Levítico 16

 

 Introducción.

      A. El día de la expiación, la ocasión más solemne del año.

      B. El tiempo señalado: ver. 29, "En el mes séptimo, a los diez días del mes".

      C. En esta ocasión los pecados de toda la nación eran confesados y expiados en el Lugar Santísimo (detrás del velo).

      D. Otros textos que estudiar sobre este tema: Lev. 23:26-32; Núm. 29:7-11.

 

      16:1 -- "Nadab y Abiú" (10:1, 2). La re­ferencia a estos dos sacerdotes dio más solemnidad a estas instrucciones. El ejemplo de ellos sirvió de advertencia para los demás.

 

      16:2 -- "no en todo tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante del propi­ciatorio que está sobre el arca, para que no muera".

      A. El Lugar Santísimo, detrás del velo, era un lugar muy especial, "porque yo apareceré en la nube sobre el propiciato­rio". Solamente el sumo sacerdote podía entrar allí y él no podía entrar según su gusto, sino solamente entraba una vez por año, o sea en el día de la expiación.

      B. Esta restricción tenía el propósito de inculcar temor reverente en los sacerdotes y en el pueblo. El entrar en la presencia de Dios requería y requiere solemnidad y reverencia, como también la santidad.

 

      16:3 -- "Con esto entrará Aarón en el santuario".

      A. Aarón no podía entrar en el san­tuario con las manos vacías. Si hubiera en­trado en el santuario (el Lugar Santísimo) a la hora que él quisiera, o sin la sangre de expiación, hubiera muerto.

      B. Heb. 9:11, 12 dice que "Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros ... y no por sangre de machos cabríos ni de bece­rros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención". Cristo no entró "en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora por nosotros ante Dios; y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacer­dote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se pre­sentó una vez para siempre por el sacrifi­cio de sí mismo para quitar de en medio el pecado" (Heb. 9:24-26).

      C. Aarón entraba "con un becerro para expiación, y un carnero para holocausto" para hacer expiación por sí mismo y por su casa (ver. 6).

 

      16:4 -- "Se vestirá la túnica santa de lino", todo de lino. En este día no llevaba el vestuario elegante de sumo sacerdote (con efod, piedras preciosas, etcétera). Compárese la humillación de Jesús para hacer expiación por nuestros pecados, Fil. 2:6-8; Heb. 2:14-17.

      -- "Son las santas vestiduras". El color blanco simbolizaba la santidad y la gloria.

      -- "con ellas se ha de vestir después de lavar su cuerpo con agua", y no solamente sus manos y pies.

 

      16:5 -- Núm. 29:7-11 da un buen re­sumen de los sacrificios especiales del día de la expiación. En ese día estaba muy ocupado el sumo sacerdote. Obsérvese lo que él solo tenía que hacer en ese día.

 

      16:6 -- "Y hará traer Aarón el becerro de la expiación que es suyo, y hará la recon­ciliación por sí y por su casa".

      A. La palabra "reconciliación" debe ser "expiación" (véase La Biblia de las Améri­cas).

      B. Heb. 7:27, 28 dice que Cristo "no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sa­crificios por sus propios pecados ... la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres" (hombres que pecan).

      C. Jesús guardó perfectamente la ley de Moisés, pero nunca ofreció un sacrificio por los pecados porque nunca pecó (Heb. 4:15; 7:26; 1 Ped. 2:21, 22).

 

      16:8 -- "Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos".

      A. Las "suertes" eran de madera, piedra, metal y más tarde de oro.

      B. Prov. 16:33 dice, "La suerte se echa en el regazo; mas de Jehová es la decisión de ella". Hech. 1:24-26 demuestra esto: "les echaron suertes" después de orar di­ciendo, "Tú, Señor, que conoces los cora­zones de todos, muestra cuál de estos dos has escogido". De esta manera el pueblo dejó que Dios escogiera a Matías.

      C. "Azazel" significa "remoción". El pecado tenía que ser removido, quitado de en medio de ellos.

          1. La misma idea se encuentra en la palabra "remitir", Hech. 2:38.

          2. Cristo "llevó el mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero" (1 Ped. 2:24). Isa. 53:4 dice, "Ciertamente llevó él nuestra enfermedad". El gran acto de Jesús fue prefigurado por este macho cabrío que "llevará sobre sí todas las ini­quidades de ellos a tierra inhabitada" (ver. 22).

      D. Se requerían dos animales para efectuar la expiación. Era imposible com­binar en un solo animal todos los factores o elementos necesarios para hacer la ex­piación. Un animal era sacrificado y el otro era enviado al desierto y suelto. El tipo requería dos animales, pero el antitipo requería solamente un sacrificio perfecto: Jesucristo.

 

      16:13 -- "el propiciatorio", (Ex. 25:17-22), la cubierta del arca del pacto, el lugar donde se obtenía la misericordia. Com­párese Heb. 9:5, Cristo es nuestro "propiciatorio" (propiciación, Rom. 3:25; Heb. 2:17; 9:11-14; 1 Jn. 2:2; 4:10). Por medio de su sacrificio Dios nos mira con misericordia y nos perdona si le obedece­mos.

