¿Oír Hasta Dónde?

Introducción.

    A. "Y le oyeron hasta esta palabra", Hech. 22:22.

    B. Así son casi todos: sectarios, mun­danos, hasta hermanos. Escucharán sola­mente hasta cierto punto y luego se ofenden. Muchos dicen, "Amamos la pa­labra; nos gusta oír la predicación", pero cuando el predicador llega a cierto punto que ofende, "le oyen hasta esta palabra".

    C. Casi todos tienen, con respecto a oír la palabra de Dios, su "hasta aquí". Ponen límite a lo que aceptarán escuchar.

I. Hech. 7:51-54.

    A. Esteban predicó un sermón her­moso, trazando la historia de Israel. La gente le escuchaba muy bien. Les habló de los patriarcas, de Moisés, (y aun de las fallas de los israelitas), de Salomón y del templo. Fue un sermón largo, sermón no interrumpido hasta cierto punto.

    B. Pero cuando les reprendió, com­parándolos con sus antepasados que rechazaron a José, a Moisés y a los profe­tas, "entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los oídos, y arremetieron a una contra él" (ver. 57).

        1. "se taparon los oídos". Compárese Mat. 13:15.

        2. ¿Cuántos sectarios (católicos, tes­tigos, bautistas, pentecostales) se tapan los oídos cuando se expone su error y se les presenta la verdad? (Dicen, "No quere­mos escucharle, sino queremos enseñarle. No hay nada que usted nos pueda enseñar a nosotros".)

        3. ¿Cuántos hermanos se tapan los oídos cuando se les exhorta acerca de la asistencia, la ofrenda, o cosas mundanas?

    C. Esteban no era enemigo de los judíos. Les decía la verdad para abrir sus ojos para que fueran salvos. Pero ellos solamente querían tapar la boca que les reprendía.

II. Hechos 17:32, "Pero Cuando Oyeron Lo De La Resurrección  .."

    A. Hech. 17:22-31 narra el magnífico sermón de Pablo en Atenas, una obra maestra, un sermón fuerte, bonito, lógico (aun citó sus "propios poetas").

    B. Lo interesante es que la gente so­portó la predicación de Pablo aun cuando él afirmó que nuestro Dios hizo el mundo y que no es honrado por manos de hombres como ellos honraban a sus dioses. No dijeron nada cuando él explicó que somos linaje de Dios, cosa imposible si Dios es semejante a oro (escultura humana). Aun escucharon cuando Pablo les habló del juicio final.

    C. Pero una palabra despertó su pre­juicio: la resurrección.

        1. Los epicúreos, los estoicos y los otros filósofos se unían para negar una existencia después de la muerte. Los epicúreos decían que el bien supremo se realiza en los placeres de la vida. "Si los muertos no resucitan (y según los epicúreos no resuci­tan), comamos y bebamos, porque mañana moriremos" (1 Cor. 15:32). Para los estoicos el bien supremo de la vida se encuen­tra en una indiferencia total, tanto hacia el do­lor, como hacia el placer. No creían en gozarse con los que se gozan ni en llorar con los que lloran (Rom. 12:15).

        2. Por lo tanto, la primera mención de este gran tema -- el tema central de la predicación apostólica -- despertó su tremendo prejuicio y "se burlaban" de Pablo.

    D. Es fácil burlarse. Cualquier tonto puede burlarse. Es mucho más fácil burlarse que razonar, y contestar lógicamente los argumentos hechos.

        1. Es una maravilla de que hasta hermanos en Cristo empleen una sonrisa estúpida, o alguna expresión burlona, cuando se les presenta algo que no quieren aceptar. Esta es la reacción de muchos hermanos cuando deben más bien razonar con madurez.

        2. Los que emplean la burla en lugar de sacar la espada del Espíritu para derrotar al oponente se identifican con los atenienses paganos.

        3. ¡Cuántos hermanos liberales han acudido a la burla en lugar de a la Biblia para defender sus innovaciones moder­nas!

        4. ¡Cuántos hermanos extremistas han acudido a la burla en lugar de acudirse a la Biblia para estudiar a fondo sus opiniones que imponen sobre la iglesia!

    E. ¿Qué hay pues? La práctica de es­cuchar "hasta aquí", y luego burlarse, es pura carnalidad, una terrible falta de madurez. Es indicio claro de flaqueza, tanto de la persona misma como de su causa (doctrina o práctica).

III. Hechos 19:23-28, Cuando La Predicación Disminuye La Ganancia Material.

    A. Hech. 19:23 habla de un disturbio no pequeño. ¿Por qué hubo disturbio? Pablo no era hombre contencioso, ni mucho menos sedicioso. Era pacificador (Mat. 5:9), y predicaba el evangelio de paz (Efes. 6:15).

    B. ¿Qué, pues, fue el disturbio? La ex­plicación se ve en el ver. 26: "este Pablo ... ha apartado a muchas gentes con per­suasión, diciendo que no son dioses los que se hacen con las manos".

        1. Pablo no estaba afiliado con ningún ejército militar; no tenía nada de armas carnales. No era apoyado por el senado romano. No contaba con la ayuda de los judíos. No tenía dinero.

        2. Solamente predicaba el poderoso evangelio (Rom. 1:16), y este evangelio tumbaba las fortalezas paganas, quemaba libros de artes mágicas (Hech. 19:19), hizo temblar al gobernador Félix (Hech. 24:25), e hizo un gran impacto en el imperio romano (compárese Hech. 17:6).

