Muchos han querido pervertir el evangelio de Cristo
Desde el primer siglo ha habido una cadena interminable de errores doctrinales que han pervertido el evangelio de Cristo:
(1). Los judaizantes obligaban a los hermanos gentiles a convertirse en judíos para ser hijos de Dios. Hech. 15, “1 Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos … 5 Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían creído, se levantaron diciendo: Es necesario circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Moisés”. Estos pervertían el evangelio. Gál. 1, “6 Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. 7 No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. 8 Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema”. Pablo no era indiferente hacia los que promovían esa herejía, sino que los resistía. Gál. 2, “5 a los cuales ni por un momento accedimos a someternos, para que la verdad del evangelio permaneciese con vosotros”.
(2). Los que imponían leyes humanas sobre comidas y el ascetismo. Col. 2, “20 Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos 21 tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques 22 (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? 23 Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne”. Los que promovían esta herejía imponían reglamentos con respecto a los alimentos y algunas formas del ascetismo. Véase también 1 Tim. 4:1-5. En lugar de ser indiferente o tolerante hacia tales errores Pablo decía claramente que era apostasía.
(3). Algunos decían que Cristo no había venido en carne. 1 Jn 4, “3 y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo”. Juan, el apóstol que hablaba tanto de amor, no promovió la unidad en la diversidad doctrinal, sino que denunció fuertemente a los anticristos, los que decían que Cristo no había venido en carne. Véase también 2 Jn. 7.
(4). La Iglesia Cristiana. A fines del siglo XIX y a principios del siglo XX, al apartarse de la verdad (y de hermanos fieles) la Iglesia Cristiana abandonó el énfasis bíblico sobre el evangelio que salva el alma, para concentrarse en el evangelio social. Sin embargo, esta iglesia (denominación) habría aceptado tener plena comunión con las iglesias de Cristo con un sólo requisito: de que éstas no condenaran sus innovaciones; es decir, no tendrían que usar el instrumento de música, no tendrían que enviar dinero a la Sociedad Misionera, etc., sino que con solamente no condenar las prácticas de la Iglesia Cristiana serían aceptadas como hermanos amados. Esto habría sido “unidad en la diversidad doctrinal”. Algunos hermanos que se oponían al instrumento de música en el culto siguieron en comunión con la Iglesia Cristiana y, como consecuencia, su oposición al instrumento no llevaba peso alguno. Es obvio a todos que en realidad el tener comunión con alguna práctica indica aceptación de tal práctica. Por más que se proteste diciendo “No creo en eso; me opongo a eso”, sus palabras son huecas y caen al suelo, simplemente porque ¡la comunión significa aprobación!
(5). La centralización. A mediados del siglo XX muchos hermanos aceptaron la iglesia patrocinadora, la centralización, el establecimiento de instituciones (escuelas, clínicas, asilos, etc.), el evangelio social y otras innovaciones, pero con todo gusto aceptaban la comunión de predicadores e iglesias fieles con tal que éstos no dijeran nada en contra de sus prácticas erróneas. Esta es “unidad en la diversidad”. Las iglesias innovadoras (liberales) quieren comunión con las iglesias fieles (las que rechazan las instituciones, etc.) y habría plena comunión entre todas con tal que no se condene ninguna práctica de las iglesias institucionales. Sin embargo, muchos de nosotros nos oponíamos a sus innovaciones y nos cortaron la comunión (incluyendo la ayuda económica).
(6). “The New Unity Movement”. Poco después, por haber aceptado una versión modificada del calvinismo, algunos hermanos comenzaron el llamado “New Unity Movement” (Movimiento Nuevo de la Unidad) para promover la “unidad” de todos los segmentos del Movimiento de Restauración (la Iglesia Cristiana, las iglesias institucionales como también las que se oponían al institucionalismo, las iglesias que prohíben clases bíblicas y copitas para la comunión, iglesias milenarias, etc.). Esta es la “unidad en la diversidad”. Otra vez, el único requisito es que todos acepten a todos, con toda su “diversidad” de doctrina y práctica y que nadie condene la práctica de nadie.
