Colosenses 2
2:1 Porque (este versículo está conectado con 1:29) quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por vosotros, y por los que están en Laodicea (4:16, ellos leerán esta carta; Apoc. 3:14), y por todos los que nunca han visto mi rostro (p. ej., los de Hierápolis, 4:13). -- Recuérdese Pablo sostenía esta lucha como preso en Roma. "Se trata de una lucha interior de ansiedad, como el merimna para todas las iglesias, 2a Co. 11:28", (ATR). Sin duda Pablo luchaba por ellos en sus oraciones (compárese 4:12), pero también en esta carta él está luchando al instruir, exhortar y amonestar a estos hermanos acerca de los peligros de la herejía que se había introducido entre ellos. En ese momento no podía estar seguro de la condición espiritual de estos hermanos; sólo sabía que había problema en las iglesias causado por quienes les querían engañar con una filosofía hueca (2:8).
Probablemente los colosenses no se imaginaban cómo Pablo se preocupaba por ellos, como también por todas las iglesias. El gran amor y preocupación de los evangelistas, ancianos y otros hermanos maduros siempre fortalece a los hermanos débiles. Es desastroso cuando los débiles piensan que nadie se preocupa por ellos ("ni hay quien cuide de mi alma", Sal. 142:4 LBLA). Pablo dijo de Timoteo, "pues a ninguno tengo del mismo ánimo, y que tan sinceramente se interese por vosotros" (Fil. 2:20). Todos los cristianos deben preocuparse los unos por los otros (1 Cor. 12:25-27).
Pablo ora por los hermanos, pues, para suplir la falta de su presencia entre ellos.
2:2 para que sean consolados (alentados, LBLA; 4:7, 8; Ef. 6:22; 2 Tes. 2:17) sus corazones, unidos (tejidos juntos, mayormente en vista de la amenaza de la filosofía hueca, 2:8, 17) en amor ("vestíos de amor, que es el vínculo de la unidad", 3:14, es decir, el elemento de tejer, Efes. 3:17; 4:16; 5:2), hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento (“plena seguridad de comprensión”, LBLA); -- Pablo quería que los colosenses tuviesen las riquezas de la plena seguridad de comprensión (una convicción fuerte) que resulta del conocimiento del evangelio verdadero. "Nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en plena certidumbre" (1 Tes. 1:5). Todo cristiano debe tener plena comprensión de todo asunto espiritual, y también una fuerte convicción que no permita que sea sacudido por los falsos maestros.
Pablo rogaba a Dios por los efesios (y también por nosotros) "que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios" (Efes. 3:17-19).
-- a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, (misterio de Dios, es decir, de Cristo, LBLA; 1:27) -- Pablo quería que el entendimiento de los hermanos se desarrollara de tal manera que apreciaran las incalculables riquezas del evangelio. No quería que hubiera duda alguna. El misterio de Dios es Cristo (1 Tim. 3:16).
Todos los hermanos podían alcanzar el conocimiento del misterio de Dios; con casi cada palabra Pablo combate a los gnósticos, pues estos decían que solamente los "iniciados" (un grupo elegido o selecto) podían conocer los misterios. Sin duda el clero romano ha sido influenciado por ellos para concebir la distinción entre los llamados clérigos y laicos.
2:3 en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. -- Para los gnósticos Cristo era sólo uno de los seres intermediarios entre Dios y el hombre, pero Pablo enfáticamente afirma que en El están todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. El es la verdad (Jn. 14:6). El es la plenitud de la Deidad corporalmente (2:9). "El Nuevo Testamento magnifica la sabiduría de Dios revelada en la locura de la cruz (1 Cor. 1:18-25), en la iglesia (Efes. 3:10), y en la obra de la providencia de Dios en beneficio de Israel y de los gentiles (Rom. 11:33)" (GH).
Al decir que estos tesoros están escondidos en Cristo Pablo quería decir que se encuentran en El, pues Pablo mismo explica que lo que era misterio ahora se ha revelado, Efes. 3:3-6; Cristo es el misterio, 1 Tim. 3:16. El misterio -- el evangelio de Cristo -- está escondido todavía (en sentido literal) para los que tienen sus ojos cerrados y sus oídos tapados, Mat. 13:11, 15-17, pues el sol no alumbra al ciego (Mat. 11:25). Nos conviene esforzarnos (agonizar) por cavar y descubrir este tesoro. Los que con empeño estudian todos los días descubren nuevos tesoros, pues al seguir leyendo los mismos textos descubren nuevas joyas.
El tesoro del evangelio está accesible a todos, pero todavía está escondido de los que no quieren dejar la sabiduría humana (2:8, 23, etc.), que no sólo incluye los "mandamientos y doctrinas de hombres" (2:22) contenidos en los credos oficiales de las iglesias, sino también los dichos populares; p. ej., que no importa lo que uno crea, sólo que sea sincero, o que tenga buena conciencia; que no importa lo que uno sea religiosamente, sólo que tenga a Dios en su corazón; que toda doctrina que se enseñe es cuestión de la interpretación de cada quien (o de cada iglesia); que cualquier cosa se puede probar con la Biblia, y muchos otros dichos semejantes que la gente acepta y repite como el perico, y que están lejos de ser verdades proclamadas por la boca de Dios.
2:4 Y esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas. -- "Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas" (2:8); "Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad" (2:16). Pablo estaba muy preocupado por estos hermanos, pues sabía que la herejía que se enseñaba entre ellos era muy destructiva.
El conocimiento verdadero -- el de los cristianos -- se basa en la realidad (Cristo es la verdad, 1 Cor. 2:4) y, por eso, no debe ser olvidado o dejado para aceptar los argumentos huecos, aunque persuasivos, de los falsos maestros cuyos argumentos suenan bien a los oídos de los que no saben o no aman la verdad. Estos fingen mucha humildad y piedad (2 Cor. 11:13-15) y citan textos que según indoctos parecen apoyar su enseñanza. Por lo tanto, "que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo" (Efes. 4:14, 15).
"Palabras persuasivas es la traducción del término griego pithanologia. El término pertenecía al lenguaje de los tribunales de justicia; indicaba el poder persuasivo de los argumentos del abogado, la clase de argumentos que pueden hacer que el mal aparezca como la mejor razón, que el criminal escape al justo castigo; el poder que podía arrastrar a una asamblea hasta a seguir por caminos torcidos" (WB). Como dice Isaías 5:20, "¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!" Lamentablemente muchos hombres hacen precisamente esto con "sus palabras persuasivas".
