ENOJO
Introducción.
A.
Efesios 4:31, “Quítense
de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia”.
El “enojo” de este texto obviamente es enojo malo, condenable, el enojo que está
asociado con amargura, etc.
B.
Pero no se debe afirmar que todo enojo es malo. Efesios 4:26, “Airaos,
pero no pequéis”.
I. EL ENOJO DE DIOS.
A.
1 Reyes 11:9,
“Y se enojó Jehová contra Salomón, por cuanto su corazón se había apartado de
Jehová Dios de Israel, que se le había aparecido dos veces”.
B.
2 Reyes 17:8,
“Jehová, por tanto, se airó en gran manera contra Israel, y los quitó de delante
de su rostro; y no quedó sino sólo la tribu de Judá”.
C.
Salmo 7:11,
“Dios es juez justo, Y Dios está airado contra el impío todos los días”.
D.
Salmo 79:5, 6,
“¿Hasta
cuándo, oh Jehová? ¿Estarás airado para siempre?
¿Arderá como fuego tu celo? 6 Derrama tu ira sobre las
naciones que no te conocen, Y sobre los reinos que no invocan tu nombre…80:4,
5, “Jehová, Dios de los ejércitos, ¿Hasta cuándo mostrarás tu indignación
contra la oración de tu pueblo? 5 Les diste a comer pan de
lágrimas, Y a beber lágrimas en gran abundancia”.
E.
Algunos creen que el Dios de ira es el Dios del Antiguo Testamento, pero Juan
3:36 dice, “El que cree en el Hijo tiene
vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la
ira de Dios está sobre él”. La Biblia de las Américas (LBLA) dice, “el que no
obedece[a] al
Hijo”. Romanos 1:18, “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo
contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la
verdad”. Efesios 5:6, “Nadie os engañe con palabras vanas, porque por
estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia”.
F.
Es indispensable que el hombre aprenda lo que dice Hebreos 10:31,
“¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!” y12:29, “nuestro Dios es
fuego consumidor”.
G.
Muy pocos creen en Dios. No lo conocen. Tienen conceptos muy limitados de su
“amor” y “gracia” y no saben nada de su ira y venganza contra la rebelión, la
desobediencia y el pisotear la verdad.
H.
Los hijos de Dios deben imitar a Dios. La rebelión, la desobediencia y el
pisotear la verdad deben producir enojo en nosotros. Desde luego, la venganza
pertenece a Dios (Rom. 12:19), pero el cristiano debe sentir indignación
justa y emplear la “espada del Espíritu” (Efesios 6:17) para luchar
contra Satanás y sus asechanzas.
II. EL ENOJO DE CRISTO.
A.
Marcos 3:5,
“Entonces, mirándolos alrededor con enojo,
entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y
él la extendió, y la mano le fue restaurada sana”. El enojo de Cristo procedió
de su amor por el hombre afligido y su disgusto con los que se oponían a esta
buena obra. Su enojo era indignación justa.
B.
Juan 2:13-17,
“Estaba
cerca la pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén, 14 y
halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas
allí sentados. 15 Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera
del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los
cambistas, y volcó las mesas; 16 y dijo a los que vendían
palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de
mercado. 17 Entonces se acordaron sus discípulos que está
escrito: El celo de tu casa me consume”.
C.
Aparte de comerciar con la palabra de Dios (2 Cor. 2:17, LBLA), hay otra
cosa que sin duda provoca al Señor. Me refiero a la indiferencia hacia los
servicios de la iglesia. Por lo general se establecen tres reuniones (algunas
iglesias tienen más y otras menos): el domingo por la mañana y por la tarde
(noche) y el miércoles por la noche. Seguramente este arreglo representa un
mínimo de tiempo en que la iglesia (como asamblea o congregación) se reúne para
adorar a Dios. Sin embargo, en muchos lugares si la iglesia dejara el sitio de
reunión cerrado el domingo por la tarde (noche) y el miércoles, muchos miembros
ni siquiera estarían conscientes de esta omisión. Además para muchos miembros el
ausentarse de los servicios para trabajar es completamente justo y aceptable
(aunque trabajen todo el día domingo sin participar de la cena del Señor). Se
habla de “responsabilidades de empleo” como si fueran tan sagradas como el
reunirse para adorar a Dios. ¿Qué diría Cristo a todo esto? Ya lo dijo: Mateo
6:25, 33, “No os afanéis por vuestra vida … buscad primeramente el reino de
Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidos”; es decir, el ganarse
la vida no es primero, poner el reino (los servicios y la obra de la iglesia)
primero, y Dios le ayudará para ganarse la vida.
D.
Cristo es nuestro perfecto ejemplo de enojarse sin pecar. Efesios 4:26,
“Airaos, pero no pequéis”.
E.
Los cristianos no deben ser indiferentes hacia el pecado y el error religioso
que destruyen almas.
III. ¿CUÁNDO SE CONDENA EL ENOJO?
A.
Cuando nos mueve a vengarnos. Romanos
12:17-19, “No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de
todos los hombres. 18 Si es posible, en cuanto dependa de
vosotros, estad en paz con todos los hombres. Amados,
nunca os venguéis vosotros mismos, sino dad lugar a la ira de Dios,
porque escrito está: Mia es la venganza,
yo pagare, dice el Señor”. Mateo 5:38-41, “Oísteis que fue
dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. 39 Pero yo os digo:
No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla
derecha, vuélvele también la otra; 40 y al que quiera ponerte
a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; 41 y a
cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos”. 1
Pedro 2:20-23, “Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo
soportáis? Pero si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es
aprobado delante de Dios. 21 Pues para esto fuisteis llamados;
porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis
sus pisadas; 22 el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en
su boca; 23 quien cuando le maldecían, no respondía con
maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga
justamente”.
