El Mesías: El Siervo de Jehová

Introducción.

          A. Las profecías de Isaías, un tesoro de profecías de Cristo: desde su nacimiento hasta que ocupara su trono.

          B. Capítulos 42 - 53, profecías acerca del Siervo de Jehová eran, para muchos judíos, difíciles de entender, asombrosas, aun increíbles. Pero es llamado Siervo porque no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos (Mat. 20:27, 28). Se llama Siervo porque es nuestro Mediador.

          C. Hech. 8:29-34, el eunuco era estudiante diligente de las Escrituras. Leía Isa. 53 y no entendía, porque tampoco los de Jerusalén la entendían. Sinceramente quería entender esta profecía. Tengamos la misma actitud.

Isaías 42:1-9

          Este Regidor es el prometido Mesías. Mateo 12:17-21 dice que Cristo Jesús cumplió esta profecía. No hay otro que la cumpla.

          Isaías habla del Siervo de Jehová como el Redentor de Israel, como luz para los gentiles y como el instrumento o medio por el cual Jehová traerá justicia a las naciones del mundo.

42:1 He puesto sobre él mi Espíritu -- Véanse 11:2; 61:1; Mat. 3:16, 17; 17:5. Al enseñar en la sinagoga de Nazaret Jesús cita Isa. 61:1 y dijo, "Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros" (Luc. 4:18-21).

42:1 El traería justicia a las naciones -- La palabra justicia quiere decir ley, regla, gobierno, reino; es decir, la ley del Mesías no sería como la ley de Moisés que fue dada solamente al pueblo de Israel, sino que sería reinado universal (Mat. 28:18).

42:2 No gritará, ni alzará su voz, ni la hará oír en las calles -- El Siervo de Jehová no establecería su gobierno como los políticos comunes y corrientes, con el sensacionalismo de trompetas, ni con las manifestaciones ruidosas en las calles. Juan 18:36; 2 Cor. 10:3-5; Mat. 27:53.

          Más bien, sería el Maestro de maestros, diariamente enseñando la palabra de Dios que conquistaría el corazón humano. Pero lo que sigue es difícil de entender, les habrá extrañado.

42:3 No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia -- No hará como los otros conquistadores que abusan de los débiles tratándolos como inútiles. Jesús no era severo y cruel, sino compasivo y paciente con los oprimidos por el diablo. Los escribas y fariseos oprimían a los pobres (Mat. 23:14, 23), pero Jesús buscó y salvó a los despreciados publicanos (Luc. 19:2, 10), consolaba a los que lloraban, animaba a los temerosos (Mat. 14:13-21) y perdonaba a los pecadores.

          Para el Siervo de Jehová los más débiles pueden ser útiles. Por eso, los levanta, ayuda y fortalece. Cristo vino al mundo para buscar y salvar a los perdidos (Luc. 19:10). Lucas 15, tres parábolas que describen este gran amor por los perdidos. Es Medico de los enfermos (Mar. 2:16, 17; Luc. 7:36-48).

          Esto no quiere decir que Jesús tolera el pecado en la iglesia, que la levadura mala siga obrando para corromper toda la iglesia (1 Cor. 5:7). No quiere decir que los débiles debieran ser dejados en su debilidad. No significa que Cristo no castiga el pecado. El Espíritu Santo enseña la necesidad de la disciplina en la iglesia, pero el mismo Espíritu Santo enseña la necesidad de la paciencia (2 Tim. 4:2), de la ternura (1 Tes. 2:7, 11), de alentar a los débiles (1 Tes. 5:14), de levantar las manos caídas (Heb. 12:12, 13).

42:4 No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la tierra justicia; y las costas esperarán su ley -- Habrá muchos obstáculos y problemas. No será fácil, pero logrará su propósito de establecer su gobierno en el mundo. Había mucho que corregir. Había injusticia y opresión y tales condiciones provocan revoluciones, pero el reino de Cristo no es de este mundo, sino que por medio del evangelio El sigue luchando contra Satanás y todas las fuerzas de maldad.

42:7 para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los impresos, y de casas de prisión a los que moran en tinieblas -- "Me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos" (Luc. 4:18).