Con palabras persuasivas los judaizantes convencían a muchos hermanos gentiles que debieran someterse a la circuncisión y a la guarda de la ley de Moisés para ser justificados. Con palabras persuasivas los fariseos convencían a muchos judíos a seguir la tradición aunque ésta violara el mandamiento de Dios. En la actualidad millones son convencidos por las palabras persuasivas de los del Atalaya, por los "élderes" mormones, por los calvinistas y por otros sectarios.
Lo más triste de todo es que aun dentro de la iglesia del Señor andan falsos maestros con palabras persuasivas engañando a los santos: Por ejemplo: (1) algunos han abandonado el plan de salvación y prefieren el calvinismo, lo cual enseñan con mucho entusiasmo; (2) algunos han abandonado la autonomía de la iglesia local y enseñan que las iglesias de Cristo pueden imitar a los sectarios en su práctica de centralizar sus fondos (en alguna institución o en una "iglesia patrocinadora") para hacer lo que suelen llamar "las buenas obras"; (3) algunos han abandonado el evangelio que salva el alma y promueven el evangelio social, es decir, el evangelio del bienestar físico (por eso, forman organizaciones para establecer clínicas, repartir ropa y comida, enviar "misioneros médicos", etc.); (4) algunos dicen que la enseñanza de Jesús en Mat. 5:32; 19:9 no es para los inconversos y, por eso, aunque alguno se haya divorciado y vuelto a casarse dos o tres (o más) veces (no por causa de fornicación), al bautizarse debe quedarse en su presente estado matrimonial; (5) otros hermanos simplemente afirman que todos los divorciados pueden volverse a casar; (6) otros hermanos imitan a los testigos del Atalaya al negar la Deidad de Cristo; (7) un número creciente de hermanos que han sido muy fieles (conservando el patrón de sanas palabras) ahora enseñan que Romanos 14 requiere que se reciban a los que enseñan falsa doctrina sobre el divorcio y segundas nupcias y otros errores.
La preocupación de Pablo debe ser la nuestra en la actualidad, porque muchísimos hombres andan engañando con palabras persuasivas a los religiosos, y aun nuestros hermanos en Cristo engañan a los que han obedecido al evangelio puro.
2:5 Porque aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante en espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo. -- Pablo quería que los hermanos siguieran fieles y constantes como si él estuviera en medio de ellos, pues en realidad él estaba con ellos en espíritu. Compárese 1 Cor. 5:4. "Todo lo que a mí se refiere, os lo hará saber Tíquico ... el cual he enviado a vosotros para esto mismo, para que conozca lo que a vosotros se refiere" (4:7-8). "Pero nosotros, hermanos, separados de vosotros por un poco de tiempo, de vista pero no de corazón" (1 Tes. 2:17). Hay mucho peligro de que olvidemos a los hermanos que están lejos de nosotros. No debemos ser indiferentes hacia los hermanos de otras partes, dejando de tomar en cuenta sus problemas, sus carencias, y su desaliento. Pablo podía "ver" a sus hermanos de lejos, aun a los desconocidos, "con el ojo de su mente" (WB). Después de hablar de sus muchas persecuciones y sufrimientos, dice, "y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias" (2 Cor. 11:28).
Los falsos maestros amenazaban el bienestar espiritual de los colosenses, pero éstos todavía andaban en "buen orden" y con firmeza. No andaban "desordenadamente" como algunos tesalonicenses (2 Tes. 3:6). La palabra orden es una expresión tomada del servicio militar y se refiere a las estrechas filas de los soldados, y la palabra firmeza se usaba del frente o baluarte sólido para enfrentarse al enemigo. Estos términos indican que cada iglesia local debe ser ordenada: por ejemplo, (1) todo miembro debe asistir a las reuniones de la iglesia, llegando temprano para poder saludar a los hermanos (Rom. 16:16), y debe haber buen orden en el culto, (1 Cor. 14:40); (2) en corregir lo deficiente y escoger ancianos (Tito 1:5); (3) en la disciplina (2 Tes. 3:6, 14); y (4) en la vida consagrada de todos los santos. Nuestro Dios es Dios de orden (Gén. 1, 2; Lev. 1:7, 8; Heb. 8:5). (Véase el estudio sobre este tema en Sermones y artículos V).
2:6 Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, -- Habían aceptado el evangelio puro, tal como les fue entregado, no como la palabra del hombre sino como la palabra de Dios, pero ahora los herejes enseñaban "otro cristo" y "otro evangelio", diciendo que Cristo era sólo uno de los muchos intermediarios entre Dios y el hombre. Pablo denuncia esta herejía y les recuerda del evangelio puro que habían aceptado. Epafras había sido un fiel ministro del evangelio (1:7; 4:12, 13), y ellos habían recibido la verdad.
La palabra recibido (parelabete) indica que se recibe algo transmitido: "Os declaro ... el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis ... os he enseñado lo que asimismo recibí" (1 Cor. 15:1, 3); "Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema" (Gál. 1:9); "Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros" (Fil. 4:9); "recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros" (1 Tes. 2:13); "aprendisteis de nosotros ... ya sabéis qué instrucciones os dimos por el Señor Jesús" (1 Tes. 4:1, 2); "que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros" (2 Tes. 3:6).
Habían recibido al Señor Jesucristo como "la imagen del Dios invisible" (1:15). No recibieron a un "cristo" que era "un dios", un ser creado, como dicen los testigos del Atalaya. Tampoco recibieron a un "cristo" desprovisto de sus atributos divinos, como dicen algunos de nuestros propios hermanos. El Cristo predicado por Pablo y los otros apóstoles era "Dios sobre todas las cosas" (Rom. 9:5), "nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo" (Tito 2:13), "nuestro Dios y Salvador Jesucristo" (2 Ped. 1:1), "Este es el verdadero Dios, y la vida eterna" (1 Jn. 5:20). "En él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad" (Col. 2:9). Cuando Pablo escribió a los filipenses él no predicó a un "cristo" desprovisto de sus atributos divinos. Cuando él dijo que Cristo "se despojó a sí mismo" (Fil. 2:7), inmediatamente explicó cómo Cristo se despojó a sí mismo; es decir, "tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres". De esa manera "se despojó a sí mismo". Se humilló cuando llegó a ser hombre.