Las denominaciones quieren la unidad en la diversidad, es decir, que todas tengan comunión las unas con las otras aunque tengan diversidad de doctrinas y prácticas contradictorias. Son tolerantes con respecto a diversas doctrinas porque se basan en el calvinismo que enseña que todos nacen depravados, que la salvación es por la gracia sola y la fe sola, etc.; es decir, puesto que, según los teólogos evangélicos, el hombre tiene naturaleza corrupta, su salvación depende totalmente de Dios y por eso, lo que el hombre haga o no haga no afecta su salvación. Desde luego, pues, pueden tener unidad a pesar de la gran diversidad de doctrinas y prácticas aunque sean contradictorias. Además, bajo la dirección de líderes modernistas se negaba la inspiración de las Escrituras y gran parte de lo sobrenatural y se olvidaba el propósito de la venida de Cristo para salvarnos. En lugar del evangelio de la redención del alma se enfatizaba el evangelio de la redención social. Se cambió la misión de la iglesia de lo espiritual a lo material y se construían escuelas, hospitales y toda clase de institución servicial para mejorar la vida terrenal. En lugar de predicar la justicia de Dios (según la Biblia), predicaban la justicia social para promover la equidad, eliminar la pobreza, etc. En tales actividades era aun más fácil practicar la unidad en la diversidad.
Los hermanos que promueven el llamado “New Unity Movement” lo hacen porque han caído bajo la influencia del calvinismo.
(7). El matrimonio, el divorcio y nuevas nupcias. Otro ejemplo de la “unidad en la diversidad” es que algunos hermanos que enseñan la verdad sobre el divorcio y segundas nupcias tienen comunión con los hermanos que enseñan y practican varios errores sobre este tema.
Jesucristo dice, Mat. 5, 32 Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio” y en Mat. 19, “9 Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera”, pero hay hermanos que profesan ser “conservadores” que rechazan esta enseñanza. Dicen que esta enseñanza no es para el inconverso. Enseñan que el adulterio no es adulterio físico (sexual), sino figurado. Enseñan que aun el fornicario repudiado se puede volver a casar. Enseñan que el bautismo lava la unión adúltera. Enseñan que todos los divorciados están libres para volver a casarse. En fin, niegan lo que Jesucristo enseña sobre el matrimonio, el divorcio y nuevas nupcias, pues aprueban la unión adúltera que Jesús condena y tienen comunión con el adulterio.
Además, los que promueven “la unidad en la diversidad” enseñan que debe haber comunión con los que enseñan y practican el error sobre el divorcio y segundas nupcias. De esta manera éstos también tienen comunión con el adulterio.
Por ejemplo, supongamos un caso. El hermano A enseña error sobre el tema del divorcio y como consecuencia hay una pareja en la congregación donde él predica que vive en adulterio. El hermano B no aprueba esa doctrina y práctica, pero acepta “la unidad en la diversidad” y tiene comunión con el hermano A (por ejemplo, se ayudan en series de servicios). Entonces, dicha pareja se muda de la iglesia donde predica el hermano A para ser miembro donde predica el hermano B y para ser consecuente el hermano B tiene que aceptarla. ¿Cómo puede rehusarla puesto que tiene comunión con el hermano A? Ahora tanto el hermano B (que se opone al error sobre el divorcio pero que aboga por “la unidad en la diversidad”) como el hermano A, tienen comunión con el adulterio. Este es el fruto de “la unidad en la diversidad”.
Esto ha tenido un efecto muy negativo sobre la obra hispana, porque los hermanos Raymundo González, Mel Rose y otros de California que enseñan estos errores doctrinales han trabajado mucho en México, El Salvador y otros países latinos. El hermano Mel Rose ha dicho repetidas veces que toda la controversia sobre el divorcio y nuevas nupcias es pura opinión. Si hermanos fieles aceptaran que los errores fueran opiniones habría perfecta paz y armonía entre todos, pero si aceptamos las tinieblas ya no tendremos comunión con Dios (1 Jn. 1:5, 6).
