1 Tesalonicenses 3

 

3:1  Por lo cual -- véase 2:18; lo que Pablo dice aquí está conectado con los vers. 17-20. En el cap. 2 Pablo no especifica cargos que se hubieran hecho contra él y su ministerio, pero es obvio que está haciendo una defensa. Su amor por estos hermanos se pudo ver en su preocupación por su condición espiritual. En este capítulo sigue esa defensa al hablar del sacrificio personal que hizo por ellos al enviarles a Timoteo.

          -- no pudiendo soportarlo más, (esta frase se refiere a su estado emocional, su preocupación por ellos; “La palabra griega se usa literalmente por vasos impermeables para el agua. Cuando no podíamos contenernos más en nuestro deseo de veros”, JFB) acordamos quedarnos solos (palabra fuerte, como dejados solos por la muerte de un ser querido) en Atenas, (estaba dispuesto a hacer un sacrificio personal por ellos, pues le hacía mucha falta la compañía y ayuda de Timoteo en ese trabajo nuevo y difícil, entre los idólatras que estaban tan alejados del Dios Vivo y en contra del evangelio que Pablo predicaba. Hubiera sido muy bueno tener consigo a varios hermanos para ese esfuerzo. Compárese Hech. 20:4. 

          Todo hermano que ha comenzado la obra en un campo nuevo comprende bien la importancia de tener un compañero. “Y los que se habían encargado de conducir a Pablo le llevaron a Atenas; y habiendo recibido orden para Silas y Timoteo, de que viniesen a él lo mas pronto que pudiesen, salieron”, Hech. 17:15. Cuando Jesús envió a los apóstoles a predicar por toda Judea, los “envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar a donde él había de ir” (Luc. 10:1). Hech. 13: 2, “dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado”. Cuando hubo un desacuerdo entre Pablo y Bernabé, se formaron dos grupos de obreros: Pablo y Silas, y Bernabé y Juan Marcos.

          Hay mucha sabiduría en este plan. Hay hermanos que prefieren trabajar solos, pero muchos textos hablan de la importancia del compañerismo. Obsérvese en las cartas de Pablo cómo tenía en alta estima a sus compañeros.

          Dice Ecles. 4:9, “Mejores son dos que uno (en muchos trabajos, en los viajes, etc.); porque tienen mejor paga de su trabajo (pues cada uno sabe que está ayudando al otro).  10  Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante (Gál. 6:1-3).  11  También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; mas ¿cómo se calentará uno solo?  12  Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto”.

         

3:2  y enviamos a Timoteo -- Lucas no relata la llegada de Timoteo a Atenas, pero lo que Pablo dice aquí en esta carta indica que sí llegó. Dice Hech. 17:15 que los hermanos que llevaron a Pablo a Atenas recibieron orden para Timoteo y Silas de que “viniesen a él lo más pronto que pudiesen” y luego el v. 16 dice, “ Mientras Pablo los esperaba en Atenas ...” Hubo suficiente tiempo para que llegaran, porque en Atenas Pablo obviamente estuvo en varias partes de la ciudad (Hech. 17:16, 23), disputando en la sinagoga y en la plaza “cada día” (v. 17), pronunció un discurso en el Areópago (v. 19-32), y de su obra resultó la conversión de algunas personas (v. 34). Dice Hech. 18:1, “Después de estas cosas, Pablo salió de Atenas”. Hubo tiempo, pues, para que llegaran los hermanos, porque Pablo no tuvo que huir de Atenas.

          -- nuestro hermano, servidor de Dios y colaborador nuestro en el evangelio de Cristo, -- envió para este propósito a Timoteo, un hermano amado y muy apreciado por Pablo, un fiel servidor de Dios; es decir, les envió a uno de los más fieles y capacitados obreros de entre los compañeros de Pablo. (Véase Fil. 2:19-24, “a ninguno tengo del mismo ánimo, y que tan sinceramente se interese por vosotros”). Esto enfatiza su afecto por ellos, y su preocupación por ellos.

          -- para confirmaros y exhortaros respecto a vuestra fe, -- Hech. 14:22. “Confirmar” significa hacer firme, estable, maduro, espiritual. Cada iglesia debe ser confirmada para que pueda funcionar como Dios desea, siempre edificándose en amor, creciendo espiritualmente, enseñando la palabra, evangelizando, refutando el error, practicando la disciplina, etc. Véanse Efes. 4:12-16; Col. 2:6, 7. Pablo dice a Tito (1:5), “Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente”. Entre hermanos nuevos frecuentemente hay deficiencia de conocimiento; a veces tienen ideas o creencias erróneas. Al recién convertido le cuesta trabajo dejar todos los vicios y prácticas carnales. La evidencia de esto se ve claramente en las epístolas inspiradas del Nuevo Testamento, pues contienen mucha exhortación de que nos despojemos de la vida antigua y que nos vistamos completamente de la vida nueva. La palabra santificar quiere decir “apartar”; al bautizarnos en Cristo dejamos el reino de Satanás y somos trasladados al reino de Cristo (Col. 1:13), pero somos nuevas criaturas que tienen que crecer.