En el libro, Hechos de los apóstoles, Lucas explica cómo muchas personas recibieron al Señor Jesucristo, obedeciendo al evangelio: cap. 2, los 3000 judíos el día de Pentecostés; cap. 8, los samaritanos y el eunuco; los capítulos 9, 22, 26, Saulo de Tarso; capítulos 10, 11, Cornelio, el primer converso gentil; cap. 16, Lidia y el carcelero; cap. 18, los corintios; y cap. 19, los efesios. Vemos en estos casos de conversión que oyeron el evangelio, creyeron en Cristo como el Hijo de Dios, se arrepintieron de sus pecados, confesaron a Cristo y fueron bautizados en agua para el perdón de pecados. "A los discípulos se les llamó cristianos" (Hech. 11:26) para honrar a Cristo. Lucas explica que los discípulos oraban fervientemente al Señor, que hacían grandes sacrificios por la obra, llevaban vidas consagradas y, en fin, que buscaban primeramente el reino de Dios y su justicia, manteniendo su orden y firmeza como Pablo enseña aquí. Las congregaciones se identificaban como "iglesias de Cristo" (Rom. 16:16).
En Hechos de los Apóstoles Lucas explica también cuándo los discípulos participaban de la cena del Señor: "El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba" (Hech. 20:7). Este orden quedó establecido por la autoridad apostólica. En cuanto al gobierno de la iglesia Lucas explica el orden diciendo que "constituyeron ancianos en cada iglesia" (Hech. 14:23), dando a entender que cada iglesia, por grande o pequeña sea, es independiente y autónoma (bajo Cristo se gobierna sola); además, explica que los ancianos son los obispos de la iglesia: En Hech. 20:17, Pablo "hizo llamar a los ancianos de la iglesia" de Efeso y en Hech. 20:20, al hablar con ellos les dice, "Mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos".
-- andad en él; -- Que no fueran movidos del evangelio puro que recibieron (compárese Gál. 1:6-9). Para no ser engañados (2:4) deberían retener la palabra que les fue enseñada. "Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste" (2 Tim. 1:13); "Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio" (Heb. 3:14); "lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga" (Apoc. 2:25); "He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona" (Apoc. 3:11)
2:7 arraigados -- como un árbol de raíces profundas recibe suficiente agua y alimento y es casi inconmovible contra los vientos fuertes.
-- y sobreedificados -- como los rascacielos, porque para construirlos primero se da mucha atención al fundamento. La grande y célebre Torre de Pisa, construida en el siglo XII, está inclinada perpendicularmente unos seis metros, porque sus fundadores no pusieron atención a la importancia de buenos fundamentos.
Pablo usa las figuras de plantar y edificar también en Efes. 4:15, 16. El proceso del crecimiento del cristiano no es siempre tan notable. No se puede medir como se mide la estatura de los niños, pero el crecimiento se puede observar de varias maneras. ¿Cómo están nuestras raíces? ¿cómo está el fundamento de nuestra casa? (Mat. 7:24-27; Luc. 6:48).
-- en él, -- No en la hueca y vana filosofía de los gnósticos, sino en el verdadero Cristo Jesús. La salvación se encuentra solamente en Cristo. Ellos fueron "bautizados en Cristo" (2:12; Rom. 6:3; Gál. 3:27). "Por él estáis vosotros en Cristo Jesús" (1 Cor. 1:30); Dios siempre "nos lleva en triunfo en Cristo Jesús" (2 Cor. 2:14); y estando en El "no hay condenación (Rom. 8:1);
-- y confirmados en la fe (Hech. 14:22), así como habéis sido enseñados, -- Los hermanos (p. ej., Epafras) que habían evangelizado a los hermanos de Colosas, de Hierápolis y de Laodicea no les enseñaron la filosofía hueca, sino el evangelio puro de Cristo.
-- abundando en acciones de gracias. -- Por la gracia de Dios que tan ricamente les había bendecido, por la predicación del evangelio que les salvó, y por toda la enseñanza subsecuente que habían recibido para su crecimiento. El verdadero cristiano abundará en acciones de gracias, expresadas no sólo en palabras sino también en obras.
Según este texto (2:1-7), pues, ¿cómo es una iglesia fiel? Es una iglesia (1) consolada, 2:2; (2) unida en amor, 2:2; (3) con pleno entendimiento (o con plena seguridad), 2:2; (4) con poder para resistir a los falsos que quieran engañar con palabras persuasivas, 2:4; (5) con buen orden, 2:5; (6) con una fe firme, 2:5; (7) arraigada y sobreedificada, 2:7; (8) confirmada en la fe, 2:7; y (9) con muchas acciones de gracias, 2:7.
2:8 Mirad que nadie os engañe (que nadie os haga cautivos, LBLA) -- Que no los lleven como despojos de la guerra. Después de la guerra los victoriosos celebraban su victoria haciendo pasar a los cautivos por las calles de la ciudad, presentándolos como los despojos de la guerra, y después del desfile entraban en una dura esclavitud.
Pablo dijo a los colosenses (1:13, 14) que el Padre "nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados". De esa manera tenían acceso a "todas las riquezas que proceden de una plena seguridad de comprensión, resultando en un verdadero conocimiento del misterio de Dios, es decir, de Cristo" (2:2). ¿Alcanzarían estas riquezas si volvieran a la esclavitud? Habiendo sido redimido o librado de las "tinieblas" (p. ej., la filosofía hueca, sea del judaísmo o del paganismo), deberían hacer todo lo posible por evitar tal esclavitud. Ya no eran esclavos de nadie, sino ciudadanos libres en el servicio de Cristo, pero los herejes querían hacerles esclavos de los mandamientos y tradiciones de los hombres. Compárese Gál. 4:9: "Mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar?"
Al igual que los judaizantes los herejes colosenses querían agregar otras cosas para "ayudar" al evangelio, "no asiéndose de la Cabeza" (2:19). Esto sería como prender una lámpara de petróleo para aumentar la luz del sol. Sería como si uno dejara un automóvil de ocho cilindros para andar en bicicleta; es decir, era simplemente volver atrás.
También significa que para salvarnos Cristo no era suficiente. La Iglesia Católica Romana sufre del mismo mal: agrega a María y a los "santos" porque cree que la mediación de Cristo no es adecuada. Para los tales Cristo no es único ("un sólo Mediador", 1 Tim. 2:5), sino que es necesario que haya muchos intermediarios entre Dios y los hombres.
-- por medio de filosofías -- no necesariamente filosofía pagana, pues en este contexto obviamente Pablo habla principalmente de reglamentos judaicos; según Josefo, en aquellos tiempos cualquier sistema de pensamiento o de disciplina moral se llamaba una filosofía. El dijo que había tres formas de filosofía entre los judíos: la escuela de los fariseos, la de los saduceos y la de los esenios (GH). Los esenios eran ascéticos (2:20-23).
