TODOS LOS REQUISITOS PARA SER SALVOS

SE REFIEREN A LA OBEDIENCIA AL EVANGELIO

 

“SALVACIÓN” EXPRESADA DE VARIAS MANERAS

 

Introducción.

          Cualquier persona en su juicio cabal sabe que la salvación es por gracia; es decir, que el hombre no puede salvarse solo y que era necesario que Cristo viniera al mundo para ser nuestro Salvador, siendo el perfecto sacrificio por los pecados del mundo. Este es el evangelio de la gracia de Dios, Hechos 20:24.

          Sin embargo, la misma persona que entienda que la salvación es por gracia también tiene que admitir que la salvación no es universal. Cristo dice (Mateo 7.14) que “pocos son los” que hallan el camino que lleva a la vida. Hebreos 5:9 dice Cristo “vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen”.

          Dios especifica ciertos requisitos que el hombre debe cumplir para ser salvo. Esto se llama “obedecer al evangelio” (Romanos 10:16; 2 Tesalonicenses 1:8; 1 Pedro 4:17). También se llama “obedecer a la fe” (Hechos 6:7) y “obediencia a la verdad” (1 Pedro 1:22). Hay varios ejemplos de los que obedecieron al evangelio en Hechos de los Apóstoles 2:37-41, 8:12; 8:35-39; 9:18 (22:16); 11:14; 10:48; 16:15; 16:30-34; 18:8; 19:5.

          Muchos insisten en que la salvación es por “fe sola” porque cuando el carcelero preguntó, “¿Qué debo hacer para ser salvo? Pablo y Silas contestaron “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa”, pero entonces “le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa” (Hechos 16:30-32) y esa “palabra” que les hablaron era el evangelio que incluyó el bautismo, y el carcelero y su casa, habiendo oído el evangelio de Cristo querían obedecerlo, y fueron bautizados esa misma hora (Hechos 16:33; el v. 25 dice media noche).

          Por lo tanto, este estudio tiene que ver con los requisitos nombrados por Dios que el hombre debe cumplir para ser salvo, enfatizando que hay un solo evangelio, un solo plan de salvación. Por eso, todos los requisitos que son nombrados para ser salvos se refieren a la obediencia al evangelio.

          El punto enfatizado en este estudio es que cada requisito nombrado en los varios textos que citaremos es una parte del todo del plan de salvaciónEste es lenguaje figurado llamado “sinécdoque” (“designar un todo con el nombre de una de sus partes”). Por no reconocer y aceptar este lenguaje figurado muchos enseñan error, por ejemplo, diciendo que la salvación es por la fe sola.

          Citan Juan 3:16, “todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” pero no aceptan que la palabra “cree” de ninguna manera significa “fe sola”, sino la obediencia al evangelio para obtener el perdón de pecados.

          Obviamente Juan 3:16 habla de la salvación (tener vida eterna) y Hechos 2:38 dice arrepentirse y bautizarse para el perdón de los pecados. Por lo tanto, si los dos textos nombran requisitos de la salvación, obviamente los dos hablan de obedecer al evangelio. La salvación de Juan 3:16 (tener vida eterna) no es distinta de la salvación de Hechos 2:38 (el perdón de los pecados).

 

TEXTOS QUE DICEN SALVAR (O ALGUNA FORMA DE SALVAR)

1.     Mateo 1:21, “21 Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.

2.     Lucas 9:56, “56 porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas”.

3.     Juan 12:47, “no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo”.

4.     Santiago 5:20, “sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados”.

5.     Marcos 16:16, “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado”.

6.     1 Pedro 3:21, “El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo”.

Desde luego hay muchos otros textos que hablan de “salvar”.

 

PERDONAR PECADOS (DEUDAS) = LA SALVACIÓN

1.     Mateo 6:12, “12 perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores”.

2.     Marcos 2:7, “¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?”        

3.     Hechos 2:38, “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”. Si Dios nos perdona los pecados, somos salvos.

4.     Efesios 4:32, “32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”.

1.     Es muy obvio que si Dios nos perdona los pecados, somos salvos.

 

JUSTIFICACIÓN = LA SALVACIÓN

“Justificar” significa hacer rectos o justos en el sentido de tener relación correcta con Dios. Obviamente los justificados son los salvos.