      -- "la nube del perfume cubrirá el propi­ciatorio que está sobre el testimonio, para que no muera". Solamente de esta manera podía Aarón estar en la presencia de Dios. Otra vez se demuestra lo serio y solemne de estar en la presencia de Dios.

 

      16:15 -- "por el pecado del pueblo" de Is­rael. Cristo murió para expiar los pecados de todos los hombres de todas las na­ciones, 1 Jn. 2:2.

 

      16:16 -- "purificará el santuario" por causa del contacto con hombres pecaminosos ("hombres débiles", Heb. 7:27, 28, se refiere a los sumos sacer­dotes). El tabernáculo había de purifi­carse por residir "entre ellos en medio de sus impurezas".

 

      16:17 -- "Ningún hombre estará en el tabernáculo de reunión cuando él entre a hacer la expiación ..."

      A. Como el sumo sacerdote estaba solo cuando entró en el Lugar Santísimo para expiar pecados, así también Cristo estaba solo en el gran acto de morir en la cruz para expiar los pecados del mundo. Si dos de los apóstoles de Jesús hubieran sido crucificados con El (en lugar de dos ladrones), ¿cuántos dirían que la sangre de ellos también era parte de la expiación por los pecados? Aunque se entienda per­fectamente la naturaleza solitaria de la muerte de Cristo, aun así, muchos han querido elevar a María como diosa y al apóstol Pedro como "Papa" de la iglesia. Cristo solo murió para expiar los pecados del mundo, y Cristo solo es el Sumo Sa­cerdote y Cabeza de su iglesia.

      B. Todo el pueblo estaba afuera aguardándolo. Asimismo Cristo entró en el Lugar Santísimo (el cielo mismo) con su propia sangre para hacer expiación por nuestros pecados, y nosotros aguardamos su retorno (Heb. 9:26-28; 1 Tes. 1:10).

 

      16:21 -- "Y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel ..."

      A. En los otros sacrificios el adorador "pondrá su mano" (singular) pero en esta ocasión "pondrá Aarón sus dos manos ..."

      B. Al confesar sobre él todas las iniquidades del pueblo, el pueblo podía descargar sobre el animal todos sus pecados y luego removerlos a un lugar desierto al enviar al desierto el animal sobre el cual cayera la suerte de Azazel.

      C. Si algún israelita dijera, "no veo propósito alguno en este acto", se hubiera quejado contra la sabiduría y misericordia de Dios. Asimismo, en la actualidad, si alguno se queja contra el plan de Dios para nuestra salvación (por ejemplo, contra el bautismo para remisión de pecados), se queja contra la sabiduría y misericordia de Dios.

 

      16:22 -- "Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos a tierra inhabitada; y dejará ir el macho cabrío por el desierto".

      A. Así pues había dos acciones muy importantes: Aarón rociaba la sangre del macho cabrío sobre el cual cayó la suerte de Jehová sobre el propiciatorio y delante del propiciatorio (ver. 15), y luego cuando todos los pecados del pueblo fueron con­fesados sobre la cabeza del macho cabrío sobre el cual cayó la suerte de Azazel, éste era enviado al desierto llevando sobre sí todas las iniquidades de los hijos de Israel.

      B. El animal llevado al desierto no podía volver. Los pecados que Dios per­dona son borrados y olvidados (Heb. 8:12; Isa. 38:17; Miqueas 7:19; Sal. 103:11, 12).

 

      16:24 -- "Lavará luego su cuerpo con agua ..." Había muchos lavamientos en el día de la expiación: el sumo sacerdote, vers. 4, 24; "el que hubiere llevado el ma­cho cabrío a Azazel", ver. 26; el que quemó los animales cuya sangre fue ro­ciada en el santuario, ver. 28:

 

      16:29 -- "En el mes séptimo, a los diez días del mes". Según 23:24, el primero del mes era la Fiesta de Trompetas. Entonces seguía el Día de la Expiación (el día décimo), y luego el día 14, la Fiesta de los Tabernáculos.

      -- "afligiréis vuestras almas". No ha­llamos este mandamiento dado en otra ocasión. Sal. 35:13 dice, "Afligí con ayuno mi alma". La palabra "ayunar" aparece por primera vez en la Biblia en Jueces 20:26. Se entendía la expresión "afligir vuestra alma" como incluyendo el ayunar. Desde luego, la expresión requería la humildad, el arrepentimiento y, en fin, un corazón completamente preparado para la ex­piación de los pecados.

      -- "el extranjero", recuérdese Ex. 12:38, 48.

 

      16:31 -- "Día de reposo es para vosotros", no obstante el día de la semana. El día de la expiación caía siempre en el décimo día del séptimo mes y, por lo tanto, podía caer en cualquier día de la semana, del primer día hasta el séptimo. Si el día de la ex­piación cayera en el día lunes, ese lunes era "día de reposo"; lo mismo si cayera en martes, miércoles, etcétera.

 

 

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