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La preparación de la lección de esta semana

 

          En nuestra última lección, estudiamos cómo hacer la preparación de una unidad de estudio. El momento llega, sin embargo, cuando el tiempo determinado para hacer la preparación anticipadamente se nos termina; ahora tenemos que preparar los detalles para la lección de esta semana.

          Al acercarse la hora para presentar su lección, lea nuevamente y vuelva a meditar en la preparación para esa específica lección. Asegúrese de que todos los detalles de la historia han penetrado profundamente en su propia mente. No deje de recordar cómo esta porción encaja con la lección de la semana pasada, y cómo prepara el terreno para la lección de la próxima semana. Observe que en los libros de historia, usted estará presentando capítulos completos, o secciones enteras de material, en lugar de un estudio versículo por versículo. Podría ser que la historia de la vida de un hombre en particular sea demasiado larga para presentarla en una lección, pero esté seguro de dividirla en segmentos que sean lógicos. Entonces, cada semana, ayude a los estudiantes a recordar los eventos anteriores que nos han llevado a la lección de esta semana.

          Al leer usted la sección que ha de presentarse esta semana, anote los acontecimientos y personajes importantes. ¿Qué pasó en la historia? ¿Cómo reaccionaron los diferentes personajes? Después de una lectura cuidadosa del texto, deje de leer y trate de decir los hechos en su orden correcto. Practique narrando la historia en voz alta. Literalmente escúchese a sí mismo. Grabe su narración de la historia, y luego escúchela si todavía está aprendiendo cómo narrar historias. ¿Fue interesante? ¿Incluyó correctamente todos los detalles y en el orden correcto? ¿Hizo que los personajes cobraran vida? Si no es así, lea la lección una vez más, y trate de nuevo. Sus niños no disfrutarán oyéndole presentar la lección hasta que usted mismo disfrute oyéndola. La historia bíblica es interesante. Si su presentación todavía no es interesante, usted todavía no ha trabajado con el suficiente ahínco para que lo sea.

          Incluya todos los detalles que se dan en el pasaje. Si le dan un nombre, entonces use el nombre en lugar de una vaga referencia a "un hombre". Si queremos decirle algo a alguien acerca de un amigo mutuo, usamos el nombre del amigo. Estos personajes en la historia bíblica se verán más como amigos cuyas vidas podemos imitar si les conocemos por nombre y sabemos cosas específicas que ellos hicieron.

          Ahora es el momento de buscar información adicional. Después de que usted conozca los detalles incluidos en el texto de la Biblia, puede buscar en un atlas de la Biblia o en un comentario, información adicional sobre las condiciones políticas y sociales de aquellos días. Si hay un punto difícil que usted aún no entiende, lea un comentario u otros trabajos para encontrar una explicación del punto, pero aun así, analice cuidadosamente la explicación que haya encontrado. ¿Encaja con los hechos y circunstancias claros en el pasaje?

          Recuerde que todos los libros de historia deben ser presentados en forma de una historia, aun a los adultos. La historia es el registro de la humanidad; la historia divina es el registro de la manera en la cual los hombres han servido a Dios o no le han servido, y las consecuencias que han seguido. Aun el libro de los Hechos, con sus profundos sermones, debe narrarse como una historia. Podría ser que usted quiera detenerse para analizar cada sermón un poco más detenidamente, pero asegúrese de presentarlos enseñando las mismas lecciones que Pedro, Felipe, o Pablo presentaron.

          Si el material es de una epístola, o profeta, y usted ya ha bosquejado todo el libro en sus puntos principales y subpuntos, es tiempo para un estudio detallado de la porción que usted piensa presentar esta semana. Usted descubrirá que de este modo cubre más material por clase porque estará presentando pensamientos completos en vez de trozos de frases del pasaje. Ahora es el momento para estudiar las palabras difíciles. Ahora es el tiempo para leer un comentario. Pero recuerde que el propósito de usar las ayudas es para permitirle a usted mismo ganar un mejor alcance de la argumentación que se está usando en estos versículos en particular para realzar el punto total que el autor está haciendo. En otras palabras, ¿por qué Pablo usó esta expresión? Piense en el pasaje entero. ¿Qué estaba diciendo el escritor? ¿Cuá1 era el punto principal del escritor? ¿Qué argumentos utilizó para comprobar su punto? ¿Cómo debería este versículo en particular ser interpretado en relación con el contexto entero? ¿Qué punto en particular tenía el escritor en mente?