          ¿Cómo estaba la iglesia de Tesalónica? Algunos textos indican que andaban bien: 1:3, 6-10; 2:13, 14; 3:6-8; 4:1, 9, 10; 5:11. El 4:1 indica que andaban bien y que sólo deberían continuar como estaban, pero otros textos indican que en esa iglesia (como en todas) había deficiencias: 3:5, 10; 4:3-10, 11-12; 5:14.

 

3:3  a fin de que nadie se inquiete (se engañe, LBLA, margen) por estas tribulaciones; (Efes. 6:10-12) porque vosotros mismos sabéis que para esto estamos puestos.  (Jn. 15:20; 16:1, 2, 33; Hech. 14:22; Rom. 5:3; 8:35-39; 1 Cor. 4:9; 2 Cor. 1:4; 7:4; 2 Tim. 3:12; 1 Ped. 4:12-16). Dios no causa tales tribulaciones, sino que las permite para nuestro propio bien (Rom. 5:3-5; 2 Cor. 12:10; Sant. 1:2-4). Los mundanos persiguen a los cristianos porque las tinieblas aborrece la luz (Jn. 3:19-21).

 

3:4  Porque también estando con vosotros, os predecíamos que íbamos a pasar tribulaciones, como ha acontecido y sabéis. -- Por lo tanto, no deberían pensar que por sufrir tribulaciones Dios no estaba con ellos, sino que, por el contrario, siendo cristianos verdaderos ineludiblemente sufrirían tribulaciones.

 

3:5  Por lo cual también yo, no pudiendo soportar más (la incertidumbre acerca de la condición de ellos), envié para informarme de vuestra fe, -- es decir, de su fidelidad, la fe es invisible, pero se hace visible en las acciones. ¿No se preocupaba Pablo por la condición física de los hermanos perseguidos? Sí, pero la condición espiritual de los santos es de más importancia que su condición física. ¿Cómo sería su fe? Habían aceptado el evangelio en medio de mucha oposición, pero ¿era genuina su fe o habían recibido la simiente como la tierra descrita por Jesús en Mat . 13:5, “parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó”, o como la tierra descrita en Luc. 8:13, “Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan”.

          ¿Cómo está la fe nuestra? La fe es la fuerza que nos mueve y motiva. “Esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe” (1 Jn. 5:4). Si nuestra fe es muy pequeña, nuestro servicio será muy débil y limitado, y fácilmente seremos movidos por todo viento de doctrina y por otras tentaciones del diablo, pero si nuestra fe es grande, nuestra obediencia será aceptable, nuestras obras serán agradables ante los ojos de Dios, y no seremos movidos por las asechanzas del diablo. Todo el mundo actúa, no de acuerdo a lo que profesa creer, sino de acuerdo a lo que verdaderamente cree.

          -- no sea que os hubiese tentado el tentador (Mat. 4:3) Para Pablo Satanás, el tentador, existe; creía en su actividad personal y habló frecuentemente de él como el gran enemigo del alma (Efes. 2:2; 4:27; 2 Cor. 4:4; 12:17; 11:2, 3).Sin duda alguna Pablo sabía que el tentador les había tentado, no sólo a abandonar la fe, sino también a murmurar contra Dios y sus mensajeros, y a concluir que no encontraban en el evangelio la fuerza para soportar tantas pruebas, pero ¿habrían resistido la tentación? La palabra tentador describe el carácter del enemigo de nuestra alma, y también especifica su ocupación (como algunos son mecánicos o carpinteros, él es tentador); seguirá en este empleo hasta la segunda venida de Cristo. Efes. 4:27; 6:11; 2 Tim. 2:26. Se llama Satanás (el adversario), 1 Cor. 5:5; 2 Cor. 2:11; 2 Tes. 2:9. Es el dios de este mundo, 2 Cor. 4:3. Es el príncipe de la potestad del aire (Efes. 2:2), y la cabeza de “los gobernadores de las tinieblas de este siglo ... las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efes. 6:12). Cada día Satanás les tentaba -- como nos tienta a nosotros -- a dejar la fe. Satanás siempre tiene muchos métodos y maquinaciones (Efes. 6:12; 2 Cor. 2:11), y muchos agentes. Entre los hermanos de Tesalónica Satanás obraba por medio de sus amigos paganos, por los judíos, por los falsos maestros y por la severidad del sufrimiento. “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe” (1 Ped. 5:8, 9).

