CRISTO EL PREEMINENTE

(Por Ferrell Jenkins. Traducido por Armando Ramírez, Expositor, Vol. 14, No. 2, Febrero 2014)

 

E l difunto Foy  E. Wallace, Jr., acostumbraba a describir la epístola a los Efesios como un ensayo sobre la iglesia. Y la epístola a los Colosenses, es un ensayo de Cristo decía él. Lo que Efesios hace por la iglesia, Colosenses lo hace por Cristo. Creo que él estaba correcto en esta evaluación. Juntas estas dos epístolas nos dan el más exhaustivo sumario de Cristo y la iglesia. Hemos regresado a estas dos epístolas este año para el tema de la Lectura de este año. Hemos incluido la epístola de Filemón porque él vivió en Colosas y la iglesia ahí muy probablemente se reunía en su casa (cf. Col. 4:7, 9, 17; Efe.6:21; Filemón 2, 12). 

En lugar de presentar un repaso de todo el programa de la Lectura, como algunas veces lo hace el primer expositor, la facultad de Estudios Bíblicos me ha asignado a mí la responsabilidad de establecer la enseñanza acerca de Cristo como es presentada principalmente en Colosenses capítulo 1. En este capítulo Jesús es presentado como Dios, el Creador del Universo, el Único responsable de la Iglesia, y como el Redentor de la humanidad. 

 

 

El Trasfondo de Colosenses

 

Para entender la epístola a los Colosenses, creo que es necesario que tengamos alguna información acerca del trasfondo contra lo cual la epístola fue escrita. Muchos expositores tienen algo que decir sobre el trasfondo Gnóstico de varios libros del Nuevo Testamento, especialmente de las epístolas de Juan y la epístola de Pablo a los Colosenses. Algunas indicaciones de respuestas al pensamiento Gnóstico son encontradas también en las epístolas de Pablo a Timoteo y a 1 Corintios. 

El término Gnosticismo, en un sentido estrictamente técnico, está reservado para movimientos y grupos plenamente desarrollados en el segundo siglo D. C. Sin embargo, es generalmente admitido que tenemos al menos una forma incipiente de Gnosticismo en los tiempos del Nuevo Testamento. El término Gnosticismo viene de la palabra Griega gnosis que significa “conocimiento”. Los Gnósticos podían propiamente ser llamados “los conocedores”. Ellos eran tan intelectuales que creían que conocían todas las respuestas a los asuntos espirituales y que pensaban que el camino para llegar a Dios era a través del conocimiento intelectual. A. T. Robertson escribió un breve comentario sobre Colosenses titulado, Pablo y los Intelectuales que captura la idea de la que estamos hablando. Si usted cree que el Gnosticismo era solamente una antigua herejía, pase un poco de tiempo investigando en algunos sitios del Internet que promueven esta filosofía.

 

 

El Concepto Gnóstico de la Materia

 

 Los Gnósticos creían que la materia era mala. Creían que había un Dios verdadero, pero no creían que el Dios verdadero hubiese sido el Creador de todo. Creían que si el verdadero Dios hubiera entrado en contacto con la materia, Él se habría contaminado. Ellos tenían un sistema como este: Entre el Dios verdadero y la materia hubo un grupo de 30 dioses o intermediarios llamados eones. Ellos incluían a Jesús entre estos intermediarios y algunos de ellos le habrían permitido a Él ser el dios creador mientras negarían que Él fuera el verdadero Dios. 

Hemos aprendido mucho sobre los Gnósticos de la Biblioteca de literatura Gnóstica que fue fundada en Egipto en Nag Hammadi. Antes de eso, la única información que teníamos era de los “padres” de la iglesia, aquellos hombres que escribieron en los siglos inmediatamente después de la era apostólica. Cuando entendemos la enseñanza de los Gnósticos es obvio que algunos de los escritores del Nuevo Testamento estaban respondiendo al pensamiento Gnóstico. Pablo exhortó a Timoteo a oponerse a “los argumentos de la falsamente llamada ciencia” (1 Tim.6:20). 

 

 

Jesús en el Pensamiento Gnóstico.

 

Para los Gnósticos Jesús era simplemente un ser creado, menor que Dios. Algunos de ellos negaban que Él vino en carne. Si la materia era mala, como ellos sostenían, entonces la carne era mala. Sin embargo, no queriendo asumir que Jesús era malo, ellos negaban que Jesús hubiera venido en carne (2 Juan 7). Ellos no creían en Jesús como el Hijo de Dios. El maestro Gnóstico es llamado “engañador” y  “anticristo” (1 Jn. 2:22; 4:3; 2 Jn. 7). Nos hemos acostumbrado a la afirmación, en un más reciente pensamiento teológico, que Jesús no es divino. Es sorprendente ver que más temprana se negaba la humanidad de Jesús.