1.     Romanos 5:1, “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”.

2.     Santiago 2:24, “Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe”.

3.     Gálatas 3:8, “Dios había de justificar por la fe a los gentiles…”

4.     Romanos 5:9, “Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira”.

 

VIVIR, TENER VIDA = LA SALVACIÓN

1.     Juan 5:25, “Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán”.

2.     Juan 5:40, “y no queréis venir a mí para que tengáis vida

3.     Juan 6:53, “Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros”.

4.     Hechos 11:18, “también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida”.

 

TENER LA ESPERANZA DE LA VIDA ETERNA = LA SALVACIÓN

1.     1 Juan 2:25, “Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna”. Muchos enseñan erróneamente que la vida eterna es una posesión actual, o sea que el creyente posee la vida eterna ahora y no la puede perder, pero 1 Juan 2:25 corrige este concepto erróneo: la tenemos como promesa y no como posesión actual. Los infieles (los que caen de la gracia) (Gálatas 5:4; 2 Pedro 2:20-22) no heredan la vida eterna.

2.     Juan 6:54, “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero”. Juan 6:40 explica este versículo: “Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero”. Obsérvese la misma recompensa: la vida eterna para el que cree y vida eterna para el que come mi carne y bebe mi sangre. Es lenguaje figurado para dar énfasis a lo importante de creer en Cristo y obedecerle.

3.     Pero  obviamente los que tienen la promesa de la vida eterna son los salvos.

 

EL HOMBRE TIENE QUE OBEDECER PARA SER SALVO

Hebreos 5:8, 9 “ Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen”.

1.     OÍR EL EVANGELIO. Juan 5:25, “De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán”. Romanos 10:14,17, 14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”.

“Hechos de los Apóstoles” registra la conversión de varias personas y en cada caso de conversión, comenzando con los 3000 que fueron convertidos el día de Pentecostés (Hechos 2:37-41) el primer paso era que oyeron la predicación del evangelio.

2.     CREER. Juan 3:16, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Este es el texto favorito de mucha gente y es muy precioso, pero hay que estudiarlo a la luz de los demás textos que especifican lo que el hombre debe hacer para ser salvo.

3.     ARREPENTIRSELucas 13:3, “si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente”. Hechos 3:19, “19 Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio”. Tener los pecados “borrados” significa tenerlos perdonados. Hechos 17:30, “Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan”. Romanos 2:4, ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?”

Arrepentirse significa cambiar y esto es precisamente lo que la mayoría de la gente no quiere hacer, pero Jesús dice “cambiar o perecer”.

Hechos 11:18, “también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida”.

4.     CONFESAR A CRISTO. Mateo 10:32, 33, “A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. 33 Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos”. Hechos 8:37, 38, “36 Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? 37 Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios38 Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó”. Romanos 10:10, 10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación”,

¿Qué significa confesar a Cristo, “Yo creo que Jesucristo es el Hijo de Dios”? Significa que Cristo es “igual a Dios” (Juan 5:18) porque Él Mismo es Dios (Juan 1:1; Romanos 9:5; Tito 2:13; 2 Pedro 1:1). Es el Creador (Juan 1:3; Colosenses 1:16Hebreos 1:2). Estando aquí en la tierra era adorado, perdonaba pecados,  leía pensamientos, y sólo Dios es adorado, perdona pecados y lee pensamientos.

5.     SER BAUTIZADO EN AGUA PARA EL PERDÓN DE PECADOS. Mateo 28:19, “19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”. Marcos 16:16,El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado”. Hechos 2:38,  Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”.

Es muy importante observar que el bautismo es para ser salvo (Marcos 16:16). Si no lo es, tampoco lo es el creer porque los dos mandamientos están conectados e inseparables. El bautismo es para el perdón de pecados (Hechos 2:38). Si no lo es, tampoco lo es el arrepentimiento, porque estos dos mandamientos están conectados como dos vagones de tren con el conjuntivo “y”.

INVOCAR EL NOMBRE DEL SEÑOR. Hechos 2:21, “Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo”. Hechos 22:16, Ananías preguntó a Saulo de Tarso, “Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre”.

 

CONCLUSIÓN INELUDIBLE

          Juan 5:25, oír para vivir, equivale al obedecer al evangelio. Nadie cree que somos salvos por solamente oír. Obviamente el “oír” de este texto es comprensivo; comprende o abarca todos los pasos contenidos en el mandamiento de obedecer al evangelio.

          Juan 3:16, creer para tener la vida eterna, equivale al obedecer al evangelio. Santiago 2:24 dice enfáticamente que no somos salvos por la fe solamente. Obviamente el “creer” de este texto es comprensivo; comprende o abarca todos los pasos contenidos en el mandamiento de obedecer al evangelio.

