Mateo 25
25:1 Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, {Luc. 12. 35.} salieron a recibir al esposo. – “Alusión a una costumbre del Oriente. Las bodas se celebran de noche; el novio se traslada por la tarde, al resplandor de las antorchas, a la casa de su novia, para tomarla por esposa y conducirla a su casa. Las amigas de la boda que rodean la novia salen al encuentro del novio a su llegada, y toman parte en las ceremonias del casamiento, lo mismo que en el banquete que tiene lugar en casa del esposo” (B-S).
-- lámparas, "lampas, denota una antorcha ... frecuentemente alimentada, como una lámpara, con aceite procedente de un pequeño recipiente utilizado para este propósito ... contenían poco aceite y necesitaban de frecuente rellenado" (WEV); literalmente “antorchas” Jn. 18:3.
25:2 Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. – No se califican como buenas y malas, sino como insensatas y prudentes. Compárese Mat. 7:24-27, sabios e insensatos. No hay significado en los números, es decir, no se debe concluir que la mitad de los cristianos no estarán preparados, pero lo que se puede concluir es que algunos que profesan ser cristianos no están preparados porque no se han transformado a la semejanza de Cristo (Rom. 8:29; 12:1, 2; 2 Cor. 3:18; Efes. 4:22-32), haciendo las obras correspondientes. No poseen las cualidades de carácter descritas en Mat. 5:3-9. No llevan el fruto del Espíritu (Gál. 5:22, 23).
25:3 Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; -- Esta parábola enseña que es posible que la preparación de algunos no sea adecuada. En los versículos anteriores (24:44-51) Jesús ha recalcado la necesidad de estar preparados, y en esta parábola de las diez vírgenes da un ejemplo de la preparación no adecuada. También enfatiza que vendrá el tiempo cuando será imposible hacer preparación.
Las insensatas tenían aceite solamente para una profesión de fe. Tenían aceite para ser miembros. Tenían aceite para llamarse "cristianos", "hermanos", etc. Tenían aceite para participar de la cena del Señor y para ofrendar, pero no tomaron consigo aceite de cambio de carácter ni de las obras que lo demostraban. Tales miembros tienen la luz de profesión, pero no son la luz del mundo (Mat. 5:13-16). No son verdaderos luminares (Fil. 2:15, 16). Tales personas no pueden resistir las tentaciones y pruebas de la vida Mat. 13:23.
De esta manera manifestaron su desprecio de las bodas. No eran muy importantes para ellas. Por alguna razón éstas no compraron aceite para sus lámparas para poder entrar y participar en la celebración. Hubiera sido inconveniente para ellas comprar aceite. No había tiempo. Quizás no había ni siquiera el deseo de hacerlo. No les faltó oportunidad. No les fue imposible, sino que simplemente lo descuidaron.
25:4 mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. – Cada una de las vírgenes tenía su propia antorcha, pero les convenía tener aceite adicional en vasijas para estar seguras de que no se apagara su luz. Las prudentes son las que buscan “a Jehová mientras puede ser hallado”, y le llaman “en tanto que está cercano" (Isa. 55:6). Aprovechan el tiempo que Dios nos da para prepararnos. "Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar" (Jn. 9:4). "Andad entre tanto que tenéis luz, para que no os sorprendan las tinieblas" (Jn. 12:35).
25:5 Y tardándose el esposo, -- Pedro explica cómo los burladores dicen que la demora del Señor es prueba de que no vendrá, pero en seguida Pedro explica la razón verdadera (2 Ped. 3:4, 9, 15). Esta parábola habla de estar preparados para “recibir al esposo” el cual tarda en llegar (compárense 24:48; 25:19). Es una parábola muy práctica para nosotros puesto que la iglesia es la esposa de Cristo (2 Cor. 11:2, 3; Efes. 5:25-27; Apoc. 19:7-9. Cristo nos invita a participar del gozo de esta relación con El ahora y el gozo de recibir al Señor cuando venga. Solamente los preparados podrán participar de ese gozo eterno.
-- cabecearon todas y se durmieron. 6 Y a la medianoche (a la hora menos esperada, v. 13; 24:36, 42, 44, 50; 1 Tes. 5:1-8) se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! -- ¡Cuán terrible será este grito para los no preparados cuando Cristo venga! Habrá mucho remordimiento y mucha angustia entre los no preparados.
25:7 Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. -- Esto ilustra cómo los hombres comúnmente toman mucho interés en estar preparados cuando saben que van a morir. Cuando Cristo venga no habrá tiempo para hacer nada.
25:8 Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan.-- Durante la vida los miembros de la iglesia que son indiferentes y mundanos desprecian la preparación cuidadosa hecha por los fieles, creen que éstos son muy estrictos y aun les llaman fanáticos, pero cuando el Señor venga van a querer una porción de ese aceite que habían despreciado. Son como Balaam quien decía, "Muera yo la muerte de los rectos, y mi postrimería sea como la suya" (Núm. 23:10), pero el problema fue que este profeta no quería vivir la vida del recto, sino que amaba el premio de la maldad.
Ahora se puede ver que no eran todas iguales. Parecieron iguales por un tiempo, pero ahora se ve la diferencia. Al principio todas las diez tuvieron aceite en sus lámparas, pues estaban todas encendidas, pero la insensatez consistía en que cinco de ellas no llevaban provisión adecuada. Muchos textos hablan de la necesidad de seguir fieles y crecer después de obedecer al evangelio, Mat. 5:10-12; 10:34-37; 13:20-23; 1 Cor. 9:27; 1 Ped. 1:7; 4:12; 2 Ped. 1:5-11.
