Divorcio y segundas nupcias
Algunos de los errores más comunes enseñados por “hermanos conservadores” sobre el tema
2 Tim. 1:13, Conserva el patrón de las sanas palabras—¡Muchos no lo hacen!
Error No. 1
Que la enseñanza de Jesús (Mateo 5:32; 19:9) no es para el inconverso, que el inconverso no es responsable frente a la ley de Cristo.
Refutación:
(1) Jesús tiene autoridad, no sólo sobre sus discípulos, sino también sobre los inconversos, pues su enseñanza se dirige a todos y todos serán juzgados por Cristo y su enseñanza (Juan 12:47,48). Mateo 28:19, “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”.
(2) Jesús no dice “cualquier discípulo”, sino simplemente “cualquiera”, palabra que abarca a todos.
(3) “donde no hay ley, tampoco hay transgresión” (Romanos 4:15) y 1 Juan 3:4, “el pecado es infracción de la ley”; pero Romanos 1:26-32; 1 Corintios 6:9-11; etc. hablan de los pecados de los inconversos; por eso, si son transgresores, es porque son responsables frente a la ley de Cristo (pues no hay otra ley que esté de vigencia).
(4) Algunos dicen que los inconversos todavía están bajo “la ley escrita en sus corazones” (Romanos 2:15), pero este texto explica que los gentiles no estaban bajo la ley de Moisés; ahora todos (judíos, gentiles) están bajo la ley de Cristo.
(5) Si los discípulos adulteran cuando se divorcian no por fornicación y se vuelven a casar, entonces los inconversos hacen lo mismo; negar esto es pura insensatez.
Error No. 2
El fornicario repudiado queda libre para casarse otra vez, porque si la parte inocente se casa con otro, ella está ligada al segundo marido, y si la parte inocente no está ligada al fornicario repudiado, entonces el fornicario repudiado no está ligado a ella. Por lo tanto, esto disuelve el matrimonio original, y el fornicario repudiado puede volver a casarse.
Refutación.
(1) Los que enseñan que el fornicario queda libre para casarse emplean lo que se llama “sofistería”, el falso razonamiento que suena bien para inducir a error.
(2) Desde luego, si la parte inocente repudia al fornicario, la unión física se disuelve, pero hay que tomar en cuenta el pacto matrimonial (Proverbios 2:17; Malaquías 2:14; Romanos 7:2,3). Este pacto hecho entre los esposos y Dios impone obligaciones y también restricciones. La parte inocente sí queda libre para volver a casarse porque claramente el Señor lo autoriza, pues el texto dice, “el que repudia a su mujer, salvo (excepto) por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera”, dando a entender que si la repudia por causa de fornicación y se casa con otra NO adultera. Pero Jesús no autoriza que el fornicario repudiado que quebrantó el pacto se volviera a casar, pues él está sujeto a las restricciones del pacto. El que quebranta la ley está sujeto a las demandas de la ley.
(3) Los que dicen que el fornicario repudiado queda libre para volver a casarse usan mal el lenguaje de Romanos 7:3 que se aplica a la viuda (“si su marido muriere, es libre de esa ley”); según este error el fornicario repudiado es tan libre como la mujer cuyo marido muere. Aplicar el lenguaje de Romanos 7:3 al caso del fornicario repudiado es torcer la Escritura, porque Pablo no habla de la fornicación, sino de la muerte.
(4) Esta doctrina falsa premia y bendice al fornicario repudiado por su fornicación. Según esta doctrina falsa, si alguno QUIERE estar libre de su cónyuge, con sólo fornicar y ser repudiado quedaría libre. Esto es pura carnalidad. ¡Piénselo! Si aun el fornicario repudiado puede volver a casarse, ¿quién no puede hacerlo? Entonces, ¿para qué enseñar sobre el tema? ¿Por qué Jesús enseñó sobre el tema?
(5) Para propagar esta enseñanza errónea (de que el fornicario repudiado queda libre para volverse a casar), los hermanos tienen que cambiar dos textos. Mateo 19:9 dice “Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera”; pero para enseñar error es necesario revisar este texto para que diga, “Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, salvo por causa de fornicación, adultera”. Esto es añadir a la Palabra de Dios. Así también tienen que cambiar Romanos 7:3. Este texto dice, “Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera”. Pero el error bajo consideración cambia este texto también. Según la enseñanza errónea de ellos el texto tendría que decir, “Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, a menos que haya sido repudiada por fornicación, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, o si ella ha sido repudiada por fornicación, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera”. Esto es torcer la Escritura (2 Pedro 3:16).
Error No. 3
Que la fornicación y el divorcio (o el divorcio y el adulterio) disuelven el matrimonio original.