          -- y que nuestro trabajo resultase en vano. – Gál. 2:2; Fil. 2:16. Según el calvinismo todos son predestinados o al cielo o al infierno; si esto es cierto, ¿cómo podría haber trabajado en vano? Pablo no era calvinista.

          Compárese Gál. 4:11, “Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros”. Su trabajo podría ser en vano en cuanto a ellos; es decir, podrían apartarse de la fe y perderse. En otro sentido, sin embargo, nuestro trabajo nunca es en vano: “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano” (1 Cor. 15:58); “Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié” (Isa. 55:10,11). Véanse también 1 Cor. 3:13-15; Ezeq. 3:16-31.

         

3:6 Pero (ahora, LBLA; “justo ahora”, ATR) cuando Timoteo volvió (ha regresado, LBLA) de vosotros a nosotros (Hech. 18:5), y nos dio buenas noticias de vuestra fe (fidelidad, fe obediente) y amor, -- La fe y el amor se conocen por sus acciones: “Y este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado” (1 Jn. 3:23). El carácter del cristiano es conocido por su fe y amor. “En Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor” (Gál. 5:6).

          Los hermanos infieles quebrantan el corazón de los predicadores y otros hermanos fieles que se preocupan por ellos.

          -- y que siempre nos recordáis con cariño, deseando (añorando LBLA) vernos, como también nosotros a vosotros, -- La oposición de los judíos hostiles podía haber causado que los nuevos conversos de Tesalónica se alejaran del evangelio y, por consiguiente, de Pablo y sus compañeros. Si Timoteo les hubiera encontrado alejándose de la fe, no habrían recordado “con cariño” a sus maestros (AJM). ¡Qué buenas noticias, pues, y qué alivio! Como añoraba Pablo a los hermanos con el entrañable amor de Cristo Jesús (Fil. 1:8, LBLA), así también  los tesalonicenses añoraban ver a Pablo. La palabra añorar quiere decir, “recordar con pena la ausencia, o la pérdida de una persona o cosa” (Larousse). La añoranza era mutua entre Pablo y estos hermanos.

 

3:7  por ello (el reporte alentador que Timoteo trajo), hermanos, en medio de (encima de) toda nuestra necesidad y aflicción (preocupación por los tesalonicenses, como también los problemas en Corinto, Hech. 18:5-17) fuimos consolados de vosotros por medio de vuestra fe (fidelidad); -- El consuelo producido por las buenas noticias superaba su “necesidad y aflicción”. El consuelo de Pablo fue grande porque su preocupación por ellos había sido grande también (2 Cor. 11:28). Nunca conoceremos este consuelo a menos que estemos sinceramente preocupados por la fidelidad de alguna(s) iglesia(s). La base de su consuelo fue la fidelidad y constancia de los tesalonicenses. “No tengo yo mayor gozo que este, el oir que mis hijos andan en la verdad” (3 Jn. 4). La fidelidad es el mejor regalo que la iglesia puede dar al predicador.

          El primer reporte que Pablo recibió de Corinto (1 Cor. 1:11) no fue nada alentador, pero al recibir la carta de Pablo los corintios practicaron la disciplina de acuerdo a su enseñanza, y después de esto él fue grandemente consolado (2 Cor. 1:3-7; 7:6, 7).

 

3:8  porque ahora vivimos (nos aviva, florecemos, JFB; estas buenas nuevas nos han consolado y alentado grandemente), si (puesto que) vosotros estáis firmes en el Señor. -- Estas palabras son aun más significativas cuando recordamos que el que habla es un judío (“hebreo de hebreos”, Fil. 3:5) y que está expresando su gran amor por los hermanos gentiles.

          ¿De qué consiste la vida? Luc. 12:15; Heb. 11:26; Col. 3:1-4. Para muchos el ganar dinero o el placer (o la música o el deporte) es su vida. ¿De qué consiste nuestra vida? ¿Del vivir por Cristo y por el progreso de su iglesia? Si los conversos de Pablo seguían fieles, él “vivía”. ¿Qué habría dicho Pablo si estos hermanos hubieran sido infieles?

