(El silencio de las Escrituras)
“Autoridad”=derecho de
mandar y requerir la obediencia. Tiene que ver con gobernar o regir.
Potestad para hacer cumplir la ley.
La autoridad es esencial. Soberanía (autoridad
suprema) pertenece a Dios como Creador omnipotente, omnisciente.
La naturaleza del hombre la requiere. Jer. 10:23,
“Conozco, oh Jehová, que el hombre no es señor de su camino, ni del
hombre que camina es el ordenar sus pasos”. Hay que haber patrón que
seguir.
Para evitar el caos (confusión). Jueces 21:25,
“cada uno hacía lo que bien le parecía”. Esto produce desorden,
confusión.
La salvación, reconciliación con Dios la requiere. Dios tuvo que
revelar e imponer su voluntad para dirigirnos hacia la salvación.
La autoridad tiene que ser objetiva, palabra de Dios,
--Sant. 1:18, “El, de su voluntad, nos hizo nacer
por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas”.
-- Judas 3
-- Rom. 1:16 y no subjetiva, pensamientos,
sentimientos, deseos, instintos humanos (Jer. 10:23).
La voluntad de Dios tiene que ser revelada. El
hombre no es capaz de conocerla por medio de su propio pensamiento,
conocimiento, sabiduría.
-- Isa. 55:8, 9, “Porque mis pensamientos no son
vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.
9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos
más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros
pensamientos”.
-- Rom. 11:33, 34 “¡Oh profundidad de las
riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables
son sus juicios, e inescrutables sus caminos! 34 Porque ¿quién
entendió la mente del Señor?”
Dios nos ha hablado por su Hijo,
-- Heb. 1:1, 2, “ Dios, habiendo
hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres
por los profetas, 2 en estos postreros días nos ha hablado por el
Hijo.
-- Jn. 14:6.
Por eso, estudiamos, predicamos el Nuevo
Testamento de Jesucristo para saber lo que Dios autoriza ahora.
El Espíritu Santo es el Agente Divino en la obra de revelar la
voluntad de Dios.
--Jn. 14:26, “ Mas el Consolador, el Espíritu
Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas
las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”.
-- Jn. 16:13, “Pero cuando venga el Espíritu de
verdad, os guiará a toda la verdad” y luego la confirmó con milagros”.
El vino el día de Pentecostés y comenzó a revelar toda la verdad a
los apóstoles y lo escribieron en NT.
La única manera de conocer la mente de Dios.
--1 Cor. 2:9-13. “¿quién de los
hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que
está en él?”
--1 Por eso, la autoridad que nos gobierna es la
palabra escrita de Dios, el Nuevo Testamento de Jesucristo. Ahora no
hay revelaciones modernas. Judas 3.
La Escritura es perfecta y adecuada.
-- 2 Tim. 3:16, 17 “ Toda la
Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir,
para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre
de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”.
-- 2 Ped. 1:3, “Como todas las cosas que
pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino
poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria
y excelencia”.
-- Sant. 1:25, “Mas el que mira atentamente en la
perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo
oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado
en lo que hace”.
-- Permanece, 1 Ped. 1:25, “Mas la palabra del
Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el
evangelio os ha sido anunciada”.
Para mucha gente ¿qué autoriza? Lo que les gusta, opiniones,
lo popular, tradiciones, filosofías, conciencia, “La Escritura no lo
prohíbe”.
¿Cómo autoriza la Escritura? Por una declaración clara,
mandamiento, ejemplo, inferencia necesaria (cena cada primer día).
Dos puntos de vista. (1) Aceptar lo que la Biblia no prohíbe
explícitamente (“no matarás”) (2) aceptar lo que la Biblia autoriza.
El segundo concepto es el correcto.
Autoridad específica (bautizar, no rociar; cantar, no tocar)
y autoridad genérica (bautizar en el río o bautisterio; usar
himnarios).
Esta es la diferencia básica entre la iglesia de Cristo y las
iglesias denominacionales. Aceptamos solamente lo que la Biblia
autoriza.
Por eso, hay muchísimas iglesias denominacionales. Con ese
concepto la unidad por la cual Jesús oró (Jn. 17:23) es imposible.
Algunas iglesias de Cristo aceptan el concepto denominacional:
tienen instituciones, centralización, evangelio social, Etc.
Martín Lutero aceptó lo que no se prohíbe explícitamente (por
nombre). Música instrumental, aspersión, bautizo infantil,
muchas otras cosas.
1 Ped 4:11 “hable conforme a las palabras de Dios”. Donde la
Biblia hablamos, donde ésta calla, callamos nosotros. Llamamos cosas
bíblicas por nombres bíblicos.
“Pero la Biblia no dice que no debemos hacerlo”. ¿Dónde lo
prohíbe la Biblia? Esta es la defensa de millones para sus prácticas
religiosas.
Hebreos 7:14, “nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la
cual nada habló Moisés tocante al sacerdocio”. No lo prohibió
explícitamente, pero no lo autorizó.
Levítico 10:1, 2, “ofrecieron delante de Jehová fuego extraño,
que él nunca les mandó”. El silencio no autoriza, sino que más bien
prohíbe.
1 Cor. 4:6, “aprendáis a no pensar más de lo que está escrito”.
Lo que está escrito fija las fronteras. Lo que no está escrito no
autoriza.
Hechos 15:24, “a los cuales no dimos orden, mandando
circuncidaros y guardar la ley”. Apóstoles no lo prohibieron
explícitamente pero no lo autorizaron. No dimos orden.
No hay texto que diga no tocar instrumentos o quemar incienso en el
culto, no rociar, no bautizar infantes, no usar hamburgueza ni Pepsi
para la cena del Señor.
Números 22:18, “Aunque Balac me diese su casa llena de plata
y oro, no puedo traspasar la palabra de Jehová mi Dios para hacer
cosa chica ni grande”.
Usted da dinero al hijo, le dice, “Anda, compra pan”. Él
compra pan, dulces, chicle y juguete. “Usted no dijo, No compres
dulces, chicle ni juguete”.
Deut. 4:2, “No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni
disminuiréis de ella”. 12:32, “Cuidarás de hacer todo lo que yo te
mando; no añadirás a ello, ni de ello quitarás”.
Apoc. 22:18, “Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá
sobre él las plagas que están escritas en este libro”.
Apoc. 22:19, “Y si alguno quitare de las palabras del libro
de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de
la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro”.
¿Qué escribe en el sobre? ¿“No envíen esta carta a Dallas, ni
a Saltillo, ni a Matamoros”? Simplemente pone Monterrey, N. L.,
México. Es lo que usted autoriza.
Colosenses 3:16, “cantando con gracia en vuestros corazones
al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales” – autoriza
el
cantar y excluye instrumentos de música.
Es imposible aprender la voluntad de Dios por lo que NO DICE.
La aprendemos por lo que DICE, no por lo que NO DICE.