Notas sobre 1 y 2 Tesalonicenses
Copyright 1996
Derechos Reservados
Por Wayne Partain
Versiones bíblicas citadas
El texto de Tesalonicenses, Versión Valera Revisada (1960)
La Biblia de las Américas (LBLA)
La Versión Valera Revisada (1990)
Versión Moderna (VM)
Versión Hispano-americana (VHA)
Léxicos, diccionarios y Word Studies citados
Greek-English Lexicon of the New Testament por Grimm-Thayer
Diccionario expositivo de palabras del Nuevo Testamento por W. E. Vine (WEV)
Imágenes verbales en el Nuevo Testamento por A. T. Robertson (ATR)
Pequeño Larousse por Ramón García-Pelayo y Gross (Larousse)
Comentarios citados
The Letters of Paul to the Thessalonians, por Raymond C. Kelcy (RCK)
Thessalonians, Corinthians, Galatians and Romans, por J. W. McGarvey (JWM)
Thinking Through Thessalonians, por Wilbur Fields (WF)
1 & 2 Thessalonians, 1 & 2 Timothy, Titus and Philemon, por James B. Coffman (JBC)
New Testament Commentary, 1 and II Thessalonians, por William Hendriksen (GH)
El Nuevo Testamento comentado, por William Barclay (WB)
Nuevo Comentario Bíblico, 1 y 2 a los Tesalonicenses, por F. F. Bruce (FFB)
St. Paul’s Epistles, to the Thessalonians, por R. C. H. Lenski (RCHL)
Comentario Exegético y Explicativo de la Biblia, por Jamisson, Fausset, Brown (JFB)
Ellicott’s Commentary on the Whole Bible, Thessalonians por A. J. Mason (AJM)
Comentario del Nuevo Testamento, por L. Bonnet y A. Schroeder (B-S)
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Introducción
En Hechos 17 Lucas registra el establecimiento de la iglesia en Tesalónica. En el segundo viaje principal de evangelización, acompañados por Silas, Timoteo y Lucas, Pablo respondió al llamado del “varón macedonio” (“Pasa a Macedonia y ayúdanos”, Hech. 16:9), comenzando en Filipos y luego, como dice el cap. 17:1, “Pasando por Anfípolis y Apolonia, llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga de los judíos. 2 Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres días de reposo discutió con ellos, 3 declarando y exponiendo por medio de las Escrituras, que era necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos; y que Jesús, a quien yo os anuncio, decía él, es el Cristo”. Debido a la persecución “los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea” (v. 10). Pronto salieron de Berea también, pero “Silas y Timoteo se quedaron allí” (v. 14).
“Y los que se habían encargado de conducir a Pablo le llevaron a Atenas; y habiendo recibido orden para Silas y Timoteo, de que viniesen a él lo mas pronto que pudiesen, salieron” (v. 15). “Pablo los esperaba en Atenas” (v. 16). Después de predicar en Atenas Pablo salió y fue a Corinto (Hech. 18:1). Después “Silas y Timoteo vinieron de Macedonia” (v. 5).
Según 1:1, Silas y Timoteo estuvieron con Pablo cuando escribió esta carta. En el cap. 3, aprendemos lo siguiente: “1 Por lo cual, no pudiendo soportarlo más, acordamos quedarnos solos en Atenas, 2 y enviamos a Timoteo nuestro hermano, servidor de Dios y colaborador nuestro en el evangelio de Cristo, para confirmaros y exhortaros respecto a vuestra fe, 3 a fin de que nadie se inquiete por estas tribulaciones; porque vosotros mismos sabéis que para esto estamos puestos. 4 Porque también estando con vosotros, os predecíamos que íbamos a pasar tribulaciones, como ha acontecido y sabéis. 5 Por lo cual también yo, no pudiendo soportar más, envié para informarme de vuestra fe, no sea que os hubiese tentado el tentador, y que nuestro trabajo resultase en vano”. Timoteo volvió a Pablo con un reporte alentador: “Timoteo volvió de vosotros a nosotros, y nos dio buenas noticias de vuestra fe y amor, y que siempre nos recordáis con cariño, deseando vernos, como también nosotros a vosotros” (v. 6). Esto indica que esta carta fue escrita durante el tiempo que Pablo estuvo en Corinto. Pablo había procurado visitarles “una y otra vez; pero Satanás nos estorbó” (1 Tes. 2:18). Por esta causa envió a Timoteo para confirmarles, y ahora les escribe estas dos cartas en las cuales él sigue con su trabajo de enseñar, exhortar y animar a los hermanos.
Aunque Pablo comenzó su obra en la sinagoga y “algunos de ellos creyeron”, lo que él dice en 1:9 y en 2:14 indica que la iglesia de Tesalónica estaba compuesta principalmente de gentiles: “os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero”. Tales conversos gentiles ya no eran “extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” (Efes. 2:19, 20). Esta iglesia y las demás establecidas por Pablo eran verdaderamente “iglesias de Cristo” (Rom. 16:16).
En esta carta Pablo enfatiza la diferencia entre el “Dios vivo y verdadero” y los dioses paganos (1:9). El es “Dios y Padre nuestro” (3:11,13). El es la fuente del evangelio (2:9). El “os llamó a su reino y gloria” (2:12). Es el “Dios de paz” que nos santifica “por completo” (5:23).
Esta carta exalta a Cristo como el Hijo de Dios (1:10). Al hablar de Dios el Padre en 1:1; 3:11, también habla del Señor Jesucristo.
Presenta los temas de la segunda venida de Cristo y la resurrección de los muertos: 3:13; 4:13 - 5:11. Cristo resucitará a los hermanos que mueren antes de que los vivos seamos arrebatados para encontrar al Señor en el aire; por eso no debemos entristecernos como los que no tienen esperanza (4:13-18). También enfatiza que “el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche” (5:2). Es interesante observar que a través de la carta Pablo se refiere a la venida de Cristo (1:10; 2:19; 3:13; 4:15-17; 5:23) (RCK).
Pablo los había dejado solos cuando tuvo que huir. Quería visitarles (2:17-19) pero le había sido imposible hacerlo. Entonces Timoteo trajo buenas noticias (3:1-8). De esto Pablo recibió mucho aliento. Escribió esta carta, pues, (1) para expresar su gratitud y gozo por la fidelidad de la iglesia, como también por su lealtad a Pablo, (2) para defender el ministerio de él y sus compañeros en Tesalónica, (3) para animar a los hermanos a que siguieran fieles en medio de sus pruebas, (4) para dar instrucciones sobre varios deberes: que la fe debe obrar, que el amor debe trabajar y que es necesaria la constancia en la esperanza (1:3); que “la voluntad de Dios es vuestra santificación” (4:3-8); “que procuréis tener tranquilidad, y ocuparos en vuestros negocios, y trabajar con vuestras manos” (4:11); no pagar mal por mal, estar siempre gozosos, orad sin cesar, etc. (5:12-22); y (5) para aclarar el asunto de la segunda venida de Cristo (4:13 -- 5:3).
Pablo mostró su gran amor por estos hermanos nuevos, tanto en persona cuando estuvo con ellos, como también en estas cartas. Por ejemplo, “Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida a sus propios hijos … Así como también sabéis de qué modo, como el padre a sus hijos, exhortábamos y consolábamos a cada uno de vosotros” (2:7, 11).
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