42:9 He aquí se cumplieron las cosas primeras, y yo anuncio cosas nuevas -- Muchas profecías ya se habían cumplido: p. ej., acerca de los descendientes de Abraham, acerca del reino de David, acerca de la venida de los asirios y babilonios para llevar cautivos al pueblo, etc. Dios es fiel. "El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán" (Mat. 24:35); "la palabra de Dios es viva y eficaz" (Heb. 4:12), es decir, siempre se cumple.

                                                   Isaías 49:5-8

49:3 Mi siervo eres, oh Israel, porque en ti me gloriaré. -- Parece que la nación de Israel es el Siervo de Jehová, pero hay que estudiar el significado del nombre Israel. Recuérdese que el nombre de Jacob fue cambiado a Israel cuando luchó con el ángel y prevaleció. Cuando Isaías escribió esta profecía la nación de Israel ni siquiera luchaba y, desde luego, no prevalecía. Más bien este nombre se le aplica al Siervo victorioso de Jehová, el Mesías, para señalar la lucha que El sostenía y la victoria que logró.

49:4 Pero yo dije: Por demás he trabajado, en vano y sin provecho he consumido mis fuerzas; pero mi causa está delante de Jehová, y mi recompensa con mi Dios. -- Vino a lo suyo y los suyos no lo recibieron (Jn. 1:11). Muchas cosas obraban en contra de Cristo, y en una ocasión "muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él" (Jn. 6:66). Cuando fue prendido sus propios apóstoles lo desampararon y Pedro lo negó. Pero el Siervo no podía fallar porque su causa -- y su recompensa -- estaba delante de Jehová. Sería vindicado (recompensado). Compárese 53:12 que habla de esta recompensa.

49:5,6 Ahora pues, dice Jehová, el que me formó desde el vientre para ser su siervo, para hacer volver a él a Jacob y para congregarte a Israel... -- El Siervo no es la nación de Israel, sino el Mesías quien haría volver a Dios a Jacob y a Israel. "No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel" (Mat. 15:24). El evangelio fue predicado primeramente a los judíos (Rom. 1:16). Al llegar los apóstoles a cada ciudad predicaban primero en las sinagogas. Aunque como nación los judíos rechazaron a Cristo, hubo un remanente que sí lo aceptó.

          -- también te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra (para que mi salvación alcance hasta los confines de la tierra, LBLA) (Hech. 13:47). -- Repetidas veces se expresa que la obra del Mesías, que sería llevada a cabo por sus apóstoles, no sería limitada a la nación de Israel, sino que sería universal.

49:7 Así ha dicho Jehová, Redentor de Israel, el Santo suyo, al menospreciado de alma, al abominado de las naciones, al siervo de los tiranos (gobernantes, LBLA); -- 53:3. Esta es otra descripción extraña, asombrosa y difícil de aceptar. ¿Cómo sería posible que el Redentor de Israel sea menospreciado y abominado? El pueblo de Israel sabía que el Mesías sería exaltado, pero ¿quién se atrevería a menospreciarlo? ¡Qué extraño!

          -- verán reyes, y se levantarán príncipes, y adorarán por Jehová; porque fiel es el Santo de Israel, el cual te escogió.

49:8 Así dijo Jehová: En tiempo aceptable te oí, y en el día de salvación te ayudé; y te guardaré, y te daré por pacto al pueblo, para que restaures la tierra, para que heredes asoladas heredades. -- 2 Cor. 6:2. El apóstol Pablo cita este texto y lo aplica al evangelio de Cristo.

                                                     Isaías 50:4

50:4 Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba; no escondí mi rostro de injurias y de esputos. -- ¡Cómo les habrá extrañado esta profecía al pueblo de Israel? ¿Qué es eso de dar su cuerpo a los heridores? ¿Quién se atrevería a herir al Mesías de Dios?

                                                   Isaías 52:13-15

52:13 He aquí que mi siervo será prosperado, será engrandecido y exaltado, y será puesto muy en alto -- Este es el lenguaje que el pueblo entendía. Le agradaba mucho oír y leer tales palabras. Se regocijaban al meditar sobre la exaltación del Mesías. Pero, en realidad, esto se refiere al cumplimiento del propósito de Dios realizado, llevado a cabo, cuando Cristo murió, resucitó y ascendió a su trono. Compárese 53:10-12; Hech. 2:32-36.