La filosofía (literalmente, amar el conocimiento o la sabiduría) es el análisis de los principios fundamentales del pensamiento y de la conducta. Todo sistema de filosofía humana lleva a la ruina, porque "el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos" (Jer. 10:23). La salvación no podía efectuarse por medio de la filosofía humana. Todos los esfuerzos para encontrar la justicia en sistemas del pensamiento humano despojan a los hombres, robándoles de la verdadera justicia que se encuentra en Cristo. "Todas las filosofías de los hombres, todos los engaños de la sabiduría humana, y todos los rudimentos del mundo descubiertos por el razonamiento humano despojan a los hombres, arruinan sus almas, guiándoles a la muerte eterna por alejarlos de Dios y su salvación" (DL).
Pablo no dice que los herejes de Colosas rechazaban del todo el evangelio. Más bien parece que querían agregarle su filosofía, pero con la adición de cualquier filosofía humana, el evangelio pierde su pureza y, por consiguiente, pierde su poder para salvar (Rom. 1:16). Los judíos querían agregar al evangelio algunas de las leyes de Moisés (2:11,16) y los que tenían ideas gnósticas querían agregar el conocimiento de los misterios. Los dos creían que con la adición de sus enseñanzas perfeccionaban al evangelio, pero en realidad estaban renunciando al evangelio. El agregar equivale a cambiar, y un evangelio cambiado es "otro evangelio" (Gál. 1:6-9).
-- y huecas (vanas, LBLA) sutilezas, -- engaños, "apate, aquello que da una falsa impresión, ya sea por apariencia, afirmación, o influencia, se dice de las riquezas, Mt 13:22; Mr 4:19; del pecado, He 3:13. La frase ‘deseos engañosos’ significa deseos excitados por engaños, de los que el engaño es su fuerza... En 2 Ts 2:10, ‘todo engaño de iniquidad’ significa todo tipo de palabras y acciones carentes de escrúpulos, con el designio de engañar... En Col 2:8, ‘huecas sutilezas’ sugiere que el engaño está vacío de provecho" (WEV).
-- según las tradiciones de los hombres, -- La Biblia presenta el plan divino para la salvación del hombre, pero lastimosamente los hombres tienen sus propios planes para salvar, planes originados por los hombres y transmitidos de hombres a hombres, pero el agua no corre a un nivel más alto que el de su fuente (DL).
La palabra tradición (paradosis) quiere decir simplemente "una transmisión", algo transmitido de una persona a otra. Pablo emplea esta misma palabra al hablar de lo que él recibió del Señor y entregó a los hermanos (p. ej., 1 Cor. 11:2, 23; 15:3; 2 Tes. 2:15; 3:6, véase LBLA, margen). Si la tradición viene de parte de Cristo a través de los apóstoles, es la verdadera enseñanza de Dios, pero si tiene su origen en la mente del hombre, entonces es tradición humana y, por eso, condenable (Mat. 15:8, 9; Col. 2:8). Los falsos maestros suelen decir que aunque tal o cual tradición no aparezcan en las Escrituras, sí proviene de los labios de Jesús o de los apóstoles, pero toda enseñanza que no se encuentra en las Escrituras no es de Cristo sino de los hombres.
-- conforme a los rudimentos (principios elementales, LBLA) del mundo, y no según Cristo. -- Los rudimentos son el abecedario de la filosofía (religión) judaica o gentil. Los herejes presentaban estas cosas rudimentarias (cosas de niños) como superiores al evangelio. El resto del capítulo enumera estos rudimentos: 2:11-13, querían imponer la circuncisión física; 2:14-17, querían imponer los reglamentos de la ley de Moisés con respecto a comida y bebida, días de fiesta, luna nueva y días de reposo; 2:18, querían imponer el culto a los ángeles; y 2:20-23, querían imponer los reglamentos ascéticos. Si los colosenses hubieran aceptado estos rudimentos o mandamientos y doctrinas de hombres, habrían sido "despojos" para los falsos maestros, porque la aceptación de los reglamentos de hombres esclaviza.
Véase también Gál. 4:3, 9, "débiles y pobres rudimentos" (sin poder y riqueza espirituales). Las prácticas mencionadas por Pablo en este capítulo no podían salvar y no podían ayudar (edificar) a los salvos. "No tienen valor alguno contra los apetitos de la carne" (2:23). Compárense los peregrinajes, las penitencias, el celibato, los votos de pobreza, etc. del catolicismo; ¿qué tanta fuerza tienen para hacer más espirituales a los que las practican?
2:9 Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, -- theotes, la esencia y naturaleza de Dios. Cristo no era solamente semejante a Dios, sino que era verdadero Dios (Rom. 9:5; Tito 2:13; 2 Ped. 1:1; 1 Jn. 5:20). En cuanto al uso del tiempo presente ("habita"), Cristo ya había ascendido al cielo pero este verbo puede referirse o al cuerpo glorioso de Cristo (Fil. 3:21) o al significado duradero de la encarnación. De cualquier modo, esto no presenta problema, pues la plenitud de la Deidad siempre ha habitado en Cristo (Jn. 1:1; Fil. 2:6), y cuando vino a la tierra "fue hecho carne" (Jn. 1:14) para dar a conocer al Padre (Jn. 1:18) y hubiera sido imposible hacerlo sin tener la totalidad de los atributos de Dios, con pleno poder y autoridad.
Según los herejes de Colosas, el poder divino estaba repartido entre muchos intermediarios, pero Pablo afirma que en Cristo habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad. Cristo está a la diestra de Dios (3:1) y "es el todo, y en todos" (3:11).
2:10 y vosotros estáis completos (llenos) en él (habéis sido hechos completos en él, LBLA), -- En El habita la plenitud de la Deidad y, estando en El, como dice el margen de LBLA: habéis sido llenos. Estar en Cristo es la única manera de estar llenos o completos delante los ojos de Dios. En Cristo encontramos todas las cosas que pertenecen a la vida y la piedad (2 Ped. 1:3). "Y él es la propiciación por nuestros pecados" (1 Jn. 2:2). "Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención" (1 Cor. 1:30). No hay defecto alguno en El o en su doctrina. "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra" (2 Tim. 3:16, 17).
El suple toda necesidad del hombre, pues El no es como "las cisternas rotas que no retienen agua" (Jer. 2:13), sino el agua viva (Jn. 4:10, 14), el pan de la vida (Jn. 6:35), "la resurrección y la vida" (Jn. 11:25), "el camino, la verdad y la vida" (Jn. 14:6), y "la vid verdadera" (Jn. 15:1). Por lo tanto, debemos permanecer en El, "porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia" (Jn. 1:16).
El corazón humano anhela la vida completa o llena, pero la situación de muchos es lastimosa porque no saben que "la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee" (Luc. 12:15). Muchos "son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida" (Luc. 8:14). No aprenden lo que Moisés aprendió: que los deleites del pecado son temporales (Heb. 11:25).