(8). La Deidad de Jesucristo. Entonces hace unos diez años algunos comenzaron a negar la Deidad de Cristo diciendo que cuando estaba en la tierra se despojó de sus atributos divinos o que nunca usó ningún atributo divino. El originario de esta herejía es el hermano John Welch de Indianapolis, Indiana. El hermano Gene Frost de Louisville, Kentucky, escribió una explicación detallada de la apostasía del hermano Welch en Gospel Truths, Septiembre de 1994. La información siguiente viene de ese artículo: el hermano Welch dijo, “Todas las cualidades y características que hubieran sido de Cristo como divino fueron dejadas. Le fueron quitados todos los privilegios y poderes que hubiera existido” (Faith and Facts, abril de 1987, pág. 12). Según esto, al venir Cristo a la tierra la misma naturaleza de Dios, las cualidades que constituyen lo que es Dios ya no pertenecían a Jesucristo. En una discusión con varios hermanos el día 8 de enero de 1991 en Beaver Dam, Kentucky, el hermano Welch dijo, “Yo creo que Jesús se despojó a sí mismo. Yo creo que él entregó los poderes y prerrogativas antes de venir a la tierra, y que mientras estuvo aquí en la tierra él era, en esencia, el Hijo de Dios, pero que él vivió como un hombre”. Luego en su debate con el hermano Tom O’Neal (los días 1-5 de agosto, 1993 en Bowling Green, Kentucky) el hermano Welch comenzó otra táctica, ya no insistiendo que Cristo había dejado sus atributos divinos, sino afirmando que no los usaba, pero aun en el mismo debate usaba las expresiones tener y usar intercambiablemente, porque no es difícil comprender que si Jesús no usaba los atributos divinos fue porque no los tenía. Obviamente ¡el no usar atributos divinos equivale a no tener atributos divinos! Esto es negar a Cristo. Es puro modernismo.
Jesucristo dice, Juan 8, “58 Antes que Abraham fuese, Yo Soy”; Juan 6, “35 Yo soy el pan de vida”; Juan 8, “12 Yo soy la luz del mundo”; Juan 10, “9 Yo soy la puerta”; Juan 10, “14 Yo soy el buen pastor”; Juan 11, “25 Yo soy la resurrección y la vida”; Juan 14, “6 Yo soy el camino, y la verdad, y la vida”; Juan 15, “1 Yo soy la vid verdadera”. Sin embargo los hermanos modernistas niegan todo esto diciendo que Jesucristo nunca – ni una sola vez – usó o demostró ningún atributo divino. Habría sido completamente imposible demostrar que El era el Yo Soy, el pan de vida, la luz del mundo, la puerta, el buen Pastor, la resurrección y la vida, el camino, la verdad y la vida, la vid, etc. sin usar ningún atributo divino.
Jesucristo perdonaba pecados (Marcos 2:5; Luc. 7:48), pero para el hermano modernista al perdonar pecados Jesús sólo usó atributo humano y no divino.
Jesucristo era adorado (Mat. 2:2; 28:17; Juan 9:38), pero para el hermano modernista el recibir adoración no mostró ningún atributo divino.
Sin embargo, el apóstol Pablo dice, Col. 2, “9 Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad”. ¿Qué dice el hermano modernista de todo esto? Lo deja a un lado precisamente como lo hacen los testigos del Atalaya. Hace caso omiso de Juan 1, “18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer”. También Juan 14, “9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?” ¿Jesús mostró al Padre, le dio a conocer, con puros atributos humanos? Esta falsa doctrina es puro modernismo. Los que la enseñan predican a otro Jesús (2 Cor. 11:4).
¿Cómo, pues, tendremos comunión con los tales? Es tener comunión la luz con las tinieblas. Si tenemos comunión con ellos, entonces en cualquier momento ellos pueden enseñar su error en la misma iglesia donde somos miembros. ¿Qué significa la comunión? Significa colaborar, cooperar, trabajar juntos. En esto se ve la insensatez de la llamada "unidad en la diversidad”. No significa promover la verdadera unidad, sino comprometer la verdad como si no valiera más que el error.
