Maridos crueles

          El apóstol Pablo dice, "Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas" (Colosenses 3:19), pero muchos maridos hacen caso omiso de esta amonestación. Es uno de los escándalos más grandes de nuestro país.

          ¿Cómo se explica la crueldad de muchos maridos? 1) está acomplejado, se siente inferior a la esposa, y quiere nivelar cuentas, abusando de ella para elevarse un poco a sí mismo; 2) se siente frustrado y busca víctima para desahogarse; 3) está enojado con alguien (por ejemplo, con el patrón) y quiere pegarle pero, no teniendo el valor necesario para hacerlo, se satisface pegando a su esposa; o 4) tal vez con esto se siente muy hombre; parece que algunos creen que el que no pega a su mujer no es hombre.

          Desde luego, otro factor que contribuye fuertemente a la crueldad de los maridos es el alcohol (u otra droga). El marido que toma deprime (calla) su conciencia. El alcohol quita los frenos que evitan las acciones malas. Si un hombre no ama a su esposa y está celoso, o hay algo de resentimiento contra ella, el alcohol lo convierte en instrumento de destrucción. (Aquí cabe decir que el hombre no es menos responsable sino más responsable por la miseria causada por su borrachera).

          La crueldad del marido es una tragedia también para los hijos. Es difícil entender la actitud de maridos (padres) que están dispuestos a sujetar no solamente a sus esposas sino también a sus propios hijos a tal trauma. ¿Qué clase de hombre es aquel que no se preocupa por el temor y la miseria que causa para su mujer y también para sus propios hijos? ¿Es "muy hombre" aquél que no es movido cuando no solamente su esposa sino también sus propios hijos (muchas veces niños chiquitos) comienzan a llorar y gritar y rogarle que deje de golpear y ser abusivo?

          Desde luego, el hombre que es cruel con su esposa no la ama, porque el amor bíblico requiere que siempre busque el bienestar físico, mental y espiritual de ella. El que ama a su mujer no es cruel con ella, sino que la aprecia ("el que halla esposa, halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová", Proverbios 18:22), la alaba ("y su marido también la alaba", Proverbios 31:28), la considera ("vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil", 1 Pedro 3:7), y aun está dispuesto a morir por ella ("Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella", Efesios 5:25).

          ¡Qué bendición sería para muchísimas familias si los maridos se sujetaran a la voluntad de Dios y dejaran de ser crueles con sus esposas!

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