-- que es la cabeza de todo principado y potestad. -- "El está lleno (pleno) de la plenitud misma; nosotros somos llenados desde él" (JFB). Los que tienen a Cristo no tienen necesidad de ningún suplemento (como, p. ej., la circuncisión hecha por manos, los reglamentos en cuanto a comida y bebida, los reglamentos ascéticos). "Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia" (2 Ped. 1:3).
2:11 En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano (no la circuncisión física, pues, sino la circuncisión verdadera, la del corazón, Rom. 2:29, que fue tipificada por la circuncisión física), al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal (Rom. 6:6, "el viejo hombre"; Efes. 4:22), en la circuncisión de Cristo; -- es decir, despojándose del viejo hombre (Rom. 6:6; Efes. 4:22), renunciando al pecado y siendo perdonado y justificado al obedecer al evangelio de Cristo. El siguiente versículo explica que en el bautismo los colosenses fueron circuncidados en la circuncisión de Cristo, porque en ese acto crucificaron la carne (Rom. 6:3-7).
La circuncisión física "fue el rito ordenado por Dios como señal del pacto hecho con Abraham y su descendencia... Significaba la consagración de un pueblo a Dios, separándose del mundo" (V-E). Desde luego la circuncisión de los que no llevaban vidas consagradas no valía nada (Hech. 7:51; Rom. 2:25, 25; Deut. 10:16; Jer. 4:4).
La inferencia necesaria de lo que Pablo dice aquí es que, al igual que los judaizantes, los herejes de Colosas querían agregar la circuncisión física al evangelio de Cristo, dando a entender que para ellos el evangelio original no era adecuado para salvarles, pero Pablo les recuerda que ya "fuisteis circuncidados" no con la circuncisión física ("hecha a mano"), sino con la verdadera circuncisión que Dios quiere (la purificación de los pecados lograda por medio de la obediencia al evangelio de Cristo).
2:12 sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. -- Bajo la ley de Moisés los israelitas llegaban a ser hijos de Dios por medio de la circuncisión física, pero bajo la ley de Cristo llegamos a ser hijos de Dios por medio de la obediencia al evangelio; es decir, al creer en Cristo como el Hijo de Dios, y arrepentirnos y confesar nuestra fe en El, somos bautizados en agua (Hech. 8:36; 10:47) "para perdón de los pecados" (Hech. 2:38).
Puesto que bajo la ley antigua los niños eran circuncidados y que Pablo compara el bautismo con la circuncisión, los que practican el llamado "bautizo infantil" enseñan que los niños deben bautizarse (p. ej., GH), pero Pablo dice (1) que colosenses fueron circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal". ¿Dónde dice la Biblia que los infantes tienen "cuerpo pecaminoso carnal"? (2) que fueron "sepultados con él en el bautismo". ¿Se sepultan a los niños? (3) que fueron "sepultados ... resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios". ¿Los infantes tienen fe en el poder de Dios?
Además, si el "bautizo infantil" corresponde a la circuncisión, ¿por qué no los bautizan al octavo día?
Col. 2:12 dice enfáticamente que somos sepultados con Cristo y resucitados con El. Rom. 6:4 dice, "Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva". Es muy cierto que esto significa que al morir el viejo hombre al pecado, es sepultado para acabar con ese cuerpo de pecado, pero también es muy cierto que la doctrina de Pablo (que es del Espíritu Santo) nos enseña que esto se realiza en el bautismo.
El presbiteriano Albert Barnes dice, "La creencia de esto (el poder de Dios) es mostrada por nuestro bautismo, cual sea el modo en el cual esa ordenanza se lleve a cabo, y está bien mostrada en uno de los modos como en otro". Se atreve a decir esto después de escribir el texto mismo que dice "sepultados con él en el bautismo". ¡El prejuicio de los sectarios es inconmensurable!
2:13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, -- Pablo describe la obra de Cristo de resucitar a los muertos, pues antes de ser salvos todos estábamos "muertos en pecados", es decir, separados de Dios. "Estabais muertos en vuestros delitos y pecados ... En aquel tiempo estabais sin Cristo ... sin esperanza y sin Dios en el mundo" (Efes. 2:1, 12). "Pero Dios ... nos dio vida juntamente con Cristo ... y juntamente con él nos resucitó" (Efes. 2:4-6). Esto ocurrió cuando nos perdonó "todos los pecados" (véase también 1:12-14).
2:14 anulando (borrar, Hech 3:19; cancelar) el acta de los decretos -- "dogma ... una doctrina, ordenanza, decreto" (WEV). Se refiere a la ley de Moisés quien "escribió en tablas las palabras del pacto, los diez mandamientos" (Ex. 34:28); "Estos son los estatutos y decretos que cuidaréis de poner por obra" (Deut. 12:1); "El ministerio de muerte grabado con letras en piedras" (2 Cor. 3:7); "Aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas" (Efes. 2:15). La ley de Moisés -- toda la ley de Moisés -- fue anulada por la muerte de Cristo. Es completamente en vano tratar de probar que alguna parte de la ley no fue quitada. Por ejemplo, algunos están resueltos a "guardar" (de su manera) el sábado; otros usan textos del Antiguo Testamento para justificar el uso de los instrumentos de música en el culto de la iglesia; otros tienen una especie de "sacerdocio" especial, basándose en el sacerdocio levítico (y aun en el de Melquisedec). Pero todo esfuerzo semejante contradice Col. 2:14, como también 2 Cor. 3:7; Heb. 7:12; 10:9.
Algunos se confunden diciendo, "Entonces, ¿no se condena el adulterar, el robar, etc.?" Claro que sí, pero están condenados porque el Nuevo Testamento los condena. Sin embargo, el Nuevo Testamento no requiere que los cristianos guarden el sábado.
-- que había contra nosotros, que nos era contraria, -- "Escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas ... por la ley ninguno se justifica para con Dios" (Gál. 3:10, 11). El mejor comentario sobre este texto es Rom. 7:14-24 que describe el dilema del judío bajo la ley. Véase también Hech. 15:10.
-- quitándola de en medio y clavándola en la cruz, -- Muchísimas personas que profesan creer en Cristo no quieren reconocer que la ley de Moisés -- toda la ley de Moisés -- fue quitada cuando Cristo murió en la cruz, aunque Pablo dedicó gran parte de sus escritos para afirmar y probar esto: Romanos, Gálatas, 2 Corintios y Hebreos (si él es su autor). Véanse en particular Rom. 6:14; 2 Cor. 3:6-11; Gál. 3:19, 24, 25; Heb. 8:6, 7, 13; 9:15; 10:1.