Refutación
Este es otro de los argumentos favoritos de los que enseñan error sobre el divorcio y nuevas nupcias. Con esto convencen a mucha gente (gente que quiere ser persuadida) que están bien en nuevas nupcias aunque no repudiaron a sus otros cónyuges por fornicación. Esta enseñanza suena muy bien, muy lógica, muy plausible a los carnales, pues dice que “la fornicación + el divorcio disuelven el matrimonio” . Lo mismo sucede si el divorcio no es por fornicación, pero después uno de los dos vuelve a casarse y así comete adulterio, pues en todo caso existen los dos factores necesarios: (1) el divorcio y (2) la fornicación (adulterio). Se supone que, habiendo estos dos factores, todos quedan libres como si fueran solteros o viudos. Pero el problema con esta enseñanza es que es completamente falsa, es pura sofistería, sabiduría humana, para rechazar Mateo 5:32; 19:9. La Biblia no enseña tal cosa ni explícita ni implícitamente, ni por mandamiento, ni por ejemplo.
Error No. 4
Que los que se divorcian no por fornicación quebrantan el pacto matrimonial y este es el adulterio (figurado) del cual Jesús habla. (Algunos dicen que el adulterio de Mateo 5:32; 19:9 “no se comete en cama”; es decir, que no es adulterio literal, sino figurado. Con esto dan a entender que la pareja no puede “vivir en adulterio”, sino que simplemente adultera una vez cuando quebranta el pacto matrimonial, que pueden arrepentirse de este acto y seguir unidos.)
Refutación
(1) Los que enseñan este error rechazan la sencilla verdad que es sumamente obvia, que el verbo “adultera” es un acto físico y no se refiere a un solo acto, sino que es verbo en el tiempo presente, indicando acción continua y significa que siguen adulterando (siguen viviendo en adulterio).
(2) Cuando la Biblia habla de la apostasía de Israel como “adulterio” o “fornicación”, es obviamente figurado, pero no hay razón alguna para afirmar que Jesús no habla del adulterio literal (físico).
(3) Romanos 7:3, “si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera”; es decir, durante todo el tiempo que esté casada con el segundo hombre la mujer misma será llamada adúltera.
Error No. 5
Que Cristo y sus apóstoles no enseñaban que el arrepentimiento requiere que se disuelva relaciones matrimoniales (por ejemplo, el día de Pentecostés Pedro no dijo nada de eso).
Refutación
(1) Tampoco enseñaron explícitamente (en tantas y cuantas palabras) que los que practicaban la poligamia o la homosexualidad deberían disolver sus uniones matrimoniales.
(2) Pero la enseñanza de Mateo 5:32; 19:9; Romanos 7:3, etc. claramente condena toda unión matrimonial que no es lícita ante los ojos de Dios.
Error No. 6
Que muchos son ignorantes de la enseñanza de Cristo y, por eso, no sería justo aplicar esta enseñanza a ellos.
(1) Hechos 3:17, “Mas ahora, hermanos, sé que por ignorancia lo habéis hecho, como también vuestros gobernantes” (hablando de su pecado de haber crucificado a Jesús); ¿eran inocentes por ser ignorantes de lo que hacían?
(2) Hechos 17:30, “Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; 31 por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia”.
(3) Muchos son ignorantes con respecto al bautismo; ¿por eso, no tienen que bautizarse? También son ignorantes de la iglesia verdadera; por eso ¿están bien en las sectas? La ignorancia no justifica. Por más que la gente sea ignorante, “nadie viene al Padre sino por mí” (Jn. 14:6); es decir, nadie viene al Padre sin obedecer y practicar la doctrina de Cristo. (2 Jn. 9, 10).
Que aunque estaban mal (viviendo en adulterio) ya se bautizaron y se hicieron nuevas criaturas (2 Cor. 5:17); por eso, pueden seguir unidos en matrimonio.
(1) El bautismo no lava relaciones matrimoniales; más bien, lava los pecados de personas arrepentidas. Así pues, si personas que están viviendo en adulterio quieren bautizarse, primero deben arrepentirse de su adulterio y estar resueltas a dejarlo.
(2) Si los que viven en adulterio no tienen que dejar su adulterio, tampoco los que viven en poligamia o en unión homosexual tendrían que dejar su pecado.
Que Pablo dice en 1 Cor. 7:20, 24, “Cada uno en el estado en que fue llamado, en él se quede”; por eso, los que están mal en su matrimonio deben quedarse en ese estado.
(1) Léase con cuidado el contexto. ¿De qué está hablando Pablo? ¿Del divorcio y segundas nupcias? No, sino de estar casado con incrédulo, de la circuncisión y de la esclavitud. De estos estados está hablando.
(2) Si este texto enseña que los que están mal en su matrimonio pueden quedarse como están, también los que practican la poligamia y la homosexualidad pueden quedarse en el estado en que se encuentran.
Que el creyente dejado por el incrédulo queda libre para volver a casarse según 1 Cor. 7:15.
(1) Dice el v. 10, “Pero a los que están unidos en matrimonio, mando .. Que la mujer no se separe del marido; 11 y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer”. Pablo no cambia ni contradice esta enseñanza en el v. 15.