          Usted todavía no ha terminado con su análisis del pasaje. Condense el material que ha encontrado. Pudo haber leído comentarios conflictivos en los varios comentarios que usó. Todos estos libros fueron escritos por hombres no inspirados. La mente de usted es capaz de razonar tan bien como la de ellos. Considere los puntos que ha leído. Lea el pasaje mismo otra vez en su contexto y escoja la explicación que esté más de acuerdo con la Escritura. Esté seguro que el punto que hace esté en armonía, no solamente con este pasaje, sino también con todos los otros pasajes bíblicos. Ahora prepare apuntes, o mentales o escritos, para ayudarle a presentar todo el pensamiento bajo consideración de una manera clara y concisa. Una vez que haya preparado el material de acuerdo con el plan del autor, compárelo con las situaciones del tiempo presente, y haga las comparaciones o contrastes necesarios para ayudar a sus oyentes a aplicar las lecciones en sus propias vidas.

          Evite la tentación de parecer erudito. Evite las introducciones interminables. Haga que cada comentario, cada hecho, realce el entendimiento del pasaje. Comience con el esfuerzo de darles a sus estudiantes una vista simple y completa del libro. Hágala simple. Planifique revisar al comienzo y al final de cada período de clase para estar seguro que la clase está recordando los puntos vitales. La simplicidad no es sinónimo de ser superficial. Jesús podía tomar las lecciones más profundas que jamás escuchara la humanidad y expresarlas en palabras muy sencillas. Considere el sermón del monte.

          Lleve sus notas a la clase, no sea que olvide un detalle, o la secuencia de los acontecimientos. Es mucho mejor leer sus notas, o el pasaje mismo, que dar una información inexacta, pero recuerde que las notas son para usted. Leer los apuntes en voz alta en la clase será aburrido para sus oyentes. Las notas son su muleta para ayudarle a recordar bajo presión algún detalle, y para mantenerle en la trayectoria que usted ha preparado para presentar en orden el material de la manera más fácil de entenderse.

 

Es preciso que los estudiantes entiendan

 

          ¿Hay palabras que usted no comprende? Búsquelas en un diccionario. ¿Hay palabras que usted ha escuchado antes, pero el significado que usted ha oído no parece caber en el contexto? Busque en el diccionario para ver si hay una variación del significado que cabe mejor en el contexto. Esté seguro que usted entiende cada palabra de la lección, pero ¡recuerde que no hay nada más aburrido que escuchar por una hora el Diccionario de Webster o el Léxico de Thayer! La definición de cada palabra es parte de las "40 veces más" de conocimiento que usted necesita saber.

          Prepárese para interpretar palabras por su clase de una manera que ellos puedan comprender. Tal vez la palabra difícil es una que es arcaica que no usamos en nuestro vocabulario normal. Use un sinónimo para expresar el pensamiento, o dé una definición corta y concisa que trate precisamente el punto, y entonces proceda con el pensamiento principal bajo consideración. La mayoría de las veces no hay necesidad de dar demasiado énfasis a las definiciones en un texto o historia. Simplemente diga lo que la palabra significa y continúe con la lección.

          Las palabras deben ser definidas en la forma más simple para los niños. La mayoría de los niños pueden pronunciar y usar más palabras de las que en realidad entienden. Al presentar la historia, presente con exactitud los detalles, y luego defina las palabras que ellos no entiendan en términos que sí puedan entender. Por ejemplo, el arca de Noé tenía 30 codos de altura. Un codo es una manera de medir cosas. Era la distancia desde la punta del codo hasta la punta del dedo. Huelga decir que el codo de un niño de tres años no es tan largo como el codo de su papá, pero le faltan algunos años para que pueda aprender la definición más precisa que encontramos en el diccionario de la palabra “codo”, de 18 a 21 pulgadas. Mientras usted le habrá dado una definición que é1 puede usar ahora.

          Recuerde que los niños no siempre comprenden las palabras que usamos regularmente. Esté listo para definir las palabras que usted vea que ellos no comprenden. Haga preguntas a menudo para estar seguro que ellos están entendiendo el significado de las palabras de la misma manera que usted las usa.