Esta parábola bien ilustra el peligro del "servicio mínimo" que ofrecen al Señor. "¿Es pecado si no asistimos a todas las reuniones?" "¿Cuánto tenemos que ofrendar?"
25:9 Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas". La Versión RVR es la correcta, porque el griego no indica una negativa abrupta como indica LBLA ("No, no sea que"). La preparación es un deber individual. Nadie lo puede hacer por nosotros. No se puede "prestar", porque no le sobra a nadie la fidelidad. Luc. 17:10, "Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos".
Nadie puede ser bautizado por otros, ni asistir por otros, ni tomar la cena por otros, ni orar por otros, ni visitar a los enfermos por otros, etc. Cada quien tiene que desarrollar el carácter de cristiano (Mat. 5:1-12; 2 Ped. 1:5-11; Gál. 5:22, 23; Efes. 4:22-32; 2 Cor. 3:18; Rom. 8:29). Por lo tanto, cada quien tiene que "ir y comprar" la preparación para sí mismo. Prov. 23:23. Rom. 14:12; 2 Cor. 5:10.
Los prudentes siempre están diciendo a los imprudentes: "Id a los que venden, y comprad ahora; no esperen hasta que sea demasiado tarde".
25:10 Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. – bodas, es decir, "banquete de bodas", LBLA, pero la palabra "banquete" se escribe en letra cursiva indicando que no es palabra griega. Compárese Mat. 22:2-4. Los novios no salían en viaje de bodas (de "luna de miel"), sino que se quedaban en su casa y por una semana entera celebraban sus bodas con sus familiares y mejores amigos quienes los trataban como si fueran un príncipe y una princesa. Era la semana más feliz de sus vidas. "Esta parábola encierra por lo menos dos advertencias universales. (1) Nos advierte que hay ciertas cosas que no se pueden obtener a último momento. Ya es demasiado tarde para que el estudiante prepara sus exámenes cuando ha llegado el momento de rendirlos. Cuando a un hombre le ofrecen un trabajo ya es demasiado tarde para adquirir una habilidad o capacidad. Lo mismo sucede con nosotros y Dios ... (2) Nos advierte que hay ciertas cosas que no se pueden pedir prestadas. Las vírgenes necias no pudieron pedir aceite prestado cuando descubrieron que lo necesitaban. El hombre no puede pedir prestada una relación con Dios; debe poseerla..." (WB).
Reconocieron su error, aceptaron el buen consejo, "iban a comprar". Pero, y aquí está un "pero" espantoso y triste: "Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo ... y se cerró la puerta". Este texto presenta el cuadro de los que estarán casi salvos, pero totalmente perdidos. Compárese Mat. 7:22.
Debemos agregar otro pensamiento: la puerta cerrada no solamente excluye a los que no están preparados, sino también indica la seguridad de los que están adentro. Adán y Eva estuvieron por un tiempo en un paraíso, pero el hogar celestial es eterno, del cual nadie saldrá. "Las que estaban preparadas entraron con él a las bodas". Compárese Apoc. 19:18. Por lo tanto, Ecles. 9:10, "Todo lo te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría”.
25:11 Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! 12 Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. {Luc. 13:25; Mat. 7:23; 2 Tim. 2:19; conocer significa "aprobar"} 13 Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir. -- Las vírgenes insensatas habían cerrado la puerta en sus propias caras cuando decidieron que no valía la pena comprar aceite para sus lámparas. Los perdidos pueden culpar a todo el mundo menos a sí mismos por su condición, pero ¡ellos mismos y nadie más tienen la culpa!
25:14 Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. -- Compárense 24:48, "tarda en venir" y 25:5 "tardándose el esposo". En las tres parábolas estaba ausente el hombre principal. La prueba verdadera de la fidelidad es lo que se hace durante la ausencia del hombre principal. Los siervos eran esclavos, pero hombres capacitados.
25:15 A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. – ¿Qué eran talentos? El ver. 18 dice, "dinero". Negociaron con ellos para ganar otros talentos. "Talanton, originalmente una balanza, luego, un talento en peso, era por ende una cantidad de dinero en oro o plata equivalente a un talento ... En tiempos del NT el talento no era un peso de plata, sino el talento romano-ático, que equivalía a 6.000 denarios o dracmas" (WEV). Véase Apoc. 16:21, la palabra "talento" usada como un peso. El denario era el sueldo para el trabajo de un día. "Fig. Aptitud natural para hacer alguna cosa" (Larousse).
-- a cada uno conforme a su capacidad -- El "talento" no representa habilidad o capacidad, sino la oportunidad y responsabilidad de obrar conforme a su capacidad. Algunos esclavos eran artesanos. “Trench: ‘En la antigüedad los esclavos eran con frecuencia artesanos, o se les permitía ocuparse libremente en negocios de otra clase, pagando, según se arreglaba frecuentemente, una suma fija anual a su amo; o se les confiaba dinero para hacer negocios por cuenta suya, o con que aumentasen sus negocios, pagando a su amo una parte de sus ganancias’” (JAB).
Sin embargo, otros textos sí dicen que el Señor da dones naturales y sobrenaturales. Todo cristiano tiene algún talento, es decir, alguna habilidad y oportunidades para usarla en el servicio de Dios. También se puede agregar que el Señor nos ha entregado (confiado, encomendado) nuestra propia vida, la salud, la mente, la fuerza física, el tiempo (Efes. 5:17), los recursos materiales, en fin, toda bendición espiritual y material, para que llevemos a cabo su obra.