El afirma que la ley era el ayo que llevó a los judíos a Cristo (Gál. 3:24).
Algunos (p. ej., los Adventistas del Séptimo Día) dicen que hasta que pasen el cielo y la tierra la ley no pasará, pero Jesús dijo (Mat. 5:18), "que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido". Compárese Mat. 1:25, José "no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito"; ¿están de acuerdo con el clero romano en que José no la conoció aun después de que dio a luz a su hijo primogénito? Cristo cumplió la ley, los profetas y los salmos (Luc. 24:44). El es nuestra pascua (1 Cor. 5:7). El es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo (Jn. 1:29). La carta a los hebreos ampliamente establece la verdad de que Cristo es el cumplimiento de la ley.
2:15 y despojando a los principados y a las potestades, -- incluidos los ángeles que algunos hombres adoraban (2:18). Se refiere a todos los poderes que se oponían a Dios, las fuerzas de Satanás (las tinieblas). El vino al mundo para destruir al diablo (Heb. 2:14) y sus obras (1 Jn. 3:8). "Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes" (Efes. 6:12).
Cuando Jesús echaba fuera los demonios, dio la siguiente explicación: "Cuando el hombre fuerte armado guarda su palacio, en paz está lo que posee. Pero cuando viene otro más fuerte que él y le vence, le quita todas sus armas en que confiaba, y reparte el botín" (Luc. 11:22). Los judíos y romanos pensaron que al crucificar a Jesús lo vencieron, pero en realidad El era el Vencedor, pues ellos llevaron a cabo el plan eterno de Dios para la redención del hombre.
Ahora muchos de los enemigos de Cristo (1:21), los que habían estado bajo el poder de los principados y las potestades de Satanás, se han convertido y han llegado a ser los amigos de Cristo, siendo reconciliados a Dios por medio de la cruz de Cristo. Por medio de su muerte en la cruz Cristo atrae a los hombres a sí mismo (Jn. 12:32).
-- los exhibió ("hacer un ejemplo de", ATR) públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. -- La cruz es la victoria suprema sobre Satanás, porque la sangre de Cristo fue el precio de nuestro rescate. "El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados" (1:13, 14). Al hablar de esta manera de lo que Cristo ha hecho por nosotros, en seguida dirá que no debemos volver a la esclavitud.
2:16 Por tanto, nadie os juzgue en (nadie se constituya en vuestro juez con respecto a, LBLA) comida o en bebida, -- No dejar que los tales tengan dominio sobre nosotros, no someternos a los reglamentos de ellos.
Como los judaizantes querían imponer los reglamentos en cuanto a comida o bebida, la guarda del sábado, etc., de la misma forma muchos pastores imponen el diezmo, los instrumentos de música, y otras prácticas que pertenecían a la ley de Moisés. El catolicismo ha inventado el celibato, votos de pobreza, peregrinajes, etc. Los pentecostales tienen sus ayunos y vigilias, los mormones prohíben el café y Coca Cola (pero tienen salones de baile), y otras sectas tienen sus reglamentos humanos. Todos piensan que están mejorando (perfeccionando) el evangelio pero, como Pablo dice aquí, enseñan doctrinas de hombres (2:8, 22).
En Rom. 14 Pablo enseña que los cristianos pueden seguir absteniéndose de ciertos alimentos y pueden seguir observando ciertos días con tal que lo hagan simplemente como costumbre, pero que no juzguen a otros cristianos que no hacen lo mismo.
Que nadie os juzgue para condenarles con respecto a los alimentos que coman o no coman. Los reglamentos con respecto a comida y bebida reflejaban dos influencias: (1) algunos querían imponer algunas partes de la ley de Moisés, enseñando que tales prácticas producían más espiritualidad y piedad; y (2) bajo la influencia gnóstica algunos enseñaban que con la práctica de estos reglamentos se podía aplacar a los mediadores angélicos u otras fuerzas sobrenaturales. Desde luego, en esto se aprovechaban de los temores supersticiosos del pueblo, pero "asiéndose de la Cabeza" (2:19) los colosenses no tendrían interés en tales "fuerzas" (ni mucho menos las temerían), sino que entenderían que en lugar de ser enseñanzas del elevado conocimiento de los "iniciados en los misterios", más bien eran el producto de su profunda ignorancia y superstición (MRW).
Véanse otros textos sobre tales reglamentos: Mar. 7:19; Rom. 14:1-3; 1 Cor. 6:13; 8:8; 1 Tim. 4:1-5; Heb. 9:9, 10.
-- o en cuanto a días de fiesta (fiestas solemnes anuales, Lev. 23, Pascua, Pentecostés, Tabernáculos), luna nueva (fiestas mensuales, Núm. 10:10; 28:11; 1 Crón. 23:31).
-- o días de reposo, -- Heb. 4:3-11 describe el reposo de los santos: "Pero los que hemos creído entramos en el reposo ... Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios ... Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia". El día de reposo que los israelitas guardaban era una figura (2:17) del reposo verdadero.
Los que enseñan que es necesario guardar el sábado dicen que la ley de Moisés estaba compuesta de la ley moral y la ley ceremonial, y que sólo la ley ceremonial fue quitada, pero la guarda del sábado no es una ley moral, sino ceremonial.
"Acuérdate del día de reposo para santificarlo" (Ex. 20:8). Este mandamiento fue dado exclusivamente a los israelitas: "No con nuestros padres hizo Jehová este pacto, sino con nosotros todos los que estamos aquí hoy vivos ... Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo" (Deut. 5:15). Dice Moisés que el mandamiento de guardar el sábado no había sido dado a "nuestros padres" (p. ej., Abraham, Isaac, Jacob), sino sólo a los que en ese momento y en ese lugar estaban presentes. Otro texto que nos hace entender que la guarda del sábado era exclusivamente para el pueblo de Israel es Ex. 31:13, 16, 17. "Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mi y vosotros por vuestras generaciones ... Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel ... señal es para siempre entre mi y los hijos de Israel". Lo dice y lo repite para que todos puedan entenderlo.
La guarda del sábado fue dada sólo a los israelitas porque sólo por ellos tenía significado: "Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto". Los padres no habían sido esclavos en Egipto. Nosotros no hemos sido esclavos en Egipto. Solamente los israelitas habían de guardar el sábado. "Y sobre el monte de Sinaí descendiste, y hablaste con ellos desde el cielo, y les diste juicios rectos, leyes verdaderas, y estatutos y mandamientos buenos, y les ordenaste el día de reposo santo para ti" (Neh. 9:13, 14).
