVO DEL DOMINIO PROPIO.
A. El dominio propio no se refiere solamente al abstenerse del pecado. También
se refiere al uso del cuerpo y mente en el servicio de Dios.
B. En lugar de usar la mente para pensamientos
sensuales y carnales, debemos meditar en
cosas buenas.
Filipenses
4:8, “Por
lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo,
todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud
alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”.
C. 1
Corintios 6:13, “El cuerpo no es para fornicación sino para el Señor”;
es decir, para adorar y servir al Señor según la palabra de Dios.
D.
Para evitar el
“amor al dinero” los versículos
17-19 dan la solución: “A
los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las
riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las
cosas en abundancia para que las disfrutemos. 18 Que hagan
bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; 19 atesorando
para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna”.
E. En lugar de usar la lengua para mentiras, chismes y toda
forma de “palabra corrompida”, debe ser
usada para enseñar la palabra (Hechos
8:4, “iban por todas partes anunciando la palabra”),
para cantar himnos (Santiago
5:13, “¿Está
alguno alegre? Cante alabanzas”). 1
Tesalonicenses 5:14, “También os rogamos, hermanos, que amonestéis a
los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a
los débiles, que seáis pacientes para con todos”.
F. En lugar de ser
dominado por la pereza, Romanos 12:11,
“En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo
al Señor”. Romanos 6:13, “…,
sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y
vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia”.
G. En lugar de dar rienda suelta a las emociones por
causa de la tristeza personal, Romanos 12:15, “Gozaos con los que se gozan; llorad
con los que lloran”. Filipenses 4:4-7,
“Regocijaos
en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!
5 Vuestra gentileza sea conocida de todos
los hombres. El Señor está cerca. 6 Por
nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en
toda oración y ruego, con acción de gracias. 7 Y
la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y
vuestros pensamientos en Cristo Jesús”.
Conclusión.
A. En fin, el dominio propio significa sujeción al
Señor.
Santiago 4:7,
8, “Someteos,
pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
8 Acercaos a Dios, y
él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble
ánimo, purificad vuestros corazones”.
B.
Mateo
16:24, “Entonces
Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí
mismo, y tome su cruz, y sígame”.
C. Para
concluir, el dominio propio significa obedecer al evangelio y servir al Señor
hasta la muerte.
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