EL PRIVILEGIO DE SER SAL
Mateo 5:13
Por Israel Zavala
INTRODUCCIÓN:
· Cuando Jesús dijo que sus discípulos eran sal de la tierra sin lugar a
dudas debió ser tomado y debe hoy en día ser tomado también como un grande
halago, como un gran elogio que el Señor nos hace. Ser considerados como la sal
de la tierra sin lugar a dudas resalta la importancia con la cual Dios nos
considera para sus planes y propósitos.
· A los ojos de Dios usted y yo hermano y hermana, somos tan importantes
como lo es la sal para el mundo. Tan importante es la sal, que casi podría
asegurar que el 100% de nosotros la tiene en su casa, tan importante es la sal
que sin ella nuestro cuerpo físico simple y sencillamente no funcionaría, tan
importante es la sal que provee equilibrio en el planeta, si no existiera
en el mundo y en los mares, se ocasionarían cataclismos.
· Ser la sal de la tierra es un privilegio y un honor, que el Señor no le
concedió ni a los poderosos, ni a los ricos, ni a los intelectuales, ni a los
políticos, sino a sus discípulos, a sus seguidores. Usted y yo querido
hermano (a) tenemos el privilegio de ser la sal de la tierra.
I.- SE CONSIDERABA MUY VALIOSA
· En los tiempos de Cristo y a lo largo de la historia, la sal ha sido un
producto muy valioso. La importancia y el valor de la sal ha sido tal que ha
marcado el desarrollo de la historia en muchas ocasiones, moviendo economías,
siendo objeto de impuestos, monopolios, y hasta guerras. También se ha utilizado
como moneda de cambio y se dice que algunos mercaderes árabes hasta la
intercambiaban por oro, gramo por gramo.
· La palabra española salario se deriva del vocablo latino salarium, que
significa pago con sal y aludía a la asignación de sal que se entregaba a los
soldados romanos como sueldo o parte de su sueldo. De tal manera que la sal era
tan valiosa como lo es el salario para un trabajador.
· Hoy en día se oyen frases tales como: “Te echaron la sal” o “No me
eches la sal” Ya que derramar la sal era considerado como de muy mala suerte,
porque era muy valiosa y al ser derramada ya no se podía recuperar. Hoy se me
cae un billete y lo levanto, pero derramar sal en aquel tiempo era como tirar el
dinero pero sin poder levantarlo.
EL VALOR NO ESTÁ EN LA TIERRA
· El valor y la importancia que este mundo pueda tener no radica en el
oro, no radica en el petróleo, tampoco en las reservas económicas de las
naciones, sino en la presencia de los hijos de Dios en él.
· El Señor Jesús es claro al decir “vosotros sois la sal de la tierra” y
por lo tanto es claro también comprender que el verdadero valor de las
cosas delante de Dios no está en la tierra sino en la sal que se encuentra en la
tierra. La tierra no tiene verdadero valor, pero lo cristianos si tenemos mucho
valor.
· El pueblo de Israel fue su especial tesoro.- Éxodo 19:5-6.
· De la misma manera el pueblo de Dios actual, es decir, su Iglesia,
somos muy valiosos para Él.- 1ª Pedro 2:8-9
· Valemos mucho más que la creación a la cual Dios alimenta y cuida.- Lucas
12:22-24.
· Si para el mundo ser cristiano devalúa a las personas, si para el mundo
ser seguidor de Cristo no tiene ningún beneficio, usted no se preocupe, nuestro
valor no depende de lo que la gente piense sino de lo que Dios piensa. La manera
como Dios nos ve es lo que realmente determina nuestro valor. Para Dios,
si usted es un cristiano fiel y su vida es sal verdadera en la tierra entonces
usted es valiosísimos delante de Él.
II.- LA SAL ES LO QUE DA SABOR
· Muchas comidas no tienen sabor sin sal. Son insípidas, son desabridas,
son simples y hasta desagradables. Y es que la sal produce sabor. No comemos a
gusto si la comida no tiene su toquecito de sal. Y de no tener, inmediatamente
buscamos el salero.
