Promesas a Abraham:

Nación

Tierra

Espiritual

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      Observe que hasta este punto de la historia, Dios había desarrollado sólo una pequeña parte de su plan para la redención del hombre. Sabemos que vendrá Aquél que triunfará sobre Satanás (Gén. 3:15). Ahora adicionalmente sabemos que Aquél vendrá de la nación compuesta de los descendientes de Abraham, y que todas las naciones serán benditas por su venida (Gén. 12:2‑3).

      La esposa de Abraham era estéril; así que, ella y Abraham trataron de ayudar a Dios a cumplir su promesa por medio de tener un hijo de Hagar, la criada. Ismael nació. Más tarde Abraham tuvo seis hijos más de Cetura, otra criada. Estos fueron bendecidos porque fueron hijos de Abraham, pero no eran la simiente prometida. Finalmente por medio de un milagro, Isaac nació cuando su padre tenía cien años de edad.

      Después de morir Abraham siendo ya anciano a la edad de 175 años, Dios repitió la promesa triple a Isaac: de la tierra, de la nación y la espiritual. A través de su simiente todas las naciones serían benditas (Gén. 26:2‑4).

      Isaac tuvo dos hijos, Esaú y Jacob. Aun antes de su nacimiento, Dios dijo que Jacob sería el mayor. Los descendientes de Esaú llegaron a ser la nación de los Edomitas. Pero fue a Jacob que la promesa triple fue repetida. E1 recibiría la tierra; sus descendientes formarían una gran nación; y a través de su simiente todas las familias de la tierra serían benditas (Gén.25:13‑14).

 

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