Sin embargo, hay varias sectas que enseñan que los cristianos deben guardar el sábado, y aparte de ellas, hay muchísimos religiosos que dicen que todavía están en vigor los diez mandamientos y el cuarto dice, "Acuérdate del día de reposo para santificarlo".
Desde luego, nadie lo guarda como la ley requería, pues en ese día no podían hacer trabajo alguno ("Hallaron a un hombre que recogía leña en día de reposo ... Y Jehová dijo a Moisés: Irremisiblemente muera aquel hombre", Núm. 15:32, 35), y en ese día habían de ofrecer animales en sacrificio y otras ofrendas.
El error que se enseñaba en Colosas requería que se agregaran muchas cosas al evangelio, aun los reglamentos de la ley con respecto a los alimentos (Lev. 11), días festivos, etc. Según esa enseñanza la ley de Moisés no se había clavado a la cruz de Cristo.
"Aunque los hermanos del primer siglo no hicieron caso al séptimo día que era guardado por los judíos, apartaron el primer día de la semana para el culto público, y para conmemorar la muerte y resurrección de su Maestro, al comer la cena del Señor en aquel día; también, para el ejercicio privado de su devoción. Esto lo hicieron, o por el precepto o por el ejemplo de los apóstoles, y no por virtud de algún mandamiento de la ley de Moisés. Además, no santificaron el primer día de la semana de la manera judaica por la abstinencia total del trabajo corporal de toda clase" (JM).
2:17 todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; -- La ley de Moisés era simplemente una sombra de Cristo (Heb. 8:5; 9:9). Estas cosas tuvieron importancia para el pueblo de Israel, pues sirvieron como ayo (tutor, guardián) para llevarlos a Cristo (Gál. 3:24), "Pero venida la fe (el evangelio), ya no estamos bajo ayo" (Gál. 3:25). Una sombra no existe por sí sola, sino que depende para su significado de aquello de lo cual es una sombra. Desde luego, al venir la realidad, ya no es necesaria la sombra.
-- pero el cuerpo es de Cristo. -- el cuerpo (la substancia o la realidad) es lo opuesto de la sombra.
2:18 Nadie os prive ("actuar como juez contra uno ... decidir o emitir juicio en contra", ATR) de vuestro premio, -- Para Pablo estos falsos maestros hacían el papel de juez o árbitro ("constituido por sí mismo", JFB) juzgando contra los fieles, rehusándoles el premio de la vida eterna. Cristo es el "juez justo" (2 Tim. 4:8). Querían ser jueces o árbitros sobre los hermanos, diciéndoles que el evangelio predicado por Epafras no era adecuado y que su santidad era deficiente a menos que practicaran los reglamentos con respecto a comida y bebida, la guarda de los días festivos, etc. De esta manera Pablo muestra lo serio del error doctrinal, pues priva al cristiano de su corona de vida eterna. Los hermanos, sin embargo, podían negarles esta autoridad como jueces sobre ellos. Nadie podía privarles de su premio sin su consentimiento.
Al meditar, pues, en la carrera descrita por Pablo, p. ej., en 1 Cor. 9:24-27 y Fil. 3:14, nos conviene tomar muy en serio este peligro. En esta amonestación se ve la responsabilidad de los colosenses -- y de todos los santos -- con respecto a su salvación. Los falsos maestros querían juzgarles y privarles de su premio, pero en el día final cada persona será responsable delante de Dios, tanto el discípulo como el maestro. Sin el permiso de "los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas", los falsos maestros no podían privarles de su premio.
-- afectando humildad -- pero en realidad "vanamente hinchado por su propia mente carnal".
-- y culto a los ángeles, -- La herejía de Colosas (el gnosticismo incipiente) era una mescolanza de prácticas judaicas y paganas. Por denigrar a Cristo exaltaban a los ángeles como mediadores (aunque éstos no son omnipresentes), enseñando la falsa humildad de que el hombre no es digno de acercarse a Dios excepto por la mediación de intermediarios angélicos. Es semejante el concepto católico de que es necesaria la mediación de María y los llamados "santos". Los fieles saben que no son dignos de acercarse a Dios, pero al mismo tiempo saben que Dios mismo les explica con toda claridad que pueden y deben acercarse a El por medio de Cristo (Heb. 4:15, 16; 1 Tim. 2:5; Efes. 2:18). Esta es la verdadera humildad del cristiano.
Compárese Heb. 1:5-14 que explica la superioridad de Cristo sobre los ángeles y que es adorado por los ángeles.
"Lo que muestra cuán fundada y necesaria era la advertencia del apóstol, es el hecho de que ese culto de los ángeles se perpetuó en Asia Menor, sobre todo en Frigia y Pisidia, al punto de que el concilio de Laodicea, en 364, debió prohibir a las iglesias la costumbre de dirigir oraciones a los ángeles" (B-S).
-- entremetiéndose en lo que no ha visto, (basándose en las visiones que ha visto, LBLA; "Es decir, en pretendidas visiones", FL; o, posiblemente, escuchaban "a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios", 1 Tim. 4:1) -- La diferencia entre estas dos traducciones se basa en la diferencia en los textos griegos. La Versión Valera tiene la palabra no, siguiendo el Texto Receptus, "Pero no es genuina", ATR.
"Los falsos maestros con presunción penetraban los secretos del mundo invisible, y hablaban de ellos con mucha confianza, sin tener conocimiento de las cosas de las cuales hablaban: a saber, que los ángeles se ocupan en llevar las oraciones de los hombres a Dios, y en traer de él las bendiciones que se piden en sus oraciones; que los ángeles interceden por ellos delante de Dios; y que el adorar a los ángeles es aceptable ante los ojos de Dios" (JM).
Esta práctica de hablar de lo que "ha visto" nos recuerda de los "milagros" que los carismáticos "han visto con sus propios ojos". Estos se sienten muy ofendidos cuando no les creemos, pero no tienen el derecho de poner lo que "han visto" en contra de la revelación clara de la palabra de Dios (1 Cor. 13:8-10).
-- vanamente hinchado por su propia mente carnal, -- Basándose no en la Escritura sino en "pretendidas visiones" decían que entendían grandes misterios. Tal vez éstos -- al igual que algunos de Tiatira -- profesaban conocer "las profundidades de Satanás" (Apoc. 2:24). Se sentían, pues, muy elevados e importantes, pero en lugar de tener el verdadero conocimiento o sabiduría, en realidad estaban simplemente hinchados (inflados), llenos de orgullo y vanidad. Así son todos los que no dependen de la revelación de Dios, sino de su propia imaginación.
