LLEVAR MUCHO FRUTO PARA GLORIFICAR AL PADRE

JUAN 15:1-8

 

           “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.  El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden…  En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos”.

 

I. “YO SOY LA VID, VOSOTROS LOS PÁMPANOS” (JUAN 15:5).

          A. El llevar fruto significa la producción y desarrollo de la vida espiritual, con todas sus manifestaciones en nuestra propia vida y en otros por medio de la fuerza de Cristo en nosotros.

          B. Incluye toda actividad del cristiano enseñada por Cristo, actividades que Cristo mismo llevaría a cabo si todavía estuviera aquí en persona, pero no estando presente, depende de sus discípulos para llevarlas a cabo.

          C. Al leer Lucas 19:10, “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”. Obviamente el fruto principal que Cristo llevó era la salvación de almas y ahora los discípulos de Cristo debemos llevar el mismo fruto, ganando almas para Cristo.

          D. 1 Timoteo 3:15, Pablo habla de “la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad”.

 

II. BUENA TIERRA PRODUCE BUEN FRUTO

          A. LUCAS 8:8, “Y otra parte cayó en buena tierra, y nació y llevó fruto a ciento por uno. Hablando estas cosas, decía a gran voz: El que tiene oídos para oír, oiga”.

          B. ¿Qué es la “buena tierra”? Lucas 8:15, “ Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y rectoretienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia”.

          C. Por lo tanto, para llevar mucho fruto para glorificar al Padre es necesario que seamos “buena tierra” (con corazón bueno y recto).

 

III. FRUTO DEL ESPÍRITU,

          A. GÁLATAS 5:19-23, “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. 22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”.

          B. EFESIOS 5:9, “ (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad)”.

 

IV. FRUTO DE SANTIFICACIÓN,

          A. ROMANOS. 6:21, “ ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte”.

          B. ROMANOS 6:22, “Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna”.

          C. ¡Qué contraste interesante! “Antes servidumbre, ahora libertad; antes esclavos de pecado, ahora siervos de Dios; antes vicios, ahora santidad; antes vergüenza, ahora paz de espíritu; antes muerte, ahora vida, incluso vida eterna” (Hendriksen).

          D. El fruto de este cambio era la bendición de una vida limpia y consagrada  a Dios y su recompensa futura sería la vida eterna.

 

V. FRUTO DE JUSTICIA

          A. FILIPENSES 1:9-11, “ Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento, 10 para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, 11 llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios”.

          B. SANTIAGO 3:18, “Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz”.

          C. HEBREOS 12:11, “ Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados”.

                   1. La “disciplina” de este texto se refiere a la persecución (V. 3, 4; 10:32-35).

                   2. Romanos 5:3-5; 2 Cor. 12:8-10; Sant. 1:2-4 describen el buen fruto llevado en los cristianos como resultado de la persecución y toda clase de tribulaciones.

         

VI. FRUTO EN TODA BUENA OBRA.

          A. COLOSENSES 1:10, “ para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios”.

          B. ROMANOS 15:28, “ Porque Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una ofrenda para los pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén. 27 Pues les pareció bueno, y son deudores a ellos; porque si los gentiles han sido hechos participantes de sus bienes espirituales, deben también ellos ministrarles de los materiales. 28 Así que, cuando haya concluido esto, y les haya entregado este fruto, pasaré entre vosotros rumbo a España”.

          C. FILIPENSES 4:17, “No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta”. No buscaba beneficios para sí mismo sino el bien espiritual de ellos, el crecimiento espiritual y, desde luego, la recompensa eterna en el cielo.

 

VII. FRUTO DE GANAR Y CONFIRMAR ALMAS PARA CRISTO,

          A. ROMANOS 1:13, “Pero no quiero, hermanos, que ignoréis que muchas veces me he propuesto ir a vosotros (pero hasta ahora he sido estorbado), para tener también entre vosotros algún fruto, como entre los demás gentiles”.

          B. JUAN 4:35, 36, “¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega. 36 Y el que siega recibe salario, y recoge frutopara vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega”.

          C. EN JUAN 4:36 Jesús habla de ganar almas en Samaria. Véase hechos 8:12, el evangelista Felipe ganó almas en Samaria: “Pero cuando (los samaritanos) creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres”.

