2 Timoteo 3:16, 17, “Toda Escritura es inspirada por
Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en
justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto (apto), equipado para toda
buena obra”.
Mateo 28:19. Después de su resurrección y antes de
ascender al cielo Cristo dijo a los apóstoles, “Por
tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos
en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.
1 Timoteo 3:15. Esta obra de evangelización mundial había de ser llevada a cabo
por la iglesia. “Esto
te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte, 15 para
que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia
del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad”.
Hechos 8:4;
11:19. Los discípulos primitivos enseñaban la palabra con toda diligencia. “Los
que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio …
los que habían sido esparcidos a
causa de la persecución que hubo con motivo de Esteban, pasaron
hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, no
hablando a nadie la palabra, sino sólo a los judíos”.
La obra de evangelización comienza en el área inmediata de la iglesia local y
todo miembro tiene su responsabilidad de participar en esta obra.
Para que los miembros hagan esta obra deben ser bien instruidos, entrenados y
equipados. Por lo tanto, es necesario que enseñemos y prediquemos más – mucho
más – sobre la urgencia de equipar
a los
miembros de la congregación para el evangelismo personal.
Es obra indispensable pero muy
descuidada entre iglesias de Cristo.
Me refiero a
la necesidad de una sesión informal para toda la iglesia de por lo menos hora y
media cada semana en la cual el predicador u otro hermano capacitado dirija el
estudio, y todos participen, examinando todo aspecto del evangelio y preparando
una serie de lecciones semanales que todos puedan presentar en los hogares.
Luego
habiendo dedicado tiempo adecuado al estudio del evangelio, entonces continuar
con el estudio de las cuestiones tratadas en el Nuevo Testamento, tales como el
matrimonio-repudio-nuevas nupcias; el judaizar (mezclar la ley de Moisés con el
evangelio); la disciplina congregacional; los dones del Espíritu Santo; el
gnosticismo; la resurrección y los eventos finales.
Después de un
tiempo adecuado para estudiar aquellos temas, entonces comenzar un estudio
detallado de los errores principales de las denominaciones: el catolicismo, el
calvinismo, el pentecostalismo, el mormonismo; los (falsos) testigos, etc.
Objetivo: que cada hermano(a) esté bien equipado(a) para enseñar excelentes
clases bíblicas en los hogares sobre el evangelio y para contestar/refutar
cualquier error sectario, con la esperanza de salvar almas.
Una
sugerencia práctica sería el preparar una serie de unas siete lecciones muy
claras y persuasivas que puedan servir como guías en el estudio. Esto es mejor
que una conversación general que muchas veces toca varios puntos y no precisa
ninguno.
Obviamente no
estamos hablando de un curso breve. Muy al contrario, me refiero a un estudio
extensivo, una clase regular de la iglesia. No estoy hablando de un estudio
de semanas ni de meses o años. Debe ser parte integral del programa de enseñanza
y entrenamiento de la congregación: la plena preparación metódica y adecuada de
todos los miembros de la iglesia para llevar a cabo su misión como columna y
apoyo de la verdad (1 Timoteo 3:15). Debe haber estudio de todo aspecto de la
evangelización personal.
Es bueno
tener sesiones de práctica, con cierto hermano haciendo los argumentos sectarios
para ver si los miembros pueden contestar/refutarlos. Es mejor reconocer
nuestras fallas en una clase nuestra en lugar de ser avergonzados en la casa de
algún amigo sectario. Debemos reconocer que muchos católicos, bautistas,
pentecostales, testigos y otros están bien preparados para defender sus
creencias y prácticas y no queremos que nos dejen derrotados.
En tal
estudio informal todos – pero TODOS – deben pensar, recordar y contribuir de
conversaciones o estudios que hayan tenido que puedan ayudar en la presentación
de ciertos temas o para refutar ciertos argumentos. Estos comentarios deben ser
apuntados y guardados en un documento de computadora para que haya compilación
de tales comentarios y experiencias que servirán como fuente de referencias
prácticas.
TEMAS QUE
ESTUDIAR
LA DEIDAD. Antes de enseñar
las cosas de Dios debemos conocer a Dios. Hay mucho que estudiar sobre este
tema. Génesis 1:26, “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen”. El
término “Dios” es plural y obviamente se refiere a Dios Padre, Dios Hijo, y Dios
Espíritu Santo. Digo “obvio” porque a través de la Biblia, desde Génesis hasta
Apocalipsis, leemos de los Tres y cada uno es llamado Dios. Por lo tanto, se
debe preparar un buen estudio sobre el tema y animar a todo miembro de la
iglesia a aprenderlo bien, para su propia edificación y para refutar las
doctrinas falsas de varios grupos religiosos.
LA FE EN DIOS. Primero que
todo cada miembro debe examinar su propia fe en Dios. No podemos creer en Dios
si no conocemos a Dios y es en extremo absurdo hablar de tener fe en Dios si no
aceptamos la Palabra de Dios. Discutimos con los que abogan por la supuesta
“salvación por la fe sola” y es perder tiempo porque ni siquiera tienen fe en
Dios si no aceptan su Palabra. Si yo digo, “Yo creo en ti pero no creo lo que tú
me dices” ¿de veras tengo fe en ti? Pero como digo los miembros de la iglesia de
Cristo debemos examinar nuestra fe en Dios. ¡De veras creemos que los que no
obedecen al evangelio serán atormentados (torturados) eternamente en el lago de
fuego? O ¿es simplemente algo que tenemos que enseñar? Si la casa de su vecino
estuviera encendida ¿haría usted algo para rescatarlo y salvarlo de esas llamas?
Y de veras ¿creemos en la recompensa celestial? De veras ¿creemos que debemos
buscar primeramente el reino de Dios o mejor decimos “con todo gusto nos veremos
en el servicio el domingo si no hay visita o si no tengo que trabajar”?
¡Imagínese el hermano que enseñe a su vecino que debe asistir a los servicios el
domingo pero entonces cuando el vecino asista a los servicios y pregunte por el
hermano que le invitó y le digan, “está trabajando”!
AMAR A DIOS. Marcos 12:30, “Y
amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu
mente y con todas tus fuerzas. Este
es el principal mandamiento”. Si vamos a enseñar este principal mandamiento a
otros, debemos estar seguros que lo obedecemos nosotros mismos.
TEMER A DIOS. Hebreos 10:31,
“¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!” Hebreos 12:29, “porque nuestro
Dios es fuego consumidor”. Hebreos 4:1, “Temamos, pues, no sea que permaneciendo
aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo
alcanzado”. Hacemos obra personal y tratamos de convertir la gente para que amen
a Dios y que anhelen el hogar celestial, pero al mismo tiempo nos urge
convencerles de las consecuencias de no obedecer al evangelio. 2 Tesalonicenses
1:6-9, “Porque
es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan,
7 y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando
se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder,
8 en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron
a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; 9 los
cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y
de la gloria de su poder”.
LA GRACIA DE DIOS. La clase debe
leer y estudiar todos los textos que hablan de la gracia de Dios y observar que
se refiere al evangelio de Cristo (las buenas nuevas de salvación obtenida en
base a lo que Cristo ha hecho y hace por nosotros). Aparte del evangelio no hay
gracia para nadie porque como Cristo dice, “Yo soy el camino, y la verdad, y la
vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6).