          Lucas 13:3, arrepentirse para no perecer. Hechos 11:18, arrepentimiento para vida, pero no por el arrepentimiento solo, sino por obedecer al evangelio (Hechos 10:48). Obviamente el “arrepentirse” de este texto es comprensivo; comprende o abarca todos los pasos contenidos en el mandamiento de obedecer al evangelio.

          Romanos 10:10, confesar a Cristo para salvación, equivale a la obediencia a la verdad (obediencia a la fe, obediencia al evangelio), como observamos en el caso del etíope, Hechos 8:35-39. Obviamente el “confesar” de este texto es comprensivo; comprende o abarca todos los pasos contenidos en el mandamiento de obedecer al evangelio.

          1 Pedro 3:21, bautismo nos salva, no por el bautismo solo. Obviamente una parte del plan de salvación (el bautismo) se pone por el todo de la obediencia al evangelio. Obviamente el “bautismo” de este texto es comprensivo; comprende o abarca todos los pasos contenidos en el mandamiento de obedecer al evangelio.

          Hechos 2:38, arrepentirse y bautizarse para el perdón de pecados. Muchos sectarios se oponen fuertemente al bautismo para el perdón de pecados. Los tales adulteran la palabra de Dios. Por ejemplo, el muy famoso Bautista “erudito” A. T. Robertson dice en su libro, “Imágenes Verbales del Nuevo Testamento”, “Pedro apremia al bautismo para cada uno de aquellos que ya se había vuelto (arrepentido), y que ello fuera hecho en el nombre de Jesucristo sobre la base del perdón de pecados que ya habían recibido”. Robertson completamente tergiversa el texto separando el mandamiento de arrepentirse del mandamiento de bautizarse. Enseña que Pedro mandó el arrepentirse y luego los que se arrepintieron, ya siendo salvos, recibieron el otro mandamiento de bautizarse (pero no para el perdón de los pecados). ¡No me gustaría estar en los zapatos de este “erudito” en el Día del Juicio!

          ¿Texto complicado y difícil? De ninguna manera. Un niño de primaria puede entenderlo perfectamente. Sin comentar deje que él lea el texto y pregúntele qué se debe hacer para el perdón de los pecados.

          La “explicación” de Robertson no es interpretación sino torcer la Escritura (2 Pedro 3:16), es adulterar la palabra (2 Corintios 4:2), corrompiéndola para engañar y cooperar con Satanás para evitar la obediencia al evangelio.

          Hechos 2:21, invocar el nombre del Señor para ser salvo. Obviamente el “invocar” de este texto es comprensivo; comprende o abarca todos los pasos contenidos en el mandamiento de obedecer al evangelio.

          Cada uno de estos mandamientos es para obtener la salvación.

          El “creer” de Juan 3:16 incluye el “oír” de Juan 5:25, el “arrepentirse” de Hechos 11:18, la confesión de fe de Romanos 10:10, y el “arrepentirse y bautizarse” de Hechos 2:38, porque los requisitos nombrados en cada texto, comenzando con Juan 3:16, son para obtener la salvación.

          Cada uno de estos textos se refiere a la obediencia al evangelio (Romanos 10:16; 2 Tesalonicenses 1:8; 1 Pedro 4:17), a la obediencia a la fe (Hechos 6:7), a la obediencia a la verdad (1 Pedro 1:22).

          HAY UN SOLO PLAN DE SALVACIÓN Y ESTOS VARIOS REQUISITOS QUE HEMOS MENCIONADO EN ESTE ESTUDIO SE REFIEREN A ESE PLAN DE SALVACIÓN. Se refieren a la obediencia al evangelio para ser salvo.

          Los que nieguen esta conclusión son culpables de enseñar que las Escrituras no son consecuentes al nombrar los requisitos para obtener la salvación. Tendrán que enseñar que algunos deben hacer una cosa y otros deben hacer otra cosa para obtener la salvación. Según este concepto erróneo y absurdo, hay varios evangelios.

          Obsérvese bien que los que enseñen la salvación por la fe sola hablan por los dos lados de la boca porque bien saben y aceptan que es necesario arrepentirse, confesar a Cristo e invocar su nombre. Entonces ¿qué es todo el ruido acerca de la “fe sola”? ¿Cuál es, fe sola o fe más el arrepentimiento, la confesión y la invocación del nombre del Señor?

          En su gran confusión los proponentes de la salvación por “fe sola” son doblemente confusos sobre las “obras” que no salvan. Para ellos el bautismo es una obra que no salva pero el creer, el arrepentirse, la confesión y el invocar el nombre del Señor no son obras que no salvan. ¿La obediencia al evangelio es una obra que no salva? ¡Imagínese! ¡Qué profundidad de ignorancia y confusión!