25:16 Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. 17 Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos. – Hay mucha fuerza en el dinero y también hay mucha fuerza en los talentos que Dios nos da, pero es necesario "trabajar" con ellos. Negoció, literalmente trabajad. Mat. 25:1-13 enseña que debemos velar y 25:14-30 explica que velar equivale a trabajar (21:28). Los dones de Dios no son para nuestro orgullo y vanidad, sino para ser usados en su obra. 1 Cor. 4:7. Dios trabaja en nosotros, Fil. 2:13.
Muchos textos enseñan que Dios ha bendecido a sus hijos con una variedad de "talentos", y espera que seamos fieles en su uso (p. ej., Rom. 12:6-8, 1 Cor. 12:14-31; 1 Tim. 4:7; 2 Tim. 1:6; 1 Ped. 4:10). Todos reciben por lo menos "un talento". Le dio conforme a su capacidad, es decir, todo lo que podía usar. Debemos usar fielmente el talento que recibimos (Ex. 4:2; Hech. 3:7; Mar. 14:8; Hech. 4:36). Los siervos que recibieron cinco talentos y los que recibieron dos talentos trabajaron diligentemente pensando en su responsabilidad, recordando que un día el señor volvería y que les llamaría a cuentas. De esta manera duplicaron sus talentos.
25:18 Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. – Algunos tienen más alto concepto de sí que el que deben tener (Rom. 12:3), pero muchos desprecian los talentos que tienen. ¿Por qué? Para no cumplir con la responsabilidad. No podemos engañar al Señor. El juicio no será de acuerdo a lo que pensemos o digamos acerca de nuestra responsabilidad, sino de acuerdo a lo que el Señor sabe. El tiene perfecto conocimiento de nuestros talentos y seremos juzgados por el conocimiento de El y no por el dicho de nosotros.
25:19 Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. –
Mucho tiempo significa mucha oportunidad. Todos daremos cuenta al Señor, 2 Cor. 5:10. Otros textos se refieren a la práctica de arreglar cuentas, 18:23; 21:34; Luc. 19:15.
25:20 Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos.
-- me entregaste -- Este siervo entendía que él solo no pudiera haber hecho nada. Reconocía que hacía el papel de mayordomo, trabajando con los bienes de otro.
--Mira, he ganado otros cinco talentos (LBLA). Los calvinistas desprecian las "obras", diciendo que éstas no tienen nada que ver con la justificación, que todas las obras quedan excluidas. Predican que somos salvos por la gracia sola y por la fe sola, pero Jesús nunca habló así. Cuando el señor de estos siervos volvió y les llamó a cuentas, había mucho gozo por causa de lo que habían hecho los siervos de cinco y de dos talentos. Desde luego, lo que tenían era lo que les fue dado. No parece que esos siervos tuvieran talentos propios, sino que el señor tuvo que entregarles esos talentos. Esto bien ilustra la gracia de Dios. El provee la salvación. Pero el hombre tiene que poner su parte. Tiene que "trabajar" (negociar) con lo que Dios le da, y en el juicio final dará cuenta de lo que haya hecho (2 Cor. 5:10). Será juzgado por sus "obras" (Apoc. 20:13).
Este siervo dice con entusiasmo, “¡Mira!”. Compárese Mar. 13:1, "Maestro, ¡mira qué piedras y qué edificios!" La palabra idou, traducida "mira", es una interjección y en estos textos indica ánimo y entusiasmo. ¿Temía este siervo la venida del señor? No, sino que con mucho gusto presentó el aumento a su señor. Se puede decir que él amaba la venida de su señor (2 Tim. 4:8). No se escondió con miedo. No tenía vergüenza de lo que había hecho. No estaba temblando con temor, sino que con alegría y entusiasmo llamó la atención del señor a lo que había hecho, diciendo, "Mira, señor, aquí en esta bolsa están los cinco talentos que me entregaste y aquí en esta otra bolsa están los otros cinco talentos que yo he ganado con tu dinero".
Los apóstoles recibieron "cinco talentos" del Señor y le entregaron "otros cinco" en su servicio fiel. Así también muchos otros cristianos usaron bien los talentos que el Señor les dio, no solamente fieles evangelistas como Esteban, Felipe, Timoteo y Tito, sino también otros miembros -- hombres y mujeres – como Aquila y Priscila, Onesíforo, Epafras, Febe, Dorcas, la casa de Estéfanas, Demetrio, etc.
El señor ha confiado o encomendado el evangelio a su iglesia ("columna y baluarte de la verdad") y espera que seamos fieles y cumplidos. El espera que retengamos la forma (el patrón) de palabras sanas con respecto a la iglesia (su culto, edificación, gobierno, y obra), y nos llamará a cuentas cuando vuelva.
25:21 Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. -- Bien, es decir, "Bien hecho", excelente; "fiel", es decir, confiable y cumplido; "entra para compartir la felicidad de su señor". Los que aceptan su responsabilidad y la cumplen serán recompensados. Los fieles no fueron recompensados y exaltados por causa de tener más talentos, sino por ser más cumplidos en el uso de ellos. El número de talentos que cada uno ganara no era la base de su recompensa, sino más bien cada uno era recompensado de acuerdo a su fidelidad.
25:22 Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. 23 Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. – Este texto duplica el anterior (vers. 20, 21) con la única excepción de que éste recibió solamente dos talentos. El señor recompensó a este segundo siervo de la misma manera en que recompensó al primero, porque tanto el segundo como el primero duplicó sus talentos. Los dos eran fieles al grado máximo. Nadie puede exceder el ciento por ciento en su fidelidad. Estos tres (el señor y estos dos siervos fieles) compartían una felicidad grande.