B.
Cuando el enojo resulta en “guardar rencor”. Efesios
4:26, “no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo”. Sin
duda la persona que guarda rencor da lugar al diablo para hacer mucho daño. Eclesiastés
7:9, “No te apresures en tu espíritu a
enojarte; porque el enojo reposa (se anida, LBLA) en el seno de los necios”. El
que no sabe perdonar da lugar al diablo. Efesios 4:31, 32, “Quítense
de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 32 Antes
sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como
Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”.
C.
Cuando se quita el freno de la boca. Santiago 3:3, “He
aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y
dirigimos así todo su cuerpo”. Santiago 1:26, “Si alguno se cree
religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la
religión del tal es vana”. Proverbios 29:11, “El necio da rienda suelta a
toda su ira, Mas el sabio al fin la sosiega”.
D.
Cuando no hay dominio propio. Prov.
16:32,
“Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; Y el que se enseñorea de su
espíritu, que el que toma una ciudad”.
E.
Cuando produce contiendas. Proverbios 30:33,
“Ciertamente el que bate la leche sacará mantequilla, Y el que recio se suena
las narices sacará sangre; Y el que provoca la ira causará contienda”.
III. EL ENOJO Y LA IRA SON COMPAÑEROS.
A.
"Iras", 2
Cor. 12:20; Efes 4:31; Col. 3:8,
explosiones de enojo, enojo "caliente", cólera, furia. Las iras son las
explosiones momentáneas del enojo.
B.
Indican falta de amor, falta de paciencia, falta de muchas cosas, y que uno no
tiene dominio propio.
C.
El genio fuerte. Las emociones se sueltan, se dicen y se hacen cosas muy
dañinas. Muchos quieren justificar tal conducta diciendo "Así soy yo, así es mi
genio", pero se engañan solos. "Así son" pero deben arrepentirse para no ir al
infierno. La persona con temperamento explosivo no sólo está en pecado
(su corazón es carnal), sino también es capaz de hacer toda clase de maldad
porque no tiene control, no es "dueño de sí" (Tito 1:8). Los "iracundos"
no deben ser ancianos (Tito 1:7), ni predicadores. Tampoco deben casarse.
D.
Lo absurdo es que los tales se enfurecen, hieren y lastiman a otros, pero en
pocos minutos se acaba su furia y no sólo quieren olvidar el suceso, sino también
quieren que los heridos lo olviden, y estar listos para otro ataque
sin aviso. Los iracundos son insoportables. "Pesada es la piedra, y la arena
pesa; mas la ira del necio es más pesada que ambas" (Prov. 27:3).
IV. LO NECIO DEL ENOJO CARNAL.
A.
Se observa en Jonás. Cuando Dios perdonó a Nínive Jonás “se apesadumbró en
extremo y se enojó” (Jonás 4:1), pero el que rehúsa perdonar lastima a sí
mismo. El perdonar es una rica bendición para el alma del hombre. El no perdonar
y guardar rencor envenena el alma y produce pura miseria.
B.
Sansón era instrumento de Dios para destruir a los filisteos, pero la acción de
Sansón presenta una ilustración práctica para nosotros. Hizo caer la casa sobre
los principales y sobre todo el pueblo que estaba en ella, pero al tumbar la
casa del enemigo se destruyó a sí mismo. En nuestro caso mejor destruir
al enemigo convirtiéndole en amigo. (Jueces 16:30, 31).
C.
El hijo mayor quería castigar a su padre y su hermano pero obviamente el
castigado era él mismo porque cuando “oyó la música y las danzas” que celebraban
el retorno del hijo pródigo, “se enojó, y no quería entrar” para participar en
las festividades placenteras (Lucas 15:25-30). Se robó a sí mismo. Se
quedó afuera (¿en la bodega?), sin duda como Jonás, justificándose por estar
enojado cuando podía haber disfrutado la fiesta. De veras ¿a quién castigó? Así
son los miembros de la iglesia que se molestan con alguien (predicador,
ancianos, otros) y ya no quieren entrar para participar en las actividades
celestiales de la iglesia. Dejan que el enojo tenga control de su corazón y se
roban a sí mismos de la experiencia más grata de la vida (la adoración a Dios).
Quieren castigar a otros pero en realidad ¿a quién castigan?
D.
Lo necio del enojo se observa en el mecánico que da patadas al vehículo que no
puede reparar o en el jugador del golf que tira su palito cuando la pelota va
mal o el sembrador que maldice a las mulas que no le hacen caso. ¡Cuántos
hombres y mujeres “inteligentes” hacen locuras cuando enojados(as)!
CONCLUSIÓN.
A.
Conducta apropiada. 2 Timoteo 4:2, “redarguye, reprenda, exhorta con toda
paciencia y doctrina”. Esto no se hace con enojo. Es acto de amor con el
propósito de salvar almas. Lo mismo Lucas 17:3, “Si tu hermano pecare
contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale”.
B.
Santiago 1:19, 20,
“todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque
la ira del hombre no obra la justicia de Dios”.
C.
Examinemos el corazón. Practiquemos el dominio propio. Que nuestro enojo sea
como el de Cristo, como acto de amor y no como acto del egoísmo, no para tomar
venganza.
D.
Recordemos siempre que la persona con enojo carnal castiga a sí misma.
E.
Por lo tanto, “que todo hombre sea tardo para airarse”; “airaos, pero no
pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo”.