2:19 y no asiéndose de la Cabeza (1:1-18, 24, la preeminencia de Cristo es el tema central de la carta; el dar culto a los ángeles -- al igual que el orar a María y los "santos" -- equivale a renunciar a Cristo), en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, -- "Ambas palabras representan bien la maravillosa unidad del cuerpo mediante células, músculos, arterias, venas, nervios, piel, glándulas, etc. Es una maravillosa máquina trabajando armónicamente bajo la dirección de la cabeza" (ATR), del cual el cuerpo recibe su sustento.
-- crece con el crecimiento que da Dios. -- Los que se alejan de Cristo se alejan del maravilloso crecimiento (el desarrollo espiritual) efectuado por Dios. Pablo describe en Efes. 4:11-16 los dones y capacidades que hacen posible el crecimiento del cuerpo.
2:20, 21 Pues si habéis muerto con Cristo (Gál. 2:20; 2 Tim. 2:11). -- En el bautismo uno muere con Cristo cuando muere al pecado (Rom. 6:2), a sí mismo (2 Cor. 5:15) y en cuanto a los rudimentos del mundo, -- La palabra si no indica duda, sino que equivale a puesto que (compárese Fil. 2:1). Esto se refiere a su muerte o separación del pecado al ser sepultado en el bautismo (2:12) para no andar más "en el mundo", sino en vida nueva en el reino de Cristo (1:13).
-- ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos -- Es decir, ¿por qué se bautizaron si no pensaban morir a tales preceptos?
-- tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques -- Algunos han entendido que Pablo mismo está diciendo, "No manejes, ni gustes, ni aun toques" ciertas cosas y en Estados Unidos este texto se ha aplicado aun al consumo de bebidas alcohólicas, pero los preceptos de este texto son los reglamentos ascéticos. No hay mucha certeza en cuanto a los originarios de ellos, pues varios grupos tuvieron tales preceptos (p. ej., los fariseos, los esenios, los gnósticos, los judaizantes, como también en la actualidad algunas sectas los enseñan). "Los esenios enseñaban que se debería evitar el aceite, la carne, el matrimonio y el contacto con extranjeros. Jesús dijo lo mismo que Pablo en contra de los fariseos quienes enseñaban que para ser salvos era necesario lavarse las manos antes de comer (Mar. 7:14-19). Los monjes y las monjas practican el ascetismo para el supuesto efecto piadoso para ellos. La idea de que la pobreza es esencial para la piedad viene del mismo concepto" (DL).
Lo que todos tienen en común es la enseñanza errónea de que la práctica de tales preceptos produce más piedad o santidad que el evangelio de Cristo.
2:22 (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), -- Mat. 15:8, 9. Pablo condena todas las enseñanzas y prácticas humanas, las que no son de la ley de Cristo. Aunque parezcan muy buenas, sabias, lógicas y necesarias, deben ser rechazadas. Después de recibir la ley, Moisés dijo al pueblo, "No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno" (Deut. 4:2); Jesús dijo, "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos" (Mat. 7:21). La obediencia a Dios requiere que el hombre deje la sabiduría humana y que acepte la sabiduría divina (Isa. 55:8, 9; Jer. 10:23). "El establecer cualquier ‘mandamiento de hombres’ y honrarlo como si fuera mandamiento de Dios es traición" (DL).
-- cosas que todas se destruyen (destinadas a perecer, LBLA) con el uso? -- Véase Mat. 15:17, "¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al vientre, y es echado en la letrina?" "Trabajad, no por la comida que perece" (Jn. 6:27).
2:23 Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación (apariencia, LBLA) de sabiduría -- Los que las practican parecen ser personas muy humildes y piadosas. El clero romano y otros sectarios (p. ej., los menonitas) piensan que la ropa negra o el celibato les hacen aparecer más piadosos.
-- en culto voluntario -- Véanse Lev. 10:1-3; 1 Sam. 13:8-14; 2 Crón. 26:16-21. Se refiere al culto originado por la voluntad humana; ¡imagínese! los hombres inventan su propio culto aunque supuestamente sea para honrar a Dios. ¿No saben que Dios nos ha revelado su voluntad, diciéndonos cómo debemos adorarle? 1 Cor. 2:11-13)), en humildad ("Claramente aquí en mal sentido, ‘en pretendida humildad’", ATR) y en duro trato del cuerpo; -- Los gnósticos enseñaban que toda materia es mala y que, por eso, el cuerpo es malo. En consecuencia de esta filosofía (1) algunos pensaban que lo que el cuerpo hiciera no afectaba el espíritu y, por eso, practicaban el libertinaje (una inmoralidad total), pero (2) otros decían que el cuerpo, siendo malo, era el enemigo del espíritu y, por eso, debía ser maltratado.
Aunque no lo quisieran admitir, muchos religiosos imitan a los gnósticos al requerir los ayunos (evitando los alimentos sabrosos), el uso de ropa rústica e incómoda, y la práctica de penitencias, peregrinajes, vigilias, etc. El concepto de los que inventan tales preceptos parece ser que si los requisitos del evangelio nos hacen santos, ¡cuánto más santos nos harán estos preceptos adicionales!
No conviene el "duro trato del cuerpo", porque Dios es el Creador del cuerpo como también del espíritu del hombre, y Pablo dice que el cuerpo del cristiano es el templo del Espíritu Santo (1 Cor. 6:19, 20). El cristiano no debe usar su cuerpo como instrumento del pecado (Rom. 6:12-18; 1 Tes. 4:4), sino que debe seguir las normas buenas y necesarias para tener un cuerpo sano y consagrado para poder servir a Dios por largos años aquí en la tierra .
-- pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne. -- En lugar de controlarlos, los estimulan. Las tradiciones humanas, pues, obran en contra del cristiano.
Recuérdese que tales reglamentos enseñados por los escribas y fariseos (los "separados") tenían el propósito de producir más santidad y consagración, pero sólo producían orgullo e hipocresía (Mat. 6:1-18; 23:4, 25-28). Con tales cosas se justificaban a sí mismos (Luc. 16:15; 18:9-12).
Es interesante observar que en todos los textos que explican las obras de la carne y la necesidad de practicar el dominio propio, no se enseña ni siquiera el ayuno como medio de dominar la carne, mucho menos las prácticas del ascetismo.
¿Tiene valor contra los apetitos de la carne el celibato? Por el contrario, promueve toda forma de fornicación (aun la homosexualidad y el abuso sexual de niños). "Algunos apostatarán de la fe ... prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos" (1 Tim. 4:1-3).
Es muy necesario entender la diferencia entre la abnegación de sí enseñada por Cristo (Mat. 16:24) y los apóstoles (1 Cor. 9:24-27) y el "duro trato del cuerpo" enseñado por los falsos maestros.
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