25:24 Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; -- skleros, compárese la palabra "arteriosclerosis", endurecimiento de las arterias. Faraón era duro y cruel en su tratamiento de los israelitas (Ex. 5:7, 8). Roboam era duro y cruel con el pueblo (1 Reyes 12:12). ¿Por qué acusa este siervo a su señor de esta manera? Es probable que este siervo describió a sí mismo al atribuir estas características a su señor. Muchos culpan a otros de ser como ellos mismos. Dijo que sabía que su señor era duro, cruel, exigente y egoísta, sacando ganancia del trabajo de otros y que, por eso, temía invertir el talento de su señor en los negocios, porque si ganaba algo, el señor se lo llevaría todo, y si perdiera el talento, entonces el señor lo castigaría. ¿Cuál es la conclusión de esta acusación? Obviamente este siervo se sentía justificado en lo que hizo. Creía que él mismo era inocente, que no tenía culpa alguna, que su señor tenía la culpa. Creía que su conducta era justificable, que la única alternativa que le quedaba era esconder el talento en la tierra para después entregarlo al señor. Tal vez creía que el señor debiera pedirle disculpas y darle gracias. La acusación era falsa. Véanse los vers. 22, 23.
Nuestro concepto de Dios tiene mucho que ver con nuestro cumplimiento o incumplimiento de su voluntad. Para “justificar” (disculpar) la desobediencia muchos critican a Dios, diciendo que El permite guerras y mucho sufrimiento, injusticias, etc. Otros quieren justificar su negligencia diciendo, "Si Dios me hubiera dado el talento o el dinero que dio al hno. Fulano, yo también habría hecho grandes cosas por El".
La excusa de muchos (la "razón" según ellos) para justificar su incumplimiento del deber es que el discipulado es duro, exigente, y vienen persecuciones y tribulaciones. Directa o indirectamente acusan a Dios de ser injusto.
Recuérdese que este hombre de un talento aceptó el dinero del señor, y al hacerlo aceptó también su responsabilidad. Por esa razón estaba sin justificación alguna. No obedecemos al Señor con ojos cerrados. Mat. 5:10-12; 10:34-37; 16:24; Luc. 14:33; 1 Cor. 9:27; 2 Tim. 3:12.
Los infieles culpan a la iglesia, al predicador, o a cualquier miembro. Esto se llama "transferir culpa"; los que usan esta táctica quieren transferir la culpa de sí mismos a otros. Las excusas comunes hechas por la gente hoy en día son tan insensatas como la del hombre de un talento: "Cuando yo era niño, mis padres me obligaron a asistir a las reuniones de la iglesia y, por esa causa yo estoy resentido y ellos tienen la culpa". Otra táctica común es que se dice "Sí, tengo culpa, pero usted también tiene culpa" (a veces se dice, "Usted es peor que yo"). El punto es que la respuesta insensata del hombre de un talento bien tipifica o representa todas las excusas necias que se hacen para no ser fieles (compárese Luc. 14:18-20.
25:25 por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. --
Al cavar en la tierra para sepultar su talento, también se sepultó a sí mismo. ¿Tuvo miedo de qué? Era muy valiente para acusar al señor de ser injusto. ¿Tuvo miedo de equivocarse? ¿Tuvo miedo de fallar? Su respuesta indica que él temió invertir el dinero por temor de que se perdiera y entonces sería castigado por el señor. ¿Por qué no temió esconder el dinero en la tierra? ¿No había riesgo de que alguien descubriera el dinero? ¿De quién era el dinero? El siervo reconoció que el dinero era del señor. Dijo, "aquí tienes lo que es tuyo". Era del señor y le fue dado para ser invertido; por lo tanto, no tenía el derecho de hacer otra cosa con él, mucho menos de esconderlo en la tierra. Hay peligro de que los siervos de Dios dejen de cumplir con sus responsabilidades debido al temor de fallar. La falta de hacer la obra personal se debe a veces al temor de ser rechazado, o al temor de no poder contestar algún argumento. El rechazamiento es una forma de persecución que el discípulo de Cristo debe estar dispuesto a sufrir. Según el ver. 19 él tenía "mucho tiempo" para arrepentirse, pero no lo hizo. La demora del Señor es misericordia (2 Ped. 3:15).
25:26 Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. – Era "malo y negligente" (lo opuesto de "buen siervo y fiel") por no ser cumplido en su responsabilidad. No fue condenado por no traer otros dos o cinco talentos. Si hubiera traído otro talento, con eso habría sido fiel. También era malo por mentir y calumniar al señor. El señor no admitió que él era culpable de lo que se acusaba, sino que repite estas palabras para que el siervo se condenara solo. ¿Hasta cuándo aprendió éste que su excusa no valía? Sin duda se convenció solo que estaba bien. Aunque era negligente, él mismo se sentía satisfecho porque creía que era justificado en no negociar para ganar otro talento. ¿Le dio el señor otra oportunidad a este siervo para serle fiel?
La palabra "negligente" (okneros) se traduce "perezoso" en LBLA. La Versión Valera Revisada 1960 la traduce "perezosos" en Rom. 12:11. Compárense 2 Tes. 3:11; Heb. 6:12; Prov. 6:6-10; 10:5; 13:4; 15:19; 18:9; 19:15, 24; 20:4, 13; 21:25; 23:21; 24:30, 31; 26:16; Ecles. 10:18. El siervo de un talento no quería molestarse con el trabajo que le fue encomendado. Véase Jueces 5:23, "Maldecid a Meroz ... porque no vinieron al socorro de Jehová contra los fuertes"; se condenaron por lo que no hicieron. 1 Tim. 4:14, "No descuides el don que hay en ti"; 2 Tim. 1:6 "te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos". Pablo no dijo que Timoteo debería pedir más dones, sino que debería avivar el fuego del don que tenía y no descuidarlo.