          -- si estáis firmes en el Señor -- Desde luego, los que están en el Señor son miembros de su cuerpo que es la iglesia. Sin embargo, no pensemos que por ser miembros de alguna congregación que se identifica como “Iglesia de Cristo” ineludiblemente estaremos “en el Señor”. No conviene pensar que la iglesia es una especie de vehículo (como avión o tren) que nos llevará al cielo. Si alguno se siente confiado con respecto a su salvación porque “es miembro de la iglesia correcta”, es posible que no haya apreciado la importancia de nuestra relación con Cristo. Los que son añadidos a la iglesia verdadera son agregados al Señor (Hech. 11:24).

 

3:9  Por lo cual, ¿qué acción de gracias podremos dar a Dios por vosotros, por todo el gozo con que nos gozamos a causa de vosotros delante de nuestro Dios (un gozo nada egoísta, sino completamente espiritual, como si estuviera en la presencia de Dios), -- “¿Qué pagaré a Jehová  por todos sus beneficios para conmigo?” (Sal. 116:12). Parece que esta pregunta indica que aunque Pablo era un hombre bien educado, no tenía palabras adecuadas para dar gracias a Dios por una bendición tan grande. ¿Cuál sería? La fidelidad de los hermanos y su amor por él. Recibió mucho consuelo y está muy agradecido, pero ¿cómo podía “pagar” a Dios por una bendición tan grande? El corazón de Pablo, Timoteo y Silvano estaba lleno y rebosando por haber recibido noticias tan hermosas de Tesalónica, y querían abundar también en su acción de gracias. ¿Es posible que uno tenga amor excesivo, o fe excesiva o gratitud excesiva? No hay peligro de exagerar nuestra expresión de gratitud a Dios.

 

3:10  orando de noche y de día con gran insistencia (intensamente, LBLA; “rebosando por encima de todos los límites”, ATR. Compárese Efes. 3:20), para que veamos vuestro rostro (2:17; Hech. 20:1, 2), y completemos lo que falte a vuestra fe? -- No sólo quería verles, sino que quería suplir toda necesidad espiritual y corregir toda deficiencia. Quería hacer algo por ellos, quería ayudarles. Sin duda entre los hermanos había deficiencias, pues era una iglesia nueva. Al igual que los corintios habrían tenido sus preguntas, dudas e inquietudes. La palabra completemos se usa de remendar redes (Mat. 4:21) y de perfeccionar  a los santos (Efes. 4:12). Los hermanos, por fieles que hubieran sido, tenían poco tiempo en el evangelio y cuesta tiempo aprender y crecer. En Tesalónica, como en cualquier congregación, Pablo quiere “que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos” (1 Tes. 5:14). En realidad por más fieles que sean los más maduros, Pablo quiere que todos abundemos más y más (Efes. 4:1, 10).

 

3:11  Mas el mismo Dios y Padre nuestro, y nuestro Señor Jesucristo,  dirija (lit., hacer derecho) nuestro camino a vosotros. -- Pablo usa un verbo singular; no  dice dirijan sino dirija. Compárese 2 Tes. 2:16, 17, “Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia, conforte vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra”; no dice conforten sino conforte, verbo singular. Esto bien ilustra la perfecta unidad de la Deidad.

 

3:12 Y el Señor os haga crecer y abundar en amor -- agape, el amor más alto, es el amor que Dios tiene por todos los hombres (Jn. 3:16). Es el amor que busca el bienestar físico y espiritual de todos. El hombre no nace con este amor, sino que lo obtiene sólo por medio de ser transformado por el evangelio.

          -- unos para con otros (Jn. 13:34, 35) y para con todos (Mat. 5:44-48; Gál. 6:10), como también lo hacemos nosotros para con vosotros, -- Toda iglesia del Señor debe recordar todos los textos en los cuales el Espíritu Santo habla de la relación correcta que los cristianos deben tener los unos con los otros: Rom. 12:5, 10; 15:7, 14; 16:16; 1 Cor. 12:25; Gál. 5:13, 15, 26; 6:2; Efes. 4:2, 32; Col. 3:13; 1 Tes. 4:18; 5:11; Heb. 3:12; 10:24; Sant. 4:11; 5:9, 16; 1 Ped. 3:8; 4:8.

 

3:13  para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles (1:10; 5:23; Fil. 2:15; 3:6; no expuesto a censura, 1 Tim. 3:2; no dando ocasión de tropiezo, Fil. 1:10) en santidad delante de Dios nuestro Padre (quien no sólo conoce los hechos de todos, sino que también escudriña el corazón), en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos (ángeles: Mat. 25:31; Mar. 8:38; Luc. 9:26; 2 Tes. 1:7; discípulos: 1 Tes. 4:14).

 

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