Si Cristo no hubiera usado sus atributos divinos, no habría manera alguna de saber que los poseía. De esa manera con pura astucia el hermano Welch constantemente usa los dos términos intercambiablemente, porque es más fácil convencer a los hermanos ingenuos que Jesús no usaba sus atributos divinos que el convencerlos que no los tenía. Al principio cuando el hermano Welch enseñaba que Jesús se despojó de sus atributos divinos (aun de su Deidad), había mucha protesta, mucha oposición, porque obviamente si eso hubiera ocurrido, entonces Jesús habría sido, como el hermano Welch dijo al principio de la controversia, “an ordinary guy” (un tipo ordinario). Se calmó la tempestad un poco cuando él comenzó a engañar con la expresión “no los usó” pero los que no son niños en su capacidad de razonar bien reconocen que no hay diferencia entre el “no tener” y el “no usar”. No hemos sido engañados nada por su astucia. Como descarados modernistas él y sus socios todavía niegan al Cristo del Nuevo Testamento. Niegan su Deidad y predican a “otro Cristo”.
Como Hijo de Dios (Dios el Hijo), Cristo hizo señales para convencernos que El es en verdad el Hijo de Dios (expresión que equivale a Dios, Jn. 1:1; 8.58; 20:28; Rom. 9:5; Col. 2:9; Tito 2:13; 2 Ped. 1:1; 1 Jn. 5:20). Juan dice claramente (cap. 20), “30 Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. 31 Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre”. El hermano Welch y sus socios dicen que estas señales prueban que Jesús era lo que reclamaba ser, pero las señales mismas dicen algo. Llevan un mensaje. Las señales de Cristo dicen a todos que El es el Hijo de Dios. Se puede ver en muchos textos que “Hijo de Dios” equivale a Dios. Uno de ellos es Juan 10, “30 Yo y el Padre uno somos. 31 Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle. 32 Jesús les respondió: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis? 33 Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios … 36 … vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?”
Sin embargo, el hermano Welch y sus socios no quieren que haya división sobre esta controversia. Quieren que haya “unidad en la diversidad”. Quieren seguir en comunión con los que rechazan esa herejía, y lamentablemente algunos hermanos que enseñan la verdad no toman en serio ese error y siguen teniendo comunión con los falsos maestros. Que nadie diga que este problema no puede afectar la obra hispana, porque los hermanos John Welch, Keith Sharp, Jeff Asher y otros de los que enseñan esta herejía ya han trabajado en Centro América (Belize).
Los hermanos que enseñan que Jesucristo nunca usó ningún atributo divino no quieren división. Quieren aceptación. Quieren que todos seamos hermanos unidos, pero el precio de esa “unidad” es que no se diga nada acerca de su error. ¿Qué dice Jesús sobre esto en Mat. 10:32, 33?
(9) Algunos hermanos “conservadores” enseñan que los días de la creación eran períodos largos (edades geológicas) aun de millones de años.
¿Por qué enseñan algunos hermanos que los días de Génesis 1 no eran días literales, sino edades (períodos largos de millones de años)? La única razón posible es para favorecer la idea falsa de la evolución. Repito: Los únicos que piensan que no eran días literales son los que tienen el propósito de comprometer la verdad y acomodarla a las supuestas “edades geológicas” – y la única razón para enseñar las supuestas “edades geológicas” es para acomodar la evolución.
Pregúntese, ¿para qué quiere alguno pensar en términos de millones o billones de años cuando se trata del origen del universo y del hombre? (Ojo: véase la página 65 sobre la palabra “billón”). La única cosa que necesita tanto tiempo es la evolución. Aparte de promover la evolución no hay propósito alguno para enseñar que los días de Génesis 1 no eran días literales y consecutivos de 24 horas cada uno.