Este siervo fue condenado por su propia boca. Si lo que dijo era cierto, entonces ¿cuánto más le convenía cumplir con su deber?
25:27 Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. – No hubiera corrido riesgo al hacer esto.
25: 28 Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. – ¿Fue injusto esto? ¿Estaba quitando dinero al pobre para dárselo al rico? Si descuidamos nuestras oportunidades las perdemos. Jn. 9:4; 12:36. Perdió aun lo que tenía (su un solo talento). Es necesario usar lo que tenemos, porque si no lo usamos, lo perdemos.
-- y dadlo al que tiene diez talentos, para que pudiera sobreabundar en talentos y bienes (Deut. 28:11).
¿Era justo darlo al que ya tenía diez talentos? Luc. 19:25, "Señor, tiene diez minas". Lo que el señor hizo no era arbitrario o caprichoso, sino que bien ilustra un principio de la vida.
25:29 Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. -- Véanse también Mat. 13:10-15; Mar. 4:25; Luc. 8:18; 19:26. Es necesario aprovechar (usar) lo que el Señor nos da (talentos, habilidades, oportunidades) o, de otro modo, lo perderemos. El Señor espera que con gratitud y optimismo utilicemos estos beneficios y dones para su gloria. Es lo que hace el "buen siervo y fiel", pero el siervo "malo y negligente" tiene envidia de otros, se queja de lo que ha recibido o de lo que no ha recibido, y descuida sus talentos (capacidades y oportunidades). Esta verdad es semejante a otras enseñadas en la Biblia: Mat. 16:25; Luc. 18:14; Gál. 6:7. ¿Por qué darlo al que tenía diez? Porque éste había demostrado la habilidad de usar bien el dinero del señor. Así también todo siervo de Dios que es fiel y cumplido recibirá más oportunidades y bendiciones.
Aparte de la lección básica de prepararnos para dar cuenta al Señor del uso de nuestros talentos, este principio tiene muchas aplicaciones prácticas en la vida diaria. Es necesario cuidar (no descuidar) el alma misma, y también el matrimonio y la familia, el dinero, la salud, el empleo, la casa, el automóvil, las herramientas, y todo lo que recibimos del Señor.
Muchas personas inteligentes nunca se esfuerzan por educarse. Como el siervo de un talento rehusó trabajar con el talento que el señor les dio, así mucha gente rehúsa trabajar con la inteligencia que Dios da para educarse más. (Recuérdese que el que tiene ojos para ver y no ve es como el ciego que no puede ver, y el que tiene oídos para no oír y no oye es como el sordo que no puede oír). Las personas que se dedican a leer y estudiar diariamente duplican su conocimiento, como los siervos de cinco y dos talentos duplicaron sus talentos. No hay excusa para no educarse. Muchos dicen que no tienen tiempo, que trabajan mucho, pero ¿quién no pierde mucho tiempo delante del televisor o en otras actividades menos importantes? Algunos aun desprecian su propia inteligencia, diciendo que no pueden aprender (lo dicen como broma, pero parece a veces que lo creen). A menos que una persona tenga en verdad algún defecto mental, puede aprender a leer y escribir su propio idioma. Todos deben aprovechar las oportunidades que su país ofrezca en cuanto a la educación para poder estudiar la Biblia y servir a Dios según la habilidad y la oportunidad que el Señor le haya dado. Además, los que predican y enseñan deben tomar la molestia de aprender la gramática y la ortografía de su idioma. Cuesta trabajo mental pero conviene que todos lo hagan.
25:30 Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. {Luc. 19. 11-27.}. – No era digno de entrar en el gozo del Señor. No estaba preparado, porque no aceptó su responsabilidad. Jesús habla de los que no llevan fruto, y dicen que serán rechazados, Jn. 15:1-8.
25:31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, -- Habla con toda confianza de su triunfo final. Los eventos finales. Cuando Cristo venga (Hech. 1:9-11), la tierra ser quemada (2 Ped. 3:10; Apoc. 20:11, "Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos"); los muertos serán resucitados; y los vivos serán transformados (Juan 5:28, 29; 1 Cor. 15:50-52; 1 Tes. 4:16, 17); entonces todos comparecerán ante el tribunal de Cristo (2 Cor. 5:10). No cabe en ninguno de estos textos la teoría de un reino terrenal de mil años.
Este texto no es una parábola. No es cierto, como dicen algunos comentaristas (por ejemplo, Barclay), que este texto es otra parábola, porque habla claramente del Hijo del Hombre (Cristo) y del juicio final. Hay contraste entre su humillación terrenal y su gloria celestial ("gloria de su Padre", 16:27). Véase este contraste explicado en Fil. 2:5-11. Muchos hombres y mujeres -- judíos y romanos -- vieron a Jesús cuando le clavaron a una cruz romana como si fuera un criminal (lo crucificaron entre dos criminales para indicar que Jesús era un criminal). Fue una escena de gran humillación. En Aquel Día Final todos lo verán en su gloria suprema.
Los apóstoles Pedro, Juan y Jacobo vieron la transfiguración de Jesús: "se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz" (Mat. 17:2). Vieron, pues, una demostración de la gloria celestial de Jesús. Compárese el Hijo del Hombre como Juan lo vio en la isla de Patmos (Apoc. 1:13-16), ¡el Cristo Dinámico!
