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Mateo 3:11-12,
Yo
a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que
viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más
poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.
12 Su aventador está en su mano, y limpiará su
era; y recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en
fuego que nunca se apagará”.
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Mateo 5:29, 30, “Por
tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo
de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no
que todo tu cuerpo sea echado al infierno. 30 Y
si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de
ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que
todo tu cuerpo sea echado al infierno”.
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Mateo 7:22, 23,
No
todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los
cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los
cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día:
Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre
echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?
23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí;
apartaos de mí, hacedores de maldad”. “Aquel día” es el día del
Juicio Final.
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Mateo 10:28, “Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma
no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el
alma y el cuerpo en el infierno
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La palabra “destruir” (apolumi)
no significa “aniquilar”, sino arruinar. Dice el Diccionario
del Sr. W. E. Vine, “La idea que comunica no es la de extinción,
sino de ruina; no del ser, sino del bienestar”. En 2 Pedro 3:6
se traduce “se pereció” (la tierra no fue aniquilada sino
arruinada) por el diluvio.
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Mateo 26:24, Jesús dice, “Bueno le fuera a ese hombre no haber
nacido”. ¿Por qué dice esto si los muertos son aniquilados? Si
son aniquilados pueden vivir en el pecado sin temer el castigo.
Todos mueren, tanto justos como malos.
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Mateo 13:41, 42,
Enviará
el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a
todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad,
42 y los echarán en el horno de fuego;
allí será el lloro y el crujir de dientes”.
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Mateo 25:30, “Y al siervo inútil echadle en las tinieblas
de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes”.
Este texto afirma dos cosas: el infierno es lugar de
tinieblas y es lugar
de horrible sufrimiento.
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Mateo 25:41, 46, “Entonces dirá también a los de la izquierda:
Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para
el diablo y sus ángeles … E irán éstos al castigo eterno,
y los justos a la vida eterna”. Si negamos el castigo eterno
tenemos que negar la vida eterna.
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Marcos 9:43, 44,
Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar
en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al
fuego que no puede ser apagado, 44 donde el
gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga”.
Tormento espantoso, adentro (gusano) y afuera (fuego) y nunca
termina.
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Hechos 17:30, 31, “Pero
Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia,
ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se
arrepientan; 31 por cuanto ha establecido
un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel
varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de
los muertos”.
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Romanos 2:5-10, “Pero
por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti
mismo ira para el día de la ira y de la revelación del
justo juicio de Dios, 6 el cual pagará a cada
uno conforme a sus obras: 7 vida eterna a los
que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e
inmortalidad, 8 pero ira y enojo a los
que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que
obedecen a la injusticia; 9 tribulación y
angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío
primeramente y también el griego, 10 pero
gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío
primeramente y también al griego”.
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2 Corintios 5:10, “Porque es necesario que todos nosotros
comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para
que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en
el cuerpo, sea bueno o sea malo”.
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2 Tesalonicenses 1:6-10, “Porque
es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os
atribulan, 7 y a vosotros que sois
atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el
Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder,
8 en llama de fuego, para dar retribución a los
que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de
nuestro Señor Jesucristo; 9 los cuales
sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la
presencia del Señor y de la gloria de su poder, 10 cuando
venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y
ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro
testimonio ha sido creído entre vosotros)”.
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“Aquel día” será día glorioso para los que han obedecido al
evangelio de Cristo y han perseverado como fieles cristianos
hasta el fin. ¿Qué significa la expresión “obedecer al
evangelio”? Es lo que observamos en Hechos de los Apóstoles en
los casos de conversión. Todos oyeron el evangelio y esto
produce la fe (Romanos 10:17). Entonces habían de arrepentirse
de sus pecados (Hechos 17:30, 31), confesar su fe en Cristo como
el Hijo de Dios (es decir, que Cristo era Dios el Hijo, la
segunda Persona de la Deidad, Juan 1:1; Rom. 9:5; Tito 2:13; 2
Pedro 1:1) y ser bautizado (sepultado, Romanos 6:4) en agua,
Hechos 10:47) en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo (Mateo 28:19) para perdón de los pecados (Hechos 2:38).
Los que obedecen al evangelio son añadidos a la iglesia de
Cristo (Hechos 2:47; Mateo 16:18, “mi iglesia”) para adorar a
Dios (Efesios 3:21), cantando himnos (Efesios 5:19, sin
instrumentos de música que era parte del culto bajo la ley de
Moisés (2 Crónicas 29:25-28), orando, predicando la Palabra de
Dios y el primer día de la semana participando de la cena del
Señor (Mateo 26:26-29; Hechos 20:7) y ofrendando (1 Corintios
16:1, 2; no el diezmo que también era de la ley de Moisés,
Números 18:21).