 

 

El Enfoque Gnóstico sobre Dios.

 

¿Qué creían los Gnósticos sobre el tema de cómo el hombre se podía acercar a Dios? Acercarse a Dios pudiera ser semejante a trepar una escalera. El camino a Dios es por medio de una serie de emanaciones y uno debe aprender ciertas palabras y secretos para ser capaz de escalar a donde Dios está. Los Gnósticos habían convertido al Cristianismo en una filosofía, algo solamente para los intelectuales. Únicamente unas pocas personas podían comprender este conocimiento intelectual y las multitudes de personas eran dejadas fuera de esta pretensión. 

La epístola a los Colosenses está escrita con este tipo de trasfondo. Ciertas características de la falsa doctrina que los Colosenses estaban enfrentando pueden ser inferidas del énfasis de Pablo en la Epístola. “De hecho, él puede apropiarse de algunos términos favoritos de estos falsos maestros, tales como conocimiento y plenitud, y usarlos contra esta herejía al rellenarlos con un contenido ortodoxo” (A Review of the New Testament Robert H. Gundry, 3 rd edición, Grand Rapids. MI. Zondervan, 1994). 

 

 

El Cristo Preeminente en Colosenses 1

 

El pasaje principal para esta Lectura es Colosenses 1:15-23. Este dice de Jesús: “(15) El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. (16) Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. (17) Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; (18) y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; (19) por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, (20) y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz. (21) Y a vosotros también, que eráis en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras ahora os ha reconciliado (22) en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él; (23) si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fue hecho ministro”. Un sabio comentarista nos recuerda de la grandeza de este pasaje. Clark dice: “Ahora hemos llegado al más difícil y más profundo tema en la epístola. Ciertamente bien pudiera ser llamado el más profundo tema en todo el Nuevo Testamento. Este es Jesucristo mismo:  Más particularmente, quién y qué es Cristo” (Colossians:  Another Commentary on an Inexhaustible Message, 33, Gordon H. Clark, Phillipsburg; Presbyterian and Reformed, 1979). 

 

 

Su Relación al Padre

 

La Imagen de Dios. La discusión de Pablo de Jesús se centra en su relación a ciertos seres y ciertas cosas. La primera cosa discutida es la relación de Jesús con el Padre. El apóstol dice dos cosas sobre Él en relación a Su relación a Dios: Jesús es la imagen de Dios y Él es la plenitud de Dios. 

¿Qué significan estos términos? Se afirma que Jesús es la imagen de Dios. La palabra imagen se traduce de la palabra Griega eikon (en inglés icono). El término significa una copia precisa de algo. Significa una reproducción, una réplica. Fue usada, por ejemplo, de la representación de un gobernante sobre una moneda. Pudo ser usada de una estatua de un hombre famoso. Fue usada de un retrato o una descripción escrita de una persona. Las Iglesias Ortodoxas están llenas de iconos de Jesús y los santos. Pablo dice que Jesús es la imagen del Dios invisible. Las Escrituras nos dicen que ningún hombre ha visto a Dios en ningún tiempo (Jn. 1:18). El hombre fue creado a imagen de Dios (Gén.1:26-27), pero entendemos que esta es una referencia al espíritu del hombre y no a su cuerpo físico (cf. Jn. 4:23- 24; Luc. 24:39; Heb. 12:9; et al). Si nadie ha visto a Dios, entonces ¿cómo puede el hombre conocer a Dios? Las Escrituras nos dicen que Jesús es la imagen del Dios invisible. Gutzke dice “No hay declaración más notable en toda la literatura sobre la importancia de Jesucristo” (Manford G. Gutzke, 17, Plain Talk on Colossians, Grand Rapids, MI. Zondervan, 1981). 

Jesús una vez dijo, “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conocieseis, también a mi Padre conoceréis; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto” (Jn.14:6- 7). Felipe le dijo, “Señor, muéstranos el Padre, y nos basta” (v.8). Jesús respondió, “¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí?” (Jn. 14:9-10). Jesús no quiso decir que él era el Padre, sino simplemente que Él es el Icono, el representante o manifestación de Dios al hombre—que Él realmente es Dios. Juan 1:1 dice, “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. 