-- y todos los santos ángeles con él. LBLA omite la palabra "santos" porque no aparece en los manuscritos más antiguos. Compárese 13:41, 42, "Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino (el mundo, ver. 37) a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes"; también 16:27, "Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras".
-- entonces se sentará en su trono de gloria -- "el gran trono blanco" (Apoc. 20:11). Los judíos esperaban que el Mesías ocupara un trono literal en Jerusalén para dar libertad política a Israel y para castigar a los romanos. En Mat. 19:28 Jesús habla de ocupar su trono, pero no tenía nada que ver con el concepto de los judíos. Mat. 19:28 no es paralelo con Mat. 25:31, porque en aquel texto Jesús se refiere al trono que El ocupó cuando ascendió al cielo después de su resurrección (Hech. 2:30, 33), y en éste se refiere al juicio final. Cuando Jesús ocupó su trono después de su resurrección, los apóstoles también ocuparon tronos como los embajadores de Cristo, por lo cual la iglesia persevera en su doctrina (Hech. 2:32) y sigue su ejemplo (Hech. 14:23; 20:7; 1 Cor. 4:16, 17; Fil. 4:9).
25:32 y serán reunidas delante de él todas las naciones. -- Los paganos creían que cada nación tenía su propio dios, pero todas las naciones darán cuenta a Cristo; el juicio final será universal. Ante Aquel que vivía en la tierra como humilde carpintero, ahora comparecerán todos los más eminentes hombres del mundo desde el principio del mundo: todos los monarcas, emperadores, presidentes y gobernadores, los famosos filósofos, todos los profesores que niegan la existencia de Dios y hacen burla de la Biblia (mayormente de la creación), todos los artistas (incluyendo las "estrellas" de Hollywood), etc. Léase Apoc. 6:15-17.
Serán reunidas todas las naciones, pero todos serán juzgados como individuos. No seremos juzgados como grupos (de cierta nación, de cierto color o raza, etc.)
-- y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. -- Jesús ya había hablado de la separación de los buenos y malos: la parábola de la cizaña (Mat. 13:24-30, 36-43); y la parábola de la red (Mat. 13:47-50). Habrá dos grupos y solamente dos grupos: ovejas (salvos) y cabritos (perdidos). Dios conoce a los suyos (2 Tim. 2:19). Jesús conoce las obras de su pueblo (Apoc. 2 y 3).
Muchos textos comparan el pueblo de Dios con ovejas: Sal. 23; 74:1; 100:3; Isa. 53:6; Mat. 10:6; Juan 10:7-16, 27-28. La oveja simboliza la dependencia, la inocencia, lo inofensivo, etc.
-- los cabritos -- Bajo la ley, la cabra -- al igual que la oveja -- era animal limpio, pero en este texto los "cabritos" representan el carácter opuesto, es decir, la rebeldía. Algunos comentaristas citan Ezeq. 34:17 como si el profeta hiciera la distinción entre ovejas y machos cabríos que Jesús hace en Mat. 25:32 entre ovejas y cabritos, pero Ezequiel pone a las ovejas gordas junto con los carneros y machos cabríos que comen los buenos pastos, hollando con los pies lo que queda; esto se refiere a la opresión de los pobres. Léanse los vers. 18-22. Al hablar de la opresión de su pueblo, el Señor promete levantar a David (Cristo) que apacentará su rebaño con equidad y justicia (vers. 23-26). Sin embargo, el rey de Grecia se presenta en Daniel 8:6-21 como un macho cabrío, violento y destructivo.
No conviene que el pueblo de Dios tenga la disposición de este animal. Aunque a veces ovejas y cabras apacientan juntos, cuando el pastor llama a las ovejas, no responden las cabras. No son del mismo rebaño. El pastor conoce a sus ovejas y les llama por nombre (Juan 10:3). "Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz", pero esto no se afirma de cabras. Jn. 10:11, "Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas"; ver. 14, "Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen"; vers. 27, 28, "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano".
Jesús envió a sus discípulos como ovejas entre lobos (Mat. 10:16; Luc. 10:3). Nunca compara su pueblo con cabras, pero lamentablemente algunos prefieren tener su disposición, y en el día final serán separados de las ovejas. En otros textos estas dos clases de gente se llaman "los que hicieron lo bueno ... los que hicieron lo malo" (Juan 5:29) y "justos" e "injustos" (Hech. 24:15).
25:33 Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda -- El lado derecho es el lugar de honor: Sal. 110:1; Hech. 2:25, 33; Efes. 1:20-22. El lado izquierdo es lo opuesto, un lugar de deshonra y de condenación.
25:34 Entonces el Rey -- Nuestro Señor Jesucristo, Rey de reyes (Luc. 19:38; Juan 18:37; Apoc. 17:14; 19:16), que en aquel día será el Juez de todos.
-- dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre. -- La palabra "bendito" (eulogemenoi) significa invocar o derramar bendiciones sobre una persona. Es semejante a la idea de makarios, la palabra usada en Mat. 5:3-12 que significa bienaventurado o dichoso, pero no es la misma. Apoc. 7:16 dice, "Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos". El Rey no dice nada de los pecados de éstos porque ya fueron perdonados; solamente habla de sus "acciones justas" (Apoc. 19:8).
-- heredad el reino – Los cristianos son herederos de Dios (Rom. 8:17; Gál. 4:6, 7; Heb. 1:14; 1 Jn. 3:2), y en aquel día recibirán su herencia.