          Es posible que usted haya leído su pasaje diez veces, que haya leído diez comentarios, que haya buscado cada palabra en particular, que haya llenado una libreta con notas, pero usted no habrá entendido un pasaje lo suficientemente bien como para enseñarlo hasta que usted pueda expresar el mensaje original del escritor en sus propias palabras. Usted no lo habrá enseñado a sus estudiantes hasta que cada uno de ellos pueda expresar correctamente ese mismo mensaje en sus propias palabras. Pronunciar de manera indiferente un conjunto de palabras prescritas no garantiza que las hayamos comprendido.

          Las lecciones que no comprendemos no llegan a ser parte de nuestro conocimiento permanente, o parte de nuestra forma de vida. Por lo tanto, si mis estudiantes no comprenden el pasaje asignado para cuando la clase termine, yo y ellos habremos perdido el tiempo. No les habré ayudado a acercarse más al cielo. No se habrá logrado el objetivo de aprendizaje.

 

¿Buscando algo nuevo?

 

          Algunos maestros están buscando algo "nuevo" que presentar a la clase. Ellos piensan que deben presentar algún pensamiento que jamás nadie hubiera pensado. En primer lugar, esa meta probablemente es imposible. El libro más reciente de la Biblia fue escrito hace aproximadamente 1900 años. Muchos y muchos maestros han estudiado los pasajes y buscado "nuevas" ideas. El escritor de Eclesiastés dice, "No hay cosa nueva debajo del sol" (Eclesiastés 1:9). Si usted encuentra algo completamente nuevo, entonces será demasiado nuevo para ser verdad. La búsqueda de “nuevas” ideas es un principio que Dios no incluyó en el pasaje bajo consideración.

          Además no necesitamos nuevas ideas. La Biblia no está pasada de moda. Cada generación necesita las mismas antiguas verdades que cualquier otra generación ha necesitado. Jeremías dijo a la gente de su tiempo, "Preguntad por las sendas antiguas, Cuál sea el buen camino" (Jer. 6: 16). Necesitamos emprender la misma búsqueda ahora. Por tanto, nuestro grito a voz en cuello en este libro es que nuestros métodos modernos han enseñado tantas "nuevas ideas" que hemos fallado en la manera de enseñar la muy antigua historia de la Biblia. La hemos hecho de tanta “aplicación práctica” que hemos fallado en la manera de enseñar los hechos mismos de cada historia para poder “aplicarla”. Hemos enseñado tanto "acerca de” la Biblia que hemos fallado en la manera de enseñar la Biblia misma.

          Volvamos a la antigua historia. Ayude a sus oyentes a experimentar el temor con los Israelitas al estar parados al pié del Monte Sinaí oyendo la voz de Dios (Exodo 20). Ayúdelos a ver cómo un hombre leproso súbitamente quedó limpio ante los propios ojos del pueblo en los días de Jesús (Mateo 8:l‑4). Ayúdelos a experimentar el asombro, el gozo, y todas las otras emociones que se sintieron al ver a Lázaro salir de la tumba después de estar muerto cuatro días (Juan 1l). Ayúdelos a estar al pié de la cruz y entristecerse con el apóstol Juan. Luego ayúdelos a correr con él a la tumba vacía para ver los lienzos y el sudario aún en la losa en donde el cuerpo de Jesús había sido puesto. Ayúdelos a ver con Juan que aquellas vestiduras estaban flácidas ahora porque el cuerpo de Jesús no estaba allí. ¡Estaba vivo de nuevo! (Vea Juan l9‑20). Ayúdelos a "comer" el pescado que Jesús tenía listo para los discípulos en una de las últimas veces que estuvieron juntos (Juan 2l ). Esto es lo que necesitamos.

          Jesús dijo, "El que me ama, mi palabra guardará " (Juan 14:23). La única manera de aprender a amar a Jesús es aprendiendo a conocerlo. Entre más caminamos con é1 a través de los cerros de Galilea, más le amaremos. No necesitamos algo nuevo. El mensaje de la Biblia es nuevo y fresco para cada generación.