Génesis 1, “5 Y fue la tarde y la mañana un día”; Génesis 1, “14 Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años”. Obviamente Génesis habla del día normal, día de 24 horas (“la tarde y la mañana un día”). Los días eran días literales como los años eran años literales. Si los “días” eran de millones de años, ¿de cuánto tiempo eran los “años”?
La palabra día no podía usarse en sentido figurado en este texto porque es la primera vez que la palabra se usa en la Biblia. Desde luego, una palabra tiene que usarse en su sentido literal antes de usarse en sentido figurado.
Exodo 20, “11 Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo”; este texto confirma que Génesis 1 habla de días literales. Sin embargo, el hermano modernista niega lo que Génesis 1 dice explícitamente. Dice que los días de Génesis 1 eran períodos de creación (edades geológicas) de millones de años. Dice esto para tratar de armonizar la Biblia con la ciencia falsamente así llamada (1 Tim. 6:20).
Este tema tiene que ver con “la unidad en la diversidad”, porque aunque algunos hermanos niegan que Dios creó los cielos y la tierra en seis días literales y consecutivos, creen que esto no debe afectar la comunión, o sea, que debe haber “unidad en la diversidad”.
Y al mismo tiempo otros hermanos que afirman la verdad (de que Dios sí creó el cielo y la tierra en seis días literales) enseñan que ese error no afecta la salvación y que tampoco debe afectar la comunión. Esto es lo que significa “la unidad en la diversidad”. Es simplemente otra táctica del modernismo cuyo propósito es negar la palabra de Dios.
Si no debemos creer lo que dice Génesis 1, ¿por qué debemos creer lo que dice Génesis 2 sobre la creación de la mujer, o lo que dice Génesis 6-9 acerca del diluvio? Todos deben reconocer que el libro de Génesis es el campo de batalla principal en la lucha contra los modernistas. Es por eso que estamos enfatizando que los hermanos que promueven “la unidad en la diversidad” y comprometen la verdad para “armonizar” el relato de Génesis 1 con la “ciencia falsamente así llamada” es porque han caído en la trampa del modernismo.
Enseña este error el hno. Efraín Pérez de Chile. Tiene estudios escritos que ha repartido extensamente. El problema está concentrado principalmente en Florida College de Tampa, Florida. Uno de los maestros de Biblia llamado Shane Scott lo ha enseñado y el director del departamento de Biblia (Ferrel Jenkins) lo apoya, indicando que esta enseñanza debe ser tratada como opinión. Aun el presidente de Florida College (Colly Caldwell) ha apoyado a estos dos maestros bíblicos. Es otro caso, pues, de la “unidad en la diversidad”. Este error se ha expuesto ampliamente en dos publicaciones de Internet (Watchman Magazine y Gospel Anchor), como también en los periódicos Truth Magazine y Gospel Truths. El hno. Bill Reeves refutó el estudio de Hill Roberts que fue traducido, publicado y enseñado por el hermano Efraín Pérez de Chile. Si alguno desea obtener copia del estudio del hermano Reeves, su dirección es 680 Winchester Drive, Hopkinsville, KY 42240. Su dirección electrónica es blaitch@apex.net.
Cuando los hermanos fieles tienen que exponer el error de hermanos que aceptan y enseñan algún error doctrinal, algunos hermanos se escandalizan porque quieren paz y comunión con el hermano errado en lugar de paz y comunión con Cristo. Por ejemplo, al examinar la herejía del hermano Efraín Pérez, el hermano Bill Reeves se apegó a los puros hechos, citando verbalmente las cartas y otros escritos del hermano Efraín. Solamente defendió la verdad de la Biblia y expuso el error del hermano Pérez, pero ha sido criticado porque algunos exaltan al hombre sobre Cristo. Si algún hermano piensa que el hermano Reeves era “injusto con Efraín” (como dijo un hermano), ¿por qué no se dedica a la tarea de exponer esa injusticia para que el hermano Bill se arrepienta de tal “injusticia”?
(Véase el estudio más amplio sobre este tema al final de este tratado)
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