(2) La expresión, “no está sujeto a servidumbre” es clara; el creyente no se ha esclavizado a su cónyuge inconverso. La palabra “servidumbre” no se refiere al pacto matrimonial (¿el matrimonio es servidumbre?). Pablo sólo dice que si el incrédulo no consiente en vivir con la hermana, no lo abandone, pero si se separa, sepárese, pero no dice que por eso la hermana queda libre para volver a casarse. Lo que dice en los vers. 10-12 se aplica aquí también.
Que todos los divorciados quedan libres para volver a casarse (1 Cor. 7:27, 28).
(1) Pablo no habla nada en este texto de los divorciados. El pregunta “¿Estás libre de mujer?” y hay hermanos que concluyen que todos los divorciados están libres de cónyuge, pero afirmarlo no es probarlo.
(2) La Biblia enseña claramente quiénes están libres para casarse: el soltero(a), el viudo(a) y el que repudia a su cónyuge por causa de fornicación.
Que es imposible vivir célibe y por eso todos deben casarse para evitar fornicaciones (1 Cor. 7:2).
(1) Para los que hablan así Mateo 5:32; 19:9; Romanos 7:3, etc. no deben estar en la Biblia.
(2) Lo absurdo de esta enseñanza es que se está afirmando que se debe cometer adulterio para evitar fornicaciones.
(3) Mateo 5:29, 30, hay requisitos del Señor que son como sacar el ojo derecho o amputar la mano derecha; es decir, nos cuesta seguir a Cristo. Requiere abnegación de sí y muchos sacrificios. Pero vale la pena.
Que Rom. 14 cubre este tema, porque es pura opinión; por eso, debemos tener comunión con los que enseñan todos estos errores sobre el divorcio y segundas nupcias.
(1) Rom. 14 enseña que no debemos contender sobre opiniones como el comer o no comer ciertos alimentos u observar ciertos días. No tiene nada que ver con el pecado (y el adulterio es pecado).
(2) Es obvio en este capítulo que Pablo habla de cosas que no afectan la salvación, pues Dios recibe a los que comen y también a los no comen, v. 3, que los dos están sirviendo al Señor, v. 6, habla de cosas que en sí no son inmundos, v. 14, etc. Pero el adulterio sí afecta la salvación. Dios no recibe a los adúlteros no arrepentidos, y los que viven en adulterio no están sirviendo al Señor. El adulterio sí es inmundo. Muchos hermanos “conservadores” que rechazan estos errores tienen y promueven comunión con los que hermanos que sí los enseñan. ¿Qué tan conservadores son éstos? ¡Despiértense, hermanos! muchos hermanos tienen comunión con el error.
Que en Mat. 5:32; 19:9 Cristo está aclarando la ley de Moisés (Deut. 24:1-4); es decir, que la fornicación de estos textos corresponde a “la cosa indecente” de Deut. 24:1. Además, dicen algunos que hay un solo pacto y que lo que Deut. 24:1-4 enseña se aplica ahora.
(1) En primer lugar, Deut. 24:1-4 no enseña como muchos afirman que la ley de Moisés permitió que los dos divorciados se volvieran a casar. Lea el texto en La Biblia de las Américas (que es la traducción correcta, como se puede confirmar con la Septuaginta, la versión griega del Antiguo Testamento, versión citada a veces por Jesús y los apóstoles). Moisés dice que “Cuando alguno toma una mujer y se casa con ella, si sucede que no le es agradable porque ha encontrado algo reprochable en ella, y le escribe certificado de divorcio, lo pone en su mano y la despide de su casa, y ella sale de su casa y llega a ser mujer de otro hombre, si el segundo hombre la aborrece y le escribe certificado de divorcio, lo pone en su mano y la despide de su casa, o si muere este último marido que la tomó para ser s mujer, al primer marido que la despidió no le es permitido tomarla nuevamente como mujer, porque ha sido menospreciada (margen, manchada); pues eso es abominación ante el Señor”. Así pues, Moisés no permitió segundas nupcias, sino que regulaba un aspecto del divorcio que la ley permitía, a saber, que el marido original no podía volver a tomar a su mujer por esposa si ella había vivido con otro hombre.
(2) En segundo lugar, Jesús habla de lo que Moisés permitió y luego dijo, “Pero yo os digo …” y dio su propia ley sobre el asunto (Mat. 19:9).
Es muy obvio que muchos hermanos que profesan ser “conservadores” rechazan la enseñanza de Cristo y los apóstoles (el Espíritu Santo) simplemente porque no les conviene aceptarla. No son hermanos “conservadores” porque su enseñanza es muy liberal y sectaria. Muchísimas personas han violado la enseñanza de Cristo y están mal en su matrimonio (viven en adulterio), pero desde luego no quieren separarse y, por eso, buscan salidas y sacan rodeos para no aceptar la verdad sobre el asunto. Es cierto que es “dicho duro” pero es necesario aceptar la verdad cueste lo que cueste.
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