Refiriéndose a la cláusula, “El es la imagen del Dios invisible” Eadie nos recuerda del enfoque que hemos tomado para tan grande pasaje de las Escrituras, “La cláusula resplandece por su brillantez, y nos asombra por su misterio. Sentimos la advertencia— “No cruces la línea, porque el lugar santo es” Uno tiembla ante el tema de semejante declaración para el escrutinio de la razón humana, y siente uno como si estuviera usando profanidad por las aplicaciones de la erudición terrenal. El Dios invisible—cuan oscuro, pavoroso e impenetrable velo! Cristo mismo— cuan perfecto en remembranza, y poder en su brillantez! Debemos adorarle mientras le analizamos; y nuestra exegesis debe ser penetrada por una profunda devoción” (John Eadie, Colossians, 43, Klock And Klock, 1856, Reimpresión 1980). 

 

 

La Plenitud de Dios.

 

La siguiente cosa dicha sobre Jesús en relación a Dios es que Él es la plenitud de Dios (v.19). Pablo añade en Colosenses 2:9 “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad”. La palabra Griega plenitud es pleroma. Esta es la palabra que los Gnósticos usaban para describir ese grupo de 30 intermediarios, algunas veces llamados eones, entre el verdadero Dios y la materia creada; esta requirió de todo aquello para hacer la plenitud de Dios. Pero Pablo dice que Jesús es la plenitud (pleroma) de la deidad, la plenitud de Dios. Cuando miramos a Jesús, vemos a Dios, sabemos exactamente quien es Dios; conocemos la deidad. La totalidad de la deidad mora en Jesús, Es verdad que Jesús se convirtió en carne y fue un hombre, pero Él también fue plena y totalmente Dios en cada forma, en cada aspecto. Pablo no dice en Colosenses 2:9 que la deidad moró en Jesús mientras Él estuvo sobre la tierra en forma terrenal. Él dice, más bien, que la deidad mora en Él en forma corporal. La versión New American Standard Bible trae esto un poco más claramente cuando traduce, “la plenitud de la Deidad mora” en Él. La idea es que Jesús, ahora, todo el tiempo, es deidad. Él es divino, Él es Dios, no sólo por un periodo de tiempo, sino todo el tiempo. 

 

 

Su Relación con la Creación

 

La siguiente cosa mencionada en Colosenses 1 es la relación de Jesús a la creación. Cuatro cosas son enfatizadas. 

·        El es el primogénito de toda creación.

·        Él es el creador. 

·        Él es el tema o fin de la creación.

·        Él es el sustentador de toda creación. 

Estas cosas nos mostrarán la relación de Jesús con este mundo (el cosmos, el universo) en el que vivimos (Cf. Jn.1:10; Heb.1:2). 

 

 

El primogénito de toda creación.

 

La primera cosa mencionada acerca de Él es que Él es el primogénito de toda creación. Esto ha inducido a algunas personas, como los “Testigos de Jehová” a decir que Jesús es un ser creado. Ellos dicen que Jesús es Miguel el Arcángel y niegan que Él sea Dios en el sentido completo. Le vuelven a Jesús un ser menor a Dios. Esto es lo que los Gnósticos de los primeros siglos hicieron. No le reconocen como el verdadero Dios, sino que le hacen alguna especie de ser angelical o un intermediario. 

El texto dice que Jesús es el primogénito de toda creación. El término primogénito (del Griego,  prototokos) transmite la idea de honor especial. Lleva la idea de prioridad o preeminencia y significa que Jesús es el preeminente de toda la creación. Este término no significa que Él es el primer creado, como los “Testigos de Jehová” argumentan, sino que Él es el único preeminente. 

En los tiempos del Antiguo Testamento el hijo primogénito recibió el derecho de nacimiento, el cual le contaba como una doble herencia (cf. Gen.25:29-34; Heb.12:16). Rubén fue el hijo primer nacido de Israel, pero debido a que contaminó el lecho de su padre, los derechos de su primogenitura fueron dados a los hijos de José (1 Crón. 5:1). Reiteramos que esta acción jugó un papel muy importante en la distribución de la tierra de Canaán. José recibió una porción doble a través de sus hijos, Manasés y Efraín. 

En Éxodo 4:22 la nación de Israel es descrita como el primogénito de Dios. Esto significa que de todas las naciones, Dios eligió a Israel como su hijo primogénito. La palabra primogénito es usada para significar honor y prioridad. Robertson dice que, “Hay dos ideas en el uso de Pablo de la palabra primogénito; prioridad y dominio o soberanía” (Paul and the Intellectuals, 44; Nashville, Broadman, 1959).