 

"La preparación excesiva"

 

          Hay otro problema que a veces sucede. Es posible "prepararse demasiado" para una clase. Hemos dicho que debe estudiar las palabras difíciles, pero también hemos dicho que no hay nada más aburrido para los oyentes que el escuchar la lectura de un diccionario toda la tarde. Hemos dicho que si el estudio es temático, es necesario examinar cada pasaje que trata el tema para estar seguro que tiene toda la información que el Espíritu Santo ha dado, pero luego el volumen del material que hayamos encontrado probablemente sea demasiado para incluirlo en el tiempo designado para la clase. Ciertos pensamientos se repiten muchas veces en las Escrituras, de manera que hay muchos pasajes en distintos contextos que podamos examinar para ver donde unas frases en particular se usan en otros pasajes, pero entonces podríamos no entender la razón por la cual esa frase en particular fue usada en el pasaje bajo consideración. ¿Qué lección estaba enseñando el Espíritu Santo cuando El guió al autor para que usara esa frase en este texto?

          Busque las palabras que necesite; busque el contexto de los pasajes claves; lea todos los pasajes sobre el tema a estudiar; examine algunos pasajes en distintos contextos para realzar su comprensión de alguna frase difícil; lea un comentario o dos para enterarse de los pensamientos de otros sobre el tema. A estas alturas usted ha terminado el primer paso en su preparación para enseñar la lección de esta semana. Condense su información. Analice los pasajes; estructúrelos en unos pocos puntos lógicos que fácilmente puedan ser entendidos y recordados; escoja dos o tres pasajes claves para comprobar cada punto; dé definiciones sólo de las palabras que usted piense que sus oyentes no entiendan; presente uno o dos pasajes de otros contextos que enseñen el mismo punto que se enseñe en el texto bajo consideración. Dispóngase a presentar su lección de manera unificada, no viviseccionada para ser puesta bajo el microscopio.

          El problema de la preparación excesiva se encuentra generalmente en una persona con temor mortal de su responsabilidad. Hemos tratado de enfatizar la importancia de enseñar y la necesidad absoluta de tener conocimiento apropiado, pero es posible llevar a cabo la tarea que tenemos ante nosotros. El mejor maestro que usted conoce es un ser humano común. Hubo algún tiempo cuando ese maestro fue un principiante. Dios puso la tarea de evangelizar "en vasos de barro" (2 Cor. 4:7). ¡El dice que podemos hacerlo!

          No desconfíe de sus propios pensamientos. ¿Qué dice el pasaje? Probablemente si usted se relaja y lo lee cuidadosamente, será capaz de comprenderlo sin consultar un diccionario o un comentario. A veces los comentarios ayudan mucho, pero a veces los escritores de los comentarios cometen errores muy serios en sus interpretaciones. Sea juicioso al usar cualquier obra de hombres no inspirados.

          Mi consejo para maestros principiantes es, que primeramente escojan una sección histórica de la Biblia como tema para enseñar. Estas porciones son más fáciles de interpretar que las epístolas, los profetas o los libros de poesía.

 

 ¿QUE SIGNIFICA ENSEÑAR?

 

          Tal vez podamos resumir lo que hemos dicho hasta aquí en este libro por medio de analizar el proceso de enseñanza. Se podría dividir en tres categorías. E1 maestro debe:

          1. Aprender la lección divina que está en el pasaje bajo consideración.

          2. Presentar esa lección divina de manera que cada uno de sus estudiantes pueda entenderla claramente.

          3. En esa presentación, persuada a sus estudiantes a aplicar en sus propias vidas la (s) lección (es) que han aprendido. Este es un paso muy importante, pero por lo general se puede hacer con sólo unas pocas frases adicionales si la presentación de la lección es clara y efectiva.

 

"Pero yo no tengo tiempo para estudiar de esa manera ..."

 

          Ya sé la respuesta que usted podría dar a las sugerencias que hemos planteado acerca de cómo estudiar. "Yo no tengo tiempo para estudiar tanto. Si él observara por un rato mi programa de trabajo, no haría tal sugerencia para mí. Me imagino que esas sugerencias no son para mí”.