-- preparado para vosotros desde la fundación del mundo. -- Sobre la palabra "preparado", véanse Juan 14:2, 3; Heb. 11:16; Sant. 2:5; 1 Ped. 1:4, 5 (en el ver. 41 Jesús se refiere al "fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles"). Las bendiciones que los hijos de Dios reciben en aquel día son las que el Padre pensaba darles desde el principio del mundo. Será la consumación del plan eterno de Dios: Rom. 8:29, 30; Efes. 1:4-12; 2 Tes. 2:13; 1 Ped. 1:2. Los que recibirán esta bendición en el día final serán los que se habrán preparado, es decir, la bendición que Dios ha preparado desde la fundación del mundo es para cierta clase de gente. Efes. 1:4 dice "según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él". Supongamos que algún maestro dijera al principio del año escolar, "Al terminar este año pienso dar premios a los estudiantes que saquen cierta calificación", y entonces al terminar el año él presente los premios diciendo, "Aquí están los premios que yo compré para vosotros". No se refiere a alguna acción arbitraria (él no escogió arbitrariamente cierto grupo), sino que compró los premios para los estudiantes que calificaran, y luego los presentó a éstos.
25:35 -- "Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; 36 estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí". -- ¿Cómo se puede complacer al hombre que tenga hijos? Ayudar a sus hijos. Así también nuestro Padre es complacido cuando ayudamos a sus hijos. Lo que pide no requiere mucho dinero. Jesús habla de actos de servicio que cualquiera -- aun el más pobre -- puede hacer. No son actividades que se reporten en los periódicos, pero el Señor se fija en ellas (Heb. 6:10). A veces los miembros de la iglesia se preguntan con toda sinceridad, "¿Qué puedo hacer para ofrecer mejor servicio al Señor?" Aquí está la respuesta. No pensemos solamente en los talentos destacados, sino en el servicio sencillo y humilde de todos los días. Cuando Pablo instruyó a los corintios acerca del uso de los dones espirituales, les explicó el camino más excelente (1 Cor. 12:31; cap. 13, el amor). No podemos servir a Dios en forma directa; es decir, El no vive en templos hechos de manos y no es servido por manos de hombres como si necesitase de algo (Hech. 17:25); servimos a Dios al servir a los más necesitados de la tierra, mayormente a los hijos de Dios (Gál. 6:10).
A través de su ministerio terrenal Jesús dio énfasis a las obras de amor, generosidad y misericordia, por su ejemplo y en sus enseñanzas diarias (5:7, 43-48, hacia los enemigos; 8:17; 9:36; 11:28-30; 12:7, 20, 21; 14:16, 34-36; 15:32; 18:1-6, 22, 35; 19:13-15; 20:28, 22:9, 37-39; 23:37). Por lo tanto, es razonable qué El esperara que sus discípulos tuvieran el mismo carácter y disposición de imitarlo.
Este texto enseña un solo aspecto del juicio final. No es todo el cuadro. Muchos otros textos hablan de los pasos iniciales en la obediencia al evangelio, de apartarse de toda iniquidad, y de cumplir todos los mandamientos del Señor. Desde luego, Cristo no enseña en este texto que la obra benévola sea la única base del juicio final. Sin embargo, este texto enseña que los discípulos que hagan estas obras de benevolencia demuestran que en realidad son de Dios porque tienen su amor y espíritu de benevolencia (Deut. 10:17-19; 15:1-11; Mat. 5:44-48; Luc. 6:27-36). Estos demuestran que tienen una fe verdadera, no sólo de labios, (Sant. 1:27; 2:14-26) y un amor verdadero, no simplemente de labios, (1 Juan 3:17, 18) y, por el tanto, que tienen el espíritu y corazón de Cristo. Los tales son "hijos de Dios" (Mat. 5:44-48). Recuérdese cuáles son los mandamientos principales: Mat. 22:36-40.
Mat. 5:3-12 describe las cualidades de carácter de los que heredan el reino de los cielos. Una de esas características es la "misericordia". Mat. 25:35, 36 habla de actos de misericordia que demuestran el carácter apropiado para el cielo. Los varios actos de benevolencia mencionados por Cristo se refieren a una clase de vida, una vida de fe que obra en amor (1 Cor. 13:4-7; Gál. 5:6; Sant. 2:14-26; 1 Jn. 3:17, 18). Cuando el cristiano trata bondadosamente a los otros siervos de Cristo, también trata bondadosamente a Cristo mismo, y refleja el espíritu de Cristo. Por esta causa hay mucho énfasis sobre esta actividad. Heb. 10:32-34 (no solamente sufriendo por Cristo, sino también compartiendo el sufrimiento de otros hermanos, "compañeros de los que estaban en una situación semejante"); Sant. 2:1-5, 14-26; 1 Jn. 3:17, 18. Dice Cristo, "cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa" (Mar. 9:41).
Este texto demuestra otra vez la unidad entre Cristo y su pueblo. Esta unidad se ilustra en varias formas: Juan 15:1-8, la vid y los pámpanos (sarmientos); Efes. 1:22, 23; 1 Cor. 12:14-28; la Cabeza y el cuerpo compuesto de varios miembros; 2 Cor. 11:2,3; Efes. 5:24-27, el Esposo y su esposa. Esta unión indica que Cristo y su pueblo son uno y tienen el mismo corazón, espíritu, carácter, voluntad, emociones, sentimientos, deseos, etcétera.
