LA MADRE DE SANSON

JUECES 13

 

   JUECES – LIBERTADORES. Dios sacó el pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto y les dio la tierra de Canaán, la tierra que fluía leche y miel. Siendo fieles de Dios recibían toda clase de bendición.

   Pero no destruyeron a los cananeos como Dios les había mandado sino que los imitaba en su idolatría y otras prácticas paganas.

   Por eso Dios permitió que sus enemigos les vencieran y fueron llevados cautivos para sufrir toda clase de aflicción y comenzaron a clamar a Dios pidiendo la libertad de sus opresores.

     Lo mismo sucede con nosotros. Si nos apartamos de Dios y andamos en los caminos del mundo, Dios permite que seamos esclavizados por Satanás (Rom. 6), y es una esclavitud muy opresiva. Muchos claman a Dios deseando alivio de tal opresión.

    Entonces Dios levantó un libertador como Gedeón, Jefté y ahora Sansón. Se llaman “Jueces” pero eran los “libertadores” del pueblo de Israel.

    Entonces cuando obedecemos la perfecta ley de libertad (Santiago 1:25), Cristo es nuestro Gran Libertador y ahora somos esclavos de Él.

 

     Jueces 13:1, “Y los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos del SEÑOR, y el SEÑOR los entregó en manos de los filisteos por cuarenta años."

       Jueces 13:2-5. Un ángel del Señor revela a la esposa de Manoa que su hijo sería “nazareo a Dios que comenzará a salvar a Israel de mano de los filisteos”.

     El voto de Nazareo era una forma de consagración de una mujer hebrea o de un hombre hebreo a Jehová, mediante un voto de cumplir una serie de preceptos de vida.  Las leyes que debían seguir se   encuentran enumeradas en el capítulo 6 del libro de los Números. Los que hacían voto de nazareo estaban obligados a abstenerse de vino y toda bebida alcohólica, y del alimento inmundo y se debían dejar crecer el cabello como señal de su santidad, y se les prohibía acercarse a cualquier cadáver.

 

     Jueces 13:1 El pueblo de Israel eran cautivos de los filisteos por 40 años debido a su apostasía. Dios tenía varias maneras de rescatar su pueblo del cautiverio y en este caso escogió a un hombre llamado Sansón.

     Jueces 13:2, el padre se llamaba Manoa. Su madre había sido estéril, una condición que se consideraba casi como maldición pero Jesús, hablando de Judas, dijo (Marcos 14:21), “Bueno fuera a ese hombre no haber nacido”.

   Esto se puede decir de la gran mayoría de los que nacen porque si nacen para vivir por un tiempo breve en la tierra y luego ser echado al fuego del infierno para un sufrimiento incomparable para siempre, seguramente lo que Jesús dijo de él se puede decir de todos los demás que no son fieles a Dios para escapar el tormento del infierno. “Bueno fuera a ese hombre no haber nacido”.

 

     Su hijo Sansón iba a ser un nazareo y para dar vida y criar a un nazareo ella también debe tomar el voto del nazareo. ¡Qué lección para toda madre! ¿Tú quieres que tu hijo sea completamente consagrado a Dios? Entonces, tú también debes vivir totalmente consagrada a Dios.

     En nombre el voto del nazareo no es parte de la ley de Cristo, pero ¿quién puede negar que toda madre debe ser completamente consagrada al Señor ella misma para poder ayudar a su hijo a cumplir con ese voto sagrado?

 

   Jueces 13:5, desde nacer Sansón era nazareo, porque muy temprano en su vida él comenzaría a salvar a Israel de mano de los filisteos. Lo mismo se puede decir de todo niño que nazca. Sus padres (y en este texto se enfatiza el papel de la madre). La obra de toda madre incluye la instrucción y preparación de su hijo para que pueda conquistar los filisteos que amenacen su vida, su familia y la iglesia.

     Jueces 13:8, Manoa era hombre muy piadoso y juicioso. Él pidió algo importantísimo, de que aquel “varón” (ángel) que prometió el hijo que sería nazareo les enseñara “lo que hayamos de hacer con el niño que ha de nacer.” Desde luego, ahora los padres encuentran esta información y esta instrucción en las Escrituras. Si no lo quieren hacer, ¿será porque no piensan que su hijo será tan importante como Sansón?

 

     Jueces 13 :24, “Y la mujer dio a luz un hijo, y le puso por nombre Sansón. Y el niño creció y Jehová lo bendijo”.

     NO BEBER VINO. El “voto de nazareo” era parte de la ley de Moisés pero este voto requería completa santidad y consagración a Dios y la ley de Cristo requiere lo mismo.

     Hay hermanos que defienden el beber vino y otras bebidas alcohólicas “con moderación” pero el estudio cuidadoso del tema nos convence que el cristiano debe tener la actitud de aquel que tenía voto de nazareo hacia el beber vino. (He preparado un estudio amplio sobre este tema y si quiere recibirlo con gusto se lo mando. El Email mío es waynepartain1@gmail.com).