CONVERSIÓN: ESCLAVOS DEL PECADO SE CONVIERTEN EN ESCLAVOS DE DIOS

ROMANOS 6:6 – 23

 

PRIMERO QUE TODO RECONOCER QUE LOS QUE NO HAN OBEDECIDO AL EVANGELIO SON ESCLAVOS DEL PECADO

 

  * Romanos 6:6, “sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con El, para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido[a], a fin de que ya no seamos esclavos del pecado”.

   * Romanos 6:16, “¿No sabéis que cuando os presentáis a alguno como esclavos para obedecerle[a]sois esclavos de aquel a quien obedecéis, ya sea del pecado para muerte, o de la obediencia para justicia?”

   * Obviamente muchos de los que no han obedecido al evangelio para salir del mundo no quieren admitir que son esclavos del pecado (Satanás), pero hay solamente dos amos y “Ninguno puede servir a dos señores” (Mateo 6:24).

 

ARREPENTIMIENTO: MUERTOS AL PECADO

   * Romanos 6:7, “porque el que ha muerto, ha sido libertado[a] del pecado” (la esclavitud del pecado).

   * Al ser convertidos a Cristo, quedamos libertados del amo que nos tenía esclavizados porque hemos muerto al pecado y no seguiremos más en su servicio.

   * Romanos 6:3-4, “¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?

Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva”

   * Romanos 6:9-11 -- "sabiendo que Cristo, ha­biendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; más en cuanto vive, para Dios vive. Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor vuestro".

   * Cristo murió una sola vez, una vez por todas, cuando murió por nosotros. Por lo tanto nuestra muerte también debe ser final, una vez por todas. Somos bautizados una sola vez, hay una sola sepultura y una sola resurrección; por lo tanto, debe haber una sola muerte, una decisión bien hecha, una resolución fuerte y resuelta, para acabar con el pecado.

   * Lamentablemente muchos se bau­tizan sin cambio radical de corazón (verdadero arrepentimiento). Todavía aman el pecado, no lo aborrecen como Dios lo aborrece.

   * 2 Corintios 7:10, “ Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte”. Romanos 6:21, ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte”.

   * Si uno obedece de corazón (Romanos 6:17), habrá tristeza conforme a la voluntad de Dios que produce el arrepentimiento de los pecados se los cuales nos avergonzamos. Faltando estas dos cosas (tristeza según Dios y el sentimiento de vergüenza) el arrepentimiento bien puede ser deficiente.

   *  Romanos 6:12 -- "No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias". Pablo escribe esto a los santos de Roma y a todos los que profesan ser cristianos. Si el pecado sigue reinando en nuestro cuerpo mortal, esto indica que no morimos al pecado.

   * Todo el capítulo tiene que ver con esto: ¿Cuál de los dos amos controla nues­tra vida, el pecado o Cristo? Si el pecado no dejó de reinar en nuestra vida, quiere decir que no hemos muerto al pecado. En­tonces ¿por qué fuimos bautizados? ¿Cuál fue el propósito de este acto?

   * La palabra "concupiscencias" sig­nifica los malos pensamientos y deseos de la carne, los que tuvimos cuando servimos el pecado. Son precisamente las cosas que nos convenía crucificar. A través de estos deseos nos tienta Satanás, Santiago 1:14. Pablo y los otros escritores inspirados nos advierten mucho acerca de ellos.

   * Romanos 13:14 "no proveáis para los deseos de la carne". No proveer, no hacer provisión para satisfacerlos, sino más bien suprimirlos. Es lo que hacen los esclavos del pecado, proveen para los deseos de la carne.

   * Gálatas 5:19-21, "Andad en el Espíritu, y no satisfagáis  los deseos de la carne". No satisfacerlos, sino rehusarlos. Los esclavos del pecado satisfacen los deseos de la carne.

   * Efesios 4:22-32,  "En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hom­bre, que está viciado (se corrompe) con­forme a los deseos engañosos". Despojaos de la vida pasada, quitar la ropa sucia, porque está bien contaminada por los de­seos engañosos. Son engañosos porque prometen felicidad, placer y satisfacción pero no cumplen, sino más bien causan mucha miseria.

   * Colosenses 3:5-10,  "Haced morir...malos de­seos".

   * Tito 2:12 "renunciando a... los de­seos malos".

   * 1 Pedro 2:11 "os abstengáis de los de­seos carnales que batallan contra el alma".

   * 1 Timoteo 6:11, “Huye de estas cosas”. 1 Corintios 6:18, “Huid de la fornicación”.

   * Santiago 1:13, 14, “Que nadie diga cuando es tentado: Soy tentado por[a]Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal[b] y El mismo no tienta a nadie. 14 Sino que cada uno es tentado cuando es llevado y seducido por su propia pasión”.c

   * Romanos 6:17-18, “Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; 18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia”.

 

ESCLAVOS DE CRISTO

   * Hebreos 2:14, 15, Cristo “destruyó por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar  a todos los que por el temor de la muerte, estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre”.

   * El esclavo de Cristo es aquel que se entrega a la voluntad de cristo. 1 Corintios 7:23, “Comprados fuisteis por precio; no os hagáis esclavos de los hombres”.

   * Redimidos por Cristo (libertados del pecado por medio de la muerte de Cristo). 1 Pedro 1:18, 19, “sabiendo que nofuisteis redimidos[a] de vuestra vana manera de vivir heredada de vuestros padres con cosas perecederas como oro o plata, 19 sino con sangre preciosa, como de un cordero sin tacha y sin mancha, la sangre de Cristo”. Efesios 1:7, “En El[a] tenemos redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados según las riquezas de su gracia”. Hechos 20:28, “la iglesia de Dios[b]la cual El compró[c] con su propia sangre”.

   * “No sois vuestros”1 Corintios 6:19, 20, “¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo[a] del Espíritu Santo, que está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros[b]20 Pues por precio habéis sido comprados; por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo [c]y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”.

   *  Romanos 6:8, "Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él".

   * Romanos 6:13, “ni presentéis los miembros de vuestro cuerpo[a] al pecado como instrumentos[b] de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos[c] de justicia”. 

   * Romanos 6:17, 18, “Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; 18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia”.

 

CONCLUSIÓN

   * Romanos 6:21, 22, “¿Qué fruto teníais entonces en[a] aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de esas cosas es muerte. Pero ahora, habiendo sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como resultado la vida eterna”.

   * Romanos 6:23, “Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”.

   * Todo servicio tiene su recompensa. Ahora nos avergonzamos del fruto que lle­vamos cuando vivimos en el mundo. Los que viven en el mundo deben recono­cer que el fruto que llevan es vergonzoso. No deben sentirse nada orgullosos, sino avergonzados. Porque el fin de tal vida es la muerte.

   * Por último, recordando que el fruto que llevamos es la hermosa santificación, debemos amar a Dios y servirle de todo corazón. Como habíamos servido con ganas al pecado, ahora con más entu­siasmo sirvamos al Señor.

   * Porque el gran día de pago viene. Todos recibirán su recompensa (2 Corintios 5:10; 2 Tesalonicenses 1:6-9)