Los miembros de la iglesia que asisten fielmente a los servicios de la iglesia y son cumplidos en muchos otros deberes, no estarán con las ovejas en aquel día si son culpables de haber descuidado estas actividades de benevolencia hacia sus hermanos. Tal descuido que refleja el egoísmo indica que no han obedecido Mat. 16:24; Luc. 14:33, etc.
Considérese el caso de los condenados. Aparte de otros pecados que hayan cometido o que no hayan cometido, la negligencia de estas obras benévolas es suficiente para condenarles. ¡Uno de los pecados más graves de los mundanos es su falta de servir al pueblo de Dios! Al descuidar esto, se niegan a servir al Señor.
-- forastero -- extranjero. Rom. 12:13; Heb. 13:2; 1 Ped. 4:9; 3 Juan 5-8. Muchos cristianos del primer siglo perdieron familias, casas, empleos, etc. por causa de Cristo y el evangelio, y era muy importante que los hermanos los recibieran en sus casas. Al hacerlo, recibían a Cristo mismo.
-- desnudo, "escasa o pobremente vestido, Mt 25:36, 38, 43, 44; Hch 19:16 (con vestidos rotos); Stg. 2:15", sin suficiente ropa. Pedro estaba "desnudo" (gumnos, "vestido sólo con la túnica interior, quitada la externa, Jn 21:7" (WEV).
25:37 Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? 38 ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? 39 ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? -- Esta es la respuesta sincera y humilde de los justos, porque nunca habrán visto a Jesucristo con sus ojos. La ayuda que dieron a los hambrientos, sedientos, desnudos, etc. era espontánea y desinteresada y, por lo tanto, se sienten indignos de tal alabanza. No lo hicieron para ser vistos de los hombres. Los justos no ayudaron a los necesitados pensando en ello como una "inversión," es decir, que si hacen ciertas buenas obras, recibirán cierta recompensa. Al contrario, el justo preguntará, "¿cuándo?" porque no vive calculando, grabando y recordando sus buenas obras.
25:40 en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. -- Los "más pequeños" no nos pueden recompensar. No pueden reciprocar, Luc. 6:35; 14:12-14. Los que persiguen a éstos persiguen a Cristo. Otros textos enseñan que se debe practicar la benevolencia hacia todos (Gál. 6:10; Sant. 1:27, etcétera), pero las acciones benévolas hacia otros cristianos son aceptadas porque indican clara y enfáticamente la relación e identificación con Cristo. Los que hacen así son imitadores de Cristo y, por eso, son llamados "hijos de Dios". Tienen la mente de Cristo (Fil. 2:5). Heb. 2:11, "no se avergüenza de llamarlos sus hermanos". Véase Mat. 12:50.
25:41 -- "Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. 42 Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; 43 fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. -- Este texto no dice nada acerca de otros pecados que éstos hayan cometido. En este texto un solo pecado se destaca: ¡el pecado de no haber ministrado al pueblo de Dios! Este descuido, esta negligencia, demuestra qué clase de gente son. Demuestra su carácter. El carácter de todo individuo determinará su destino. Demuestra su actitud hacia la gracia, la misericordia y otras cualidades divinas. Cuando encuentra a alguno necesitado de la misericordia se niega a dársela, por lo cual tampoco recibe misericordia. Es imposible que el amor de Dios resida en el corazón desprovisto del amor, 1 Jn. 3:17.
Estos estarán delante del Señor en Aquel Día todavía en sus pecados, sin cubierta (propiciación), completamente expuestos a la justicia de Dios y sin misericordia.
Esto acontecerá a pesar de todo lo que Dios ha hecho por el hombre. Dios no quiere que esto suceda (1 Tim. 2:4; 2 Ped. 3:9). Ha hecho todo lo posible por evitarlo. Sin embargo, cada quien escoge su destino cuando escoge su carácter. Cada quien se prepara para su destino. Los justos son un pueblo preparado para un lugar preparado, y los injustos son un pueblo preparado para un lugar preparado. Todos -- al igual que Judas (Hech. 1:25) -- van a su propio lugar, el lugar que hayan escogido.
Los que estarán al lado izquierdo del Señor ya habrán sufrido mucho en este mundo. Los que no son cristianos sufren. Se habla mucho de los placeres de los del mundo (Heb. 11:26), pero por todo lado se ve el sufrimiento de ellos. Tienen problemas serios. La borrachera trae miseria. El divorcio trae miseria. Las peleas producen sufrimiento físico y mental. Muchas personas pasan años en las cárceles. Pero el sufrimiento que hayan sufrido en este mundo no se puede comparar con el sufrimiento después de la muerte. No hay sufrimiento que se pueda comparar con el de ser quemado en fuego. Es un sufrimiento espantoso. Es horrible. No hay palabras que lo puedan describir. Es sufrimiento al grado máximo.
25:44 Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? 45 Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. 46 E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna. {25.46:-Dn. 12. 2.} -- En el juicio dirán estos: "Señor, si hubiéramos sabido que eras tú, te hubiéramos ayudado, pero creíamos que se trataba de cualquier hombre insignificante".
Dicen los testigos del Atalaya que la palabra kolasis, traducida "castigo" en este texto, no significa castigo. Dice el Diccionario de W. E. Vine que "denota en primer lugar cortar, podar, restringir, mutilar ... de ahí, restringir, castigar; se usa en la Voz Media en Hch 4:21; en la Voz Pasiva en 2 P 2:9, ser castigado (lit., 'siendo castigados')". Otra palabra que indica el sufrimiento es basanizo, atormentar, Apoc. 20:10; Mat. 8:6, 29; Mar. 5:7; Luc. 8:28; Rom. 2:8, 9.
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