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Pero “Aquel Día” (el día del Juicio Final) será día de horror y
terrible remordimiento y sufrimiento para aquellos que no han
obedecido al evangelio. Cristo viene “en llama de fuego para dar
retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al
evangelio de nuestro Señor Jesucristo” (2 Tesalonicenses 1:7-9).
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Muchos hablan solamente de la bondad de Dios, pero el apóstol
Pablo dice, “Mira, pues, la bondad y la severidad de
Dios” (Romanos 11:22). Muchos creen que el Dios de “severidad”
es solamente el Dios del Antiguo Testamento, pero Deuteronomio
4:24, “Dios es fuego consumidor” es citado en el Nuevo
Testamento (Hebreos 12:29) y la misma epístola dice,
“¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!” (Hebreos
10:31).
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Hebreos 9:27, “Y de la manera que está establecido para los
hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio…”
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Apocalipsis 14:11, “ y el humo de su
tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen
reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su
imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre”. La expresión
“por los siglos de los siglos” se usa de Dios, Apocalipsis 4:9,
“Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y
acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive
por los siglos de los siglos”. Significa “eterno”.
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Apocalipsis 20:10, “ Y el diablo que los
engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde
estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados
día y noche por los siglos de los siglos”. Recuérdese que
Mateo 25:41 dice, “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno
preparado para el diablo y sus ángeles”.
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Apocalipsis 20:12, 15, “Y
vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los
libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es
el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas
que estaban escritas en los libros, según sus obras… 15 Y
el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue
lanzado al lago de fuego”.
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¿Quiénes son los que tienen sus nombres inscritos en “el libro
de la vida”? Los que han
obedecido al evangelio y perseveran en la fe hasta la muerte.
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Lucas 10:20, los discípulos de
Cristo. “Pero no os regocijéis de que los espíritus se os
sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos
en los cielos”. Los colaboradores de Pablo. Filipenses
4:3, “Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes
a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con
Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres
están en el libro de la vida”.
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Conviene meditar mucho sobre esto. Es
pensamiento horroroso, espantoso.
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“Perdidos” significa que serán castigados.
La Biblia habla de “angustia,” “tribulación”, “crujir de
dientes”.
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No hay palabras en el idioma humano que
sean adecuadas para describir el remordimiento, el sufrimiento,
la agonía, la desesperación de los perdidos. El infierno será
una verdadera cámara de tortura. ¿Qué otro sufrimiento puede
compararse con el ser quemado?
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Lucas 16:23, 24 habla del hombre que no
estaba preparado para el juicio de Dios. Cuando murió, “fue
sepultado, y en el Hades alzó sus ojos” y dijo, “estoy
atormentado en esta llama”.
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El ser quemado con fuego por solamente un
minuto o un segundo es
TORTURA y es
súper doloroso. Provoca un grito de gran dolor y se busca alivio
inmediatamente. ¿Cuántas personas creen que los perdidos
sufrirán tal castigo? Aun los cristianos que profesan tener
mucha fe, ¿en realidad creen que sus familiares, vecinos y
amigos que no obedecen al evangelio serán castigados de esa
manera?
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Mateo 16:26, “¿Qué
aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su
alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?”
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El hombre de Lucas 16 que “alzó la voz
estando en tormentos en la llama del Hades” no quería que sus
hermanos llegaran a ese lugar. Sin duda si la gente ahora
pudiera oír los gritos de los seres queridos que han ido a ese
lugar de tormento, les harían mucho caso.
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Nuestra fe en este asunto es muy débil.
Criticamos a los falsos testigos de El Atalaya por enseñar que
no hay infierno pero ¿cuántos de nosotros luchamos para rescatar
almas de ese horrible lugar para mostrar que de veras creemos
que existe el infierno?
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¿Quién de nosotros no haríamos todo lo
posible por rescatar al pariente, amigo o vecino de una casa
encendida, aun arriesgando la vida para hacerlo? Si ellos mueren
sin Cristo, sin haber obedecido al evangelio, lo que les espera
será mil veces más horrible que el ser atrapado en alguna casa
encendida.
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Nos conviene a todos tomar muy en serio
esta terrible consecuencia de la desobediencia.