          D. Comenzando en Hechos 2, el Día de Pentecostés, 3000 fueron bautizados.

                   1. Hechos 4:4, “Pero muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y el número de los varones era como cinco mil”.

                   2. Y así fue a través de Hechos de los Apóstoles. Desde Hechos 10 y hasta el fin del libro, leemos de la conversión no solamente de judíos sino también de gentiles.

          E. Somos la iglesia de Cristo, la iglesia del Nuevo Testamento y debemos imitar a estos cristianos del primer siglo en su gran celo por evangelizar y ganar almas para Cristo. Sin duda esta es la obra principal de la iglesia. El “fruto” que debemos llevar es la conversión de muchas almas.

          F. Para esta obra importantísima cada congregación debe desarrollar y entrenar obreros que sean bien capacitados para enseñar a cualquier persona dispuesta a oír. Todos los miembros deben estar preparados y equipados para enseñar y defender la sana doctrina y exponer la falsedad de las doctrinas de los hombres. Esto requiere mucho estudio, mucho trabajo. Representa un esfuerzo tremendo, un conflicto, una lucha contra Satanás y sus ministros (2 Corintios 11:13-15).

          G. Pero recuérdese: “En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos”. Si no lo hacemos ¿somos en realidad sus discípulos?

 

VIII. ARBOL MALO DA FRUTOS MALOS.

          A. MATEO 7:15-20, “ Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. 16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?

                   1. ¿Espinos? ¿Abrojos? El mundo está lleno de ellos: proponentes de múltiples religiones falsas: catolicismo, calvinismo, atalaya, mormones, pentecostales, musulmanes, y ¡cuántas más!

          B.  Mateo 7:17, Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. 18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. 19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.

          C. 20 Así que, por sus frutos los conoceréis”.

 

IX. JESUS MALDICE LA HIGUERA,

          A. MATEO 21:18, 19, “Por la mañana, volviendo a la ciudad, tuvo hambre. 19 Y viendo una higuera cerca del camino, vino a ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente; y le dijo: Nunca jamás nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera”. Lucas 13:6-9, “ Dijo también esta parábola: Tenía un hombre una higuera plantada en su viña, y vino a buscar fruto en ella, y no lo halló. Y dijo al viñador: He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra? Él entonces, respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone. Y si diere fruto, bien; y si no, la cortarás después”.

                   1. ¿Qué otra nación había sido bendecida como el pueblo de Israel? He aquí la sucesión de almas nobles: Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, los profetas, Juan el Bautista y ahora Cristo.

                   2. Pero ¿qué fruto había producido para los propósitos de Dios?

                   3. La tragedia del año 70 de ese siglo nos da la conclusión del asunto en cuanto a los judíos. ¿Cuál será la conclusión de la historia de la iglesia que no lleve el fruto de justicia?

          B. JUDAS 12, “ Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados”.

          C. ISAÍAS 5:2, El profeta habla del pueblo de Dios como una viña: “La había cercado y despedregado y plantado de vides escogidas; había edificado en medio de ella una torre, y hecho también en ella un lagar; y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres”. La consecuencia: Isa. 5:5-7, “ Os mostraré, pues, ahora lo que haré yo a mi viña: Le quitaré su vallado, y será consumida; aportillaré su cerca, y será hollada. Haré que quede desierta; no será podada ni cavada, y crecerán el cardo y los espinos; y aun a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella. Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá planta deliciosa suya. Esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor”.

          D. JEREMÍAS 2:21, “ Te planté de vid escogida, simiente verdadera toda ella; ¿cómo, pues, te me has vuelto sarmiento de vid extraña?”

 

 

X. SER FRUCTÍFERO POR MEDIO DE LA MUERTE.

          A. Juan 12:24, “ De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto”. Desde luego Jesús habla de su propia muerte.

          B. Sin embargo, el mismo principio es muy aplicable en la vida de cristianos.

                   1. Mateo 16:24, “ Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”.

                   2. Pablo dice la misma cosa en Gálatas 2:20, “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”.

                   3. También en Romanos 6:3-7, “ ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección;sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado”.

          C. La simiente debe morir para producir la cosecha y la muerte del hombre al mundo y su sepultura en el bautismo para perdón de los pecados son los pasos necesarios para andar en vida nueva para llevar el fruto de justicia para el Señor.