          Pero el pueblo no entendía que Cristo sería exaltado por medio del sufrimiento, Apoc. 5:12.

52:14 Como se asombraron de ti muchos, de tal manera fue desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosura más que la de los hijos de hombres -- Otras palabras extrañas, asombrosas. Mat. 16:21-23.

          La expresión desfigurada su parecer se refiere a su sufrimiento, humillación y vergüenza.

52:15 Así asombrará (esparcirá, LBLA, pero, margen, asombrará) él a muchas naciones; los reyes cerrarán ante él la boca, porque verán lo que nunca les fue contado, y entenderán lo que jamás habían oído -- ¡Con el evangelio de Cristo Dios asombró a las naciones! ¡Les sorprendió! No esperaban tal cosa. Nunca se hubieran imaginado.

          El evangelio de Cristo es inconcebible para la mente humana, 1 Cor. 2:9-14. El evangelio no podía ser producto del pensamiento humano; para el hombre natural (el hombre sin revelación) es locura.

          Jamás otro hubiera cumplido estas profecías que hablaban del Mesías. Aquí está otra evidencia fuerte para confirmar que el evangelio es de Dios.

                                                    Isaías 53

53:1 ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? -- Jn. 12:37-42; Rom. 10:16-21. Aun muchos de los que profesan creer no abrazan el evangelio como la verdadera regla de su vida.

          -- ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová? -- Rom. 1:16; compárese Ex. 15:16.

53:2 Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; -- 11:1, "Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces". "Tierra seca" se refiere a la condición corrupta y al estado esclavizado de los judíos. Eran tradicionalistas (p. ej., Mat. 15:1-9); tenían un sacerdocio muy corrupto, bajo la influencia de la incredulidad de los saduceos; Jesús dice que los escribas y fariseos eran hipócritas (Mat. 23), etc. Todo esto se puede comparar con una tierra seca, un árido desierto

          -- no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. -- Se refiere a todas las circunstancias externas del nacimiento y crianza de Jesús. Véase 1 Cor. 1:26 lo débil, vil. Este texto indica que el origen terrenal del Siervo no era nada impresionante: nacido en Belén, criado en Nazaret. Jn. 1:46, "¿De Nazaret puede salir algo de bueno?" Jn. 7:41, "¿De Galilea ha de venir el Cristo?" ¿El Hijo de Dios? ¿Por qué no vino de una familia importante? ¿Por qué no asistía a una escuela de renombre?

          ¿Por qué no tenía dinero? ¿Por qué tan humildes circunstancias? Para que no se atribuya el poder de Cristo y la eficacia del evangelio a tales cosas, sino solamente a Dios.

          Moisés, Heb. 11:23, era "niño hermoso"; David, 1 Sam. 16:12, era "rubio, hermoso de ojos"; pero ¿Jesús? Ninguno de los apóstoles describe la apariencia física de Jesús. ¿Por qué? Porque no importa.

53:3 Despreciado (compárese Gén. 25:34) y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto (aflicción, LBLA; margen, enfermedad) -- Esto no significa que Jesús estaba enfermizo, sino que estaba sumamente preocupado por la enfermedad espiritual de nosotros.

          -- y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. -- Mat. 27:26-35. Con razón estaba confuso el eunuco: ¿cómo podía ser Redentor si estaba quebrantado?

          Peor aun: se presenta aquí como hombre malo, como criminal que es castigado. ¡Qué extraño todo esto!

53:4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades -- Mat. 8:17; 1 Ped. 2:24, 25, al llevar nuestros pecados, llevó el castigo de ellos.

          -- y sufrió nuestros dolores (agonía mental, emocional, causada por los pecados); y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido (afligido, LBLA). -- Pero no fue castigado por sus propios crímenes, sino por los de nosotros. La palabra nuestros(as) aparece aquí cinco veces. Véase 53:10. Las espinas y los clavos que Jesús sufrió fueron los pecados nuestros.

53:5 Mas él herido (traspasado, LBLA, margen) fue por nuestras rebeliones, -- Sal. 22:16; Jn. 19:34; Zac. 12:10.