· Dijo Job: “¿Se comerá lo desabrido sin sal? ¿Habrá gusto en la claro
de huevo?” Job 6:6.- La respuesta obvia es NO.
· Debemos entender que nuestro cristianismo no le quita sabor a la vida,
aunque para muchos que no conocen a Dios, se algo aburrido y desagradable, por
el contrario, nosotros sabemos que nuestra fidelidad a Cristo es lo que le da
sabor a la vida y al mundo mismo.
EL SABOR NO ESTÁ EN LA TIERRA.
· “Vosotros sois la sal de la tierra” dijo Cristo, por lo tanto, el sabor
está en la sal y no en la tierra. La realidad es que este mundo sin la sal es
insípido, desabrido y desagradable. Por lo tanto la influencia nuestra es lo
único que le puede dar sabor y sentido al mundo. De tal manera que usted y yo
hermano y hermana somos muy importantes para Dios y muy importante nuestra
función en el mundo.
· El cristiano debe ser para el mundo lo que la sal es para la comida. La
sal convierte a una comida insípida en una comida sabrosa. Si el mundo no
ve a Cristo en usted y en mi querido hermano y hermana ¿entonces donde lo vera?
Sin dudas en ningún otro lugar. Cuando dijo el Señor “Vosotros sois LA
SAL de la tierra” debemos entender que en la tierra no hay otra sal que
usted y que yo, no existe otra sal que los verdaderos discípulos de Cristo, no
hay substituto para esta sal. Cada uno de nosotros debemos ser granos de
sal, esparcidos a lo largo y ancho del mundo para dar buen sabor a la tierra
ante Dios.
· No es lo mismo la comida sin sal que la comida con sal. La sal que da
sabor marca una gran diferencia. Así mismo nuestra presencia debe marcar
diferencia en cualquier lugar donde nos encontremos. No debe de haber ni un solo
creyente cuya presencia no marque la diferencia. En nuestra casa, con nuestros
familiares y parientes. En los trabajos, con nuestros compañeros, sus empleados
y jefes. En la escuela con los amigos, compañeros y maestros, y en cualquier
sitio donde cada uno se desenvuelva. Usted y yo debemos causar un impacto entre
las personas que están a nuestro alrededor, un impacto en su comportamiento, en
su hablar, en sus conciencias.
SIENDO BUENA INFLUENCIA
· Tenemos que ser la sal en nuestras conversaciones.- Colosenses 4:6 Es
decir, con nuestros amigos, familia, conocidos, etc. tenemos que ser el que
tenga el toque de sal, el toque de prudencia, el que de la palabra positiva,
quien tenga la palabra sabia, la palabra de cordura, la palabra de bendición
para los oyentes, la palabra buena para la necesaria edificación, exhortación y
corrección.
· Tenemos que ser sal con nuestras actitudes y nuestra conducta.- Gálatas
5:22-23.- Usted y yo debemos ser quienes manifieste un buen comportamiento,
un buen ejemplo, quienes manifiesten los frutos del Espíritu en su diario vivir.
El creyente genuino no manifiesta odio ni rencor sino amor y gozo, no manifiesta
afán ni desesperación, sino paz y paciencia, no manifiesta malicia e
incredulidad sino benignidad, bondad y fe, etc.
· Tenemos que ser la sal con nuestra vestimenta.- 1ª Timoteo 2:9.- En
el mundo en el que vivimos las modas que rigen el atavío de muchas personas son
indecentes, sensuales y provocativas. Los hijos e hijas de Dios tenemos que
enseñar a través de nuestro ejemplo la manera como Dios quiere que vistamos.
Tenemos que marcar diferencia. Y recuerde que Cristo dijo que somos la sal de la
tierra y no la sal de la Iglesia. Es cierto que tenemos que ser buen ejemplo en
la Iglesia, pero no solo en la Iglesia, sino que debemos estar decentemente
vestidos y dar un buen ejemplo en el mundo.