        3. "Con persuasión". ¡Imagínese! "Con persuasión" causó gran disturbio. ¡Qué fuerte el efecto positivo de esta per­suasión! Hermanos, nuestro trabajo de persuadir es el trabajo más importante en el mundo.

    C. Pero el dolor de perder ganancia es un dolor insoportable para mucha gente.

        1. Es un dolor intolerable. Y los plateros empezaron su campaña de callar la voz persuasiva de Pablo, la voz que les quitaba ganancia material.

        2. Compárese Hech. 16:16-19. Este texto presenta el mismo problema, el problema de perder ganancia. Los amos de la muchacha amaban mucho más su ganancia material que el bienestar de ella, y ni hablar de los grandes beneficios es­pirituales traídos por el evangelio. Estos servían el dios Mamón

    D. En el caso de los plateros, si el men­saje de Pablo no hubiera afectado su ganancia, probablemente habrían seguido indiferentes hacia la predicación sobre muchos temas, y posiblemente algunos de ellos le habrían escuchado, pero cuando la predicación afectó mal su negocio, ya no querían oír más

    E. ¿Cuántos hermanos no quieren oír sermones sobre el dar u otro tema que afecta mal su negocio o ganancia? Pero, ¿cuántos textos en el Nuevo Testamento hablan de la mayordomía, el uso correcto de bienes materiales, de no amar el dinero, de no ser vencido por el afán de este siglo, etc.?

        1. El evangelio sí afecta nuestro es­tado económico. Afecta las finanzas del cristiano. Afecta sus ingresos y gastos

        2. Debemos buscar primeramente el reino de Dios y su justicia, Mat. 6:33.

        3. Debemos dar según Dios nos ha prosperado, 1 Cor. 16:2; Hech. 11:27-30

        4. Debemos proponer, hacer planes, para dar con liberalidad, 2 Cor. 9:6,7

        5. No debemos dejar que el negocio o el empleo nos debilite espiritualmente, sino debemos honrar a Dios con los bie­nes, Prov. 3:9.

    F. Por lo tanto, el hermano que pone su "hasta aquí" cuando se presenta un sermón o una clase sobre la ofrenda se identifica con los plateros de Efeso.

IV. Mateo 15:1-12, Los Fariseos Se Ofendieron Cuando Jesús Condenó Sus Tradiciones.

    A. Jesús metió el dedo en la llaga cuando condenó las tradiciones de los fariseos.

    B. Para los fariseos las tradiciones su­peraban en importancia a los mismos mandamientos de Dios. Con sus tradi­ciones quebrantaban los mandamientos de Dios (Mat. 15:3).

        1. Los católicos aman sus tradiciones (la misa, el rosario, el prender velas, el bautizo infantil, el purgatorio, la peniten­cia, etc.) más que la palabra de Dios. Ha­cen a un lado muchos mandamientos de Dios por sus tradiciones humanas.

        2. También los "protestantes", "evangélicos" y los demás sistemas hu­manos promueven la tradición humana (varios credos, dogmas, leyes, etc. que los hombres han inventado). ¿Quieren oír denun­cias de estas cosas? Nunca.

        3. Los hermanos liberales han inven­tado también sus tradiciones: hablan de "la iglesia patrocinadora", instituciones "Iglesia de Cristo", toda clase de recreo y actividades sociales en salones construidos por la iglesia misma, iglesia juvenil (asambleas de jóvenes separadas de la asamblea regular), etc. Pero ¿quieren oír de­nuncias de estas innovaciones? Nunca. Son muy preciosas y estimadas por los hermanos liberales

        4. Los hermanos que se oponen a tales prácticas sectarias son invitados a salir de tales iglesias si no quieren callar la oposición. La regla ha sido la misma por muchos años: (1) o aceptar la prácticas antibíblicas o (2) salir, apartarse y formar otra congregación. Así es, literalmente. Muchos hermanos liberales han dicho, "Si no les gusta lo que hacemos, sálganse".

        5. A los hermanos liberales no les importa si los hermanos fieles se quedan o se van, sólo que callen la boca. No quieren oír críticas de sus "buenas obras". Han colocado su "hasta aquí", y no quieren saber más.

        6. Aunque los ancianos usen el dinero de la ofrenda para establecer un "centro familiar", quieren que los miembros sigan dando su ofrenda sin decir nada. Tales "ancianos" creen que esto es su prerroga­tiva, y no quieren oír nada de oposición a estas tradiciones predilectas de ellos.

V. Mateo 13:14-16, En Fin, El Evangelio Puro De Cristo No Siempre Se Recibe.

    A. "Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y con el corazón entiendan, y se conviertan, y yo los sane. Pero bienaven­turados vuestros ojos, porque ven; y vues­tros oídos, porque oyen"

    B. A Cristo se le oponían constante­mente durante su ministerio personal: le llamaron "samaritano", "comilón y bebedero de vino", dijeron que estaba fuera de sí, que tenía demonio, etc. ¿Por qué tanto insulto? porque no les gustó oírle, y no querían que otros le escucharan. Lo despreciaban para que la gente no le es­cuchara. Le crucificaron para tapar su boca.

    C. Pero la verdad no está presa (2 Tim. 2:9). Podían crucificar a Cristo, podían apedrear a Esteban, podían encarcelar y matar a Pablo, pero todo esto no calló la verdad. ¡Los "hasta aquí" que el hombre establece le juzgarán en el Día Final!