          -- molido (término fuerte, incluye su sufrimiento mental y emocional) por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga (herida, LBLA) fuimos nosotros curados. --

 ¿Por qué se usa tiempo pasado? Porque para Dios la cruz ya era un hecho.

53:6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; -- mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. --No hay otro animal que sirva como ejemplo de la conducta del hombre. Todos nos hemos descarriado como ovejas, y si somos abandonados a nuestra suerte, nunca podríamos volver.

53:7 Angustiado él, y afligido, (estos términos describen el trato que les daban los amos crueles y tiranos a los esclavos (p. ej., 9:4; 14:3).

          -- no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. -- Esto describe la completa sumisión de Jesús al sufrimiento. No resistía. No amenazaba (1 Ped. 2:23; Mat. 27:11-14; Luc. 23:9). No pidió defensores. No pidió que sus apóstoles testificaran. No dijo, "¿Por qué no preguntan a Lázaro acerca de mí?" Verdaderamente Jesucristo era el Cordero de Dios.

          Mat. 26:53. Jesús fácilmente pudiera haber evitado todo este sufrimiento. El no tuvo que aceptar ninguna sentencia de los hombres.

53:8 Por cárcel y por juicio fue quitado; -- Esta frase se refiere al juicio injusto de Jesús. Jesús fue juzgado por el Sanedrín, por Herodes y por Pilato, pero todos estos hacían burla de la justicia.  Tres veces Pilato dijo que Jesús era inocente (Jn. 18:38; 19:4, 6), pero obró en contra de su propio veredicto: Jn. 19:16, lo entregó a los judíos para ser crucificado.

          -- y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. -- Los de su generación creían que por causa de la blasfemia Jesús merecía la muerte. No entendían que el Perfecto, Inocente Hijo de Dios estaba recibiendo el golpe que ellos merecían.

53:9 Y se dispuso con los impíos su sepultura (Mat. 27:38), mas con los ricos fue en su muerte (Mat. 27:57-60); aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. -- 1 Ped. 2:22.

53:10 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, -- no le agradó el sufrimiento de su Hijo, pero quiso cumplir su propósito divino: proveer el sacrificio necesario para redimir al hombre. La crucifixión de Jesús se llevó a cabo "por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios" (Hech. 2:23).

          -- sujetándole a padecimiento -- agudísimo. Así fue el costo -- el precio -- de nuestra salvación.

          -- Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, -- 2 Cor. 5:20; 1 Ped. 2:24.

          -- verá linaje (los salvos), vivirá por largos días, -- "Yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades" (Apoc. 1:17, 18).

          -- y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. -- Ahora vuelve a lo que dijo antes (52:13), que el propósito de Dios sería prosperado, que el Siervo sería victorioso.

53:11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.

53:12 Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; -- Este texto se refiere al triunfo de Jesucristo sobre Satanás. Luc. 11:21, 22; Jn. 12:31; Heb. 2:14, 15; 9:15.

          -- por cuanto derramó su vida hasta la muerte, -- Voluntariamente Jesús dio su vida. El derramó su vida. Nadie se la podía quitar (Jn. 10:17, 18).

          -- y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores -- Luc. 23:34; Heb. 7:25.

Conclusión:

          A. Entrada triunfal Mt 21:1-11 ¡por fin! ¡Rey de Israel!

          B. La cena, apóstoles no entendían que iba a morir

          C. Imposible que alguien matara al Ungido de Dios

          D. Una cosa increíble: ¿dar muerte al Hijo de Dios?

          E. ¿Predicar por todo el Imperio Romano que el Hijo de Dios fue crucificado?

          F. Pase de mi esta copa; sabía lo que era crucifixión

          G. No pensaban prenderle durante la pascua. ¿Qué pasó? ¡El papel de Judas!

          H. Beso no necesario Jn 18:4-11, su hora había llegado

          I. No podían quitarle la vida: de mí mismo la pongo

          J. Profecías asombrosas, Siervo de Jehová ¡cumplidas!

          K. Eunuco entendió: aquí hay agua, ¿qué impide que sea bautizado?

          L. Pero objetarán algunos: ¿el bautismo? ¡Imposible! ¡Increíble!

          M. ¿Hasta cuándo aprenderemos a someternos a la voluntad divina?

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