· Cuando damos a conocer el evangelio a las personas.- 1ª Juan
1:3; Hechos 4:20.- Los apóstoles de Cristo, nos han dejado un gran ejemplo
de cómo ser sal, a pesar de ser intimidados, amenazados, perseguidos,
encarcelados no dejaban de predicar el evangelio de Jesús, aunque eso a la
postre les costara la vida. El evangelio es poder de Dios para salvar. Cuando
tenemos esta misma actitud de los apóstoles y no callamos lo que hemos recibido
y aprendido, estamos fungiendo como verdadera sal.
III.- LA SAL PRESERVA
· No hay nada peor que la carne descompuesta, es algo verdaderamente
asqueroso. En los tiempos de Cristo no existían los aparatos que hoy tenemos
para conservar las carnes frescas como los refrigeradores y congeladores. Así
que la carne y el pescado se echaba a perder muy fácilmente. Allí es donde
radica otra importante función de la sal, ya que esta es preservante,
probablemente este era su uso más común en los tiempos bíblicos.
· Para que las carnes no se echaran a perder la gente frotaba las carnes
y el pescado con sal y así podía durar mucho tiempo sin descomponerse.
LA TIERRA SE CORROMPE
· Cuando Cristo dijo: “Vosotros sois la sal de la tierra” debemos
entender que la tierra se descompone, se corrompe, se pudre y que por lo tanto a
nosotros que somos la sal se nos ha dado la encomienda de frenar dicha
corrupción.
· Por muy bonito y atractivo que parezca el mundo, la realidad es que
cada vez se corrompe más y más ante nuestros ojos y no lo podemos negar.
· Uno puede fácilmente darse cuenta como la decadencia de los valores
morales ha ido en incremento, hoy se ven cosas que antes definitivamente no se
veían, la delincuencia, la inseguridad, la falta de honradez, la falta de
integridad de la personas, la inmoralidad y el desinterés de las cosas
espirituales cada vez es mayor. El mundo se corrompe poco a poco. La gente de
más edad suele decir: “estas cosas antes no se veían” y tienen mucha razón.
· El mundo ha avanzado mucho en los últimos años, en cuestiones
tecnológicas, de ciencia, de medicina, de reformas, etc. sin embargo, a pesar de
todos los progresos recientes, nada de esto, logra ni logrará frenar el
deterioro y la corrupción existe en nuestra sociedad.
· La única esperanza para el mundo es la sal de la tierra, es decir, el
cristianismo genuino y verdadero. Los cristianos fieles somos el medio que Dios
utiliza para frenar la corrupción moral de la sociedad en este mundo. Estamos
aquí para frenar la fuerza del mal, estamos en este mundo para detener la
corrupción, para contener la decadencia de nuestra sociedad, ¿Cómo? a través de
nuestra influencia.
· Hay personas en cuyas compañías es fácil ser buenos, y hay personas en
cuyas compañías es fácil ser malos. Hay personas en cuya presencia contarían sin
reparo una historia sucia, un chiste obsceno, una palabra grosera, una leperada
y hay personas que en cuya presencia nadie se atrevería a mencionar tales cosas.
Los cristianos debemos ser personas que con nuestra sola presencia se excluya la
corrupción y haga más fácil a otros ser limpios y honestos. La enseñanza de la
palabra de Dios y el buen ejemplo nuestro son la sal de la tierra.
· Es necesario huir de la corrupción.- 2ª Pedro 1:4.- Nosotros los
cristianos hemos huido y escapado de la corrupción del mundo y debemos ser
influencia para que otros también puedan huir.
· Es necesario predicar la sana doctrina.- 2ª Timoteo 4:2.- “Con
toda paciencia y DOCTRINA” Muchos pretender ser la sal pero predicando un
evangelio diferente, una doctrina falsa, una enseñanza que no es la de Cristo.