          Pero, espere un momento. Cada uno de nosotros tiene exactamente las mismas 24 horas al día. Cada uno de nosotros está muy, pero muy ocupado, porque todos vivimos en Los Estados Unidos de América en una sociedad que ha llegado al frenetismo por la actividad. Pensamos que tenemos que llenar cada minuto al punto de reventarse. Si tengo un minuto de tiempo libre, entonces busco un pasatiempo que aprovechado me llene ese minuto. Todos tenemos trabajos, hogares, familias etc., pero también es verdad que todos tenemos cosas extras que logramos acomodar en esos horarios tan ocupados. Hay cosas que establecemos como prioridades y logramos hacerlas, porque hemos decidido que esas cosas son importantes. Si usted va a enseñar una clase bíblica, entonces,  que ésta sea una de esas prioridades. Esta vez haga a un lado todas las otras cosas y tómese unos meses para aprender, para prepararse, y luego para enseñar esa porción de la Biblia.

          No puede tomar ningún atajo. No hay fórmula mágica. La elección es suya. Puede seguir como lo haría un maestro mediocre quien apenas hace obra aceptable, o puede empezar a encargarse de su responsabilidad y trabajar diligentemente para llegar a ser un buen estudiante de la Biblia, saturado de información fascinante que puede impartir a sus oyentes.

          Requiere trabajo y requiere tiempo el estudiar de la manera que hemos sugerido, pero las recompensas son grandes. Una vez que usted comprenda la razón por la cual cada libro de la Biblia fue escrito, y comprenda las grandes verdades que en ella se expresan, entonces cada libro resaltará claramente en su propia mente. Usted verá la belleza de cada libro en particular.

          Imagine por un momento que estamos parados en una habitación con un juego de estantes ante nosotros. Hay 66 volúmenes encuadernados en aquellos estantes. Al acercarnos a ellos y observamos los libros, podría ser que nos sintamos un poco abrumados, pensando ¿cómo podríamos leer y comprender todo lo que está contenido en aquellos libros? Al tomar uno y luego otro al azar, es posible que aun así nos sintamos abrumados. Podríamos decir, ¡Mire todas esas palabras! ¡Yo nunca podría aprender todas esas palabras! Pero, si yo con calma tomaré uno de esos libros, y buscaré un lugar tranquilo para leerlo y meditar acerca de él, entonces aquellos volúmenes encuadernados que una vez me asustaron, gradualmente se convertirían en compañeros amados, y entre más los leyera y entre más meditara en ellos, lo más probable sería que yo deseara dirigirme hacia los estantes para tomar uno de esos amados volúmenes para acariciarlo y volverlo a leer.

          Piense en la Biblia de esta misma manera. Es una biblioteca de 66 libros hermosos. Pero, ¡qué biblioteca! Es la que Dios mismo ha escogido. Es como si literalmente Dios mismo en su sabiduría hubiera examinado todas las palabras que han sido escritas desde la creación del mundo y hubiera seleccionado esos 66 libros como los que son lo suficientemente valiosos para que cada generación los lea. Además, El guió las manos de quienes escribieron los libros para asegurarse de que todas sus afirmaciones fueran verdad y que ellos preservaran los pensamientos y eventos más importantes de todas las edades. En realidad, Dios es el Autor de estos libros a través de las manos de los escritores inspirados. ¡Qué biblioteca!

          Considere una bendición el privilegio de hojear los libros de la biblioteca de Dios. Considérelo una bendición y un desafío el que pueda despertar en otros el mismo amor que usted ha adquirido por estos volúmenes. Estos libros no sólo son interesantes; nos dicen además cómo llegar al cielo. No hay en existencia otros libros como estos.

 

Tarea que ha de desarrollarse:

 

l. Escoja la porción de la Escritura que le toca enseñar esta semana y siga la pauta sugerida para estudiarla. Redacte sus notas, incluyendo cada paso de su estudio. Complete el estudio con un bosquejo corto y conciso (el plan de lección) que usted podrá usar en su sala de clases.

2. Ahora compare este juego de notas de estudio con el método que usted normalmente utiliza. ¿Qué diferencias hay? ¿Qué ventajas o desventajas encuentra usted en cada uno de los dos métodos? De la comparación que ha hecho, desarrolle un plan de estudio que funcione mejor para usted, pero que al mismo tiempo lo prepare para enseñar el pasaje bíblico en su contexto. Sea honesto con usted mismo. ¿Está escogiendo la mejor manera de estudiar, o está escogiendo la manera a la cual está acostumbrado, y por eso, la que para usted es más fácil?

 

 


 

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