Un evangelio corrupto no salva a nadie de la corrupción, así que es necesario
predicar la verdadera doctrina, para preservar las almas de la corrupción del
pecado y de toda herejía.
· Es necesario demostrar con hechos lo que profesamos ser.-Tito 1:16.- No
solo debemos profesar lo que somos con palabras sino con hechos. Alguien como
los que menciona Pablo a Tito no puede ser sal. Ser un cristiano mundano,
indiferente o desobligado, no es ni será ser sal jamás.
IV.- LA SAL QUE SE HA DESVANECIDO.
· La sal utilizada en los tiempos bíblicos no era de la misma calidad que
la sal refinada que consumimos en la actualidad. Era común que la sal perdiera
sus propiedades.
· Dice el pasaje paralelo en Lucas 14:34-35.- “Buena es la sal;
más si la sal se hiciere insípida, ¿con qué se sazonará? Ni para la tierra ni
para el muladar es útil; la arrojan fuera. El que tiene oídos para oír, oiga.”
· La sal en cantidades moderadas podía ser útil a la tierra como
fertilizante, pero cuando esta se desvanecía en vez de ser útil perjudicaba la
fertilidad de la tierra, así que ya no se podía echar a los cultivos ni a
las a las plantas.
· Me llama poderosamente la atención la frase: “NO SIRVE MAS PARA NADA”
que menciona Mateo. Quiere decir que sirvió, que fue muy útil y valiosa, pero
ahora ya no sirve. Pienso que uno de las cosas que más calan y sacuden a una
persona es que se le diga: “No sirves para nada” o “eres un bueno para nada”.
Sinceramente no creo que exista uno solo al cual le guste que se le diga así.
Pero la realidad de las cosas, es que si espiritualmente hablando nosotros no
somos sal en este mundo, en esta vida, realmente “NO SERVIMOS PARA NADA” sino
para ser pisoteados por los hombres.
· Según el diccionario, el muladar es el lugar donde se deposita el
excremento. La sal combatía la inmundicia y la suciedad, pero note usted como ni
para eso serbia cuando esta perdía sus propiedades, ni para ser echada en el
estiércol. Pienso que estas palabras debieran retumbar en nuestras conciencias,
y analizar si verdaderamente estamos actuando como la sal de la tierra o si
somos de la clase de sal que no sirve para nada.
· Para poder ser sal, los cristianos tenemos que ser distintos a las
personas del mundo y reflejar a Cristo en todo lo que decimos y hacemos. De nada
sirve tener mucho conocimiento de la palabra y mostrar una imagen en la Iglesia
si afuera cuando estamos en el mundo mostramos una totalmente opuesta, si
estando en el mundo no somos sal.
· Es lamentable que un cristiano vista influenciado por el mundo, hable
influenciado por el mundo, haga fiestas y celebraciones influenciadas por el
mundo, tenga conducta y comportamiento influenciados por el mundo, cuando más
bien debería ser al revés.
· Queridos hermanos es muy triste ver como hay cristianos que en vez de
ser sal y ser influencia positiva para el mundo, ellos son influenciados por el
mundo. En vez de dar sabor, de marcar diferencia, de provocar un impacto en las
conciencias de las personas, actúan como ellos y permiten que la influencia de
ellos que no conocen a Dios sea la que predomine. En vez de combatir la
corrupción ellos mismos participan de la misma.
· Recuerde la sal que se ha desvanecido, debe ser echada a los caminos y
senderos para ser pisoteada por los hombres.
CONCLUSIÓN.
· ¿Seremos la sal de la tierra? “No os conforméis a este siglo sino
transformaos mediante la renovación de vuestro entendimiento.” Romanos
12:2
· Analicemos nuestra vida y con toda determinación procuremos ser la sal
que Dios quiere. Recuerde que ser la sal de la tierra es un gran privilegio que
nos ha concedido el Señor.
· Dios les bendiga.